Los Secretos De La Familia Fo...

By T-Arroyo13

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El día que la familia Fox puso un pie en el pueblo de Greston todo cambió. Esa rara, rica y poderosa familia... More

⚠️ANTES DE LEER- PERSONAJES ⚠️
Prólogo
CAPÍTULO I - "Recuerdos dolorosos"
CAPÍTULO II- "Escalofríos"
CAPÍTULO III ●- "Problemas"
CAPITULO IV- "Atracción"
CAPÍTULO V- "Pánico"
CAPÍTULO VI - "Pequeños Errores"
CAPÍTULO XII- "Culpa"
CAPÍTULO IX- "Asesina"
CAPÍTULO X- "Retorcido"
CAPÍTULO XI- "Interruptor de apagado"
CAPÍTULO XII- "Espejo Negro"
CAPÍTULO XIII- "Escapé"
CAPÍTULO XIV- "Cicatrices"
CAPÍTULO XV- "Añicos"
CAPÍTULO XVI■ "Celos"
CAPÍTULO XII- "Salvavidas"
CAPÍTULO XVIII■ "Descontrol"
CAPITULO XIX □ "Bestia"
CAPITULO XX ■ "Fantasmas"
CAPITULO XXI- "Bandera Roja"
CAPÍTULO XXII "Infancia"
CAPÍTULO XXIII- "Imperfecta"
CAPÍTULO XXIV- "Perfecto"
CAPITULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVII- "Primeras despedidas"
CAPÍTULO XXIX- "Rosas"
CAPÍTULO XXX "Sombras"
CAPÍTULO XXXI- "Pequeñas mentiras"

CAPÍTULO XXVIII- "Inseguridad"

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By T-Arroyo13

"Inseguridad"

Allison:

Mi comienzo de semana no fue mejor de lo que esperaba. En la primera hora escuche mi nombre ser llamado por los altavoces en los anuncios matutinos. La directora, madre de Ben, me esperaba en su oficina y a pesar de que no quería ver a ninguno, madre e hijo, no podía negarme. En este momento no éramos dos mujeres que nos odiábamos, éramos directora-alumna, y aunque no deseaba verle la cara a la pelirroja, no tenía más opción. 

Mientras caminaba hacía la oficina principal tuve precaución de no cruzarme con el pelirrojo. No entró a la primera clase y no supe de él en todo el fin de semana, no negaba que eso me alegró, pero también me aterraba la idea de que estuviera escondido esperando la oportunidad para atacar cuando estuviera sola. Recordar la rabia que tenía el viernes y pensar en lo que pudo hacerme si no hubiera logrado escapar, me causaba arcadas.

La secretaría me recibió y me permitió pasar a la oficina de la directora. Tomé un poco de aire antes de empujar la puerta <Tranquila>, me repetí.  Entre y la pelirroja me esperaba sentada en su lugar. No dijo nada e ingresé sentándome en la silla al frente del escritorio. 

Zamira Serrano, directora. El cartel dorado brillaba en el escritorio y extrañamente lograba ponerme más tensa. Me aclare la garganta para que ella dijera lo que necesitaba y me marchara. Jamás tuvimos una buena relación, y después de aquella noche aún menos. Ella me miro sobre el marco de sus anteojos y siguió en silencio acomodándose las gafas café. 

Tenía un mal presentimiento sobre todo esto. Limpie mis manos sudorosas contra mi falda roja, joder, este silencio me pone tranquila. La directora siguió acomodando las hojas en sus manos mientras yo me ponía a dudar que plan tenía en marcha porque si de algo estaba segura, era de que abría represarías. La insulte, humille y logre que fuera vetada de su restaurante favorito, no me llamo aquí para darme un abrazo pero esperaba que no mezclara lo personal, con lo laboral y esperara que resolvamos nuestros asuntos fuera de la institución.

Choque mis uñas contra el escritorio de madera intentando ganarme su atención pero ella tarareo vigorosa. Me acomode el dobladillo de la falda y sin querer perder más mi tiempo me puse de pie para marcharme.

— Sentada— Ordeno como si fuera un perro.

— Estoy perdiendo mi clases, con permiso— Me voltee y el estruendoso ruido de un puño chocando contra el escritorio me hizo pegar un brinco.

— ¡Sentada!.

Voltee y la observe, toda esta tranquilidad era falta. Ella sonrió de nuevo y mirando sus papeles me extendió uno con la mayor de las sonrisas. Lo tome en mis manos algo desconfiada y mientras leía ella se aclaraba la garganta de manera ruidosa.

— Estás expulsada de la institución— Dijo mientras leía esa misma oración en el papel que sostenía en mis manos. Con esas simples palabras palidecí.

— ¡No puede hacerme esto!— Me exaspere levantándome de la silla.

— Ya lo hice.

— No tiene razones para hacerlo. Si me expulsa me va a joder; estamos a mitad del año escolar, mis amigos están aquí y esto arruinara mi expediente para buscar universidades.

Ella se encogió de hombros sin preocupación. 

— No es mi problema.

Sentí mis ojos humedecerse por la rabia. Esto era injusto.

— ¡Le avisaré a la junta directiva!— Amenace — ¡Esta mezclando nuestros asuntos personales con mi educación y su trabajo!.

La pelirroja rió como si estuviera contando chistes para divertirla.

— Hazlo, no conseguirás nada— Se puso de pie— Mis ancestros fundaron esta escuela, mi apellido forma parte de la placa que se encuentra en las afueras del colegio y casi toda la junta esta formada por mi familia y amigos, ¿Enserio crees que una mocosa cualquiera conseguirá algo?

Sentí cada músculo de mi cuerpo tensarse. Decía la verdad, no lograría nada, cargaba un apellido de renombre para este pueblo y yo no. Toda esta mierda era injusta y que ella se riera aumentaba mi cólera. Mis ojos viajaron de nuevo al cartel sobre el escritorio. Grande, pesado y con buena punta. La obesa mujer siguió hablando pero mi mente se había concentrado en el objeto. Sentí el impulso recorrer mi brazo y el anhelo de querer tomarlo para golpearla.

No. No volvería a cometer el mismo error.

Mi vista volvió a la pelirroja mientras seguía parloteando.

—... Desde el momento en el que te vi supe que eras una arribista, se notaba de lejos. Te acercaste a mi hijo por interés y lo manipulaste para que cayera.

Me le reí en la cara. Quería que viera los moretones cubiertos en mis brazos, alguna que otra marca que me dejo y los arañazos que yo le hice a él para que viera que clase de monstruo creó.

— ¡Ni siquiera lo visitaste en todo el fin de semana! ¡Estuvo internado tres noches y no lo llamaste siquiera...!

La mire confundida— ¿Que...?

Sus ojos se habían llenado de lágrimas al borde del llanto. Temblaba incapaz de controlarse. 

— ¡Mi pobre bebe estuvo internado tres noches! ¡Un asqueroso borracho lo atropelló el viernes cuando fue a buscarte para arreglar las cosas! ¡Solo traes desgracias a la vida de mi pequeño!

Un suspiró escapo de mis labios ¿accidente de auto?.

— ¿Y se murió...?— Las palabras salieron de mi boca sin control y el tono alegre en mi voz hizo que la pelirroja se callara para después soltar un grito que me estremeció. 

— ¡Fuera de aquí!— Grito frenética y empezó a arrojarme cuadernos.

Salí de la oficina llorando. Mi mente solo divagaba que mierda haría. La hija de puta me había expulsado, esta mierda mancharía mi expediente para la universidad y me jodería. Mierda, mamá la va a matar.

— ¿Allison, estás bien?— Me detuve al escuchar la voz de la menor de las Fox.

La rubia me miro algo preocupada y me limpie las lagrimas que caían por mis mejillas. A su par de encontraba Oliv que me miraba con una expresión molesta.

— Vamos, Carrie.— Intento agarrar la mano de la rubia pero ella levanto la mano deteniéndolo. Se escuchó el ruido de sus tacones dando unos pasos más cerca.

— ¿Estás bien, Allison?— Me observaba confundida ya que seguía llorando sin control por la rabia.

Asentí y al seguir observando la expresión molesta de Oliv decidí irme, debía estar enfadado porque no visite al idiota de Ben en el hospital y sinceramente me importaba una mierda, ese auto me hizo el mejor regalo de la vida, desearía ser yo la que hubiera manejado.

— Estoy bien— Aseguré antes de marcharme y darle una mala mirada al moreno.

Carrie fue amable pero no era el Fox que necesitaba en estos momentos. 

[...]

Sentía la importancia a flor de piel mientras daba cada paso hasta la cafetería. La mirada de todos en la mesa se posó en mí. Mica me observo y se levantó rápidamente del regazo de Jordán, el rubio la miro confundida mientras ella se alisaba la ropa y una expresión culpable se formaba en su rostro como si mi objetivo principal fuera ir a regañarle, pero en estos momento su vida estaba en segundo plano para mi. Desvié la mirada hacía la persona que me observaba con detenimiento. Mi piel se erizo con rapidez mientras los azules ojos de Jackson no se separaban de los míos.

— Necesito tu ayuda— Me dirige a él y me observó con detenimiento.

Asintió poniéndose de pie y me siguió mientras le explicaba con detalle todo.

— Deja de llorar.

— No puedo, me expulsaron de la jodida escuela, Jackson— Él siguió tranquilo con su móvil en manos.

Nada fue como lo espere. Le conté a Jackson lo que sucedió y en vez de ayudarme a pensar algo para impedir mi expulsión, él solo se puso mandar mensajes. Estaba molesta por esto pero la falta de atención me enfurecía el doble. Estábamos en las afueras de la oficina de Zamira, la secretaría nos observaba de reojo mientras ambos seguíamos sentados sin saber que hacer.

— ¿Puedes dejar ese maldito celular?— Pregunte irritada y él negó— Vete a la mierda.

Me voltee dispuesta a irme pero una mano se envolvió en mi brazo. 

— Era una broma, Lissy— Tiro de mi acercándome a él. Con sus pulgares limpio mis lágrimas— Todo saldrá bien, siéntate, espera y confía.

Joder, claro que confiaba en él. Era la persona que me ayudo a esconder un cadáver, hablo conmigo cuándo tuve problemas con mi madre, escucho sobre papá y aún después de esto, seguía ayudándome. Claro que confiaba en Jackson.

Un teléfono vibro y Jackson sonrió mientras leía lo que le acabará de llegar, ¿Quién le estaba escribiendo y porque sonreía así?. Se puso de pie y extendió su mano hacía mí. 

— Todo resuelto.

No entendía nada pero me deje guiar por el pelinegro hacía las oficinas de Serrano. Entramos sin previo avisó y sorprendimos a la directora devorando una caja de donas. Jackson camino decidió hasta ella y le extendió el móvil. Coloco sus musculoso brazos en ambos costados de la mesa y echo un poco de su peso al frente.

— Deshaga la expulsión de Allison Leister — Fue claro— O sino le espera una denuncia por abuso de poder, agresión a una alumna y daño psicológico.

— No agredí a nadie y tú no eres nadie para venir a mi oficina y exigirme algo mocoso malcriado— Poso sus ojos en mi— Ya veo, si tienes compañías de esta clase que me puedo...

— Soy Jackson Fox— Interrumpió— Hijo de Joseph Fox; empresario, multimillonario y reconocido abogado en todo el mundo, persona cuál fue testigo cuando agredió a Allison en su restaurante y no esta nada feliz con toda la mierda que armo.

Zamira tomo el celular en sus manos y su rostro se transformo. Por alguna razón sonreí y me coloque al lado de Jackson.

— Le advierto que al igual que mi padre, soy imparable cuándo me propongo algo y si no quiere que todo Greston se entere de que abusa de su cargo y amenaza alumnas, detendrá todo este circo que armo y de la cual, es el payaso principal.

Sus ojos se posaron en los míos y disfrute como le palpitaba la vena de la frente. Jackson tomo su celular en las manos y lo guardo en su bolsillo.

— Para que vea que note que soy benevolente, le daré hasta el segundo almuerzo y espero también que le ofrezca una disculpa para Allison.

Se volteó y lo seguí en silencio. Apenas dimos unos pasos y Zamira nos detuvo.

— ¡Esperen!— Volteamos a verla y tomo en sus manos el papel de la expulsión y lo rompió en mil pedazos— Creó que le falta algo.

Le pelirroja apretó los labios con molestia.

— Disculpa, Allison.

Nunca creí que escucharía esas palabras saliendo de la boca de Zamira pero creó que desbloquee una meta en mi vida.

— ¿Quieres algo más?— La voz de Jackson me confirmaba que no estaba soñando.

Negué con la cabeza y con una sonrisa victoriosa me dirigí a la pelirroja.

— No la perdonó y no me arrepiento de nada de lo que dije en el restaurante. Sigo creyendo que es una vieja ogra, amargada e hipócrita.

Su rostro se puso del color de su cabello y la sensación de felicidad creció en mi pecho. Me voltee a ver al ojiazul que me sonreía con orgullo y ambos salimos de las oficina de la ogra. Sentía la euforia correr por mis venas, no podía dejar de sonreír. Mierda, había aguantado meses sus humillaciones y me tragué la impotencia y ahora, gracias a Jackson se voltearon los papeles.

— ¿Tan feliz te puso aquello?— Preguntó mientras caminábamos por el pasillo vacío. Era la segunda hora y todos debían entrar en clase. 

No respondí, joder, este es el día mas feliz de mi vida. Sentía que podía correr un maratón pero hice algo muy diferente. Me puse en puntas de pie y agarrándolo de la camisa bese al muchacho a mi par. Fue algo rápido y atrevido pero se sintió bien. Nos separamos y el subidón de energía que tenía decayó cuando él me miro confundido.

— Lo siento, yo...

No terminé, volvió a tomarme. Esta vez con más fuerza logrando que mi cuerpo chocara con la pared a mis espaldas. Subí mis manos a su cabello para pegarlos más a mi cuerpo mientras seguía saboreando el sabor dulce y adictivo de sus besos.

Una de sus manos tanteo algo atrás de mi y escuche el ruido de una puerta abrirse. Me sobresalte y me separe de él. Jackson soltó una pequeña risa por mi sobresalto y se adentró en el cuarto que por lo que se veía era el cuarto donde el conserje guardaba sus cosas. Seguí al pelinegro en la oscuridad del pequeño cuarto repleto de instrumentos de limpieza. Una pequeña ventana era la única entrada de luz que teníamos y los rayos se colaban sobre la gran figura que ahora se apoyaba sobre la pared. La oscuridad lo cubría en su minoría y me fue imposible no sentirme atraída. Se vea tan bien entre las sombras que no dude en acercarme a él con el corazón latiendo a velocidades extremas.

Paso las yemas de sus dedos con delicadeza sobre mi rostro acomodando atrás de mi oreja un mechón castaño y me estremecí cuando sus manos siguieron descendiendo por mi clavícula, paso por mi pecho y termino en mi cintura. Envolvió más su mano en aquella zona y de un tirón me pegó más a él. Los alientos de ambos chocaban y casi podía sentir sus labios tomando los míos pero no lo hacía y yo no pensaba besarlo, era su turno de hacerlo.

— Quiero devorarte, Lissy— Rozo sus labios con los míos presionando aún más sus manos en mi cintura— Como un animal a un pequeño cordero, joder, quiero hacerte muchas cosas.

Sentí su boca tomar la mía otra vez. La pasión y la lujuria de nuevo tomaba control sobre mi cuerpo y me surgía el deseo de querer quitarme la ropa. Nuestras bocas siguieron luchando una con la otra mientras sentía sus grandes manos descender de mi cintura y posarse en mi trasero para apretarlo contra el suyo y que sintiera la gran erección que palpitaba en su pantalones. Solté un gemido cuando tomo mi labio con sus dientes y tiró de el. 

— Jackson...— Jadee cuándo repitió el movimiento, dolía pero era adictivo.

Sus manos no dejaron de apretar mis nalgas y refregar nuestras pelvis en busca de una liberación que nos brindaba placer a ambos. Envolví mis manos en su cabello y lo separe de mi escasos sentimientos para verlo, sentía las malditas bragas empapadas. Visualizaba sus labios rojos e hinchados, la respiración agitada y unos mechones de cabello azabache le caían en la frente. Sus ojos estaban dilatados mientras no rompía su mirada de la mía. Gruñía y no dejaba de apretar mi trasero con fuerza y soltar pequeños quejidos cuándo el roce se volvía más placentero. Estaba como yo; ansioso, frenético y caliente.

Acomode su cabello con una de mis manos. Su respiración chocaba con la mía y se inclinó para volver a tomar mi boca pero puse una mano entre ambos. Ladee la cabeza y me acurruque en su cuello. Pareció confundido pero me permitió mantener aquella posición.  Puse mis manos en su pecho y sentí su corazón palpitar bajo mis manos. Algo nerviosa hundí más mi rostro en su cuello e inhale su aroma, siempre usaba el mismo perfume caro y me fascinaba. Comencé dando un pequeño beso húmedo en la parte superior de su clavícula. Mis manos subieron hasta el cuello de su camina y comencé a desabrochar botón por botón mientras seguía descendiendo con mis besos por su cuello. Su mano se coló con mi falda y se colocó en mi cadera, sobre la tira de mis bragas. Sus dedos comenzaron a jugar fingiendo falsa inocencia mientras yo apretaba las piernas. Pequeños quejidos escapaban de su boca y su otra mano apretaba con fuerza una de mis nalgas.

Termine de desabrochar la camisa y la deje caer por sus hombros. Mis ojos no se despegaban del torso musculoso, los bíceps formados y los brazos gruesos. El pelinegro notó como lo observaba y sonrió con arrogancia. 

— Que bien comes, Lissy— Hizo alarde a su buena figura.

Revolví mis ojos y continué el camino de besos, ahora desde sus bíceps hasta su torso. Entre más descendía, mayor atención conseguía. Estaba en el borde de su estómago, mi barbilla rozaba su cinto y sentía sus músculos tensos bajo mis labios. Eleve una mano y toque su erección sobre la tela. Estaba demasiado duro. Soltó un quejido cuándo con maldad apreté un poco de más.

— Yo que tu no haría eso, Lissy.

Me apoye sobre mis rodillas para estar más cómoda y la mano que antes estaba en mis nalgas ahora me acomodaba el cabello atrás de los hombros. 

— ¿Por qué, Jackson?— Repetí el movimiento y lo escuche gruñir— ¿Que tiene?.

Sus dedos se clavaron en mi barbilla y me obligó a alzar la vista. Desde mi altura podría ver las venas marcadas de sus brazos y en la parte baja de su pelvis. Aquello me excito aún más, desde esta altura se veía poderoso, oscuro y dominante. 

— Te estás portando muy mal, Lissy, y logras que te folle con aún más ganas de las que te tengo.

Algo en mi entrepierna comenzó a palpitar <Mm, si es así me portare mal todos los días>

Su pulgar rozo mis labios y comenzó a pasar una y otra vez sobre la superficie mientras no dejaba de observarme logrando ponerme nerviosa por lo oscuro que parecían sus ojos, estaba acostumbrada a ver un mar en ellos y no un abismo.

— Abre la boca— Ordeno y acepté.

Metió su pulgar en mi boca untando la superficie con mi saliva.

— Ahora chupa, y no apartes la vista.

Comencé a mover mis labios sobre su dedo, mientras él empujaba hasta el fondo con brusquedad. Empecé a cerrar un poco los ojos y...

— Sin apartar la vista— Repitió y mis ojos volvieron a los suyos. El azul de sus ojos parecían completamente negro.

Seguía su orden sin parar y pasé la lengua por la punta de su dedo antes de que lo sacara por completo de mi boca. Mi respiración era pesada, mi pecho estaba agitado y mi entrepierna demasiado húmeda.

— Ahora haz lo mismo pero con mi polla.

Me gustaba que hablara de esa forma, me prendía aún más. Asentí a su petición y él se desprendió el cinturón sacándose la polla dura y lista para mi boca. 

— Si estoy siendo brusco toca mi pierna y me detendré.

Asentí mientras la tome en mi manos nerviosa, era gruesa y grande. Me relamí los labios mientras sentía como su mano acariciaba mi cabello. Me acerqué su miembro a la boca y comencé a pasar la lengua por la glande haciéndolo jadear y moví mi muñeca sobre el resto antes de meterme la punta en la boca. Las manos de Jackson no tardaron en tomar mi cabello en un puño, creía que era algo que tenía planeado desde el principio. La deslice por mi boca con cuidado, al principio fue lento para que mi boca se acostumbra al grosor. Luego de unos minutos comencé a aumentar la velocidad, quería que él se corriera. Me sonreía desde arriba mientras tiraba de mi cabello y me quiaba de la boca.

La saliva caía por mi barbilla mientras él no deja de observarme desde arriba con esa altivez que me volvía loca.

— Voy a ser más brusco— Advirtió— ¿Estás cómoda con eso?

Asentí algo nerviosa, no era experta en esto, lo había hecho un par de veces en toda mi vida. Volví a prepararme para meterme el miembro de regreso a la boca pero Jackson me detuvo y se inclino para darme un beso corto y rápido en la frente.

— Si quieres parar solo dímelo— Repitió y asentí. Una rara sensación se despertó en mi pecho. Era la primera vez que una persona con la que mantenía intimidad buscaba también mi comodidad. Esto solo me recordaba con que clase de cerdo había estado.

De nuevo pase la lengua con lentitud sobre la grande hinchada y húmeda. Jackson gruño y repetí el movimiento por toda su lentitud sintiendo como me excitaba escucharlo hacer esos ruidos.

— No me tortures de esta forma.

Le sonreí desde mi altura y el pelinegro me sonrió antes de agarrar más fuerte mi cabello y meterme toda su longitud en la boca. Un jadeo escapo de mis labios y él no perdió tiempo en seguir moviéndose con rapidez sobre mi garganta, en un ritmo frenético que lograba que la saliva comenzara a gotear por mi barbilla. Extrañamente aquello me excito aun mas, podía ver desde el suelo como se movía y gruñía disfrutando de lo que yo le causaba. Lo saco de mi boca y volvió a meter mas profundo por mi garganta. Aguante unos segundos las arcadas que me provoco y mis ojos se llenaron de lágrimas mientras él lo mantenía ahí. Intente tomar aire por la nariz pero no podía controlar mi respiración y le apreté la pierna. Él se detuvo y salió de mi boca.

Comencé a toser un poco por la aún vigente sensación de su miembro en mi boca.

— ¿Estás bien, Lissy?

Asentí incapaz de responder. Me ardía un poco los bordes de la boca y tenía la barbilla llena de saliva.

— Perdón— Pedí cuando note como se guardaba el miembro adentro de los pantalones. Sabía lo horrible que era dejarte con las ganas.

— No pidas perdón por idioteces— Hablo casi riendo y me extendió la mano para que me pusiera de pie y me dio un corto beso en los labios. Su mano descendió hasta mi trasero y pego nuestros cuerpos.— Solo nos queda ponerte en practica con el tema del sexo oral.

Le sonreí y comencé a acomodarme la ropa por los toques traviesos que tuvimos. Jackson me miraba como si estuviera loca.

— Oh no, Lissy— Me desabrocho los primeros botones de la camisa y metió una mano en mi cadera de nuevo— Tu no te salvas de que hoy pruebe tu coño.

Trague saliva. Sus dedos siguieron desabrochando los botones de mi camisa hasta que mi escote quedo al descubierto. Era un simple, de color hueso y de tela. Odiaba usar corpiños armados, eran incómodos y no me gustaba como me lograban resaltar los pechos y lograr que algunos se me quedaran observando. La tela revelaba mis pezones erectos y Jackson elevo la mano y tomo mi pezón en sus manos logrando que gimiera por la sensibilidad de aquella zona. Sus ojos pasaron de mis pechos a mi rostro sonrojado y sin quitar su vista de la mía, se inclinó a la altura de mis pechos y comenzó a besarlos sobre la fina tela humedeciéndola en el proceso. Dejo un rastro de besos húmedos sobre todo el sostén y cuándo llego al centro agarro mi pezón con los dientes y tiro levemente de él. Un pequeño gemido escapo de mi boca y sentí como sonreía sobre mi piel.

Sus manos subieron hasta el gancho del sostén y lo soltaron liberando mis pechos. Las yemas de sus dedos pasaron lentamente por mis hombros erizándome la piel en el transcurso y quitándome las tiras para luego tirar mis sostén a un costado. Su boca no tardó en descender hasta mis pechos y pasar la lengua por las puntas erectas. Intente callar mis gemidos pero era imposible, Jackson chupaba, mordía y apretaba mis pechos en una tortura lenta.

Me mordí con fuerza el labio mientras la mano del pelinegro dejaba su timidez y se colaba en mi ropa interior. 

— Estás muy mojada...— Su voz salió ronca y su aliento chocaba contra mis pechos.

Él se arrodilló, como yo había estado un par de minutos antes. Sus ojos azueles subieron a los míos y me saco lentamente las bragas para tirarlas a un costado. Por un momento dude, estaba quedando expuesta ante un chico físicamente perfecto, y yo era... era yo.

Aún mantenía mi pollera del uniforme, sin bragas, pero la falda aún me cubría. Iba a detenerlo pero metió una mano en mi cintura y de un tirón me acercó más a él. Las manos grandes se metieron en mis muslos y me dieron un fuerte apretón antes de seguir subiendo. El movimiento me dejo sin aliento, mi entrepierna seguía palpitando y la lujuria sobrepaso mis inseguridades. Jackson acercó el rostro a mis piernas y comenzó besando mi entrepierna antes de subir hasta mi entrada. Un gemido más fuerte salió de mis labios cuándo sentí sus labios en aquella zona.

Gemí con más fuerza cuándo envolvió una mano en mi pierna y la levanto para tener un mejor acceso a mi coño. Agarre mi falda y la agarre en un moño para que pudiera ver como su cabeza se movía mientras seguía brindándome placer. Baje mis manos a su cabello y tiré de el. Él levantó mi otra pierna apoyando mi cuerpo contra la pared y colocando mis muslos en sus hombros. Arquee la espalda cuando comenzó a penetrarme lentamente con su lengua y estimulo mi clítoris con su pulgar.

— Jackson...— Jadee más fuerte sintiendo como una presión se acumulaba en mi estomago— Detente... pueden oírnos. 

Pero no se detuvo. Levanto su mano libre y cubrió mi boca. Hundió más profundo su lengua y su dedo se froto más rápido contra mi centro, logrando que las sensaciones se aumentaran. Mis gemidos quedaron ahogados contra su mano que apretaba con fuerza mis labios. Arquee más la espalda cuándo sentí el orgasmos arrasarme. Por unos segundos lo que se escuchó fueron mi respiración agitada. Jackson saco la mano de mi boca y un jadeo salió de mis labios, aun sentía las hondas de placer deslizarse por mi cuerpo. Bajo mis piernas de sus hombros y un calambre me recorrió en aquella zona. Él se puso de pie y me miró con una sonrisa coqueta, tenia el cabello revuelto, la respiración un desastre y el liquido de mi entrepierna corría en un hilo por sus tentadores labios.

Ambos nos quedamos en silenció. Uno al frente del otro. Se inclinó y me paso el sostén y la camisa. Sacudí ambas prendas antes ponérmelas y busque con la mirada mis bragas, no aprecian por ningún lado. Jackson me ayudo abrochar los botones de mi camisa mientras aprovechaba la cercanía para oler su fragancia, me encantaba, era embriagante y deliciosa. Me fue imposible no abrazarme a mi misma, la temperatura ya había bajado de mi cuerpo y comencé a sentir el frío de aquel almacén.

— ¿Tienes frío?— Asentí. Él ya de había puesto la camisa y se abrochaba la corbata.

— ¿Viste mis bragas?— Se movio a la otra punta de la habitación

— Creó que aquí deje...— Hablo Jackson y lo mire confundida mientras sacaba un abrigo de arriba de uno de los armarios y se acercaba hasta mi. Era un buzo negro y liso. Con tranquilidad lo paso por mi cabeza de acomodo en mi cuerpo dejando mi cabello adentro atrapado y cubriéndome hasta los muslos.

— Listo, adorable— Me acaricio la mejilla.

Le devolví la sonrisa y lo observe.

— Tu también tendrás frío.

Se volteo buscando algo arriba de otro armario— Tranquila, guarde otro abrigo la ultima vez que estuve aquí.

Entonces caí en cuenta de algo, "¿La ultima vez de estuve aquí?"

— ¿Ya habías venido aquí?— Pregunte y él se quedo quieto notando su error— ¿A que habías venido antes aquí?

Se dio la vuelta, algo tenso y con una línea en los labios.

— Creo haber hecho una pregunta—Hable cruzándome de brazos. Una pequeña punzada de molestia pinchando en mi pecho.

<Por favor, no seas un idiota. Quiero poder decir que en mi vida me he cruzado con un hombre decente.> 

Él soltó un suspiro pesado. Ambos sabíamos la verdad pero deseaba que no fuera así, que no me haya traído a donde traía a todos sus ligues. Quería haber sido diferente para él, quería haberle importado más y no ser como el resto. Pero la verdad en que no había nada especial en mi y ambos los sabíamos.  

— No te lastimes buscando una respuesta.

Asentí dándole la razón. Tome mi saco del suelo y me quite la sudadera dejándola en el suelo, no quería nada de él. Algo en mi pecho dolía demasiado.

— Lissy...

Tome un poco de aire intentado buscar mi voz. Mi garganta se había secado y la humedad trasladado a mis ojos. No quería llorar. 

— Gracias por todo, Jackson. No volveré a molestarte.

Me voltee y su mano atrapo mi brazo impidiendo mi huida.

— No te vayas— Su voz sonó a suplica y dude en quedarme pero había aprendido a que yo debía estar antes que el resto, y definitivamente no quería quedarme, no aquí, no con él.

Solté su agarre y negué con la cabeza. Sentía mi pecho estrujarse poco a poco mientras unos azules ojos buscaban los míos.

— Lo siento.

Me apresure a salir de aquel lugar. Había sido una ilusa, creyendo que era diferente o especial para él. Joder, los libros de romance me llenaron la cabeza de ideas estúpidas.

Estábamos hablando de Jackson Fox, podía tener a cualquier chica que quisiera, ¿Porque debería conformarse conmigo? La sensación de molestia creció en mi pecho.

La campana sonó y todos comenzaron a salir de sus clases, el pasillo principal se convirtió en un tornado de estudiantes con uniforme rojo. Intente parecer tranquila, salude con timidez a las personas que me saludaban e intentando dejar de lado los pensamientos que me atormentaban. Pero aquello fue imposible cuando pose mis ojos en una cabellera rubia, Amanda, una conocida de otro salón. Ella me saludo y le di una sonrisa con los labios apretados y la sensación abrumadora creció.

La observe mientras seguía caminando. Era preciosa; mandíbula marcada, ojos azules, labios gruesos y rasgos definidos. Tenia una figura delgada pero proporcionada perfectamente en las zonas correctas. Era perfecta, entendía porque Jackson se había acostado con ella en mi fiesta de cumpleaños.

Seguí caminando por los pasillos y mis ojos se fueron como dos imanes hacia la pelinegra que estaba conversando con alguien. Comencé a acercarme a ella y me arrepentí en el momento en el que note con quién charlaba. Samantha Jones; pelirroja, metro ochenta, cuerpo de en sueño, ojos café claro y rostro bonito. Usaba el pantalón rojo del uniforme que se le adhería a las fornidas piernas y le resaltaba el generoso culo. La camisa la tenia doblada hasta los antebrazos rebelando los tatuajes en su brazo. Era conocida en el instituto por su belleza pero su popularidad aumentó cuando se hizo viral su video follando con Jackson. Me aclare la garganta cuando estuve frente ambas.

— Hola— Dije con timidez.

Los ojos de la pelirroja me observaron y me sentí incómoda. Cruzaría un par de palabras con Claire y me iría para que no se notara mi incomodidad ante su amiga.

— Leister— La pelinegra me dio un repaso— Dejaste mi bufanda en mi casa

La mire confundida, yo no usaba bufanda.

— Yo no uso...

— Por suerte la traje para devolvértela— Se giro y saco una bufada de seda de color verde de su casillero.

Definitivamente eso no era mío. Antes de que hablara Claire paso la bufanda por mi cuelo y me atrajo hacia ella.

La tuve cerca, demasiado. Ella me miraba desde arriaba porque era más alta que yo. Comenzó a envolver con cuidado la bufanda por mi cuello mientras yo observaba desde cerca su rostro. Era hermosa, posiblemente la mujer mas hermosa que conocí. Los rasgos marcados, piel pálida y lisa, rostro ovalado, labios gruesos, pestañas abundantes y ojos de un brillante esmeralda, era una combinación peligrosa. Nadie negaría que Claire era la más hermosa
de todos los Fox, tan hermosa que por unos segundos me quede embobada observándola. Pestañee un par de veces regresando.

Ella apretó la bufanda en mi cuello y se inclino para susurrar en mi oído:

— Si te pones a follar en la escuela por lo menos intenta ocultar los chupones.

Se alejo y me observo con una sonrisa ladeada. Joder, era la primera vez que la vez sonreír.

— Y yo que creía que eras un ángel, Leister.

Le devolví la sonrisa, acomodando la tela verde en mi cuello.

— Creo que estoy pasando mucho tiempo contigo, Fox.

— ¿Por que se nombran por sus apellidos?— Intervino la pelirroja algo alejada de la charla.

De verdad no tenia una respuesta fija, Claire había comenzado con aquello y yo le seguí el juego. Mire a Claire en busca de una respuesta y ella se encogió de hombros.

— Fue algo que se dio, supongo. Luego se volvió algo nuestro.

Asentí dándole la razón pero mi cuerpo se puso tenso cuando note la imponente figura que se acercaba.

— Nos vemos más tardé.

— Nos veremos a la noche, Mel me invito a comer tacos por el cumpleaños de tu madre.

Diablos, el regalo de mama, me había olvidado completamente de aquello. Pero otra cosa me confundió aun más.

— ¿Desde cuando te hablas con mi tía?

— La estuve ayudando un par de veces con la adopción de cachorros y nos cruzamos cuando lleve a vacunar a King.

Asentí rápidamente pero ya era tardé. Tenía la figura de dos metros en frente de mi.

— Con permiso— Dije en tono molesto e intente pasar por su par pero me lo impidió.

— ¿Acaso estas teniendo un mal día, Lissy?

La burla en su voz me generaron ganas de patearle las pelotas.

— Jackson— El tono coqueto con el que lo saludo Samantha me hizo apretar los puños. La mirada del pelinegro seguía sobre mi.

— No molestes, Jackson, tengo clases.

— Sabes que molestarte es de mis actividades favoritas— Sentí las miradas de ambas chicas sobre ambos. 

Pase por su par golpeando su hombro en el proceso y apresurándome hasta el salón de química que se encontraba aun vació.

La puerta volvió a abrirse y suspire a Jackson a mis espalas.

— No te quiero aquí.

— No se de que hablas, estoy aquí por mi educación— Fingió inocencia y se acerco a mi.

— No quiero hablar.

Camine hacia el asiento del fondo sabiendo que el pelinegro me pisaba los talones.

— Lo se, lo único que yo quería hacer era devolverte esto— Levanto mis bragas en su manos y palidecí— Pero puedo conservarlas, me servirán para mastur...

Intente arrebatarle las bragas pero él extendió el brazo y ni saltando logre quitárselas.

— ¡Devuélvemelas!— Pedí furiosa mientras él se reía. Golpee su pecho y su sonrisa se extendió.

Con su mano envolvió mi cintura y me pego a él. No tardo en meterme la lengua hasta la garganta en un beso rápido mientras bajaba su otra mano y me apretaba una nalga. El beso fue deliciosa y salvaje pero estaba molesta con él. Lo empuje con fuerza y me limpie la boca con mi manga.

— No quiero que me toques.

Él se acerco un paso de manera desafiante mientras bajaba la mirada por mis piernas.

— En imposible alejarme de ti sabiendo que tienes el coño sin nada.

Sus palabras me obligaron a apretar las piernas. Joder, como me había olvidado que no encontré mi ropa interior.

— ¡Devuélveme las bragas!.

Él me paso la prenda por los ojos como un infante y se las guardo en el bolsillo delantero pantalón.

— No lo hare, me gustas más sin ellas.

La campana sonó y mi terror creció cuando alumnos comenzaron a ingresar por la puerta.

— Jackson, esto ya no es un juego— Pedí nerviosa y note al profesor entrar.

— Yo creó que sí— Se sentó en la silla al lado de mi asiento— Y creó que voy ganando.

No me quedo otra opción que sentarme a su lado y cruzar las piernas rogando que nadie notara mi escasez de ropa interior. El profesor siguió hablando de química pero no pude concentrarme porque el individuo de dos metros no dejaba de molestarme.

— Quédate quieto— Susurre.

Él arrugo la nariz y me puso mala cara. Note con el rabillo del ojo como se hacía el idiota y tiraba su pluma al suelo. Me miró con una sonrisa inocente mientras colocaba su mano en el dobladillo de mi falda y se inclinó a recoger la lapicera. Apreté con fuerza las piernas porqué ya en el suelo me miro desde abajo y la imagen de su rostro en mis piernas regreso logrando que mi interior palpite.

< Estamos enojada con él> Me repetí. Aun sea idiota mi reclamo. Él jamás me juro amor y me hizo creer algo más, yo sola me ilusione.

Sus ojos azules me miraron desde abajo y con lentitud se levanto trazando con sus ojos el recorrido de mis piernas, y en el proceso metió sus dedos unos centímetros adentro de mi falda logrando erizarme la piel. Intente mantenerme calmada y no mostrar emoción ante sus pervertidas insinuaciones. Se acomodó en la silla con la pluma en las manos y me sonrió como un inocente. Aleje unos centímetros mi silla de él y se acercó más. Suspire y mire a la pizarra pero con el rabillo note como la atención de dos chicas adelante de nosotros nos observaban, mejor dicho observaban a Jackson. Ambas era muy bonitas y una pizca de celos me pellizco. Joder, ¿Acaso no podían prestar atención a la clase?.

Aquello oscureció más mi humor. Las entendía, era un chico muy atractivo,  pero aquello no me quitaban las ganas de ponerle en la frente un cartel de "No mirar". Jackson siguió estático ante la atención de aquellas chicas, puede ser que no lo notará. Debió estar acostumbrado a llamar la atención y las miradas de todos durante toda su vida, no creó que lo notará. Y yo tampoco lo note, mi mente estuvo tan perdida revoloteando con él que no note que tan deseado era.

Joder, sabía que había estado con Samantha y Amanda, ¿Como podía saber que no había estado con aquellas dos chicas y por esa razón lo miraban? Mierda, intente apartar esos pensamientos de mi mente pero era imposible. Solté un suspiro pesado, iba a ser un día largo.

[...]

— ¿A dónde vamos?— Hablo el pelinegro a mi espalda.

Me voltee irritada. Me había seguido hasta que acabaron las clases y no solo eso, no entendía como mierda había irrumpido en mi casillero y robo mi ropa de gimnasia, impidiendo que usara una calza bajo el uniforme. 

— Tu a tu casa, yo al centro comercial. 

— Entonces ambos al centro comercial.

Le di una mirada mortal y él con tranquilidad siguió con sus manos dentro del oscuro pantalón del uniforme. Paso por delante de mi y se apresuro a abrirme la puerta del acompañante. Pase por su par cerrando la puerta de pasada y seguí mi trayecto pero no pude caminar mucho porqué unos brazos me levantaron y me colocaron sobre su hombro. Una mano se colocó en mi culo aplastando la falda contra mi piel para que no se viera mi intimidad. 

— ¡Joder, Jackson, bajarme!.

Escuche las risas de unos pocos que estaban sacando sus coches también.

— Te lo pedí por las buenas y no cooperaste, así que será por las malas— Me dio una fuerte nalgada que me hizo soltar un quejido y me metió al coche.

Me depositó en el asiento y me colocó el cinturón de seguridad. 

— Te odio.

— Eres una cría malcriada— Soltó algo disgustado y tomo mi mentón para darme un rápido beso antes que lo alejara— Y será un placer para mi educarte.

Capte el doble sentido de sus palabras y me guiño un ojo antes de cerrar la puerta y subir al haciendo de piloto.

— ¿Así que al centró comercial?.

No respondí.

— ¿Al centro comercial?— Repitió apretando la mandíbula.

Otra vez, silenció. 

Encendió el coche y comenzó a manejar. Apoye la cabeza en la ventana y note como la escuela desaparecía a mis espaldas. Una alerta se prendió en mi cuándo note que íbamos para sentido contrarío.

— Este no es el camino. 

Me ignoró y me crucé de brazos molesta. Después de unos segundos respondió.

— No me dijiste a dónde, así que vamos por un café.

Fruncí las cejas.

— No quiero ir un café, tengo que comprarle un regalo a mamá. 

Soltó un suspiró pesado y se orillo a un costado de la ruta.

— Es todo— Mi corazón comenzó a agrietarse, ¿iba a dejarme aquí tirada— Lo intente, de verdad ¿Que mierda quieres, Allison?.

Fue extraño que me llamara por mi nombre. No me agradó. 

— ¿Que mierda quieres?— La molestia era clara en su voz y logro que un nerviosismo me recorriera el cuerpo— Todo el puto día intente arreglar la mierda contigo pero eres imposible. 

La sensación abrumadora que sentí luego de salir de ese cuarto no era nada comparado con esto. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas. 

— Joder, fue una estupidez— Continuó— Intenté por primera vez en mi vida arreglar lo que creó que cague, y no puedo hacerlo si no cooperas.

Quise cooperar pero otras palabras que picaban en mis labios salieron.

— ¿A cuántas más llevaste ahí?.

Él me mira molesto y se movió unos sentimientos lo que genero que yo retroceda de golpe por reflejo. Él lo noto y se quedó observándome en silenció y con cuidado, posiblemente recién notando que su molestia me puso nerviosa.

No quería que mis labios tiemblen pero lo hacen. Jackson pareció más calmado y me relajo un poco, tenia mala experiencia con chicos enfadados. Él apretando los labios encendió el auto. Pequeñas gotas comienzan a caer en el parabrisas y no dije nada cuándo note que nos dirigimos al centro comercial.

Note con él rabillo como se relamió los labios y respondió.

— Siete.

Asentí recopilando la información y no se porque saber la cantidad me duele más. 

...

Ninguno dijo nada hasta que llegamos al centro comercial. La lluvia ya cesó pero dejo todo mojado. El terror de caerme se apodero de mi y volteé a ver al pelinegro.

— Dame mis bragas.

— No.

— Puedo caerme y no quiero que nadie me vea— Capto mis palabras y se saco de los bolsillos mi ropa interior. Cuándo creo que dármelas, se inclino y levanto un pie para pasar una tira, repitió el movimiento con la otra pierna y comienzo a levantar la prenda. Lo ayude levantando el trasero y él termina de cubrirme. Quedamos cerca, demasiado. 

Tomo mi rostro en mis manos y desee besarlo, quería hacerlo pero él lo arruinó todo abriendo la boca.

— Cuando regresemos te las quitas de nuevo y me las das.

Se levanto y salió del coche dejándome confundida. Hice lo mismo que él.

— No te daré mis bragas— Corrí para alcanzarlo, era muy alto y un paso de él eran dos míos— Son mías.

Él me miro desde su altura mientras ambos ingresamos al centro comercial juntos.

— Repito, por las buenas o las malas.— Amenazo— Sabes que soy capaz.

Le di una mala mirada mientras lo guiaba hasta la tienda que había visto en Instagram.

— ¿Para que quieres una bragas usadas? ¿Te las vas a poner y modelar frente al espejo?— Sonrió negando por mi comentario. 

— No es tu asunto. 

— Mi ropa, mi asunto.

Entramos a la tienda. Es como la vi por redes, grande, glamurosa y lujosa. Una chica se acerco a atendernos pero se lo que vine a buscar. No tarde en encontrar el bolso que buscaba. El pelinegro siguió de cerca mis pasos.

— Odio comprar ropa.

— Te hubieras quedado en el auto— Respondí y levante el bolso deseado en mis manos— ¿No crees que es precioso?.

Él se encogió de hombros y poso su vista en algo atrás de mí. Una sonrisa coqueta se formo en su rostro.

— Eso si es precioso, y te quedara más preciso a ti— Señalo atrás de mi y voltee viendo una sección llena de lencería negra. 

Su sonrisa pícara se mantuvo y yo le di una mala mirada. Mi vista paso a los vestidos al lado de aquella sección. Un vestido en especial llamo mi atención, y me acerqué. Era blanco, liso, de tirantes blancos, escote en "V" y una falda un poco acampanada. Tome el vestido en mis manos y pase la yema de los dedos por la suavidad de la tela, es precioso.

No sentí la presencia del pelinegro y gire observando como estaba un poco alejado viendo la lencería. Levante una ceja y observe en su dirección. 

— ¿Estás buscando una para ti?— Bromee y él me puso mala cara. Sus ojos pasan al vestido.

— Ve a probarte eso, te espero aquí— Estuve tentada en hacerlo pero seria en vano, no tenía más dinero que lo que junte para el bolso. Pero el vestido es demasiado precioso... solo iba a probármelo y si me gustaba lo compraría después. 

Le extendí el bolso de mamá y él me miró con una ceja extendida. 

— No voy a cargar un bolso; no lo hice por mi madre y no lo hare en mi vida. Déjalo dónde estaba y cuando salgas lo tomas de nuevo.

Apreté los labios disgustada.

— Estuve esperando este bolso cuatro meses, ahorre por el cinco y no voy a perderlo de vista— Advierto — Sostén el bolso, tu masculinidad no se romperá por sostener uno.

Él se quedo en silenció y me desconcerté, ¿de dónde salió aquello? Yo no soy así. Antes de que le pidiera disculpas, me extendió la mano y me quitó el bolso de las manos.

— Como sea— Murmuro y se paso el bolso por el brazo y lo envolvió de manera protectora con el otro.

Entre al probador con una sonrisa y me coloque el vestido blanco y quede fascinada como lucia en mi. Se ajustaba perfecto a cada parte de mi piel y desee llevarlo, de verdad lo desee, pero me basto con ver el precio del vestido. Costaba casi tres mil dólares. No me sorprendió mucho, esta tienda era la más costosa del pueblo, compre aquí porque a mamá le fascino el bolso hace casi un año y ahorre para su cumpleaños. Solté un suspiro y comencé a desabrocharme el vestido. Podría ahorrar para comprarlo, ahora mamá me daba más dinero en mi mesada solo porque comenzamos a ocupar una pequeña parte del dinero que nos pasaba mi padre y el resto seguía destinado a mi universidad.

Baje las tirantes del vestido y la cortina se abrió de golpe y logrando que pagara un brinco hacia atrás. El ojiazul entro al vestidor haciéndolo ver más pequeño. Visualice la prenda en sus manos y él elevo un ceja al notar como cubría mi pecho.

— Me estoy vistiendo.

— ¿Y?.

— Quiero privacidad.

— Y yo que te pruebes esto— Me extendió el conjunto de lencería negro— No voy a comprar eso.

Principalmente porque ese diminuto pedazo de tela salía mil quinientos dólares y otra porqué no usaba lencería.

— No lo harás, lo comprare yo y tú lo lucirás— Dio una mirada sin disimulo a mis pechos— Creo que te irán pequeños, tienes tetas grandes.

Sonreí torpemente por sus palabras, no si tener tetas grandes es un cumplido pero lo tomaría como si lo fuera.

— ¿Que talle son?— Reviso la etiqueta y vi como se confundió buscando el talle.

— Te ayudo...

— Puedo leer una etiqueta solo, Lissy—Respondió a la defensiva y lo observe confundido mientras rebusca el talle.

Me cruce de brazos observándolo, es tan terco.

— No puedes.

— Si puedo, solo que jamas compre ropa de mujer, esta mierda tiene muchas etiquetas.

Siguió buscando y solté una risa pequeña.

— A la mierda— Extendió su mano y toco uno de mis pechos. Luego lo soltó e hizo lo mismo con el sostén de encaje negro. Dudo un segundo y su mano regreso a mis pechos. Lo observe con una ceja levantada— Solo estoy comprobando el talle.

Gemí cuando apretó con fuerza mi pecho y alejo su mano. Él me sonrió de manera pervertida.

— Ya no estabas comprobando el talle.

— Creo que un talle más — Desvió la charla y yo termine de quitarme el vestido y ponerlo en su percha.

Mire de nuevo el vestido y sentí una cabeza apoyarse en mi hombro y envolverme con sus brazos pegándome a él.

— Perdón— Escuche que murmuraba en mi oído— Prometo jamás llevarte a un lugar dónde haya estado con alguien más antes si eso te hace sentir incómoda.

Me quede en silenció. Desde hace mucho no escucho un "Perdón" verdadero y me removió el estomago que él se escuchara tan sincero y comprensivo. No estaba acostumbrada a esto.

— Perdón— coopero— creo que exagere un poco.

Mis palabras eran sinceras. No puedo juzgar a Jackson por tener una vida sexual activa, yo también la tuve. Lo que sea que pase entre nosotros no es algo serio, tampoco estoy segura de que sea "algo", pero con quién sea que estuvo antes de mi, no debe importarme o dolerme, lo que si me lastimaría seria que este con alguien mientras ambos tenemos este tipo de encuentros. Deposito un beso en mi mejilla y extendí mi mano para acomodar su cabello. Me gustaba cuando era tierno, me hacia sentir segura y cuidada. Volvió a besar mi cuello y sentí una corriente eléctrica recorrerme. Lo detuve antes de que comenzara algo que ninguno podrá parar.

— ¿También llevaras el vestido?— Señalo y negué— ¿Por qué? Te hace ver un culo fenomenal.

Busque alguna escusa. Jackson tenia un economía bastante cómoda y era algo más que notable, en su mente si algo le gustaba, lo compraba. Descarte mentir, no tenia motivos de avergonzarme. 

— Otro día lo comprare, solo traje para el bolso de mamá.

Él asintió como si nada y llevo el bolso, el conjunto y el vestido hasta la caja mientras me vestía . Cuando salí visualice al pelinegro sentado en una asiento, de espaldas y con una mujer hablándole. Parecía ser una empleada, usaba el uniforme y era muy hermosa. Me acerque a ellos y mientras note que él tenia su celular en sus manos, ¿Acaso le estaba pasando su numero? Seguí caminando, molesta, hasta dónde estaba él y lo primero que mis ojos buscaron fue su celular. En la pantalla aparecía que estaba jugando al Candy Crush. Su mirada se poso en mi antes de que hablara y mire a la rubia que parecía levemente incómoda mientras Jackson se ponía de pie y agarraba mi mano.

— Disculpa, no sabia que tenas novia.

No quise corregirla, me gustaba que pensara aquello.

— Te dije que estaba esperando a mi chica, insististe y por eso deje de responder— Me apretó más contra él — ¿Nos vamos, cariño?

La empleada abrió la boca nerviosa y ambos la ignoramos caminando hasta la caja. Saque mi billetera para pagar pero la muchacha nos extendió tres bolsas grandes y nos despidió.

La mire confundida y Jackson comenzó a caminar como si nada cargando todo y apenas lo alcance.

— ¿Pagaste todo?— Dije incrédula.

Él se encogió de hombros.

— No debiste hacerlo— Dije con rapidez y rebusque mi cartera para darle por lo menos el dinero del bolso— Toma...

— No voy a aceptar tu dinero, quise hacerlo.

Ambos salimos del centro comercial, ya había comenzado a anochecer y ponerse mas frió. Apreté mi bufanda a mi cuello y nos dirigimos al coche.

— Déjame por lo menos invitarte a cenar— El pelinegro se detuvo y me observo sonriendo.

— ¿Me estas invitando a una cita, Lissy? y yo que creía que era tu oscuro secreto.

— No es una cita, solo una cena en mi casa, si quieres, claro.

Se quedo en silencio unos segundos y me arrepentí de mis palabras.

— Si, si quiero.

Sonreí y lo observe llegar hasta mi, creí que iba a abrirme la puerta pero lo que hizo fue llegar a mi dirección y pararse frente a mi. El aire frío salía de su boca mientras respiraba y lo mire a los ojos. El azul resaltaba de manera asombrosa en la oscuridad.

— Quítate las bragas, me las voy a llevar a casa.

Coloco ambos brazos a los lados de mi cabeza atrapándome contra el carro. El estacionamiento estaba a oscuras.

— ¿Para que quieres mis bragas?— Mi voz salió temblorosa y el se inclino mas.

— ¿De verdad quieres saberlo?— Asentí y pego su cuerpo al mi. Sentí su erección en la parte baja de mi ombligo— Para poder fantasear contigo cuando no te tenga cerca.

Me relamí los labios nerviosa y él se inclino en una rodilla apoyada en el suelo. Su rostro rozando mi pelvis y sus dedos subiendo por mis piernas. Las yemas frías de sus dedos tomaron los tirantes de mi ropa interior y la descendieron con cuidado por mis piernas. Se puso de pie y se guardó la prenda en el bolsillo de nuevo.

— Fue un placer hacer negocios con usted, señorita Lissy.

Sonrió, y joder, se veía el doble de bien cuándo lo hacía. Lo agarre de la nuca y lo obligue a besarme. Se inclino por la diferencia de tamaños me presiono más contra el aparato de metal. Gemí cuándo sentí su erección presionado más fuerte contra mí. Mis manos tantearon la cerradura del coche y abrí la puerta de la parte trasera, agradecí que el estacionamiento estuviera a oscuras y nadie viera como metía a Jackson en los asientos de atrás. Lo hice acostarse en los asientos traseros, por su altura sus piernas quedaba afuera de coche, y debía dejar la puerta abierta para que estuviera cómodo, pero era suficiente para lo que haríamos. Me subí a horcajadas sobre él y coloqué mis manos sobre su pecho. Su erección palpitaba en sus pantalones y me apresure a desprender el cinto y tomarlo con mis manos. Sentí las manos de Jackson desabrocharme los botones de la camisa y dejar de nuevo mi escote al descubierto. 

— Tenemos que ser rápidos—Advertí, debía llegar a la cena. Comencé a mover mi mano sobre la erección.

Él sintió y echo la cabeza hacía atrás. Sus manos me bajaron las tasas del sostén dejando al descubierto mis pechos para que él comenzara a estrujarlos. Gemí mientras seguía con mi trabajo. Comencé a moverme lentamente buscando mi propio placer mientras mi humedad aumentaba.

Jackson libero uno de mis pechos y llevo su mano hasta mi boca.

— Abre— Su voz salió ronca y acepté la orden. Metio su pulgar en mi boca y lo saco para bajarlo hasta mi intimidad y comenzar a frotar el punto exacto en mi anatomía que exigía ser tocado. Gemí más fuerte cuando comenzó a frotar aquella zona y aumente la velocidad de una de mis manos mientras que con la otra comenzaba a juguetear con la punta rosada e hinchada de su glande. Él jadeo y maldijo algo que no llegue a escuchar.

Su pulgar comenzó a frotarse más rápido y sentí como el orgasmo comenzaba a formarse. La mano que masajeaba mis pechos, los soltó y paso a posarse en mi cuello, en un agarre fuerte. Me asuste un momento, pero baje la vista y noté que se tensaba bajo mi cuerpo y aumentaba el ritmo de sus manos ¿Acaso le excitaba esto? No era la primera vez que él me ahorcaba.

Me incliné más hacia su pecho y aumente la velocidad de mi mano, y presiono más fuerte su agarre, robándome un poco de aire pero aun podía respirar, un poco.

— Te vez sexy así— Habló entre jadeos— Mojada, ansiosa y apunto de venirte. 

Comenzó a meter la punta de sus dedos en mi entrada pero sin dejar de frotar aquel punto. La sensación se intensificó y cerré los ojos un momento pero los abrí cuándo más presión se ejerció sobre mi cuello. Por un momento me quede sin aire y un par de dedos entraron en mi canal sin ningún aviso previo y me penetraron con rudeza. Quejidos escaparon de mi cuando la combinación de placer me tenía al borde, la mano no soltó mi cuello y sentí como aquel factor multiplico todo, logrando que explotara. El orgasmo arraso con mi cuerpo y clavé mis uñas en su torso mientras arqueada la espalda. Seguido escuche los jadeos de Jackson y sentí como un líquido me empapaba la mano y el agarre en mi cuello se aliviaba.

Él saco su mano de mi entrepierna y se incorporó un poco antes de darme un pequeño beso en los labios y mi corazón comenzó a latir de manera desenfrenada.

No sabía que me sucediera pero presentía que no terminaría en algo bueno.

~A~

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