Un juego de dos

By piikkaapiikaa

211K 22.4K 44.6K

Louis es obligado por sus padres a ir a un internado, donde convivirá con gente como él que es capaz de contr... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Final
Epílogo
Importante

Capítulo VIII

7.5K 915 2.4K
By piikkaapiikaa

Louis frunció el ceño procesando las palabras que acababa de escuchar, y separó su cabeza unos centímetros para mirarlo a los ojos.

—¿Qué mierda estás diciendo?

—Lo que has oído. —estaba serio, pero no borde.

—Pero vamos a ver, ¿te crees que estás en una puta telenovela dónde el imbécil de turno va soltando mierdas como esas para hacerse el interesante? —habló con rabia; se había ofendido.

—Louis, hablo en serio.

—Sí, y yo también. Además, ¿quién mierda crees que eres para pensar que yo me enamoraría de ti? a ver si aceptas de una maldita vez que no todos te comemos el culo aquí dentro, Styles.

Harry trató de contestar, pero Louis no lo dejó; no quería escucharlo. Le dio un fuerte empujón en el pecho quitándoselo de encima, y se sacudió la ropa cuando se levantó, girándose para mirarlo antes de marcharse.

—Levántate, tenemos que ir a ensayar. Te espero en el patio.

Comenzó a caminar con bastante rapidez hacia el exterior del internado, encendiéndose un cigarro por el camino pese a estar por los pasillos y saber que estaba prohibido, y bufó aún enrabietado.

—Puto imbécil de mierda, será estúpido. —murmuró enfadado.

No lograba comprender el por qué, pero muy dentro de él sabía que las palabras de Harry le habían dolido. No lo entendía, no obtenía respuesta a las miles de preguntas que rondaban por su mente, pero lo sabía. Y aquello no le gustaba en absoluto.

No era buena señal que unas palabras tan aparentemente insignificantes como aquellas hubieran conseguido dañarlo hasta el punto de necesitar salir huyendo de allí, pero era una realidad. Y por desgracia, era la suya.

Estaba confuso, porque aunque él aún no era consciente, un extraño pero hermoso sentimiento comenzaba a crecer muy despacio en su corazón, acariciándole el alma cada vez que estaba con Harry.

Algo tan pequeño pero tan grande a la vez, tan puro y sagrado como el amor de dos adolescentes que disfrazaban sus sentimientos con odio, ambos corazones jugando a un juego en el que en realidad, en el fondo, sabían que no ganaría ninguno de los dos.

Pero Louis se negaba, ni tan siquiera se le pasaba por la mente esa posibilidad. Antes que eso, prefería esconder cualquier pequeño indicio de amor con odio y rencor, sin saber que era exactamente ese sentimiento el que los unió desde el primer momento.

Finalmente salió al patio ya con el cigarro consumido, tirándolo al suelo en cuanto vio el momento, y se acercó a Niall en cuánto lo vio ensayando con esa tal Noelia.

—¿Y Gemma? —preguntó nada más llegar hasta ellos, sin previo saludo.

—Le enseñé el edificio y se fue con sus amigas. Acaba de llegar y es raro que tenga amigas aquí dentro tan pronto, pero bueno, supongo que ser la hermana del líder y la hija de la directora te abre muchas puertas.

—Líder. —repitió con sorna—. Ese tiene de líder lo que yo de hetero.

—Madre mía, que amables y divertidos nos hemos levantado hoy. —rió Noelia, tratando de integrarse en la conversación.

—Lou, ella es Noelia. Noelia, él es Louis. —presentó Niall.

—Sí, ya lo sé. —sonrió de forma irónica—. Te recuerdo que hoy me has cambiado por ella.

—Que dramático. —rodó los ojos.

—No te jode. —bufó.

—Hola.

Niall y Noelia se giraron en dirección al saludo para ver quién era, pero Louis no se movió. De todos modos, reconocería esa voz en cualquier parte.

—Vaya vaya, el grandioso Harry Styles. —se burló Niall.

—Cierra tu maldita boca, subnormal. —lo miró mal.

—A veces se me olvida el mal humor que tiene. —se giró, agarrando a Noelia para marcharse de allí junto a ella.

—A ver si aprendes a hablar bien. —reprochó Louis, caminando hacia el campo de batalla.

—Me lo dice el que no sabe decir una frase sin soltar cuatro tacos en ella. —rodó los ojos—. Joder, ya que no me ayudas, al menos no vayas tan rápido. —se quejó.

—Eres un puto lento.

—Cuando te empotre contra la pared te aseguro que seré de todo menos lento.

—Que bien se te da presumir de tu cacahuete. —vaciló, sonriendo de lado.

—Un cacahuete que no te cabe en la boca.

Louis frenó en seco girándose hacia él, y a penas sin pensarlo, agarró su miembro por encima de su pantalón, haciendo que él lo mirara entre sorprendido y excitado.

Lo agarró de la cintura con fuerza para que no se separara, y sonrió con picardía alzando levemente la cabeza para mirarlo a los ojos mientras apretaba el agarre un poco más.

—¿Qué demonios est... estás haciendo? —tragó saliva, tratando de mantener la compostura.

—Hm. —tanteó divertido—. No, yo creo que me cabría perfectamente. —sonrió separándose de golpe.

Continuó su camino como si nada hubiera pasado, y Harry por fin logró soltar todo el aire que hasta entonces había retenido en sus pulmones, pues literalmente se le cortó la respiración.

—¿Me explicas qué ha sido eso?

—Tú presumes, y yo compruebo. —trató de no reír.

—A veces no hay quien te entienda. —suspiró.

—Madre mía, te has puesto a sudar y todo. —comenzó a reír—. ¿Tantas ganas tenía tu cacahuete de recibir un poco de atención?

—¿Un poco de atención? —alzó las cejas—. Tiene toda la atención del mundo.

—La mano no cuenta, Styles. —le guiñó un ojo.

Harry se limitó a mirarlo tremendamente mal mientras trataba de no caerse con las muletas, y finalmente llegaron al campo, donde acabaron sentándose en el suelo.

—A ver, ¿tienes alguna idea? —preguntó Louis.

—¿Yo? no pierdo mi tiempo en estas tonterías.

—Pues ya me dirás que hacemos, entonces.

—¿Y si nos vamos?

Louis se giró con rapidez hacia él, mirándolo totalmente sorprendido, y frunció el ceño cuando lo vio encogerse de hombros restándole importancia a lo que acababa de decir.

—¿Cómo que irnos? ¿a dónde?

—No lo sé, por ahí a dar una vuelta.

—¿Fuera?

—Sí, joder, sí. —bufó—. Te cuesta, eh.

—Puto imbécil, nos meteremos en un lío.

—No tienen por qué enterarse.

El menor dudó. Quería salir, ver de nuevo como era la vida lejos de aquel lugar, pero le daba miedo el poder ser descubiertos y castigados por haber incumplido las normas nuevamente.

—Bueno, yo me piro, ya verás que haces. —se levantó.

—¿Así de gratis? ¿sin planear nada?

—No es la primera vez que hago esto, Tomlinson.

—Ahora eres un puto cojo de mierda, no sabes ni caminar.

—Que cosas más bonitas me dices. —ironizó, comenzando a caminar.

—Las que te mereces. —fue tras él.

Sin pronunciar ni una palabra más se dirigieron hacia la parte trasera del internado, un lugar que tan solo conocía la directora, los profesores que daban clase allí, Harry, y sus amigos.

Y ahora, también Louis.

—Hay que saltar eso. —señaló una gran barrera.

Louis se abalanzó sobre ella escalándola sin dificultad, y bajó de nuevo dando un gran salto, saliendo así del internado.

—Joder que rápido, cualquiera diría que tenías miedo de hacer esto. —comenzó a reír.

—Cállate y ven, puto cojo.

—Date la vuelta.

—¿Qué?

—Que te des la vuelta, jodido imbécil.

—Subnormal. —se giró.

Escuchó un ruido algo extraño en cuanto se dio la vuelta, y una mano tocó su hombro a los pocos segundos. ¿Cómo demonios había sido tan rápido?

—¿Sabes qué? prefiero no preguntar. —resopló.

—¿A dónde quieres ir? —cambió de tema.

—No lo sé, aunque tampoco tenemos muchas opciones. Estamos solos y ninguno de los dos tiene dinero.

—¿Te apetece un bañito?

—Los cojones, hace frío.

—Es divertido bañarse cuando hace frío, y más si el agua está helada.

—Sí, se nota que te gusta, así tienes el cacahuete de tanta agua fría.

—Imbécil, hablas mucho de mi polla, ¿no? —rió—. Si quieres probarla solo tienes que decírmelo.

—Antes muerto, Styles.

—Los cojones, sé que te mueres de ganas.

—Que te den por culo. —miró al frente.

—Te puedo dar a ti, que es mejor. —le guiñó un ojo.

—Te repito que soy alérgico a los cacahuetes.

—Llegan a ser adictivos. Como tú.

Louis se giró levemente mirándolo de reojo, y sonrió de lado muy disimuladamente, tratando de hacer ver que no había escuchado sus palabras.

Pero Harry sabía que lo había hecho. Además, había visto sus ojos ligeramente achinaditos, delatando la sonrisa que no llegó a nacer en sus labios, pero que estuvo a punto.

—Ven, Zayn nos está esperando. —trató de cambiar de tema.

—¿Zayn?

—Sí, él es quien hace de chófer.

—Madre mía, vaya dos.

—¿Celoso, Tomlinson?

—Ya quisieras, Styles. —lo retó.

Harry se acercó a su oído muy disimuladamente, y sonrió con diversión.

—No te pongas celoso, bichito. Sabes que soy todo tuyo. —murmuró despacio, con un ligero tono divertido en su voz.

—Pues dame el ticket de devolución. —lo miró.

—De verdad, no te aguanto.

Louis estalló a carcajadas justo en ese momento al ver su enfado, y caminó tras él hasta que llegaron a un coche negro, donde Zayn se encontraba sentado frente al volante, esperándolos.

—¿Alguien os ha visto?

—No, salimos por detrás. ¿Y tú?

—Me compinché con Liam para que despistara a la secretaria y salí. —se encogió de hombros.

—Que malotes. —ironizó Louis, desde el asiento de atrás.

—¿Quieres que te enseñe lo que sabe hacer este malote? —se giró Harry.

—No, no vaya a ser que vuelvas a caerte encima mía otra vez. —sonrió con falsedad.

—Imbécil.

—Subnormal.

—Gilipollas.

—Cacahuete rancio.

—¡Basta! —gritó Zayn—. Joder, qué paciencia hay que tener con vosotros dos, sois iguales.

—Iguales mis cojones, ya quisiera él. —bufó Louis.

—¿Y tú eres quien me llama egocéntrico a mí? míratelo, mi amor.

—Mi amor tu puta madre.

—Se hace el difícil, pero en verdad todos sabemos que está loquito por mis huesos. —le dijo a Zayn, riendo con diversión.

—Dios mío, arranca ya antes de que le meta el cambio de marchas por el culo.

Zayn comenzó a reír mientras arrancaba el coche, y se encogió de hombros cuando ya estaban en la carretera.

—¿Y bien?

—¿A dónde quieres ir? —se giró de nuevo.

—No lo sé.

—Que útil eres, me cago en la puta.

—Más que tú, puto estúpido.

—¿En serio? ¿otra vez? —los volvió a regañar Zayn.

Louis bufó cruzándose de brazos, y se dedicó a mirar por la ventanilla del coche todo el camino, dispuesto a ir allí donde ellos quisieran. A fin de cuentas tampoco tenían muchas opciones, y le servía cualquiera que implicara no estar en ese internado encerrados como animales.

—Hemos llegado. —exclamó Zayn, poniendo el freno de mano.

—He dicho que no quería bañarme. —se quejó Louis, observando la playa en la que estaban.

—Has dicho que no sabías a dónde querías ir, así que ahora te jodes. —Harry se quitó el cinturón.

—Yo aquí no me quedo.

—Joder, puto mamón, deja de tocarme los huevos.

—¿Quieres que te los toque de verdad? —provocó, alzando las cejas.

—No, te viciarías. —disimuló una sonrisa.

—¿Lo comprobamos?

—Parecéis bipolares, pasáis de cagaros en vuestros muertos a hablar de follaros el culo cómo si nada. —resopló Zayn—. Tal para cual.

—Como no cierres la boca te vas a comer el cambio de marchas, Malik. —amenazó Harry.

—Igual que tú te va a comer mi polla como no nos vayamos de esta puta playa. —intervino Louis.

—Si me dices eso solo me dan ganas de bajarme del coche y tirarte al agua. —sonrió con picardía.

—Puto desesperado.

Harry comenzó a reír, y Zayn se giró cansado de tener que aguantarlos.

—Os llevo la centro y a tomar por culo, yo no tengo por qué seguir aguantando esto. —se desesperó Zayn.

Y así pues, acabó llevándolos al centro de Londres, dejándolos allí quedando con ellos en una hora justo en ese mismo lugar.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó Harry, mirando a su alrededor.

—Quiero un helado.

—¿Qué tenemos ahora? ¿tres años?

—Quiero un puto helado, así que cállate la puta boca y ayúdame a buscar una heladería.

—Sé dónde hay una.

—Pues vamos.

Caminaron unos cinco minutos hacia la supuesta heladería que decía conocer Harry, y Louis miró el escaparate de helados una vez llegaron.

—Ni siquiera tienes dinero. —bufó Harry, viendo cómo él observaba con ilusión los sabores de helado que había allí.

—No los voy a comprar.

—¿Qué?

—¿Te gusta la vainilla? —cambió de tema.

—Soy más de menta.

—Está bien.

Entró en la heladería dejando a Harry fuera, bastante confuso por lo que había dicho, pero lo entendió todo cuando vio a Louis salir corriendo de allí, con un helado en cada mano.

—¡Vamos, corre! —gritó huyendo.

—¡Hijo de puta, si casi no puedo ni caminar! —gritó, tratando de correr a la pata coja.

—¡Venid aquí, gamberros! —gritó el heladero—. ¡Voy a llamar a la policía!

Harry agarró las dos muletas con una mano, comenzando a correr incluso más rápido que Louis, y él alzó las cejas sorprendido mirándolo incrédulo.

—¡Eres un puto cabrón mentiroso! —gritó enfadado, corriendo tras él—. ¡Vete a la puta mierda, Styles!

—¡Entiéndeme, teniéndote a ti como enfermero personal cualquiera finge estar enfermo! —comenzó a reír.

—¡Que te den por culo!

Se escondieron en un callejón cuando perdieron de vista al heladero, y Harry comenzó a reír mientras Louis trataba de recomponer su respiración, pues le faltaba el aire a causa de la carrera que acababan de hacer.

—Todo por dos putos helados, ya me jodería.

—Toma el tuyo, mentiroso de mierda.

—Me sorprende que no se te hayan caído. —rió, agarrando el de menta.

—Tengo práctica agarrando cosas. —sonrió de lado.

—Pues a ver cuando me la agarras a mí, que ya va siendo hora.

—Sigue soñando, Styles.

Se comieron el helado con bastante rapidez, entre miradas pícaras y risas burlonas, y Louis se giró hacia Harry en cuanto se lo acabó.

—¿Y desde cuándo estás fingiendo?

—En realidad, nunca he tenido un esguince. Cuándo hablabas con mi madre aproveché para sobornar a la enfermera, y le dije que fingiera que me había hecho un esguince.

—¿Y cuando te dolió el tobillo en clase? —frunció el ceño.

—¿Por qué te crees que vino mi madre detrás de mí, y te obligó a hacer pareja conmigo en el trabajo?

—Estás putamente enfermo, para que después digas que no estás enamorado de mí. —bromeó esto último.

—Me caes mal al igual que yo a ti, y disfruto viendo como sufres por tener que estar conmigo.

—Repite esa mierda hasta que te lo creas.

—¿Qué pasa? —sonrió Harry, acercándose despacio a él—. ¿Tanto te gustaría que estuviera enamorado de ti?

—¿Te crees que me intimidas? —cambió de tema, enfrentando su mirada—. Vete a la mierda, Styles, eres un puto engreído.

—¿Sí? —sonrió, acorralándolo contra la pared del callejón—. ¿Y qué más?

—Un niñato arrogante.

—¿Sí? —colocó ambos codos, uno a cada lado de su cabeza—. ¿Qué más?

—Un gilipollas que se cree que me intimida, cuando solo me da lástima.

Harry bajó su rostro quedando justo a la misma altura que Louis, y sonrió dejando sus labios a tan solo unos centímetros de los suyos, notando como él tragaba saliva nervioso comenzando a temblar bajo su intimidante mirada.

—Vamos, vacílame ahora, valiente. —sonrió con diversión.

—Que te follen, Styles. —murmuró nervioso.

—Me parece mejor plan follarte a ti, la verdad. —vaciló sobre su boca.

—Que te jodan. —escondió una sonrisa.

Louis se estremeció por completo cuando Harry rozó sus labios durante una milésima de segundo, y un fuerte escalofrío lo recorrió por completo justo en ese momento.

Estaban cerca, muy cerca, ambos rozando sus labios de una forma suave, húmeda y excitante, dejándose mutuamente con las ganas de sentir mucho más.

Louis bajó su mirada hasta el estómago de Harry muy despacio, acariciándola con una suavidad infinita bajo su atenta mirada, e hizo un pequeño camino hacia su cintura, agarrándola despacio para acercarlo más a él.

Harry sonrió, sin ningún rastro de diversión o vacile en su mirada. Esta vez, tan solo había dulzura. Una dulzura que, muy a su pesar, tan solo era capaz de sentir con él.

Y entonces, sucedió. Sin necesidad de palabras, de suspiros rotos ni deseos escondidos, Harry unió sus labios con los de Louis, creando sin saberlo la mezcla más hermosa del mundo.

Ambos labios bailando al compás del otro, cuyas lenguas batallaban entre sí buscando su protagonismo en mitad del beso. Las manos de Louis temblando sobre la cintura de Harry, acariciando la zona con timidez mientras que la mano de Harry se movía despacio sobre su cabello despeinado, evitando tocar su piel para no incomodarlo en ningún momento.

Dos bocas fundiéndose en una sola, dos corazones uniéndose para siempre, y dos almas que a partir de ese mismo momento, caminarían juntas toda una eternidad.

Continue Reading

You'll Also Like

617K 46.6K 34
Ella te podrá querer mucho, pero yo puedo follarte mejor.
14.1K 1K 15
(Ya esta medio viejo el libro(¿¿ Aquí encontrarás cosas varias como: one-shots, poemas, datos, imágenes, vídeos, etc. De Hamilton x Burr, si no te gu...
112K 6.1K 31
Quiero agradecerle a @amapola324 por la hermosa portada, todos los derechos de autor para su persona, GRACIAS... * En Primer lugar, este libro está i...
154K 7.2K 33
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...