Estabas aprisionada como un vil animal, en una jaula al fondo del sótano de la mansión X. A pesar de ser una mutante con poderes felinos, esperabas que estos llamados X-Men te trataran con más respeto que los humanos que te habían tenido encerrada varios años como atractivo principal en ese circo de fenómenos a las afueras de Missouri, pero te habías equivocado: lo primero que hizo el "benevolente" de Charles Xavier fue entrar en tu mente y ver toda la sed de venganza en contra de aquellos que te humillaron y decidió (sin consultar con nadie) ponerte en esa cueva maloliente y fría, según él para que no provocaras daño a nadie ni a ti misma.
El único que se oponía a tal decisión era Logan, ese mutante malencarado y atractivo con el que en varias ocasiones habías luchado antes de que los humanos te atraparan. Desde el primer instante en que combatiste cuerpo a cuerpo contra él, la seducción de su fuerza y el aroma de su piel te tenían hipnotizada ante cualquier movimiento que realizaba. Lo deseabas con todo tu ser.
-Profesor, si la encierras harás más grande su deseo de venganza
-Representa un peligro para ella misma y para los demás
-¿Y qué piensas hacer, borrarle la memoria como a Jean? Así lo hiciste y mira todo lo que pasó...
-Si la dejo libre matará a todos
-¡No es un animal, Charles! -gritó con furia Wolverine -¡no esperes que se vuelva dócil y más humana cuando ha sido tratada como una bestia y la sigues tratando como todos los demás! ¡He sufrido el mismo trato y no es nada bonito!
-Logan, sé que piensas...
-¡Me importa una mierda lo que sepas, voy a liberarla ahora mismo!
Luego de mucho pensarlo, Xavier dio su respuesta:
-De acuerdo Logan, tú ganas. Si tú la liberas, tú cuidarás de ella... día y noche... ella será tu responsabilidad
-No soy una niñera, Charles -bufó ante la responsabilidad el mutante
-Esa es mi última oferta: tú la liberas, tú la cuidas -entonces el profesor se movió en su silla de ruedas hacia la salida de aquel sótano y se introdujo hacia el elevador que daba a la parte superior de la mansión
Logan, al verse solo y con la encomienda de soltarte, se encaminó hasta tu jaula y se plantó frente a las rejas. Tú gruñiste como leona al verlo acercarse sin saber las intenciones de éste.
-Tranquila gatita, vengo a soltarte
-No me digas gatita, idiota -comentaste con enojo
-¡Hey! Deberías ser más agradecida mutante -dijo mientras ponía las manos en el cerrojo de la puerta queriendo abrirla
-¿Qué haces? -cuestionaste con desconfianza
-Voy a sacarte de aquí
-¿Por qué?
-Porque no eres ningún animal al que hay que encerrar para que no haga daño; sé lo que se siente que todo el munda quiera tratarte asi y no puedas demostrar quién eres en realidad
-¿Y cómo puedo saber que no es una trampa como una de las tantas que me has hecho?
-Si fuera una trampa no sería aquí mismo, en la mansión, con el peligro de que mates a todos mis alumnos y a mis amigos... estaría loco si quisiera hacerlo -lentamente abrió la puerta y te extendió la mano para que salieras -ven, sal de aquí
Como un gato asustado, te arrinconaste y pusiste tu cuerpo en modo de ataque. No confiabas en ese hombre.
-Te aseguro que yo cuidaré de ti, aprenderemos juntos... lo prometo
Ya fuera por el deseo de salir o por el deseo de matar, dejaste de lado tus sospechas y tomaste la mano de aquel rival y saliste a paso lento de aquél terrible espacio.
Afuera, en el amplio sótano donde varias máquinas de última generación y el jet de los X-Men se guardaban, te movías con sigilo y cautela esperando que algo o alguien saliera y te volviera a lastimar; pero luego de varios minutos sin ver nada sospechoso comenzaste a caminar con más confianza.
Husmeaste por todos lados queriendo encontrar algo de alimento, pues llevabas varios días sin comer. Wolverine adivinó lo que sentías y fue a la cocina por un poco de comida, no sin antes advertirte de que no hicieras nada tonto o tocaras algo.
Cuando regresó, puso el plato en una de las mesas de trabajo y devoraste casi de un bocado todo aquello que te llevó. Sentado y sorprendido, solo abría los ojos de par en par.
-Wow, calma amiguita, te vas a atragantar -dijo Logan al ver lo rápido que comías -estabas hambrienta, ¿no?
-Sí... mmmm... lo siento...
-¿Por cuánto tiempo te han mantenido cautiva?
-Casi 3 años -comentaste con amargura en la voz -el tiempo más horrible de mi vida
-Ahora que estás aquí con nosotros puedes recobrar lo que te han quitado
-¿Ah sí, y eso qué es? ¿Mi dignidad? -hablaste sarcástica viéndolo a los ojos
-Eso y más... eres una mujer fuerte y especial, una mutante como ninguna que hubiera visto antes en mi vida
-¿Cómo se supone que debo tomar eso, como un halago o como una amenaza? -de pronto, las uñas en tus manos comenzaron a alargarse como garras en son de defensa
-¡Basta! ¿Todo tiene que ser hostil para ti?
-Sí, siempre debo estar alerta -movías la mirada en todas direcciones como escudriñando cada rincón por los posibles desafíos que se presentaran -además, mira quién lo dice
-Xavier me dio la responsabilidad de cuidar de ti mientras estás en la mansión, conmigo no habrá nada ni nadie que se atreva a tocarte por ningún motivo
De repente, ese comentario te provocó una carcajada. El mutante se te quedó viendo con cara de extrañado.
-¿Cuál es la risa?
-¿Tú evitarás que alguien me toque como un guardaespaldas que cuida a su amo o evitas que alguien más, aparte de ti, me toque?
-No... es decir... a lo que me refie... el comentario iba a que... ¡en fin! Nadie va a hacerte daño -el color rubí subió a las mejillas de Logan al ver que su afirmación podía ser interpretada de varias formas
-Vaya, nunca creí que tú pudieras ruborizarte
-No me conoces gatita -dijo la frase lo más serio que pudo pero en su voz denotaba la picardía del coqueteo
-¡Ya te dije que no me digas gatita! -te acercaste con tus garras fuera de tu cuerpo y lo encaraste a escasos 10 centímetros de su rostro, amagando con cortarle el cuello
-¿Acaso es que más que molestarte te excita que te llame así? -tu rostro se volvió sorprendido ante la afirmación -veo como tu respiración se agita cuando te lo digo y puedo oler las hormonas de tu cuerpo, te pone a mil que lo mencione
-¡Mentiras! -ahora eras tú quien sentía vergüenza por las palabras de Logan
De repente, se levantó de la silla donde se hallaba postrado y te encaró de regreso; te hizo retroceder varios metros hasta acorralarte en una de las paredes del sótano. Su cuerpo tan cerca del tuyo, su fabuloso cuerpo tonificado y firme y el excitante perfume que emanaba de su piel te estaba humedeciendo en la entrepierna. Tú, aún con los brazos en posición de ataque, temblabas de emoción por tenerle a un paso de distancia... puso sus brazos a cada uno de tus costados y aproximó su nariz a tu cuello, aspirando el olor que salía de tus poros.
Entonces, sin más ni más, te dijo al oído:
-He deseado cogerte desde la primera vez que luchamos uno a uno en Siberia... ¿lo recuerdas?
-Sí -dijiste con la voz entrecortada
-Vaya, gatita, creo que eres un dulce manjar que me gustaría probar ahora -mordió con suavidad tu oreja y eso te hizo respingar de excitación; ya no podías más -¿ronronearías para mí?
Gemiste y ronroneaste tal cual te lo había pedido, tu mutación hacía posible eso.
Mordisqueó con pasión tu cuello mientras sus manos recorrían tu cuerpo, tú reaccionaste saltando hacia él y aprisionándolo con tus piernas por su cintura. Aún con los jeans puestos, podías sentir su miembro firme y erecto en su totalidad, sentir su roce en tu húmeda cavidad te prendía aún más.
Ambos se besaban con frenesí, desprendiéndose luego de las ropas para quedar completamente desnudos. Él te levantó nuevamente hacia su cintura mientras caminaba a la mesa donde con anterioridad hacías probado la comida. Tiró de un manotazo todo lo que en ella estaba y te recostó con brusquedad.
Su rostro endurecido por la pasión te elevaba al cielo.
-Ahora seré yo quien ponga las reglas del juego esta vez -dijo con una voz ronca -serás tú quien se someta a mi deseo
-¿Te cansaste de que en las batallas siempre termine encima tuyo para vencerte? -sonreíste con malicia
-En realidad me encanta verte a horcajadas sobre mi, pero en esta ocasión yo voy a dominarte en todos los aspectos
Restregaba su miembro en tu entrada mientras tu espalda se arqueaba ante el jugueteo que Logan implementaba para seducirte y prenderte; sus dedos pellizcaban tus senos y alternativamente los apretaba mientras con voz gutural te hacía saber que le provocabas el mayor de los placeres.
Entonces, sin que te lo esperaras, te penetró con fiereza... gritaste de placer y dolor a la vez, no paraba en cogerte.
-¡Demonios gatita! Me encanta la manera en que aprietas... ¡me calientas! -Wolverine cerraba los ojos y exhalaba un suspiro entrecortado
-¡Dios, Logan! Dame más fuerte
Tus garras arañaban su espalda, quien a pesar de saberse herido, el dolor lo estimulaba para continuar. El vaivén de sus caderas acrecentaba el ritmo y con las embestidas tu orgasmo estaba por llegar, solo era cuestión de tiempo.
-¡Así Logan, así..!
-¡Grita gatita, grita para mi!
-¡Logan, Logan..!
El éxtasis llegó para los dos al mismo tiempo, escalofríos y temblores invadían tus piernas. Cuando por fin se pudo relajar, él dejó caer su torso en tus pechos y se recostó sobre ti. Luego, finalmente, se levantó para besar tiernamente tus labios; así duraron varios minutos hasta que la calma llegó para que recobraran fuerzas.
Te ayudó a levantarte de aquella mesa y te vestiste de prisa, lo mismo hizo Wolverine.
Unos cuantos minutos después, el ascensor se abrió y dejó ver la silueta de la silla de ruedas y de quien la manejaba: era Charles. Se adelantó hasta donde estaban ustedes y con una sonrisa amplia se congraciaba de que por fin pudieran "entenderse mejor".
-Me alegra saber que ya son... "amigos", por así decirlo -la pausa en la palabra amigos te hizo incomodar
-¿Veniste a ver cómo nos matábamos uno al otro?
-No, vine a comprobar lo que estuvo ahí desde siempre, la evidencia que quisieron ocultar y nunca pudieron... la pasión entre ustedes es enorme. Pero ahora sí podremos recuperar tu humanidad, T/N; estás lista para ser una X-Men
-Profesor -dijiste desconcertada -¿está seguro de quererme en su equipo?
-Por supuesto, eres una mujer muy valiosa, no solo para mi -dijo el hombre mirando con una sonrisa cómplice a Logan
-Charles...
-Dejaré que terminen sus asuntos y luego te instalaremos en una de las habitaciones
Xavier volvió al elevador y cuando las puertas estaban por cerrarse, Wolverine detuvo el mecanismo metiendo la mano entre ellas e interrumpió el ascensor, había corrido hasta él:
-Charles -dijo jadeando -¿sabías que esto pasaría?
-No necesito leer la mente de ustedes para saber que se gustan, además, es una chica linda y la única que puede ponerte en tu lugar
Logan sonrió ante la afirmación y luego te miró en la distancia.
-Es cierto... sólo ella me domina