Wigetta: Número equivocado

Por PinketAura17

78.9K 7.5K 1.6K

Samuel entra a una cafetería que solía visitar antiguamente, pero esta ha sido renovada. Al sentarse en una d... Más

1. La cafetería
2. Sexy desconocido
3. El primer mensaje
4. 'Tío sexy'
5. ¿Demasiado lejos?
6. Mal día, buena noche
7. Nombres
8. La llamada
9. ¡¡Cumpleaños!!
10. La esperada quedada 1/2
11. La esperada quedada 2/2
12. A veces uno hace hasta lo imposible
13. Alejados
15. Lo siento.
16. Nervios a flor de piel
17. ¿Cambiaría algo?
18. Lo que mal empieza, bien acaba
19. No es un final, solo un inicio.

14. Incómodo

3.3K 384 38
Por PinketAura17

Guillermo.

¿Está Samuel? —Es lo que salió de los labios de Raúl en el momento en el que aquella mujer contestó por el porterillo—. Somos unos amigos.



¡Sí, mi hijo está aquí! —Esta vez la mujer hablaba muy animada—. ¿Queréis subir?



N-n...



Sí, claro. —Me interrumpió mi acompañante. Le eché una mirada de asesino y él sólo se encogió de hombros. Ambos empujamos la puerta del portal y empezamos a subir. Él; a una velocidad increíble, y yo; lo más lento posible. Lo único que podía escuchar eran los latidos de mi corazón, que retumbaban en mis oídos todo el tiempo—. ¿Quieres aligerarte?



No. —respondí. Y los latidos se hicieron más rápidos.





Estábamos frente a la puerta abierta, yo me había quedado estático. No podía mover ningún músculo de mi cuerpo. Sólo el saber que Samuel estaba ahí dentro me hacía sentir nervioso, asustado y furioso. No quería entrar, no quería verlo.

Raúl fue a empujarme para que entrase, entonces en ese momento sonó mi móvil. Lo saqué, impacientemente, del bolsillo, esperando que fuera una excusa para poder desaparecer, cuanto antes, de allí. Pero no, era una razón más por la que debía entrar. Era un whatsapp de Samuel...

No quería leerlo, no estaba preparado para hacerlo. No ahora que me encontraba frente a su casa. No.

Conseguí moverme y mi compañero y yo entramos, cerrando la puerta tras nosotros.





Buenas tardes. —Saludó Raúl.





Allí se encontraban la madre, —supongo que era la madre—, que se hallaba con una sonrisa de oreja a oreja, y un hombre, —el padre, creo— que levantó la mirada por encima del periódico que estaba leyendo.





Buenas tardes. —respondieron ambos.





El hombre volvió a lo suyo, en lo que su mujer nos miraba sonriente.





¿Queréis tomar algo?



No, no. Gracias. —Sólo Raúl conseguía hablar algo. Yo no era capaz de pronunciar palabra alguna.



¿De verdad? Si se os apetece algo sólo tenéis que decírmelo, ¿de acuerdo? —Ambos asentimos—. Samuel está en su habitación. Está al fondo a la izquierda. —vocalizó al mismo tiempo nos hacía señas.



Muchísimas gracias. —Mi compañero y yo nos adentramos en el pequeño pasillo, parándonos frente a la puerta de la habitación, en la cual se suponía que estaba él—. ¿A qué esperas? Abre. —me dijo en voz baja.



No puedo. —le respondí en el mismo tono.



Claro que puedes. ¿Hemos venido hasta aquí para nada?



Es que... —Agaché la cabeza, encontrándome con mis pies, los cuales temblaban un poco—. Es que no soy capaz de mirarlo a la cara. —confesé por fin.



El que no tendría que ser capaz de mirarte es él, que se fue corriendo. —Alzó un poco la voz, sin darse cuenta.



¿Quién hay ahí? —Se oyó tras la puerta. Era su voz. Ahora sí que estaba temblando. Giré sobre mis pies y Raúl me tiró del brazo.



Tú no vas a ninguna parte. —Empujó la puerta y entonces me encontré con su mirada. El corazón parecía habérseme parado.



¿Guillermo? —dijo desde su cama. Se incorporó, quedándose sentado sobre ésta.



Bueno, yo me voy. —habló Raúl. Yo lo miré con cara de cómo-te-vayas-te-asesinaré-lenta-y-dolorosamente, pero a él no le importó cuántas miradas asesinas pudiera echarle, él se limitó a moverse—. No lo dejes ir, hasta que hayáis aclarado las cosas. —le dijo a Samuel, y ésta vez se fue.



Pasa. —me invitó a entrar—. Siéntate dónde quieras. —Supongo que aquello lo dijo por si no quería sentarme a su lado, después de lo que había pasado. Moví un poco la silla de su escritorio y me acomodé sobre ella, quedando frente a él. Volví a mirarme los pies—. Guillemo... yo... —Subí la cabeza para mirarlo y entonces él calló. Me estaban entrando ganas de llorar.



¿Puedo irme? —le pregunté, girando la cara hacia cualquier lado, en el que él no estuviera. Él se lo pensó un momento y respondió.



No. —Hizo una pausa y volvió a hablar—. Tu amigo quería que lo hablásemos. Y yo también. —Volvió la mirada hacia otra parte. Estaba nervioso, pero ni la mitad de lo que yo lo estaba—. Yo... creí que eras... otra persona.



¿Q-qué otra persona? —le pregunté interesado. Recuerdo cuando Raúl me tendió la servilleta con su número. Él había dicho que el número era para mí. Que era para la persona que lo había atendido.





Una imagen apareció en mi cabeza, como por arte de magia. Eran Carolina y Samuel, ambos mirándose como atontados. ¡Era para ella! Claro... el número era para ella... Y yo... Creí que... Noté cómo los ojos se me empañaban. Antes de que él pudiera notarlo, me levanté para salir por la puerta. Pero él me detuvo.





Espera.



Era para Caro.



¿Qué?



El número. —Me volví para mirarle a los ojos—. Te gustaba Caro, no yo. —Él me soltó del brazo y agachó la cabeza—. Yo volví a darme la vuelta.



Te pagaré lo que me compraste.



No te molestes. —dije sin girarme.



Oye... —Me quedé quieto, esperando lo que sea que me tuviera que decir—. Lo siento...





Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, sin pedir permiso. Avancé unos pasos, mirando hacia abajo, y me choqué contra alguien. Levanté la mirada, y sin querer interrumpí a la mujer que sólo había conseguido decir "¿Queréis que os prepare al...?"





¿Qué te pasa, cariño? —me preguntó, llevando una de sus manos hasta mi mentón—. ¿Habéis discutido? ¿Qué le has hecho Samuel?



N-no es su culpa. —dije—. De verdad... Él no hizo nada.



Entonces, ¿qué te pasa? —Aquella mujer me hacía sentir querido. No eran sus palabras, sino la forma en qué las pronunciaba, y esa mirada que tanto amor desprendía—. Voy a prepararte algo y me cuentas, ¿de acuerdo?



N-no se preocu...



No me vale un no por respuesta. —La mujer desapareció de allí, dejándome con cara de idiota, mientras que se hizo el silencio entre Samuel y yo durante unos segundos que se hicieron eternos.



(...)





Estábamos en el salón. El hombre seguía leyendo el periódico, mientras que la mujer no dejaba de mirarme, esperando a que le dijera algo.





—Mamá, déjalo. Son problemas personales. —habló Samuel. Me hacía daño oírlo hablar así, con tanta indiferencia sobre el tema—. No quiere hablar sobre ello y tú lo estás incomodando.



—Oh... lo siento... Yo no quería... incomodar al chico.



—No se preocupe. —dije—. Sé que su intención es ayudar. —Sonreí, intentando que pareciese sincera.





La mujer me sonrió con ternura y añadió algo, para después levantarse y llevar los plásticos, en los que anteriormente habían estado un par de donuts, a la basura.



"No sonrías si no quieres, no te veas forzado a ello. Pero quiero que sepas que si algún día necesitas hablar de lo que sea, puedes contar conmigo" Aquellas palabras significaron mucho más de lo que cualquier persona podría imaginar, para mí. Al final, había, incluso, merecido la pena haber pisado aquella casa.

--------------------------

Capítulo escrito por: Mrsdesrosiers17

Seguir leyendo

También te gustarán

9.7K 485 22
Marinette Dupain Cheng hereda la panadería de sus padres después de que ellos deciden retirarse y vivir en Estados Unidos ,el Rey de Francia se había...
31.9K 2K 13
Serena Tsukino al principio no le agrada el nuevo alumno de la escuela Darien Chiba en el despierta un interés desde el momento en que la vio. Primer...
66.9K 3.2K 44
Jos:-necesito que finjas ser mi novia T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T ___:-será nuestro secreto T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T•T ...
980K 104K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...