Un juego de dos

Autorstwa piikkaapiikaa

211K 22.4K 44.6K

Louis es obligado por sus padres a ir a un internado, donde convivirá con gente como él que es capaz de contr... Więcej

Prólogo
Capítulo I
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Final
Epílogo
Importante

Capítulo II

7.2K 862 1.5K
Autorstwa piikkaapiikaa

Estuvieron un rato hablando, aunque realmente quien lo hacía era Liam, mientras que Louis hacía ver que escuchaba y prestaba atención.

—Oye, ¿tú no te callas nunca?

—¿Qué?

—Que si sabes cerrar la boca. —contestó seco.

—No, ¿por qué? —comenzó a reír.

—Madre mía, necesito una ventana para poder tirarme por ella. —resopló.

—Es una de las pocas habitaciones que no tienen ventana.

—Que desgracia.

Liam continuó riéndose, y Louis lo miró intrigado. ¿Por qué no paraba de reírse? ¿Qué era lo que le hacía tanta gracia?

Resopló de nuevo volviendo a tumbarse en su cama, y se colocó la almohada sobre el rostro tapándoselo por completo, en un intento inútil de aislarse de la conversación que Liam insistía en mantener activa.

—¿Tienes amigos aquí dentro? —preguntó Liam, mirando con intriga al joven que ante él trataba de dejar de escucharlo.

—No.

—Los necesitarás.

—Yo no necesito a nadie.

Una risa irónica salió de entre los labios de Liam, quien negó con la cabeza mientras se pasaba la mano por la nuca en un gesto de desespero.

—Me gusta como piensas y tu forma de ser, de verdad, pero aquí dentro eso no te servirá de nada si no tienes a alguien que te cubra las espaldas todo el rato.

—Déjame adivinar. —se sentó en la cama, agarrando la almohada con sus manos—. Por ese niño pijo, ¿no?

—Sí.

—Te repito que ese niñato no me da miedo.

—Que no te dé miedo no significa que no te vaya a hacer nada.

—Que tenga cojones de hacerme algo, a ver que pasa.

Liam lo miró impresionado por su contestación, y él tan solo se encogió de hombros sin saber muy bien qué decir.

—Payne, Tomlinson, tenéis clase de control de daños en diez minutos. —una voz femenina habló al otro lado de la puerta.

—¡Gracias! —gritó Liam para que lo escuchara.

—¿Control de daños? —Louis frunció el ceño.

—Sí, es una clase donde te enseñan como actuar en caso de que ocasiones algún tipo de daño utilizando tu poder.

—Que divertido. —ironizó rodando los ojos.

Salieron de clase agarrando cada uno su mochila, y Louis frunció el ceño volviendo a meter sus manos en sus bolsillos en un intento inútil de pasar desapercibido entre todos los estudiantes.

Siguió a Liam hasta la clase que les tocaba en ese momento, y suspiró quedándose en la puerta, analizando en silencio a los que serían sus compañeros a partir de ese momento.

—Me voy con mis amigos, ¿sí? nos veremos luego. —Liam habló con él, tratando de disimular el hacerlo.

—Vale. —dudó de su comportamiento.

Se fue prácticamente corriendo, evitando estar tiempo de más junto a él en público, y Louis puso una mueca volviendo a mirar a todos sus compañeros, aún desde la puerta de la clase.

De pronto sintió como alguien tapó sus ojos desde atrás dándole un pequeño susto, y le quitó las manos con rapidez de un movimiento seco.

—¿Qué demonios...? —se giró—. ¡Horan!

—¿Me echabas de menos? —comenzó a reír.

—Madre mía, no sabes tú cuánto.

Niall revolvió su pelo en un gesto cariñoso a sabiendas de que no lo querría abrazar, y Louis se quejó como de costumbre, volviendo a peinarse con las manos.

—Si estás despeinado igual, que más te da. —caminó hasta las mesas del fondo.

—Estoy guapísimo y eso te jode.

—Egocéntrico.

Se sentaron en las dos mesas que había al fondo de la clase, y Louis bufó poniendo una mueca al notar varias miradas sobre ellos.

No le gustaba en absoluto ser el centro de atención, o la fuente de todas las miradas, fuera cual fuera el motivo. Odiaba no poder pasar desapercibido, y lo peor, era que siendo el nuevo no podría hacer eso.

—Siéntense en vuestros asientos, por favor.

Louis miró hacia el frente, viendo a un hombre de unos cincuenta años caminar en paso firme hacia su escritorio, justo en diagonal a donde se sentaba él.

Comenzó a pasar lista como era de esperar, y Louis frunció el ceño esperando su nombre, hasta que lo escuchó.

—Harry Styles.

La clase entera hizo silencio, y la mirada de Louis recorrió el lugar en busca de una mano alzada, pero no la encontró. En su lugar, una risa burlona junto a un “presente” se hizo escuchar justo en la mesa que había delante de él, y lo observó.

Estaba de espaldas, pero lograba ver su compostura inadecuada, ligeramente acostada sobre la silla como si no tuviera respeto alguno por su profesor. Su pelo castaño, rizado y color chocolate era algo que destacaba de él, y su vestimenta clásica de un adolescente de su edad, delató que tendría unos diecinueve años aproximadamente.

Un golpe de Niall alertó a Louis, quien había quedado sumido en sus pensamientos, y lo miró serio por interrumpirlo.

—¿Qué demonios quieres? —murmuró enfadado, mirando a su amigo.

—Señor Tomlinson, soy yo quien le está llamando.

Miró hacia el frente encontrándose con el rostro serio de su profesor, quien lo miraba por encima de sus gafas, y suspiró alzando la mano.

—Presente.

—Así que este es el nuevo, ¿no? —rió Harry, mirándolo con aires de superioridad.

—El mismo, ¿algún problema? —lo encaró.

Un silencio abismal se formó en la clase, haciendo que una fuerte tensión se concentrase en ese mismo lugar mientras Harry y Louis se miraban desafiantes, ambos sin ninguna intención de perder esa batalla.

—No me vaciles, niño. —advirtió Harry.

—Niño dice, ¿acaso eres mi abuelo? —comenzó a reír.

Un “uuhh” a coro de toda la clase se escuchó con claridad mientras continuaban mirándose, y Louis sonrió al verlo enrojecer de la rabia que sentía en ese mismo momento.

—No sabes dónde te estás metiendo. —amenazó Harry.

—Me das pena. —lo miró.

—Eres hombre muerto, Tomlinson. —murmuró con rabia, acercándose a él.

—Mira como tiemblo. —se acercó más.

—¡Basta! —gritó el profesor, golpeando la mesa con fuerza—. ¡Harry, Louis, al despacho de la directora!

—Oh vamos, no me jodas, solo estaba saludando al nuevo. —se excusó Harry, poniendo una mueca de disgusto.

—No voy a repetirlo.

Louis resopló levantándose de su mesa con mala gana, y salió de su clase a paso decidido hacia el despacho de la directora.

Hasta que se perdió.

—¿No sabes dónde está? —Harry rió a sus espaldas.

—No, ¿te recuerdo que soy nuevo? —rodó los ojos.

—Me estás tocando mucho los huevos y eso no es bueno, ¿sabes? —comenzó a enfadarse.

—Déjate ya el drama conmigo, imbécil. —lo miró mal—. Quizás te servirá con los demás, pero a mí me das risa.

Volvió a girarse para continuar su camino así como recordaba de hacía unos minutos, pero algo lo empujó hasta hacer que su espalda impactara con fuerza contra la pared, mientras sus dos manos lo agarraban con fuerza del cuello.

—Escúchame imbécil, no llevas aquí ni un puto día y ya has firmado tu sentencia de muerte. —Harry habló con rabia, muy cerca de su rostro, mirándolo a los ojos—. Aquí dentro no eres más que una pequeña mierda insignificante, y no voy a permitir que tu estupidez dañe mi reputación. Así que o te calmas tú y aprendes a respetarme, o te enseño yo a base de golpes. ¿Me he explicado con suficiente claridad?

Harry aflojó el agarre que mantenía sobre su cuello para que pudiera decirle lo que quería oír, pero Louis no tenía en mente ponérselo tan fácil.

—Vete a la mierda, Styles. —lo retó.

Y entonces, Harry, explotó.

Su puño impactó con fuerza sobre la mejilla de Louis, quien cayó al suelo debido a la intensidad del golpe, y se tocó la zona con una mueca de dolor al notarla arder.

Harry se agachó ante él agarrándolo del cabello para que lo mirara, y una sonrisa burlona salió de entre sus labios al verlo tan indispuesto.

—La próxima vez no seré tan cordial.

Acto seguido volvió a levantarse para caminar con tranquilidad hacia el despacho de la directora, y Louis golpeó el suelo con fuerza con su mano hecha un puño debido a la rabia e impotencia que sentía en ese mismo momento.

Se había dejado golpear, se había dejado ver vulnerable y culpa de eso, ahora Harry creería que lo tenía todo bajo su control, algo que no podía permitir.

Se levantó enrabietado mirando hacia los lados del pasillo, confirmando que nadie había presenciado la patética escena que acababa de vivir, y caminó hacia su habitación sin hacer caso a las órdenes de su profesor.

Agarró una cajetilla de tabaco junto a un mechero que se trajo en la mochila de su equipaje, y decidió salir al patio a tomar un poco de aire, pues necesitaba descargar un poco toda la ansiedad que se le estaba acumulando desde que había llegado allí, hacía a penas unas dos horas.

Todo le venía grande, y no había empezado con buen pie. Llevaba a penas dos horas en aquel internado, y ya había recibido un puñetazo y lo habían enviado al despacho de la directora.

Algo no iba bien y él lo sabía, pues su adaptación a su nuevo entorno no estaba yendo como debería ir.

Sacó un cigarro de la pequeña cajetilla que tenía entre sus manos cuando se sentó en una de las gradas del patio, y se lo llevó a la boca para seguidamente encenderlo con el mechero, ahuecándolo entre sus manos para frenar la poca brisa de aire que corría por el lugar.

Inhaló con fuerza llenando sus pulmones todo lo que pudo de aquel amargo sabor, y dejó salir todo el humo tras retenerlo en su caja torácica durante unos segundos. Un suspiro salió de entre sus labios cuando cerró los ojos tratando de tranquilizarse, y estiró sus piernas cruzándolas de modo que colocó su tobillo izquierdo encima del derecho, poniéndose en una postura aparentemente cómoda.

La tensión que se acumulaba en sus omóplatos no era poca, y la inquietud que sentía al encontrarse solo en un entorno desconocido junto a personas que no había visto en su vida, no ayudaba en absoluto.

—Hola, Louis.

Frunció el ceño resoplando sonoramente al haberse visto interrumpido en su momento de tranquilidad, y giró la cabeza para encontrarse a Anne Styles, su directora.

Pero él no se inmutó. Quizás lo iba a regañar, castigar e incluso expulsar, pero le dió exactamente igual. A fin de cuentas, si lo expulsaba, le haría un gran favor.

—¿Puedo sentarme? —lo miró intrigante esperando una respuesta por su parte, pero al no encontrarla, ella misma se concedió el permiso de realizar lo que había pedido.

—Si va a castigarme o a expulsarme puede decírmelo directamente y acabamos antes, hágame caso que se lo agradeceré. —habló Louis, mirando al frente.

—No he venido a nada de eso, solo quería hablar contigo.

—Hable.

—¿Qué te ha pasado ahí?

Esta vez Louis sí giró su rostro para mirarla, pero volvió a girar la cabeza cuando vio que sus ojos se dirigieron curiosos a la zona rojiza de su mejilla, justo donde Harry le había golpeado hacía un rato.

—Me he caído por las escaleras. —hizo una mueca ante su propia excusa, y Anne sonrió mirando al suelo.

—¿Sabes que aquí tenemos cámaras de seguridad, Louis?

Él suspiró.

—¿Y si lo ha visto para qué mierda me pregunta?

—Porque quería saber si me mentirías o me dirías la verdad, y acerté en lo que pensé.

—No se equivoque, no le he mentido porque el imbécil que me ha golpeado sea su hijo. Le he mentido porque no tengo ganas de movidas, y además, con el debido respeto, su hijo es un estúpido arrogante y no va a conseguir cambiar eso por mucho que lo intente.

Ella sonrió ante las crudas palabras de Louis, quien no se cortó un pelo al expresar lo que sentía, y cruzó sus dedos colocándolos sobre su rodilla izquierda, girando su rostro para volver a mirarlo.

Le intrigaba la forma de ser de aquel joven. Tan solo lo había visto dos veces, pero sus instintos maternales le gritaban en silencio que aquel chico de ojos azules y pelo castaño, escondía en su corazón mucho más de lo que sus palabras podían explicar.

—¿Cómo ha ido tu primera clase?

—Mal, me han expulsado a los cinco minutos gracias a su maravilloso hijo.

—Os han enviado a mi despacho y es curioso, porque no habéis venido ninguno de los dos.

—Al final nos pareceremos y todo, ¿has visto que cosas más raras? —ironizó.

Anne se levantó dejando escapar una suave risa, y colocó su mano sobre el hombro de Louis, quien se apartó sin necesidad de disimulación.

—¿No te gusta el contacto físico?

—¿No ve que no?

Ella calló, mirándolo inquietante, con la curiosidad en su interior suplicándole saber más sobre aquel misterioso chico.

Pero decidió marcharse, pues ya lo había apretado demasiado y no quería abusar de la generosidad que estaba teniendo al hablar con ella en vez de marcharse a otro lugar.

—Hablaré con mi hijo para que te deje tranquilo, pero necesito que asistas a las clases y trates de hablar de una forma más respetuosa con los demás. —dijo con suavidad.

—Expúlseme si quiere, pero no espere que cambie mi forma de ser por la gente de aquí.

—Inténtalo, Louis. Confío en ti.

Se marchó tras pedirle que asistiera a su próxima clase, pero Louis no le prestó atención.

En su cabeza rondaban las tres palabras que había dicho antes de eso, unas palabras que realmente consiguieron clavarse en su interior.

“Confío en ti”.

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

318K 43K 20
Harry escribe cartas anónimas para Louis y las deja en su casillero, a Louis le encanta fingir que no le emociona encontrar las cartas cada día. -no...
814K 97.4K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
173K 19.3K 8
Es la temporada navideña en la ciudad de Nueva York. Hay demasiados muérdagos colgados por todo el edificio donde vive Harry y un chico con un par de...
1.9M 160K 38
Harry es un amargado profesor de Literatura y Louis, su pequeño e inocente alumno. No se permiten adaptaciones.