Los Secretos De La Familia Fo...

Von T-Arroyo13

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El día que la familia Fox puso un pie en el pueblo de Greston todo cambió. Esa rara, rica y poderosa familia... Mehr

⚠️ANTES DE LEER- PERSONAJES ⚠️
Prólogo
CAPÍTULO I - "Recuerdos dolorosos"
CAPÍTULO II- "Escalofríos"
CAPÍTULO III ●- "Problemas"
CAPITULO IV- "Atracción"
CAPÍTULO V- "Pánico"
CAPÍTULO VI - "Pequeños Errores"
CAPÍTULO XII- "Culpa"
CAPÍTULO IX- "Asesina"
CAPÍTULO X- "Retorcido"
CAPÍTULO XI- "Interruptor de apagado"
CAPÍTULO XII- "Espejo Negro"
CAPÍTULO XIII- "Escapé"
CAPÍTULO XIV- "Cicatrices"
CAPÍTULO XV- "Añicos"
CAPÍTULO XVI■ "Celos"
CAPÍTULO XII- "Salvavidas"
CAPÍTULO XVIII■ "Descontrol"
CAPITULO XIX □ "Bestia"
CAPITULO XX ■ "Fantasmas"
CAPITULO XXI- "Bandera Roja"
CAPÍTULO XXII "Infancia"
CAPÍTULO XXIII- "Imperfecta"
CAPÍTULO XXIV- "Perfecto"
CAPITULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVIII- "Inseguridad"
CAPÍTULO XXIX- "Rosas"
CAPÍTULO XXX "Sombras"
CAPÍTULO XXXI- "Pequeñas mentiras"

CAPÍTULO XXVII- "Primeras despedidas"

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Von T-Arroyo13

"Primeras despedidas"

Allison

Podía escuchar sus pasos atrás de mí, persiguiendo, acechándome y queriendo ganar. Seque la navaja de mi escoté, no iba a perder esta vez, no creo que resista.

Un golpe de alivio me recorrió cuándo vi el taxi estacionado a pocos metros y comencé a gritar y hacer señas paras que me viera. Apresure el paso y recién cuando mis dedos tocaron la puerta del vehículo, voltee y me encontré con una acera vacía. Escondí la navaja y me seque las lágrimas que corrían por mis mejillas. Estuvo ahí, lo sentí. Sabía que él me perseguía porque nadie era capaz de despertar tanto miedo en mi cuerpo.

Me subí al taxi y me quede el silenció cuando el conductor me pidió la dirección, no tenía a dónde ir. Le pedí disculpas y marqué el número de la persona que sabría que me ayudaría. 

— ¿Que quieres, Leíster?—Claire respondió al tercer tono. Por una extraña razón mi voz se quebró cuando escuché la suya y volví a llorar incapaz de contenerme.

Claire debió escuchar mi llanto porque su tono de voz cambió dramáticamente.

— Leister, responde, ¿Te paso algo?.

— Es-ttoy bie-en— Intenté formar palabras coherentes pero el llanto no me lo permitía. 

— ¿Dónde carajos estás? Maldición, Allison, iré a buscarte ahora mismo. Pásame tu ubicación.

Tome un poco de aire y lo solté como la terapeuta me enseñó cuándo era niña. 

— Estoy en un taxi, tranquila, iré yo.

— Esta bien— No sonaba para nada tranquila— Dame el número del taxista, pásame tu ubicación y dile que traiga a mi casa. Aquí te espero.

Hice lo que ella me ordenó y me afirmé a la ventanilla mientras me dirigía a las afueras de Greston. No quise pensar en nada, me dediqué a colocar la mejilla sobre el vidrio mientras lloraba y ver como pasábamos por el bosque dónde se escondía mi más grande y retorcido secreto.

Los minutos pasaron y note como el auto comenzó a mermar su velocidad. Me incorpore rápidamente por que seguía en alerta y el taxista me observo por el espejo retrovisor. 

— Tranquila, señorita. Solo que creo hay una motocicleta estacionada al costado de la carretera.

Abrí la ventanilla y a pesar de la luz visualice la figura de Claire Fox montada en su motocicleta a un costados de la carrera. 

— Deténgase por favor— Dije mientras las lágrimas volvían a surgir.

El taxista me hizo caso y se orilló a un costado, a pocos metros de Claire. Me baje del coche y entre la oscuridad de la noche me concentre en la brillante mirada de la pelinegra. Ella se bajo de la moto dejando que la larga falda del vestido negro de gala que llevaba quedará colgando en el aire. Miré su expresión seria mientras me acercaba temblando. El maquillaje negro alrededor de sus ojos resalto más su mirada verde pero no sentí miedo esta vez, los recuerdos de las pesadillas no volvieron a mi mente esta vez porque cada paso que di, acercándome a ella, me hizo sentir segura.

Quedamos frente a frente y ella me observó de pies a cabeza e hizo algo que no creí propio de ella. Abrió sus brazos y con los labios y todo el cuerpo temblando recibí el abrazo de Claire Fox. Las lágrimas caían sin contemplaciones, al igual que mis sollozos y mis temblores. Su mano comenzó a acariciar mi cabello mientras susurro unas palabras que recordare toda la vida.

— Ahora estás a salvo, Leister.

[...]

Claire se movía de un lado al otro en su habitación mientras no dejaba de observarme y yo rogaba que creyera mi mentira.

— No vi el rostro del sujetó que intento asaltarme— Repetí por tercera vez— Sólo intento robarme el celular, me resistí y me siguió. Forcejeamos un rato y logre escapar.

La mirada de la pelinegra siguió fija en mi como si quisiera destapar mi mentira. Siguió caminando por la habitación sin decir una palabra y el ruido de sus pesadas botas hacía un ruido estremecedor contra el piso de madera. 

— Llegue a casa y estaba sola, tuve miedo y vine aquí. 

Ella siguió en silencio y mi mirada observó como la larga falda de tul negro combinado con uno verde se movía en cada paso que daba. La parte de arriba también era de tul negro que se envolvía en su torso y terminaba en una pequeña manga en su brazo izquierdo. El cabello lo tenía suelto dejando que sus naturales ondas cayeran en cascada por su largo cabello negro. Llevaba joyería de diamantes verdes en su brazos, dedos, orejas y cuello, dejándola ver no solo hermosa, sino también sofisticada y costosa.

— Ahora fingiré que te creó porque parece que tuviste una noche difícil, pero yo no olvido, Leister— Su voz fue fría y desentono con su acción de acariciarme el hombro. 

Asentí. Sabía que era una mentira estúpida y poco creíble. El nivel de pánico que tuve no coincidía con la de un simple asalto.

La puerta se abrió y el aire escapo de mis pulmones cuándo el mayor de los hermanos Fox entro en el cuarto vestido de traje y corbata logrando que su imponente altura volviera el resto del cuarto pequeño.

[...]

Jackson.

— ¡Apúrate, crio del demonio!— Grito Cristián mientras azotaba mi puerta y yo seguí con el control de la consola en mis manos disfrutando de una pelea en línea. 

Metí una mano en la bolsa de papas que le robe a Jordán y disfrute como Cristián no dejaba de gritar que me apresurara y yo lo ignoraba. 

— ¡Lo diré una sola vez más! ¡Si no sales hasta que cuente hasta tres, voy a derribar la puerta!.

Seguí concentrado en el plasma colgado en mi habitación.

— 3...

Lleve otro puñado de papas a mi boca con tranquilidad.

— 2... ¡Te lo advierto Jackson Máximo Fox Valter!.

Faltaba solo un poco y vencería al idiota en línea, sólo...

— ¡1!

El estruendoso ruido me hizo levantarme de golpe del sillón y observar la zona donde antes se encontraba mi puerta y ahora solo había un hueco. Cristián estaba a solo pocos metros de mi, de pie, y dejó caer el gran pedazo de madera que tenia en las manos para luego sacudirse los pedazos de madera del traje.

— ¡Estás jodidamente loco!—Grite furioso— ¡No entiendes que te estoy ignorando!.

— ¡¿Acaso tú no entiendes que me chupa cinco hectáreas de mierda lo que tu hagas?!, te quiero listo en tres minutos o te arrastrare desnudo a la fiesta y sabes que soy capaz de hacerlo, Jackson.

Le di una mirada mortal y él desapareció por dónde antes se encontraba mi puerta.

— ¡Te quedan dos minutos!.

— ¡Le diré a papá que rompiste mi puerta!

— ¡Li diri a Joseph qui rimpisti mi puerti!— Se burló— ¡No te aguantas nada!

Me dirigí a mi armario y me coloqué uno de mis trajes de gala. Consistía en un costoso traje italiano de color negro que tenía pequeños detalles de tela texturizada de color negro en las mangas y las aberturas del saco. Era un traje simple con pequeños detalles que le sacaban un poco lo común sin pasar a lo exagerado. Me puse perfume, unos zapatos negros y una simple corbata negra, y eso era todo. 

Iba a salir pero recordé que ya no tenía puerta y que se joda Cristián, más iba a demorarme. Agarre el peine y frente al espejo y con un poco de gel comencé a echarme el pelo hacía atrás. No era fanático de esto pero haría lo que fuera para demorarme y molestar a Cristián.

— ¿Que mierda?— Reconocí la voz de Jordán.

Mi hermano se adentró a la habitación y con una sonrisa observo como jugaba con mi cabello azabache. 

— ¿Otra vez discutiendo con Cristián?

— Es insoportable. 

— Eres igual a él— Habló el rubio cruzándose de brazos.

Arrugue la nariz, asqueado.

— No me ofendas de tal manera.

— Como sea, ¿Me ayudas con la corbata?

Negué con la cabeza y él me sonrió extendiéndome la corbata azul oscuro que combinaba con su traje. 

— Tienes dieciséis años ¿Cuándo aprenderás a hacerlo?.

Pasé la corbata por su cuello y con rapidez hice los nudos, y listo. Perfecto. 

— Espera— Le dije cuándo note el cuello de la camisa mal arreglada al igual que los puños— Eres un desastre.

Le acomode el traje, agarré el peine y arreglé un poco su cabello.

— Ya es suficiente— Se quejo impidiendo que le pusiera perfume— Me agrada más el hermano molesto, que el Jackson en modo mamá osa.

— ¿Tomaste tus medicinas?

Su sonrisa se borró, y con pesar asintió.  Observe como las ojeras en su rostro estaban más marcadas y moradas, al igual que su rostro más pálido de la costumbre. Según Claire, lo escuchó vomitando hace un par de días, lo que significa que seguía tomando sus medicamentos y explicaba su fatiga y malestares.

— Esta bien.

— Papá me habló sobre una clínica en Suecia que podría mejorar el estado de mi corazón— No sonaba muy confiado— Creó que será buena idea.

Asentí. Todos coincidíamos en que los problemas de Jordán en su corazón era una prioridad ahora. Apenas tenía dieciséis años y ya había sufrido cuatro infartos y constates arritmias.

— Lo será— Quería tener el poder de asegurar aquello pero algo en mi pecho me lo impedía.

El rubio me sonrió con ternura demostrando los hoyuelos que heredo de nuestra madre. Pero su sonrisa no cubrió los sentimientos que sufrió toda la vida: miedo y dolor. Sentimientos que él mismo me transportaba cuándo imaginaba perderlo. No negaba que a veces sentía celos de él, porque si los sentía. Jordán tiene la que yo nunca tuve ni tendré; el cariño de Cristián. Pero no por aquello quitaba que siempre lo iba a cuidar y querer. Era mi hermanito menor, por mas mierda que hiciera siempre lo querría y lo iba a proteger, ese era el problema.

— Ve por Claire— Murmuró con una sonrisa— No quiero que discutas con Cristián, búscala mientras yo busco la puerta de repuesto que tenemos que el ático.

Asentí con una sonrisa hacía mi hermano y me dirigí a la parte este de la casa, dónde se encontraba la habitación de Claire. No toque la puerta, simplemente entre y me quede inmóvil cuándo note la presencia de la pequeña castaña. Me sorprendió encontrarla aquí, pero lo que me genero un nudo en estómago era su estado; tenía el maquillaje corrido, los ojos hinchados, el vestido arrugado y el cabello revuelto. Una horrible sensación ya antes vivida se formo en mi pecho e inconscientemente comencé a caminar hacía la castaña que intentaba ocultarse tras mi hermana para que no pudiera verla. 

— Lissy...

— Por favor, vete.— Su voz sonaba más aguda de lo normal. Intente acercarme a ella pero Claire se puso al frente.

— Ya dijo que no, Jackson.

La ignore y la rodee con rapidez para llegar hasta Lissy que se había sentado en la cama abrazando sus propias piernas y escuchar su llanto me quebró. 

— ¿Que te sucedió?

Ella no respondió. Siguió sollozando y volteé a mirar a mi hermana que estaba con una expresión neutra y sin brindarme las explicaciones que necesitaba y me estaban comenzando a volver loco. Agarre su rostro en mis manos y con mis pulgares seque sus lágrimas. Seguía sollozando y el no saber la causa de su llanto me estaba matando porque dejaba mi imaginación libre para crear miles de escenarios que me hacían hervir la sangre.

— Tranquila, Lissy. Por favor ya no llores, ahora estás a salvó.— Intenté calmarla y ella abrió sus brazos y me abrazó. Sentí como su cuerpo temblaba y podía sentir las emociones en cada sollozo; miedo, rabia y dolor.

— No me sueltes— Susurro entre llantos— Por favor no me dejes sola.

— No lo haré, jamás lo haría. 

Pasaron un par de minutos hasta que logró calmarse, y otro poco hasta que logro contarme lo que sucedió, cosa que no creí. Tuve suerte de que nos encontrábamos en la habitación de Claire; el único lugar, del único hijo al que Cristián si le respeta la privacidad y no anda metiendo sus narices.

— ¿Que haremos?— Preguntó mi hermana mientras Lissy tomaba el te que le preparo para que se calmase.

— No lo se, pero espero qué tu tampoco creyeras su historia del asalto.

— No me subestimes. No soy una genio de la moda pero se que ese vestido no se usa con esos tenis, su cabello fue recogido de prisa y puedo observar el mango de la navaja que brilla en su escoté; esta chica no se escapo de un robo por su suerte, a ella la estaban persiguiendo— Tomo un poco de aire— No se quién, no se porque o como, pero Leister le teme. Cuando la encontré no dejaba de temblar, estaba pálida y paranoica.

Dos personas vinieron a mi mente con rapidez y ella negó con la cabeza.

— Ellos no fueron, estuve con ellos.

— Sabes que buscaran la forma de engañarte, pero luego resolveremos eso. Lo importante es que Lissy...

Claire levantó una ceja y negué con la cabeza.

— Allison, Allison se encuentre bien.

Ella asintió. 

— No quiero dejarla sola, parece nerviosa y temerosa.

— Me quedaré con ella— Dije rápidamente. 

— Padre no lo permitirá, sabes que esta cena es importante para él y necesita la imagen de la familia perfecta.

Tenía razón. Cristián habló semanas sobre esta cena y lo importante que sería para él, pero me negaba a dejar a Lissy sola en ese estado. Una no muy brillante y segura idea cruzo mi mente.

— No— Hablo Claire leyéndome la mente— Estas en la línea roja, Jackson, padre va a matarte.

— Que lo intenté.

Me voltee dispuesto a salir de la habitación, posiblemente a mi futuro funeral, no sin antes darle una mirada a Lissy <No te dejaré sola>

Baje las escaleras hacía el primer piso dónde se encontraban mis padres y mi hermana, Carrie, la cual lucia un vestido rojo brillante.

— Hasta que por fin bajas— Cristián Fox se encontraba al borde de las escaleras. El traje negro se le ceñía al cuerpo resaltando su imponente figura de casi dos metros y su buena condición física. Como siempre inspiraba poder, peligro y oscuridad. Con un toque encantador que podía envolver a cualquiera. Levanto la mirada y sus cejas se fueron frunciendo cada segundo más mientras observaba mi cabello.

Soltó una pequeña risa.

— ¿Ahora eres mi fan?— Señaló mi cabello y recién caí en cuenta de que él se había peinado exactamente igual.

Con algo de molestia desarregle mi cabello.

— Que pena, hijo, lucias exactamente igual a tu amado padre— La burla era clara en su voz.

— Que te den, Cristián.

<Idiota, me robo el peinado>

— Ambos, paren— Hablo papá algo cansado— Una noche en familia les pido, solo una.

— Díselo a él. Es insoportable— Se quejo Cristian mientras acomodaba su pañuelo verde esmeralda.

La rubia se acercó hasta él y se puso e  puntas de pie para darle un beso en la mejilla y arrebatarle el pañuelo de las manos.

— Papi, me prometiste algo— Se quejo mientras acomodaba su pañuelo en el bolsillo— Y sólo los fracasados rompen sus promesas, así que cumple tu palabra y respeta a mi hermano.

— Perdona, corazón. 

Cristián se mantuvo en silenció y agradecí la capacidad de mi hermana para envolver a las personas, en especial a nuestros padres.

—¿Dónde esta Claire?— Preguntó papá desviando el tema y mi mente regreso al plan.

— Esta terminando de arreglarse, bajara en un segundo. 

Él asintió y yo me acerque hasta Cristián, al lugar dónde se había sentado hace un par de segundos. Tome un poco de aire y lo hice, esto era un plan terrible pero no se me ocurría nada más. Intenté no pensar demasiado y echarme atrás. Los ojos verdes brillantes me observaron con aburrimiento y apreté mis puños a los costados.

— ¿Y tu que?.

Tome un poco de valor y estrelle mi puño contra la cara del pelinegro, y un jadeo escapo por parte de todos en la sala. Observe mi puño con rapidez y como Cristián tenía el rostro volteado y le comenzaba a brotar sangre de la nariz. Giro el rostro lentamente y por la forma en la que me observo tuve miedo por un segundo. Me acomode de forma en la que cuando me devolviera el golpe, no fuera tan dolorosa, pero papá me echo atrás de él y se puso delante de mi mientras mi otro padre se ponía de pie.

— Cristián...

Noté como la sangre le brotaba de la nariz y le caía en los labios. Se paso la lengua por ellos limpiándose.

— Hasta que por fin tienes las pelotas para hacerlo.

Carrie también corrió hacía él y se puso delante de Joseph. 

— Papá, piensa lo que harás— Amenazó la rubia— Sabes que ninguno te perdonara si lo lastimas.

Cristián no la miraba, me observaba a fijamente a mi de una manera extraña. El verde aterrador de sus ojos me hizo tragar en seco. Dio un paso adelante y papá me empujó para retroceder con él. 

— Te quedarás solo— Continuo Carrie— Jordán, Claire y yo te odiaremos si le haces algo a Jackson. Te odiaremos toda la vida. 

Mi corazón comenzó a latir de prisa, mis manos sudaban porque si de algo era consistente, era de que a Cristián Fox no se le faltaba el respeto, o no se vivía para contarlo.

Cristián ladeo la cabeza mientras papá empujaba a Carrie detrás de él y se acercaba hasta Cristián. 

— Piensa muy bien lo que harás, Cristián, porque te prometo que te arrepentirás si le pones un dedo encima a mi hijo.

El verde esmeralda se poso en él y con una sonrisa traviesa miró a Joseph dando un paso adelante, y volviendo el aire más pesado.

— No olvides que también es mi hijo, incluso más mío que tuyo.

Sus ojos se posaron en Carrie.

— Ve por Claire y Jordán, no quiero llegar tardé— Ella me miró antes de marcharse y asentí para que se fuera tranquila.

Sentí el ambiente aún más pesado y papá no se movió de su lugar, al igual que Cristián. Por una extraña razón no quería mirarlo, sabía que estuvo mal golpearlo y que me restaría diez pasos con él, pero necesitaba hacer algo que lo molestará y no me llevará a la fiesta para cuidar a Lissy, y con Claire no era seguro dejarla.

— ¿Tan abajo me tienes que crees que seré capaz de golpear a mi hijo?— Posó su mirada en mi— ¿Creíste que iba a golpearte?.

No respondí y él negó con la cabeza mientras una sonrisa agria se formaba en su rostro.

— Ya veo que si... Creía, no, esperaba que por lo menos mi propia familia no me considerará un monstruo, del mundo lo aceptaba, pero no de ustedes.

Por un momento la culpabilidad me invadió. Cristián jamás me levanto, la mano o la voz, sólo me dio miradas de reproche o decepción que dolían más que cualquier golpe.

— Ve a tu cuarto, estás castigado una semana— Asentí y él se limpió con su pañuelo el rastro de sangre que goteaba por su rostro— Y la próxima vez que me levantes la mano, te la voy a romper.

— Luego hablaremos muy seriamente ambos— escuché a papá murmurar.

Subí las escaleras en silenció y me cruce con mis hermanos en el pasillo. Con Claire nos dimos una mirada cómplice y me dirigí al cuarto de mi hermana.

Le presté un poco de ropa para que se diera un baño y estuviera más cómoda y aprovechando que estaba la casa sola saqué un paquetes de papas de la habitación de Jordán mientras esperábamos la pizza.

Lissy se encontraba sentada al frente de mí, se estaba terminando de secar con la toalla el cabello, que gracias al agua parecía negro y no castaño oscuro. Sus ojos ambarinos con pequeñas manchas verdes me observaron con timidez. No me gustaba como estaba actuando pero la entendía, acababa de pasar por algo feo, pero quería que volviese la Lissy; parlanchina, cariñosa y torpe; que volviera a ser ella misma.

La observe incapaz de saber que decir para crear una conversación. Así que dije lo que se me ocurrió. 

— Te queda bonita mi ropa.

Ella me observó algo sorprendida y me lamenté por mi estupidez, pero cuándo me regalo una pequeña sonrisa aquello me hizo sentir lleno.

— Gracias... Tú también te ves lindo con tu ropa.

Ella se sonrojo al notar su error y yo solté una pequeña risa por su torpeza, esa era mi Lissy.

— Me veo guapo con cualquier cosa.

Ella negó con una sonrisa un poco mayor.

— Siempre tan modesto, Jackson Máximo. 

— Jamás debí permitiste descubrir mi nombre completo.

— Y jamás lo olvidaré— Sonrió mientras sentía mi corazón latir y como en pecho un sentimiento de comodidad era desplazado mientras observaba como a la castaña le brillaban los ojos.

Negué con la cabeza al darme cuenta de lo que sucedía, esto estaba mal.

Me puse de pie algo nervioso, esto fue un error. Actué por impulso del momento y no analicé..

— ¿Está bien? ¿Jackson?.

Lissy se encontraba de pie igual que yo y su mano se encontraba tocando mi mejilla logrando que un sentimiento extraño se extendiera por mi cuerpo, y joder, no entendía como estoy podía estar mal y sentirse tan bien a la vez.

Me acerqué un poco más a ella. Sorprendiéndola, pero no logrando que se alejé. Copie su movimiento y con mis dedos sentí la suavidad de su piel logrando que cierre los ojos mientras disfrutaba de mi tacto. 

— Jackson...

— Lissy — Repetí con una sonrisa. Por nuestra cercanía podía ver la hinchazón de sus ojos por las lágrimas logrando que mi sonrisa se borrara; no me gustaba que llorará — Dime quién te lastimó, pero dime la verdad.

Ella parpadeo sorprendida y segundos después negó con la cabeza.

— Te prometo que si me lo dices, jamás volverá a hacerte daño. 

Vi la duda en sus ojos y abrió la boca unos segundos. De nuevo parecía asustada y aquello me impacientaba. Solo un nombre, Lissy, sólo uno y quién sea que te haga sentir así, desaparecerá. 

— Lo siento, no puedo.

Un sabor amargo descendió por mi garganta. Podía ayudarla, podía protegerla pero si ella no me ayudaba seria más difícil para ambos.

— Sabes que no voy a rendirme, voy a descubrir que sucede, Lissy— Deje un pequeño beso en su frente— Y esa persona, me las pagará. 

Una sonrisa triste curvo en sus labios. Sabía que aquello le gustaba. No tenía que ser genio para darte cuenta que le gusta que la protegen y a mi me gustaba proteger.

[...]

Ambos dejamos el tema de lado para la tranquilidad de ambos, aun que el no saber era como una pequeña espinilla en mis pelotas. La pizza había llegado y subí unos platos a la habitación de Claire. Lissy se encontraba frente al televisor buscando un película mientras yo colocaba la pizza y la coca en la bandeja. Ella dio media vuelta y sonrió cuando abrí la caja de pizza y revelando la gran pizza de piña, no entendía como les gustaba tanto, era horrible. La otra mitad, de extra queso, era mía. Ambos nos acostamos en la cama mientras una vieja película romántica comenzaba a rodar, obviamente ella había elegido.

Fueron la peor hora y media de mi vida. La única parte buena fue cuándo ella comenzó a llorar por el final.

— No es para tanto— Me queje mientras ella era un mar de lágrimas. 

— ¿Como no es para tanto?— Se seco las lágrimas— ¿Acaso no viste todo lo que hizo?.

<Por desgracia si>

— ¿Casarse con una enferma mental?

— No seas idiota— Se quejó y sonreí— La enamoró todos los días, encima esta basada en una historia verdadera. Es mi película favorita.

— No lo había notado...

— Es demasiado tierna.

— No lo es, él la conoce como la palma de su mano mientras ella tiene que comenzar todos los días con las tediosas preguntas que todos hacen al comienzo, ¿Cual es tu color favorito? ¿película favorita? ¿Tienes hermanos...?

— ¿Cuál es tu color favorito?—Me interrumpió.

— El negro— Revolví los ojos— Es obvio, todo en mi cuarto es negro.

— ajá.

Aquello me molesto un poco.

— ¿Acaso no me prestas atención?— Mis palabras tomaron por sorpresa que asintió rápidamente— Estoy usando un traje negro en este momento, nunca uso otro color.

Me cruce de brazos irritado y ella inclino la cabeza

— ¿Estás molesto?

— No.

Una sonrisa se extendió por su rostro y mi expresión seria tembló.

— ¿De verdad estás molestó por que no sabía cual era tu color favorito?

— No.

— Lo estás— Su sonrisa creció y la ignore metiéndome un pedazo de pizza a la boca.

Ella se acercó más y observo el pedazo en mis manos.

— ¿Me convidas?

La mire con el ceño fruncido.

— No.

— ¡Jackson!.

— Tu pediste de piña, come de esa.

Ahora ella fue quién se cruzó de brazos.

— Pero ahora quiero de esa.

— Pues te aguantas.

Ella me miro ofendida y se arrastro al borde la cama para sentarse ahí con los brazos cruzado. La mire con una sonrisa, se veía adorable.

Me acerqué hasta ella y sin pedir permiso coloqué mi cabeza sobre sus muslos. Desde aquí podía ver dos bultos que sus grandes tetas formaban <Era una estupenda vista>

Extendí mi brazo con la porción hacía su rostro.

— Abre.

— Ya no quiero. 

— Abre— Repetí más firme.

— Bueno.

Abrió la boca y con cuidado dirigí el pedazo de pizza a su boca. Repetimos la acción hasta que acabó la porción. A pesar de que ya no quedo más comida me mantuve en mi posición, ahora con Lissy acariciándome el cabello y casi logrando que me duerma.

— ¿Te estás durmiendo?

— Claro que no— Mentí. Que me acariciaran el cabello de esa forma era mi jodida debilidad. Aún recordaba como mamá hacía eso para lograr que me durmiera. 

Ella me miró con una sonrisa y con esos hermosos ojos que tenían ese brillo clásico de ella. No entendía como brillaban de esa forma; no era el color o su forma. Simplemente tenían algo, un brillo especial que la hacía resaltar y no variaba de su estado. Había conocido las más oscuras y demoledoras facetas de Lissy, pero ese brillo no desapareció en ningún momento. Como si no importara cuanta mierda le tiraran, ella seguiría brillando y resistiría. 

— Te estás durmiendo— Repitió y un bostezo escapó de su boca.

Una sonrisa curva mis labios.

— ¿Tu te estás durmiendo?

Ella asintió con una sonrisa tímida y me incorporé.

— Entonces vamos a dormir— Me puse de pie y pase mi manos por debajo de sus piernas y la bajo sus brazos para poder cargarla estilo novia.

— ¡Jackson!, ¿Que haces?— Preguntó entre risas y yo me las ingenie para abrir la puerta. La tenía demasiado cerca y podía oler su fragancia a lavanda.

— Iremos a dormir, te aseguro que compartir una cama con Claire no es agradable, así que para tu comodidad y porque soy un gran anfitrión, te daré el lujo de compartir mi cama.

Atravesamos el pasillo y llegamos hasta mi habitación, la cuál ahora gracias a Jordán, tenía una puerta nueva.

— ¿Desde cuándo eres tan amable, Jackson Máximo?— La deje con cuidado en la cama y procedí a sacarme la corbata y la camisa. 

— ¿Desde cuándo finges que no te fascina compartir una cama conmigo?— Le guiñe un ojo y sentí como sus ojos recorrían mi torso— Mis ojos están aquí Lissy, ¿Siempre tan pervertida, cariño?.

Me lanzo un cojín y sonriendo me di media vuelta y me dirigí a mi clóset dónde me coloqué unos pantalones de dormir oscuros. Cuándo regresé ella ya estaba arropada en la parte de la cama dónde duermo, la cama era gigante pero me gustaba dormir en la orilla de la zona izquierda, pero la pequeña Lissy ya parecía muy cómoda en aquel lugar, así que se lo permití, solo por esta noche. Me acosté a su par y la sentí demasiado lejos, así que pase un brazos por su cintura y la pegue a mi. Estábamos frente a frente mientras nuestros alientos se golpeaban y yo no podía quitar la vista de sus labios.

— El punto de invitar a alguien a dormir juntos es poder dormir abrazados— Ella trago en secó ante mis palabras. 

<Pero sería mejor sin ropa...> Quise agregar pero me mordí la lengua. Había tenido una mala noche y había ocasiones en las que follar no daba, y esta era una de ellas. Tome un poco de aire intentando desviar los pensamientos lujurioso pero tenía una horrible tentación a escasos centímetros. 

— Buenas noches, Lissy— Me estire y apagué la luz.

— Buenas noches, Jackson Máximo.

Apoyo su cabeza sobre mi pecho y fue extrañó. Jamás había compartido cama de esta forma, generalmente odiaba que extraños se metieran en el lugar dónde dormía, era demasiado quisquilloso sobre aquello. Pero Lissy rompía en mis pedazos aquella molestia. Sus manos envolvían mi torso, sus dedos tocaban mi piel y su cuerpo calentaba el mío, y no me molestaba, al contrario, me gustaba. 

Una de sus manos subió hasta mi cabello y comenzó a rasparlo con suavidad e inconscientemente comencé a cerrar mis ojos.

Joder, no debía, pero podía acostumbrarme a esto...

Desperté cuando una pequeña mano pellizco mi hombro repetidamente, y casi salto de la cama cuándo lo primero que veo son unos ojos verdes brillantes en medio de la oscuridad. 

— Muévete— Reconocí la femenina voz de mi hermana.

Volteé y observe como Lissy seguía dormida y recostada en mi pecho. Con mucho cuidado me levante sin despertarla y me dirigí a la habitación de Claire dónde la pelinegra me esperaba.

Ya no usaba el vestidor negro, lo había reemplazado por unos shorts holgados y una blusa corta.

— ¿Que quieres?.

Ella tomó un poco de aire y como siempre, fue directa.

— Que te alejes de ella.

Aquello me sorprendió.

— No quiero que la lastimes— Habló rápidamente— Te conozco, los conozco a todos, y se que le harán daño. 

Negué. Ella no lo entendía, no sabía lo bien que me sentía cerca de ella y de lo mucho que me molestara que sufriera, por supuesto que no la lastimaría.

— Esto no es un juego, Jackson. Si lo fue para ti al principio te pido, no, te suplicó, que acabes con esto— Dio un paso al frente— Ella es mi amiga.

La mire horrorizado, ¿Su amiga?.

— ¿Tu puedes tener amigas?.

Ella me dio una mirada mortal que me hizo recordar a Cristián.

— Hablo enserio, es mi amiga y no quiero que sufra por ti. De alguna forma ella me esta ayudando... ya no me siento tan sola como antes y ya no pienso en...

— ¿Ella lo sabe?— La interrumpí. ¿De verdad sabia lo que había sucedido?. 

Claire apretó sus puños a los costado y tomó una larga bocana de aire. Hablar de esto era difícil, pero más que nada para ella que fue quién lo vivió. 

— No se lo dije aún, no quiero que me vea de esa forma. Me cree valiente y fuerte, no quiero que piense que no lo soy en realidad.

De nuevo ese agrio sentimiento se desató por mi garganta y expandió por todo mi cuerpo. La impotencia combinada con la culpa era un veneno para el alma que me lastimaba todos los días y a veces, me impedían ver a mi hermana a los ojos.

— Eres fuerte. Eres incluso más fuerte por lo que pasaste y porque no te rendiste, sigues aquí Claire— Acune su rostro en mis manos e intente contener el sentimiento que me hacía llenar los ojos de lágrimas — No te atrevas a decir que no eres fuerte, porqué eres la jodida mujer más fuerte que conozco.

Alejo mis manos de su rostro.

— Sabes que no estoy aquí porqué quiero, Jackson— Su personalidad dura la impedía ponerse sentimental pero podía ver en sus ojos como luchaba por no llorar— Todos ustedes me ven aquí de pie, pero la realidad es que yo ya me fui hace mucho. Mi alma murió esa noche, pero ustedes se niegan a soltarme y el día que aprendan que deben dejarme ir, dejaran de lastimarme.

— No digas eso...

— Tú no cargues con todas las desgracias de esta familia, Jackson, por que son demasiadas y vendrán aún más. Si echas el peso de cada lágrima en tus hombros, acabaras aplastado, hermano— Desvió el tema— Te adoró, pero no quiero que mi destrucción sea una carga más sobre ti.

Un pesado silenció se formó entre ambos. Ninguno de los dos derramó una lágrima; simplemente porqué nuestra naturaleza no llegaba a tanto.

— Me cuidaste durante diez años desde que murió mamá y estuviste ahí cuándo nuestros padres no pudieron — Tomó más aire aguantando las lágrimas — Y eso es algo que te agradeceré toda la vida, pero suéltame, Jackson, por lo menos tú. Se que a nuestros padres les costará más y los mellizos no entenderán, pero tu siempre fuiste....

La interrumpí cuándo la tomé de los hombros y la envolví con mis brazos. Acaricie su cabello y ella colocó su cabeza en mi pecho mientras comenzaba a llorar. <Gracioso, ¿no? Claire solo había llorado por dos personas en toda su vida y ahora yo me había vuelto la tercera y posiblemente última>

— Tranquila, copito— Acaricie su cabello igual al mío— Te voy a soltar si eso es lo que deseas, pero no te prometo que Cristián lo haga. Sabes que es al que más le va a costar.

— Él sabe que no estoy bien, por más medicamentos, hospitales y profesionales que busque, lo mío no tiene cura. Es una herida en el alma que jamás me permitiera estar bien porque cada día me envenena y se vuelve más profunda. Cada día pienso en él y lo recuerdo a ellos— Ahogo un sollozo — Con tiempo lo haré entender, aún tengo mucho que hacer antes de irme.

Sentí la impotencia a flor de piel y el sentimiento me arrollaba porqué no había nada que pudiera hacer. No podía regresar el tiempo y evitar esa noche, lo único que podía era no pedirle a la mujer que tenía al frente que siguiera aquí por mí, si ella desde hace mucho ya no quería vivir y sus muñecas son la prueba de aquello. Odiaba tener que despedirme de mi hermana tan pronto, pero fui testigo de lo que vivió y no podía juzgarla si elegía ya no luchar.

<Algunas batallas son muy difíciles de terminarlas, hijo, y a veces rendirte no te vuelve un cobarde. Los humanos no estamos hechos de acero, sangramos, lloramos y nos quebramos; pero romperse o desertar, no resta nuestro valor. Es fácil juzgar cuando no estás en la piel del otro>

El sonido de la puerta siendo arañada y abierta llamó la atención de ambos. Segundos después, garrapata, entro en la habitación y subió a la cama de mi hermana. Seguramente estaba en la habitación de Cristián y este lo hecho, el maldito perro no entendía que mi progenitor lo odiaba.

— Debió haber ido a cagar en la habitación de Cristián de nuevo.

Miré a Claire y ambos soltamos una risa. Con mis pulgares seque sus lágrimas y le di un pequeño beso en la frente. 

— Te quiero, Copito. 

— Te quiero, Jackie.

Mis ojos se desviaron unos metros y un cuadro recién pintado llamo mi atención. En el cuadro aparecía mi hermana y Lissy, ambas con un casco de motocicletas en la cabeza y montadas en la moto.

— Es precioso, me alegra de que volvieras a pintar.

— En la noche cuándo no logró dormir lo hago, me relaja un poco.

Mis ojos se centraron en la imagen de ella. Esperaba perfectamente retratada. Un rostro delgado, unos cachetes rellanos y sonrojados, la nariz recta, la piel blanca y lisa. El cabello castaño oscuro le caía en ambos lados del rostro y los grandes ojos de color ámbar con ese brillo especial relataban.

— No puedes alejarte de ella, ¿Verdad?

Asentí. 

— Me hace sentir tantas cosas, con ella...

— No existen preocupaciones, problemas o malos ratos— Completo— Te sientes cómodo, seguro y no quieres alejarte de ella jamás. Piensas siempre en ella y tu cuerpo te avisa cuándo ella esta cerca, y te incita a ir tras hacia ella. Te entiendo, también lo viví. 

Una pequeña sonrisa triste se formo en sus labios y yo me mantuve imparcial.

— Si la quieres de esa forma no te alejes de ella. Cuídala porqué convivió con Allison, y se que oculta varios secretos, entre ellos que le teme a alguien. 

— Lo se, quiero que me diga quién es.

Ella sonrió de manera burlesca.

— Tu abrázala e intenta que te diga de la forma bonita de quién se esconde o quién la está lastimando— Caminó un par de pasos hasta su armario y arrastro una silla de escritorio que tenía a alguien atado a ella, de manos, pies y con la boca tapada—Que mientras haces eso, yo actúo y atrapó a quién está amenazando a mi amiga.

Se inclinó y de sus botas saco una brillosa daga. Extendió el filo y él sujeto que estaba atado comenzó a chillar. Claire lo sostuvo del mentón y elevo su cuello pasara que pasara el filo del arma por aquella zona.

— Hola, cariño— Colocó la punta justo debajo de su mandíbula mientras el hombre adulto se retorcía despavorido— Nosotros nos divertimos mucho.

Un pequeño destello en su oreja me llamo la atención y estire mi mano para arrancarle el pendiente que tenía en la oreja. Con una mueca de asco limpie la sangre del pendiente en la chaqueta del sujeto y miré de reojo a mi hermana que miraba con la misma intensidad al diamante celeste en forma de gota que el accesorio tenía incrustado en el centró. Inconsciente mis ojos pasaron al collar de Claire y recordé el anillo con la misma joya que mamá me regalo pero pocas veces usaba.

— Pillaste un pez gordo, hermanita.

Miré de reojo a mi hermana que seguía asombrada y le pase la joya para que la observara con detalle.

— Diamante celeste— Dijo lentamente — Crystallini 007, perteneciente a Tobías Williams.

El sujetó intentó liberarse pero si esas cadenas resistían a la bestia, nada podría romperlas.

— ¿Dónde compraste, robaste o te dieron esto?— Resalte el pendiente en mis manos— Es obvio que no eres Tobías Williams. 

Claire la saco la mordaza de la poca y este lo primero que hizo fue escupirle.

— Mala idea— Murmure y la mujer a mi lado no tardó en tapar su boca con su mano y clavar el puñal repetidas veces en su pierna.

Loa gritos quedaron atorados en la mano de mi hermana y yo me cruce de brazos esperando a que terminará. La sangre del sujeto comenzó a caer en el fino piso de madera y voltee a ver a Claire.

— Yo no limpiare eso; tu lo matas, tu limpias.

— ¿Ahora hablaras?— Preguntó y el sujeto asintió— Primero dime que hacías vigilando a Leister.

Una sonrisa maligna de formo en su rostro y se contagio en el mío. Era momento de encontrar respuestas sobre Allison Leister.

~A~🧡🖤

_________________________________________

Nota de la Autora: Perdón por demostrarme tanto en actualizar. Estuve editando los primeros diez capítulos y me fui de vacaciones con mis amigos, pero ya estoy de vuelta.

Dato: La película fav de Lissy es "Como si fuera la primera vez.
Respecto a Claire, más adelante sabrán lo que le sucedió y posiblemente escriba un cap narrado por ella para que logren entender un poco desde su perspectiva pero será muy crudo.

Hasta la próxima actualización, los quiero ♡.

~A~

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