VIVIENDO CON EL ENEMIGO (En e...

By RUDE_SWEET19

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"PARA VENCER A EL ENEMIGO, PRIMERO GANATE SU CONFIANZA" Cat Smith tenía una vida generalmente aburrida, ha... More

Antes de leer.
Prólogo.
1. La llegada.
2. Los Foster
3. Panda
4. Fiesta de bienvenida.
5. ¿Dónde está Seth?
6. A limpiar.
7. Las 20 preguntas.
8. El hermano guapo
9. La niña de papá.
10. Odio los lunes
11. Simplemente no te quiere.
12. Sorpresa.
13. ¿Cómo que novio? ¿Cómo que sin compromiso?
14. Stripers y un lo siento.
15. Pijamada con chicos. Parte 1
16. Pijamada con chicos. Parte 2
17. Karaokes, decepciones y vodka
18. Visitas inesperadas y Leo.
19. ¿Qué pasó ayer?
21. ¿Apostamos?
22. Te necesito aquí.
23. Let's go to the beach, bitch. 1/2
24. Let's go to the beach, bitch 2/2
25. Bebe o muere.

20. La mejor venganza es el perdón.

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By RUDE_SWEET19

Ryan

-No es para tanto, no había ningún notario en la fiesta.

Tyler me miró de mala gana y luego le devolvió la misma mirada al anillo sobre la barra.

-¿Tú que sabes?, cualquiera se saca su certificado por internet-murmuró molesto.

-Ay Ty, dudo mucho que un notario borracho pueda oficiar algo legalmente-le dijo Am.

Yo solo había bajado a la cocina para buscar la mitad de la hamburguesa que Cat había dejado al almuerzo, ahora que creía que todos dormían. Pero me había encontrado con Tyler, preocupado y enojado con todo el mundo, y a Am, la mamá de Cat, comiéndose mi objetivo.

-¡Tu estudiaste derecho! ¿Que hago?-Tyler agarró las manos de su tía con afán.

-Solo un año y medio, tonto-Am se soltó de su agarre.

-¿Que pasó?-le pregunté, comiéndome las últimas palomitas del tazón.

Am entrecerró los ojos en mi dirección.

-Eres un entrometido-comentó sonriendo. Encogí mis hombros y ladee la cabeza.

-Es lo qué hay.

-Igual que ella.

-¿Igual que quién?-pregunté confundido.

-Fue por los chicos-respondió ignorando mi ultima pregunta-Luego de que Cat nació, ya no podía darme el lujo de dejarlos solos todo el día-contó.

-¿Entonces que hago?-insistió Tyler.

-Entonces, te vas a dormir y esperas a que tu supuesta esposa no aparezca nunca más-le respondió Am.

Ty resopló y tiró el anillo en el cesto de basura.

-¿Le dirás algo de esto a mamá?

-Depende de que tan aburrida esté nuestra próxima conversación-le sonrió con malicia. Tyler la miró mal antes de irse.

Cat

-¡Desgraciado!-tiré un cojín de mi cama hacia la puerta que se abría en ese momento, lo cual provocó que el cojín se estampara en la cara del invasor.

O mas bien, invasora.

-Esa es una fuerte opinión sobre la mujer que te dio la vida-dijo, tirándome el cojín con tanta fuerza que pase de estar sentada a caer acostada por el fuerte impacto.

-No era para ti-dije sentándome y frotando mi frente por el dolor de el golpe.

-¿Acaso tienes amigos imaginarios?-preguntó acercándose hasta la cama para sentarse a mi lado. La reparé un momento antes de responderle y me detuve al notar su curiosa vestimenta.

-¿Estas usando una camisa de papá?-contraataqué mirándola con aire acusador.

-¡Claro que no!, no es de él-tiró de un botón suelto sin prestarme mucha atención.

-¿De quién es entonces?-pregunté entrecerrando los ojos.

-... De Seth-dijo.

-Seth no usa camisas así.

-De Ryan, la encontré en la lavadora-dijo rápido.

-El tampoco usa camisas así-respondí de la misma manera.

-¿De Javier?-preguntó sonriendo con inocencia.

-¡Mamá!

-¡Bien!, ¡Si es de tu papá! ¿Contenta ?

-¡Aun lo quieres!-grité con sorpresa y ella se lanzó casi que volando hasta mi para tapar mi boca con su mano.

-¡Escandalosa!-exclamó y mi sonrisa se amplio tras su mano- ¡Cat, no me lamas!-dijo y quito su mano de mi boca.

-¿Por que sabes a loción masculina?-pregunté, pasándome la lengua por el dorso de la mano para quitar el asqueroso sabor-¡Oh por Dios, también es de el!, ¿Van a volver?-pregunté, entre la emoción y la confusión.

-No, Cat.

-¿Por qué?-insistí.

-No lo entenderías.

Desvíe la mirada, en este punto ya me sentía más avergonzada que dolida.

-Créeme, lo hago.

No me di cuenta de que había agachado la cabeza hasta que mamá tomó mi barbilla para que la mirará a los ojos.

-¿A que te refieres?

-Hay un chico... había. Y el... Pues...-me maldije cuando mi voz comenzó a ahogarse-Encontró a alguien mejor.

-No-me cortó mi madre-Te defraudó, es distinto.

-Que más da, la conclusión es la misma.-me encogí de hombros, aguantando las lagrimas

-Ven aquí, bebé-me rodeó con sus brazos y finalmente me eché a llorar allí, en el único lugar en el que realmente me sentía segura.

-Te extrañe tanto-mi voz estrangulada logró colarse entre mis sollozos.

-Shh, ya estoy aquí-su mano acaricio mi espalda y se quedó allí, casi toda la noche hasta que por fin pude desahogarme de todo: Su ausencia, la de papá, el frío de esa gran casa y mi amor propio que apenas se levantaba de los escombros.

Luego de un rato me quedé dormida.

Lo último que esperaba un domingo en la mañana era despertarme con con dos rostros sobre mi, mirándome fijamente.

-Mhhh.

-Mira eso, hasta dormida hace pucheros-susurró una.

-Por lo menos no babea-respondió la otra.

-¿Que quieren?-solté el cojín al que me abrazaba con fuerza y golpeé a Mia y a Amy para que salieran de mi campo de visión.

Una de ellas me arrebató el cojín y y lo lanzó lejos, pude oír cuando golpeó la pared. No tuve ni que abrir los ojos para saber que la dueña de aquella fuerza bruta era Mia.

-Venimos a animarte-respondió Amy. Su voz siempre amable y cuidadosa me obligó a abrir los ojos más que nada para no hacerla sentir mal.

-Estoy animada-levanté un brazo adormilado y cerré el puño-Hurra-aquello salió ahogado en un bostezo.

-Son casi las dos de la tarde Cat, dormir tanto no es estar bien-Mia me tomó del brazo que levantado y halo hasta dejarme sentada sobre la cama.

-Solo tengo sueño.

-Solo estás triste-corrigió Amy, con su carita de mamá preocupada.

-Solo necesitas desahogarte-dictó Mia.

Y si. Tal vez era lo que necesitaba, una charla de amigas en la que pudiera soltar todo lo que sentía en contra de aquel bastardo mentiroso, en la que pudiera escuchar los consejos maravillosos que sé que mis amigas me dar...

-Amy, ve por tu traje de la regla.-pidió Mia.

-¿Eh?

-¿Y si lo hablamos mejor?-pidió Amy.

-¿Quieres que me lo ponga yo?-le preguntó Mia.

-No, la última vez que te golpeé te defendiste-contó Amy con horror.

-¿Eh?-repetí.

-Cuando estamos de malas, Amy suele vestirse de la regla y yo la golpeó con almohadas.

-Santo Dios.

-No está tan mal, Mia solía hacerlo pero no se lo toma muy en juego...-contó Amy.

-En fin, ve por tu traje-insistió Mia.

-No será necesario-aparté la cobijas muy a mi pesar y me levanté de la cama.-Estoy bien, tomaré un baño.






Algunos minutos después ya estaba bañada y bien vestida en un domingo... Lo que uno hace por evitar la violencia entre las amigas.

Mia, la muy traidora, se había ido al cuarto de Seth y Amy, aunque se había quedado, no dejaba de sonreír frente al teléfono. Honestamente, sentí curiosidad, pero no podía preguntar si se trataba de Jeff o de Cambell sin parecer una entrometida.

-Así qué...-me cepille el último mechón de cabello y solté el cepillo muy cerca de la ubicación de la rubia para acercarme con disimulo.-¿Te diviertes? ¿Algún meme tal vez?-pregunté de la manera más casual posible.

-¿Qué?-levantó la vista risueña y distraída hacia mi-Oh no, es solo Ty-le quitó importancia con una seña y dejó su teléfono de lado.

-¿Ty? ¿Cómo mi primo Ty?

-Si, no conocemos a otro-respondió risueña-Es muy divertido, sabes.

-Y muy viejo-añadí-Y algo acosador, a decir verdad-le advertí.

En Texas solía ganarse varios problemas por andar "piropeando" mujeres en la calle. Cuando iba conmigo se abstenía de hacerle comentarios a las chicas solo por evitarse mi retahíla sobre lo imbécil que era.

-Estar en los veintes no es estar viejo-Amy arrugó las cejas perfectamente pintadas.

-Como digas-respondí para evitar discutir-Solo pensé que hablabas con... Jeff, quizás-opté por preguntarle por la punta del triángulo amoroso que mejor me caía.

-Oh, no-respondió-Pero estamos bien, hablamos en la noche, ese vídeo era justo lo que necesitábamos para recuperar la comunicación...

-Ese vídeo en verdad fue como una curita en la herida-afirmé riendo, y seguí hablando un buen rato con ella, evitando el tema de los chicos, hasta que el almuerzo estuvo listo.

Ryan

-¿Sabes que le dijo el ganso a la gansa?

Igual que el día anterior, no sabía cómo había terminado metido en aquella conversación. Yo solo había bajado para robarme las sobras del postre dominguero. Tendría que seguir planificando mejor mis huidas a la cocina, porque ahora parecía estar custodiada todo el tiempo por la mamá de Cat.

Miré a Am tratando de parecer lo más serio posible.

-¿Que le dijo?

-¡Venganza!-le dio a la barra con un puño cerrado para hacer más énfasis en su intención.-Quiero la dirección de ese chico, Canelo, y la quiero ahora.

Bien, no podía seguir fingiendo que entendía lo que estaba sucediendo.

-No tengo idea de lo que hablas-le respondí y olfateé a su alrededor-¿Está bueno eso que te fumaste?

Amanda me dio un golpe en el brazo.

-¡Auch!

-Respétame niño, soy mayor que tú-revisó que Martha estuviera lo suficientemente alejada y se acercó para susurrarme:-Además, ya hace mucho que no hago eso.

-Aún no se de que hablas...

-¡De Dylan!-exclamó.-Quiero que pague-achinó los ojos, igual que los de Cat.

Se me hizo gracioso y comencé a reír, más que nada porque pensé que estaba bromeando, esto hasta que me dio otro golpe en el brazo para que la tomara en serio.

-Oh-caí en cuenta-Bien, cuenta conmigo.

Su teléfono comenzó a sonar junto a su brazo y lo respondió, no sin antes asentir hacia mi con una sonrisa cómplice.

-¡Hola Alice! Cuanto tiempo-habló. Tomó una servilleta y sobre ella garabateó algo.-Si si, y que lo digas...-continuó con su conversación telefónica y extendió la servilleta hacia mi.

Al principio, sus garabatos no parecían tener ningún sentido, y la cosa no mejoró mucho cuando la volteé hacia mi.

-Lo siento, no hablo greco romano-le devolví la servilleta, y ella me dio tal mirada que me obligó a tomarla de nuevo e intentar descifrar el mensaje.-Vale, vale.

-Oh claro que sí, tú solo dime que necesitas...-Am continuó con su conversación mientras yo descifraba su letra sobre la servilleta.

Cuerda. Era la primera palabra.

Cinta.

Y la ultimo podía ser una bolsa o un belga, lo que tuviese más sentido.

-¿¡Un bebé!?

Su exclamación me hizo voltear al verla de nuevo.

-Si... digo... pues si, si tan solo son unos días, creo que podría hacerlo-respondió por el teléfono, pareciendo aterrada.-Bien, claro, hablamos en un rato.-colgó con rapidez.

-¿Quieres una bolsa o...?

-Dice bolsa, cinta y cuerda-apartó la servilleta con afán-Una prima quiere que cuide a su bebé por unos días. ¿Crees que la rubia pueda ir por él?

-¿Amy?

-Si, parece más seguro que enviar a Seth.

-Oh créeme, no lo es-levanté la servilleta y me la eché en el bolsillo de la chaqueta.-Pero iré a preguntarle por ti.

-Bien.-señaló mi bolsillo-Lo necesito todo para esta noche.

-No hay problema.

Decidí llamar a Jeff para que fuera con Amy por el bebé y me dirigí a la ferretería más cercana, que irónicamente quedaba en la mismísima mierda y terminé volviendo a casa un poco más tarde de lo esperado. Cuando entré con los materiales. Am ya había convocado a su ejército en la sala.

-Bien chicos, he dirigido campamentos, paintballs y juegos de busca la bandera, pero esta es una misión de suma importancia-la oí decirles a Mia, Seth y Cat que estaban sentados en el sofá.

-Que linda reunión familiar-entré en la sala y descargué la bolsa sobre la mesita  de centro.

-¿Están en reunión?-preguntó Ty, bajando las escaleras.

-Ya decía yo que me faltaba alguien-murmuró Am.

-¡Me siento tan especial!-ironizó el chico y se sentó juntó a Cat.-¿Seth ya embarazo a alguien, o por qué tanta seriedad?-se burló, mirando a la parejita.

-No. Iremos a por Dylan-respondió Mia con la sonrisa llena de malicia.

-¿Dylan? ¿El que cobra la renta o...?

-¿Que renta, cariño? ¿Has visto donde estamos?-Am señaló a su alrededor con exasperación.

-Entonces...

-Es mi ex... algo...-respondió Cat, hablando por primera vez.-Me engaño y mamá quiere venganza.

-¿Y tu qué quieres?-le pregunté, captando su mirada. Pero Am se adelantó antes de que ella pudiera si quiera abrir la boca.

-Lo mismo, claramente.-respondió Am con obviedad.

-Genial, me apunto a ir por el imbécil-Tyler frunció el ceño e hizo sonar sus nudillos.

-Es... solo un pequeño susto, nadie saldrá herido, ¿Verdad?-Cat pasó su mirada preocupada entre todos los presentes.

-Como tú quieras, mi muggle-respondió Am, sin embargo, no confiaba en que fuera así. -Tengo un plan, uno bueno-dijo cruzándose de brazos y dando un paso hacia el centro.

El timbre sonó, interrumpiendo lo que fuera que iba a decir y sin esperar respuesta, oímos la puerta abrirse y cerrarse. Todos aguardamos mientras oíamos los pasos avanzar por el pasillo. No tenía idea de lo que los demás estuvieran pensando, pero si sabía algo, si se trataba de Joseph entrando por la puerta, todo este plan podía estar yéndose a la mierda en este momento. Volteé a ver a Cat, ella ya me estaba mirando a mi, le sonreí en respuesta y le guiñé un ojo, ella rodó los ojos y reprimió una sonrisa.

No fue Joseph quien atravesó la puerta de la sala, por suerte, fueron Jeff, Amy y un bebé que parecía tener un año de edad, en los brazos de mi prima.

-Los dejamos diez minutos solos y vuelven con bebé-dijo Mia negando con la cabeza.

-¡Jhony!-Am se apresuró a quitarle al bebé a Amy.

-¿Quien es Jhony?-preguntó Seth, confundido.

-Chicos, el es Jhony Clark, su primo lejano-dijo levantando al bebe y haciéndole caras.

-¿Cuidaremos un bebé?-preguntó Cat.

-Calma, solo serán unos días-respondió Am, descansando al bebé sobre una de sus caderas.

-Bien, ya que están todos aquí, lo que haremos es esto: Mi plan consiste en tres simples pasos, asechar a el enemigo, secuestrar a el enemigo, y hacer que el enemigo pague-levantó un puño en alto.

-¿Y como esperas que entremos en su
casa para secuestrarlo?-preguntó Cat, mirando a su madre como si estuviera loca. Muy en el fondo, yo también me cuestionaba por su salud mental.

-Así-Mia levantó su teléfono, luego de marcar algo en la pantalla. Sonaron algunos tonos y luego alguien contestó la llamada.

-Will al habla-respondió la voz del teléfono.

-Ahí esta tu respuesta-susurró Am, señalando el teléfono que Mia sostenía en alto.

-Hola Will, soy Mia-respondió Mia.

Will se aclaró la garganta con rapidez.

-Hola Mia, que sorpre...

-Querido Will, ¿Nos harías el favor mas grande de todos?-preguntó Am de la manera mas amable posible.

-¿Cuál?-Will sonaba confundido pero divertido.

-¿Nos llevarías hasta tu casa, para poder secuestrar a tu hermano?-preguntó rápido, tal vez para que no lo procesara del todo. De cualquier forma no le tomo ni dos segundos responder.

-¡Claro!-exclamó al otro lado de la línea.

...
-Es una mala idea, ¿Verdad que es una mala idea?-Cat sujetó el borde de mi chaqueta mirando con pánico por la ventana de la camioneta rentada de su mamá.

-Vayámonos si es lo que quieres-le susurré, aunque de cualquier forma, el tono de mi voz no hacía gran diferencia si tenemos en cuenta que todos estábamos agazapados en la maldita camioneta.

-Se lo merece-pulló Mia señalándola con el índice-No puede jugar con tus sentimientos y luego irse de rositas, ¿O si, Cat?

Cat observó a Mia durante unos segundos y vi como la incertidumbre comenzó a transformarse en pura determinación.

-Claro que no-sentenció.

-Oigan-Jeff asomó su cabeza desde los asientos traseros de la camioneta familiar-Solo para aclarar, ¿Nada de esto es ilegal, verdad?

Am, desde el asiento del piloto y Seth, a su lado, compartieron una mirada cómplice.

-T.E.T.E.L-respondió Am encogiéndose de hombros.

Ty soltó una carcajada y le dio un golpecito a Seth en el hombro.

-¿Tetel?-preguntó Jeff con confusión.

A mi lado, Cat rodó los ojos.

-Todo En Texa Es Legal-respondió Seth, llenando las siglas.

Jeff nos miró al resto buscando a alguien cuerdo en el auto.

-¿Si saben que no estamos en Te...?

-¡Vamos allá!-exclamó Mia sin dejarlo terminar y se estiró sobre Cat y sobre mi para poder abrir la puerta de la camioneta.

-¡Esperen!-Cat atravesó su brazo contra la salida antes de que Mia se tirará como militar altamente entrenado.-¿Podemos conseguir un baño antes?

Todos en el auto la abucheamos.

-Es que debo hacer del uno-hizo una mueca.

-Te aguantas-le respondió Seth.

-Bien, escuchen, repasemos una última vez-Am se volteó para vernos a todos.-Cuando Will nos haga la señal desde la ventana, Cat, Mia y yo entramos. Cat, tu te quedas en las escaleras vigilando que nadie venga mientras Mia y yo le ponemos la bolsa al objetivo en la cabeza y bajamos con el, Jeff, tu debes tener el auto listo para entonces, Seth vigila que nadie venga desde la esquina. Cuando salgamos entras tu Amy y pones la mezcla en su cama, Ty, tu debes tener lista la soga para amarrarlo al asiento, y Ryan, espero que tengas buen gancho de derecha...

-¿Qué? ¡Claro que no!-exclamó Cat.

-¿Entonces es zurdo?-preguntó su mamá confundida.

-¡No! Ryan, no golpeará a nadie, mamá.

-Bueno, no creo que podamos dormirlo con cosquillas...

-¡Mamá!

-Bien, basta-Am le quitó importancia con un gesto de su mano-Solo era una bromita, no lo noquearemos.

Amy yo compartimos miradas. La mía decía: "¿Y entonces que carajos hago?" Y la suya respondía: "¡Aborta misión, imbécil!"

-Entra con nosotras-dijo finalmente-Contigo será más fácil llevarlo.

La señal de Will finalmente llegó, las luces de la sala se encendieron y apagaron dos veces.

-Ahora-susurró Am. Ella, Mia, Amy, Cat y yo, abandonamos la camioneta en silencio, seguidos de Seth que se fue hasta la esquina. Una vez fuera, las chicas y yo nos quedamos mirando como Am sacaba al niño dormido de la parte trasera y lo sujetaba en el portabebés que traía en el pecho.

-¿Qué?-preguntó ella al al sentir nuestras miradas.

-¡Llevas al bebé colgando!-exclamó Cat entre susurros.

-Ay linda, me dijeron que tiene el sueño pesado-le quitó importancia y le ajustó mejor el mini casco sobre la cabeza calva al bebé.-Cuando tenías su edad yo solía...

-No-Cat la detuvo levantando una mano-En serio, no quiero saber.

La puerta de la entrada se abrió, y Cat se sobresaltó a mi lado. La cabellera roja de Will se asomó por la puerta seguida de su ceño fruncido.

-¿Van a entrar o no?-susurró para después dar miradas cautelosas sobre su hombro. Am dio un asentimiento y entramos en fila india tras Will, haciendo el menor ruido posible, excepto por Amy cuyos tacones claramente no estaban cooperando.

Cat

Atravesamos la entrada en completo silencio, seguimos por el salón principal y luego por la sala. Yo era la última de la fila, la ancha espalda de Ryan me tapaba la mayor parte de la vista y unos segundos después, esa misma espalda se estrelló contra mis narices.

-¿Qué mierd...?-Ryan no pudo acabar de protestar.

-¡DYLAN!, OLVIDE QUE SIEMPRE TOMAS UN VASO DE LECHE EN LAS NOCHES-gritó Will (de forma no muy disimulada) y en el marco de la cocina  sobre su hombro. Me asomé para ver sobre la espalda de Ryan. Al parecer, Will se había detenido abruptamente en la puerta que daba a la cocina y nos había hecho chocar unos con otros. Mamá maldijo entre dientes y comenzó a retroceder, los demás la imitamos.

-El objetivo no está dormido-susurró Amy con pánico cuando nos reunimos en el salón.

-No me digas, no lo había notado-respondió mamá, claramente frustrada por la interrupción de su plan-Vaya cómplice nos conseguiste-le reprochó a Mia.

-Es Will, ¿Qué esperabas?. Estoy sorprendida de que sepa encender las luces-se defendió mientras se amarraba la melena rosa en un moño.

-Hay otra entrada a la cocina después de la escalera-susurró Amy. Recordé enseguida que Amy también había sido pareja de Dylan. Seguramente ella si conoció esta casa.

-¡Pero él está ahí!-susurré.

-Exacto-respondió mamá-Plan B, linda.

Seguimos a Amy en silencio, dando le la vuelta al salón hasta llegar a las escaleras. La puerta de la que hablaba se encontraba abierta, y Dylan le daba la espalda.

-LO SIENTO, ES QUE OLVIDE QUE SIEMPRE TOMAS UN VASO DE LECHE EN LAS NOCHES-exclamó de nuevo Dylan en voz muy alta e inclinándose sobre su hombro. El tonto ni si quiera había notado que yo no estábamos detrás suyo.

-¿Por qué gritas? -le preguntó Dylan. No podía ver su cara, pero su tono era claramente confuso.

-NO GRITO, SOLO NO RECORDABA QUE ESTABAS EN LA COCINA, REPITO: ¡EN LA COCINA!-siguió gritando.

No me di cuenta cuando Mia se escabulló de la fila y se infiltró en la cocina hasta llegar al lavatrastes sin ser vista

-¿Estas bie...-Dylan no pudo terminar la frase porqué Mia le golpeó la cabeza con una sartén sucia. Él se tambaleó y cayó al suelo.

Todos compartimos miradas atónitas. Incluso Will, que aún no se explicaba cómo habíamos llegado hasta el otro lado de la habitación.

-¡Lo mataste!-gritó Amy.

-¡No lo maté!, ¡Solo lo golpee con una sartén!-se defendió Mia.

Amy se agachó junto a Dylan.

-¡Will, la señal era para cuando el estuviera dormido!, ¡Claramente no estaba dormido!-le recordó mamá a Will.

-¡Tiene pulso!-dijo Amy levantándose de el suelo.

-¡Claro que tiene!, ¡No lo maté!-volvió a decir Mia.

-Ya no necesitaremos la bolsa-dijo Ryan encogiéndose de hombros-Buen golpe-él y Mia chocaron puños.

Mamá rodó los ojos y volvió a llamar al pelirrojo.

-Oye Will, ¿Tu hermano tiene algo que aprecie demasiado?-le preguntó.

-Su balón de fútbol autografiado-dijo y mamá sonrió-Está en el estante de la sala-dijo Will y mamá se dirigió con la bolsa a hacia la sala.

-Vamos rubia, usaremos esa mezcla en su balón.-Amy comenzó a quitarse la mochila donde guardaba la mezcla pegajosa y siguió a mamá.

-Necesito algo de beber-comentó Mia abanicándose con las delgadas manos.

-¿Qué, ser una matona te deja sedienta?-le recriminé, cruzándome de brazos y viendo como se dirigía hasta el refrigerador para abrirlo.

-A ver, Cat. Estoy haciendo esto por ti y por Amy, no hay razón más noble que vengar a mis dos mejores amigas-respondió sin mirarme, hurgando en el refri de los Scrivens con tanto descaro como solo ella podría. Una sonrisita se me coló en la cara al darme cuenta que era la primera vez que me llamaba "su mejor amiga".

-Es una matona con sentimientos-la molestó Ryan. Acto seguido, tomó mi mano y me guió para pasar sobre Dylan e ir hasta donde estaban Mia y Will.

-La cerveza está aquí-Will se adentró en el refri con ella y ambos comenzaron a darse empujones para alcanzar las bebidas. Los observé, aguantando la risa frente a su pequeña pelea.

-Tú madre está loca-me susurró Ryan. Lo miré distraídamente y noté que su mirada esta fija en mi.

-Si, un poco-concedí.

-Pero te ama con locura-agregó-Admiro eso.

Me encogí de hombros un poco intimidada por su intensa mirada.

-Ella es muy... Pasional, ama de una forma intensa.

Ryan asintió y finalmente dejó de mirarme para observar la interminable pelea frente a nosotros. Observé su perfil relajarse en una sonrisa y no pude evitar pensar en que a pesar de considerar a mi mamá una loca, se embarcó en esta aventura con nosotros. ¿Su mamá sería igual que la mía? Tal vez si, tal vez estar cerca de la mía lo reconfortaba un poco ...

O tal vez solo estaba igual de loco.

-Ryan.

Volteó a verme aún con esa sonrisa relajada en la cara.

-Dime.

-Prométeme que no lo vas a golpear.

-No es de mi de quien deberías preocuparte-bromeó inclinando la cabeza en dirección a Mia, que al fin había logrado reclamar una cerveza.

-Prométemelo-le sostuve la mirada para que supiera que hablaba en serio-Lo odio, pero no quiero meterte más en esto.

-Ya estamos muy metidos en...-se detuvo cuando incliné la cabeza y rodé los ojos.-Vale, lo prometo.

Le sostuve la mirada varios segundos más, hasta que mamá y Amy volvieron a entrar a la cocina.

-¿¡Dónde está el objetivo!?-preguntó mamá en una exclamación, mirando el espacio donde se suponía que estaba Dylan. Todos volteamos en esa dirección, pero el suelo estaba vacío.

-¡Carajo!-exclamó Mia.

Del pánico, las ganas de ir al baño comenzaron de nuevo.

Dylan

-... Hola, policía, necesito ayuda-susurré por el teléfono.

-¿Donde esta en este momento?-preguntó el agente al otro lado de el teléfono.

-Bajo mi cama.

-¿Cual es la situación?.

-Un grupo de chicos me acosan, y los lidera una mujer rubia, con un bebe-dije lo mas bajo que pude y la puerta de mi cuarto se abrió de golpe.

-¡Bum baby!-exclamó la mujer rubia vestida como soldado moderno.

-¡Mamá, vayámonos!-oí la voz de Cat.

-¡Mia trae la sartén!-exclamó la mujer.

¡¿Cual sartén?!

Comencé a arrastrarme fuera de la cama por el lado contrario para escapar, pero lo ultimo que sentí fue un golpe de nuevo, antes de que todo se volviera oscuro.

Cat

Mamá y Mia arrastraron el cuerpo inconsciente de Dylan por los primeros escalones hasta que Ryan las ayudó a cargarlo.

-¡Corran!, ¡Nos vemos en el auto!-exclamó mamá, instándonos a Amy y a mi a salir por la puerta primero para darles paso.-¡Te lo devolvemos al rato!-exclamó cuando pasamos junto a Will, quien muy sonriente agitó su mano como despedida mientras salíamos de la casa.

-Oigan, en serio necesito ir al baño-les recordé mientras subían a Dylan en la parte trasera y se acomodaban junto a él.

-Linda, el chico llamó a la policía, en serio necesitas aguantarte las ganas-mamá terminó de acomodar a Dylan junto a Amy y Mia y le entregó el bebé a la rubia para subirse al frente.

-¡Corran!-Seth llegó desde la esquina, agitado y con los ojos bien abiertos, tras él, un hombre en pijama y con una linterna salía de una de las casas.

-¿Quién está ahí?-preguntó apuntando a la linterna hacia nosotros. Un grupo lo más de peculiar con un chico inconsistente en el asiento trasero de una camioneta familiar.

-¡Arranca!-exclamó Seth prácticamente saltando al asiento del copiloto.

¿No les ha pasado que tienen tantas ganas de ir al baño que empiezan a caminar agachadas?, pues era justo lo que me estaba pasando, camine como pude los pocos pasos que me faltaban para llegar hasta el auto el auto. Pero Ryan cerró la puerta y le hizo una seña a mamá.

-Váyanse, le conseguiré un baño.

-¿Qué?-mamá se volvió sobre sus asiento y al ver que de cualquier forma ya no había espacio para ambos en el auto, asintió con la cabeza-Bien, no tarden.

Vimos el auto arrancar cuando el vecino entrometido se acercaba más con su linterna. Estiré la mano e hice que Ryan se agachara junto a mi hasta movernos tras un arbusto.

El tipo intentó correr algunos metros tras el auto pero al final, terminó doblado sobre su estómago, fatigado y enojado. Le hizo un gesto a la calle ahora vacía y volvió por el camino hasta su casa. Cada uno de sus lentos pasos le dolían a mi vejiga llena.

-No hay restaurantes por aquí-comentó Ryan-Levántate, buscaremos un taxi para ir al lugar más cercano-me dijo.

Negué con la cabeza repetidamente.

-No hay forma de que aguanté tanto tiempo-conteniéndome todo lo que pude, me puse en pie y di algunos pasos por la calle, mirando alrededor-Tendré que llamar a alguna casa.

-Nadie va a prestarte un baño por aquí-dijo don pesimista.

Ignorándolo, me acerqué hasta la casa junto a la de los Scrivens. Estaba completamente oscura y silenciosa así que me obligué a arrastrarme hasta la siguiente. Sentí los pasos de Ryan tras de mi, y su molesta voz diciéndome la mala idea que era. Por fin llegué hasta una casa con las luces encendidas y toqué el timbre con apuro.

-Espera ahí-le susurré a Ryan, que comenzaba a entrar al jardín.

-¿Qué? ¿Por qué?-su voz de ofensa se hizo presente.

-No quiero tu pesimismo cerca-susurré de vuelta y volví a tocar el timbre.

Estaba a punto de rendirme y explotar justo allí, cuando la puerta se abrió y se asomó un chico alto y peli negro al que parecía haber despertado de un profundo sueño.

-¿Puedo ayudarte? -preguntó y luego bostezó.

-¿Me prestas tu baño?.

-¿Perdón?

-¡Por favor!, ¡tengo muchas ganas de hacer pipí!-le supliqué.

-¿Te das cuenta de que nunca te había visto antes y de que son las 10:00 pm?-preguntó aun confundido.

-Si-asentí. Si seguía alargando el tiempo iba a quedarme sin vejiga.

-¿Y quieres que te preste mi baño?.

-¡No!, ¡Tu jardín! ¿Que crees que soy perro?, ¡Claro que tu baño !-dije. Me miró de nuevo, aún confundido y levantó la vista. Estaba viendo a lo que hubiese tras de mi, que supuse sería Ryan, malhumorado y quieto en el jardín como le había pedido.

-Esta bien pasa.-abrió del todo la puerta y se hizo a un lado-Sube las escalera, es la primera puerta.

-¡Gracias!-casi me lo llevé de frente cuando pase corriendo. Subir las escaleras fue otro martirio, pero valió la pena cuando finalmente pude dejarme ir.

Salí de el baño y le agradecí al chico.

-¿Como te llamas?-le pregunté.

-Roberto-respondió. Aún se veía confundido y cansado pero parecía increíblemente amable a pesar de las circunstancias.

-Ese es nombre de loro-dije y el sonrió.

-¿Como te llamas?-preguntó.

Me mordí la lengua.

-Cat-respondí por lo bajo.

-Ese es nombre de gato-dijo lo obvio y reí.

-Bien, gracias Roberto el loro-volví a agradecerle

-¿Vives cerca?-preguntó.

-Para nada.

-¿Y con quien te vas?-preguntó.

-Mi... amigo me está esperando allí afuera.

Asintió pensativo y agregó:

-Es tarde, puede ser peligroso-comentó mientras caminábamos hasta el salón de la entrada.

-Estaremos bien-lo tranquilicé. Parecía genuinamente preocupado.

-Bien-dijo con resignación y me señaló de repente cuando la cara se le iluminó con una idea-Espera aquí.

Subió las escaleras de dos en dos y comencé a considerar huir antes de que volviera. Parecía amable pero estar tanto tiempo con un desconocido me ponía nerviosa. Sin embargo, el hecho de que Ryan esperara afuera me tranquilizaba enormemente.

Roberto volvió con un abrigo en sus manos y me lo ofreció con timidez.

-¡No te preocupes!-respondí.

-Tiemblas desde que llegaste-señaló.

Aquello me hizo ruborizar, y terminé por aceptar el abrigo. Tenía tantas ganas de ir al baño que no había notado que el frío estaba haciendo de las suyas conmigo como siempre.

-Te lo traeré, lo prometo-le dije mientras me ponía el abrigo.

-Puedes llevármelo a la escuela.-dijo. Levanté mis cejas con sorpresa-¿El de allá afuera es Ryan Foster, no? Vamos a la misma escuela, te me hiciste familiar.

Asentí comprendiendo mientras caminábamos de vuelta a la puerta.

-¿Me dirás que te trajo hasta mi baño?-preguntó Roberto divertido. Le eché una mirada a Ryan. Su ceño fruncido y su gesto me mostraron lo molesto y confundido que estaba, probablemente por mi demora y el abrigo que me cubría.

-Para hacerte la historia corta, digamos que ejecutaba una venganza algo... exótica-respondí.

-Lamentó oír eso-comentó.

-¿Por qué?

-La venganza no es buena.

-¿Mata el alma y la envenena?-bromeé. Sonrió pero pareció franco cuando continuó.

-¿Sabes?, a veces la mejor venganza es el perdón.

Lo observé unos segundos para determinar si bromeaba, pero parecía ir en serio.

-Un placer conocerte Cat el gato-dijo, al ver que no iba a responder.

-Igualmente Roberto el loro-dije y tras despedirme, salí.

Ryan me atosigó con preguntas y miradas acusadoras en el camino, y al bajar del taxi me dio una retahíla del peligro de hablar con desconocidos y me pidió que me lo pensara dos veces si me volvía a pasar algo así estando sola. Bajé del taxi más regañada que cuando dañé la licuadora de casa intentando hacer resfresco con fresas y gas encapsulado. Asentí y le dije que tenía razón.

Al entrar a casa, dejé el abrigo prestado sobre nuestro perchero y me adentré en la sala junto a Ryan. Conociendo a mamá, la escena no me sorprendió tanto. El pobre Dylan estaba amarrado a una silla y tenía cinta adhesiva en la boca.

-¡Al fin!-exclamó Ty levantándose del sofá. Parecía bastante enérgico, todo lo contrarío a Mia, que ya yacía dormida en el sofá. No había rastro de Amy o Jeff, por lo que supuse que ya se habían ido a sus casas.-¿Que quieres hacer? ¿Lo golpeamos?-mi primo saltaba de un pie a otro, listo para atacar.

-Mamá propuso tatuarle la cara, pero golpearlo estará bien-dijo Seth levantándose también de su silla.

-Tu decides, mi muggle-dijo mamá. Ella asesinaba a Dylan con la mirada y el pobre chico solo nos miraba a todos con horror.

Cielo santo. Mi lado materno de la familia parecía una seria organización delictiva de la mafia italiana. Podía ser útil y divertido en ciertas situaciones, pero justo ahora me hacía sentir mala persona y no me rebajaría al nivel de Dylan.


-Yo decido-confirmé. Me acerqué hasta la silla del secuestrado y me apoyé sobré su respaldo, acercándome lo suficiente para que escuchara con claridad-Te perdono.

Me aparté para irme. Quería descansar después de aquel día tan agitado. Pero oí la voz de mamá mientras salía de la sala.

-Ya denle chicos.

-¡Mamá!

-¡Es broma!-rió y me alcanzó en el pasillo.

-Te parecerá extraño-me pasó un brazo por los hombros-Pero estoy orgullosa de ti, mi pequeña chica fuerte.

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