𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀...

By sttommo

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❝Taehyung hice algo muy malo.❞ ❝No me gusta tu tono de voz, Alfa.❞ ❝Perdóname, Taehyung.❞ kookv story... More

𝕬𝖉𝖛𝖊𝖗𝖙𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆𝖘
𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝕴 𝕰𝖑 𝖑𝖔𝖇𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖍𝖆 𝖉𝖔𝖗𝖒𝖎𝖉𝖔 𝖒𝖎𝖑 𝖆ñ𝖔𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖚𝖓𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖔𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖘𝖊𝖎𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖔𝖈𝖍𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖟
𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝕴𝕴 𝕰𝖑 𝖑𝖔𝖇𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖍𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖕𝖊𝖗𝖙𝖆𝖉𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖔𝖓𝖈𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖔𝖈𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖈𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖆𝖙𝖔𝖗𝖈𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖎𝖓𝖈𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖚𝖓𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖙𝖗𝖊𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖕𝖙. 𝕴
𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖕𝖙. 𝕴𝕴
𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝕱𝖎𝖓𝖆𝖑: 𝕰𝖑 𝖑𝖔𝖇𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖍𝖆 𝖑𝖆𝖘𝖙𝖎𝖒𝖆𝖉𝖔
𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖚𝖓𝖔

𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝕴𝕴𝕴 𝕰𝖑 𝖑𝖔𝖇𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖍𝖆 𝖗𝖊𝖈𝖔𝖗𝖉𝖆𝖉𝖔

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By sttommo


𝔄𝔱𝔯𝔦𝔞, 𝔥𝔞𝔠𝔢 𝔞𝔩𝔤𝔲𝔫𝔬𝔰 𝔞ñ𝔬𝔰.

Atria, hace algunos años.


Desde muy temprano, el sol alumbraba el reino y calentaba las tiernas tierras. Los gallos cantaron desde temprano, y con esto, empezó toda actividad.

Cuando los rayos del sol se colaron por su ventana y cayeron por encima de su piel, se quejó sintiendo la luz como calentaba sus parpados. El omega suspiró pesado y abrió sus ojos lentamente, cubriéndolos con su brazo y tomándose su tiempo para salir de entre sus ligeras sabanas.

El verano era una época demasiado caliente, húmedo y lleno de muchas cosas por hacer; el omega salió de su cama y se estiró, mirándose el cuerpo en el espejo circular frente a él, se tocó su vientre un poquito.

— Estoy más gordo — dijo haciendo un puchero — No debí comer todo ese pastel con Hoseok hyung.

Taehyung se encogió de hombros y se encaminó a su tina de piedra. En esta época del año, no necesitaba poner el agua a calentar en un fogón, porque, desde temprano, el agua caía tibia, y entre más sol hiciese, más caliente estaba.
Pero, ahora aún era temprano y apenas estaba en una temperatura ambiente, llevándole frescura a su cuerpo.

Talló suavemente con su esponja y talló varias veces su cabello corto; cuando terminó, salió desnudo, escurriendo todo el agua por su cuerpo, enredó una toalla en su cadera y caminó a su habitación de nuevo para empezar a vestirse.

Unos pantalones cafés, camisa de lino blanca y un chaleco del mismo color que sus pantalones, junto con un sombrero de paja. Salió de su casa, asegurándola bien y emprendió marcha hacia el centro del reino.

Algunas veces saludaba a las personas que conocía, otras, se detenía a jugar por un momento con los cachorros de las calles, cantantes y bailarines como siempre.
Descendió por unas escaleras, hasta llegar a una pequeña fachada, que, por dentro era más grande.

Se quitó el sombrero y lo colgó en un perchero.

— Ay, ese mismo sombrero, Taehyung — dijo el alfa — ¿Cuándo usarás uno nuevo? Yo podría dártelo.

— Eso quisieras, Jimin-ssi — dijo el omega — Pero, perteneció a mi madre, no puedo hacer eso.

— Ah, tu madre debe estarse retorciendo con la Diosa Luna porque su hijo no se viste bonito ni con estilo.

Taehyung se giró y lo encaró, empezando a atacar su cuello con sus dedos, para picar su piel y empezar a producirle cosquillas.

— Mi madre debe estar orgullosa que siempre llevo algo de ella conmigo — dijo divertido — Pero tú, niño alfa mimado, solo porque tu padre es jefe de una casa.

— Te recuerdo que — empezó a luchar con él — Tu padre también iba a ser ascendido, pero... pero eso pasó y tú no aceptaste su lugar.

— Era un cachorro.

Ambos empezaron a forcejear más, llevando a que Taehyung tumbara a Jimin en el suelo y se sentara encima de su vientre. El alfa lo sostuvo por su cintura.

— Te estás poniendo gordo — dijo apretando los ligeros bordes que su estómago formaba.

Taehyung palmeó sus manos para que lo soltara y se puso de pie, ayudó al alfa a ponerse de pie.

— Ya deja de molestarme — se quejó el omega, pero el alfa solo rodeó sus hombros cariñosamente y le abrazó.

— Ya Tae-Tae — sonrió — En un santiamén los bajas.

Acto seguido, los chicos junto con demás personas se reunieron en un círculo frente el escenario y empezaron a ensayar su danza.
Taehyung tenía pasos ligeros y agiles, tan hermoso como un cisne aleteando sus alas y blandiendo su belleza. Según, a los ojos de Jimin, había mencionado que su amigo era uno de los más bonitos omegas que había conocido. Pero, según Taehyung, a Jimin le gustaba todos.

Las fiestas de Solsticio de Verano era una en donde era más descansar que hacer, carreras de nado, carreras de lobos, incluso en botes había carreras. Casi todos iban a celebrar en la playa, junto con las embarcaciones del reino, había danzas en la noche y al día siguiente, se volvía a repetir.

Cuando los ensayos terminaron, Jimin y Taehyung salieron juntos, buscando un lugar donde comer y pasar un rato para platicar.

— Esta noche será divertido — mencionó el alfa — Padre mencionó que los jefes estarán en las embarcaciones e invitarán al pueblo a subir y dar un paseo por el mar — sonrió — Habrá gente tocando instrumentos y, estamos invitados a bailar.

— ¿Quiénes? — preguntó masticando su pieza de pollo.

— Nosotros, bobo, ¿Quién más?

Taehyung negó con la cabeza.

— El mar me marea.

— Mentiroso — le culpó.

— Claro que no, es en serio.

— Si nunca lo has intentado, ¿Cómo vas a decir que te marea el mar?

Taehyung negó con la cabeza, mientras se limpiaba los dedos con una servilleta y miró al alfa.

— Pues porque, no — declaró — Seguro en la playa debe haber diversión igual. Las fogatas se ponen interesantes.

— Solo es gente que toma alcohol hasta vomitar.

— Yo también quiero hacer eso.

— Tae, no.

— Beber, hasta que el vomito se me salga por la boca y la nariz.

Fingió que estaba que vomitaba y Jimin le empezó a dar arcadas.

— Idiota — dijo limpiando sus labios — Sabes que me da asco, cuando haces...

Taehyung de nuevo empezó con sus sonidos fingidos, y esta vez, Jimin no pudo contener a su estomago y corrió hacia alguna letrina libre para poder vomitar.

— Te odio, Taehyung.

— Me amas.


—̷


— Creo que debería volver ya a casa — dijo el omega.

— Hobi — se quejó el otro — Vamos, esta es una de las tantas fiestas que hay en el reino para perderse y disfrutar.

— Yo no quiero perderme, Taehyung — dijo abrazándose a sí mismo — Ahí afuera, ahí... me da terror estar.

— ¿Tienes miedo que los cangrejos pisen tus pies?

— No — frunció sus cejas — Hay muchos... alfas — puso una cara de asco.

— ¿Y eso que tiene?

— No me agrada eso. Son... muy brutos y testarudos. Parece que piensan con otra cabeza, que con la que tienen arriba.

Taehyung empezó a reír ante ese comentario.

— Si, a veces — palmeó la espalda de su amigo, mientras caminaban por las calles — Pero, es súper divertido cuando se pelean entre ellos por la atención de un omega, animales.

— Pero es que si son animales — dijo como si fuera algo obvio — Se transformas y son todos toscos.

— Pero buscan cortejarte — habló en tono de un amante proclamando su amor como en una obra de teatro — Ven, Jung Hoseok, vamos, deja que este alfa ponga bebés en ti, ven mi amor.

Tomó a Hoseok por las mejillas, en un intento de juego de besarlo, haciendo que Hoseok corriera y Taehyung empezara a perseguirlo.

— Omega, omega — cada vez, su voz era más exagerada — Mi alfa chilla por ti, omega — jadeó — Me transformo por ti.

Atrapó a Hoseok y fingió morderle el cuello, pero solo terminó llenándolo de saliva y Hoseok estaba divertido, pero molesto a la vez, empujando a su amigo, rechazando sus bromas.

— Yo no quiero un alfa o cachorros — dijo Hoseok haciendo un puchero — Aún no.

— Oh, pero tu madre si que quiere — dijo asintiendo — Es por eso que te manda a estas fiestas con tus más finas ropas y nada de perfume para que atraigas a un alfa por tu olor natural.

— Asqueroso — palmeó el pecho de su amigo — Quiero divertirme sin tener esa preocupación.

— No te preocupes, Hobi hyung — lo abrazó por sus hombros — Nosotros nos divertiremos y estaremos lejos de los alfas.

— ¿En serio? — preguntó con sus ojitos iluminados.

— En serio — reafirmó — Es más, nosotros dos estaremos bien celebrando aparte. En la playa, tú y yo, en una fogata, comida, alcohol. Suena bien, ¿No?

— Si — asintió con sus mejillas coloradas — Pero, ¿Qué no dijiste que tendrías una presentación de baile en la embarcación del jefe Park? ¿Dejarás solo a Jimin?

— A Jimin le gusta ser el centro de atención ante todos — lamió sus labios — Puede arreglárselas solo, seguro se lucirá.

— Bueno, está bien. Entonces, ¿Qué debo llevar para nuestra pequeña celebración?

Taehyung lo pensó un poco y luego volvió su vista a su amigo.

— ¿Tienes vino en casa?



Cuando los cielos se pintaban de tonos naranjas y rojos, era cuando más gente estaba en las playas, con alaudes, tambores y demás instrumentos musicales.

El par de amigos omegas, habían acaparado un buen lugar, algo apartado de toda la muchedumbre que se formó en tan solo cuestión de horas. El lugar olía a arena, sal y otros aromas que Taehyung no lograba distinguir.

Encendieron su fogata desde temprano y empezaron a comer y beber de las cosas que habían traído. Frutas frescas, carnes frías, vino, mucho vino que Hobi amablemente trajo de su casa y a Taehyung le sorprendió que había traído varias botellas solo para ellos dos.

Vieron como las embarcaciones se alejaban de los muelles y empezaban a alejarse, para dar un paseo con la tripulación y los ciudadanos, dando un paseo no tan largo ni tan alejado y volvían a tierra para empezar otro viaje con otras personas. Para la suerte del omega, la embarcación a cargo del jefe Park había zarpado ya y se quedó en medio del mar, seguro celebrando de gran manera, con el alfa bailando para todos y luciéndose como siempre lo hacía.

— Jimin pierde su tiempo ahí — dijo Taehyung con sus mejillas rosadas por el calor y por el alcohol empezando a hacer efectos en su cuerpo — La verdadera presentación es en el Solsticio de Invierno.

— Claro — Hoseok rió — Y, ¿Por qué no bailas ahí, Tae?

— La Diosa Luna deberá estar de tu lado ese día — dijo abriendo de más sus ojos — Solo a los mejores bailarines se les hace una invitación para bailar frente a todos en la Gran Plaza; incluso, si tienes suerte, el rey y su omega pueden verte bailar.

— Wow — dijo Hoseok bebiendo de su botella, dejando de lado las copas de cristal que también había traído — Mucha formalidad — rió — Seguro estarás ahí.

— ¿En serio?

— Si — afirmó, limpiando el rastro de liquido que caía desde sus labios hasta su mentón — Bailas de maravilla.

— Claro que no.

— Claro que sí. Anda, hazlo.

— ¿Qué?

— Baila para mí.

— ¿Estás seguro que no te gustan los omegas en vez de los alfas, Hobi hyung? — preguntó coqueto.

A lo que Hoseok se avergonzó solo de pensar en eso.

— No — Taehyung lo rodeó peligrosamente, como un cazador con su presa y le sonrió ladinamente.

— Oh, que pena. Estaba dispuesto a dejarte ser mi omega.

— No digas tonterías — lo empujó y Taehyung cayó sentado encima de la arena — Anda, baila ya.

Y, no es que le tuviera diciendo algo para rogar, porque, aunque Taehyung siempre era el que siempre decía más cosas de Jimin como que siempre era un lucido con su talento, Taehyung también lo era.

Y no era para menos, porque, en serio, no era por alardear pero si por demostrar el gran talento que el omega tenía.

Cuando sus pies desnudos se incorporaron en la suave arena blanca, empezó a danzar, de un lado a otro, con la música de fondo de los demás lobos que celebraban a lo lejos. El omega, cerró sus ojos, dejándose llevar por como su cuerpo le ordenaba y él solo obedecía; y, como siempre, Hoseok era uno de sus más grandes admiradores.

Siempre quedaba satisfecho con cualquier pieza que Taehyung bailara, era muy hermoso el simple hecho de verlo bailar.

Su camisa blanca de seda se alzaba de las mangas y vientre, cada que se estiraba de más, daba pasos grandes, chicos, girando en su eje, votando algo de arena cuando sus movimientos eran un poco más bruscos que los de sus pasos delicados.

Tan, tan, pero tan bonito. O, eso era lo que pensaba quien sea que lo viera bailar.

Terminó de hacerlo porque se mareó un poco por el alcohol, y luego rió alegre junto con su amigo, disfrutando la compañía una del otro y seguir divirtiéndose por el resto de la tarde.

La noche tardó en llegar, pero el clima cerca de la playa se mantenía más cálido que en el centro de la ciudad. Si alzaba un poco la vista, podía ver a lo lejos al norte, el risco donde estaba un lado del castillo y las fogatas encendidas, con la enorme bandera ondeando en el aire, con el emblema de Atria.

Tan apacible, tan en paz. Como todo debe ser.


—̷


El omega arrastraba montones de leña atadas con una soga por encima de una vieja tela, al ser bastantes y algo pesados. Su tela se quedó atorada con un pedazo de suelo sobresalido, rasgándola y ahora, Taehyung ya no podía seguir tirando de ella.

Bufó para sus adentros y empezó a acomodarla por encima de sus brazos, tratando de no perder el equilibrio y que se le cayeran. Al final, tuvo que dejar dos montones porque ya no podía con ellos y caminó con cuidado hasta llegar a su hogar; de regreso, ya no encontró ni sus montones de leña restantes, ni el resto de tela y soga.

Golpeó sus piernas al dejar caer sus manos, rendido.

— Espero que el ladrón lo disfrute mucho, si claro — maldijo en voz baja con tono irónico — Como si en otoño no empezara a hacer frío.

Cada estación que caía en el reino parecía tener su magia. Los tonos vivos y verdes en primavera, lo cálido y fresco que es verano, los tonos rojos y cafés del otoño y al final, lo blanco y silencioso que es el invierno.

Según decían, cada estación era el periodo en que la Diosa Luna volvía a regenerar todo lo que les dio a sus hijos en la estación anterior para reponerse y seguir dándoles la estación siguiente. A excepción del invierno, que ahí era cuando más los lobos mostraban gratitud a su diosa que en cualquier otra estación; rezándoles por un fuerte y sano descanso, y así, al despertar tengan más fuerza y salud. Y claro, para también los que quieren tener hijos sanos concebidos por esas fechas.

Decían que un verdadero hijo de la Luna nacería en invierno, y si era alfa, tal vez corría con la suerte de nacer con sus genes puros y así poder ser un cambio formas. Taehyung no creía mucho en eso, pero, cada que su madre lo decía sí.

— Naciste en medio de la Gran Hibernación — dijo ella — Me despertaste porque ya tenías muchas ganas de salir y llegaste a este mundo.

Primer día que el cachorro tocó la tierra al momento de nacer, y, su madre lo cuidó despierta tres días, hasta que el cuerpo del cachorro reaccionó en automático ante los días que restaban de la hibernación, durmiendo entre su padre y madre, reforzando fuertemente su lazo.

El omega sonrió al recordar a sus padres y dejó de maldecir. Guardó sus manos en sus bolsillos y se dirigió cerca de la Gran Plaza; el anfiteatro con asientos de piedra estaba solitario, a excepción de unas cuantas personas platicando en distintos lugares.

Pero a un lado, Jimin y otros chicos del grupo de baile ensayaban y ensayaban.

— ¡Tae! — gritó el alfa — ¡Ven!

El omega se ajustó su suéter y caminó hacia donde estaban sus compañeros.

— ¿No quieres ensayar para nosotros?

— ¿Para qué?

— Para ver si este año si calificamos para estar en la Gran Plaza.

Taehyung puso mala cara, pero luego le sonrió.

— Uy, no — negó con la cabeza, moviendo esos rizos coquetos — Amo el invierno, pero, eso solo me provoca ir a dormir mucho antes que la Gran Hibernación empiece.

— No seas aguafiestas — se quejó y le puso una cara de perrito — Tú y yo sabemos que sobresalimos entre ellos.

— Que grosero — se burló.

— Vamos, esto es serio — palmeó los brazos del omega — Claro que los demás tienen talento, pero nosotros somos otra cosa. Vamos muy bien juntos.

— No sé si me estás diciendo una propuesta de baile o una propuesta de matrimonio — dijo y rió fuertemente.

Jimin palmeó esta vez su hombro con fuerza, moviéndolo un poco de su lugar, pero Taehyung estaba muerto de la risa.

— Bueno, bailaré contigo, pero no participaré aun para competir contra eso.

— Pero, creí que era tu sueño.

— Si, cuando tenía como diez años.

— Oh, vamos. Debe seguirlo siendo.

Y si, Taehyung desde que empezó la danza a muy temprana edad; el único sueño que tenía era bailar en la Gran Plaza, frente a sus reyes, con los ojos del pueblo mirándolo, pero sobre todo, con sus padres mirándolo a él y hacerlos sentir orgullosos.

Lástima que, ellos se marcharon mucho antes de que el cachorro fuera capaz de cumplir su promesa.

Fuera de ello, Taehyung ya no tenía motivos reales para esforzarse y así, ser uno de los elegidos.

— Vamos a ensayar, anda — dijo el omega para evitar que el alfa siguiera haciendo más preguntas.

Unas horas más tarde, cuando los pasos fueron perfeccionados y el baile se tornó más lento; Jimin y Taehyung bailaban sujetados uno al otro. Jimin con las manos en la cintura del omega y Taehyung con las suyas en los hombros del otro.

— Así debe ser un baile real — dijo el alfa — O eso creo.

Taehyung se rió bajito y alzó un poco la mirada para verlo. No había tanta diferencia de altura, pero aun así Jimin le seguía sacando vuelo al otro.

— ¿Somos príncipes ahora, Jimin?

— Mejor, somos reyes. Los reyes por esta noche.

Le dio una vuelta a Taehyung y el giró, bonito como una mariposa. Su espalda chocó con el pecho del alfa y Jimin dejó reposada su cara en la nuca del menor, aspirando su bonito aroma, empezando a colar sus manos por debajo de la camisa.

Taehyung cerró los ojos al sentir su cuerpo sensible y cosquilludo ante los tactos del alfa.

— Jimin, basta ya — dijo con sus ojos cerrados y unas cuantas risas.

Los ojos del alfa brillaron ligeramente, con su lobo empezando a despertar ciertos sentimientos por este omega.

Taehyung abrió los ojos y miró como fuera de una posada con las luces encendidas y el aroma a comida saliendo por la puerta, como un alfa lo observaba con ojos de cazador. El omega se volteó a varios lados, pero ahí no había más que ellos y sus otros compañeros que estaban perdidos en lo suyo, danzando o jugando entre ellos.

— Jimin — habló en voz baja — ¿Ves a ese alfa de ahí?

Jimin alzó su vista para verle, pero le ignoró por completo.

— ¿Y eso qué?

— ¿Acaso ha estado como hemos estado bailando todo este tiempo?

— No lo sé, que importa.

— ¿No querrá bailar?

— ¿Qué?

— Debería invitarlo, tal vez tenga buenos pasos.

— ¿Estás loco? Ni siquiera lo conoces.

Pero, algo en esos oscuros llamaba al de ojos miel.

Taehyung se soltó del agarre de Jimin, hasta llegar a la silla donde estaba sentado el otro.

— He notado como me miras — dijo mirándolo desde arriba, con su cabello ondulado cayendo por su frente — ¿Acaso quieres bailar? ¿Sabes hacerlo?

El alfa retiró la mirada y siguió bebiendo de su copa. Emanaba un aura de fuerza ya autoridad, haciéndole sentir al omega burbujas en el estómago.


Tal vez es tímido, pensó.


— ¿Quieres bailar conmigo? — preguntó tomándolo de la mano.

Pero, al momento de hacer eso, el alfa se levantó en una respuesta a la defensiva, apretando con su otra mano la muñeca del omega para que lo soltase, pero, Taehyung ni siquiera se inmutó; en cambio, empezó a utilizar todas sus fuerzas para atraerlo donde él había estado con Jimin y el resto, y ahora intentarlo con este chico.

El alfa se quejó, pero, incluso con una fuerza muy superior a la del omega, se dejó jalar por él.

— Has estado viéndonos por un buen rato, entonces, creo que ya debiste haber aprendido algunos pasos, ¿No? ¿Puedes mostrarme que has aprendido?

El alfa rodó los ojos y se cruzó de brazos.

— Vamos, no te quedes ahí parado como un tronco.

Taehyung lo tomó de las manos y empezó solo a pasar de un pie a otro, lado al lado, en un intento de hacer reaccionar al alfa, no tiendo éxito alguno. Pero no se rindió y siguió intentándolo.

El frio caía poco a poco, y el cuerpo del omega no era lo suficiente para empezar a producir más calor por sí mismo, haciéndole empezar a temblar. Acto que notó el alfa y, que se tomó la molestia de rodear los brazos del otro con los suyos, para sujetarlo por los codos y empezar a moverse, no era un baile, pero era un comienzo.

El calor empezaba a transmitirse del cuerpo del alfa al del omega; y, entre más pasos daban, más estaban formando algún tipo de baile; haciendo sentir al omega muy feliz, sonriéndole abiertamente y el alfa apenas e hizo un gesto con su rostro.

Pero, todo cambió cuando el omega lo soltó por un brazo para girar en sus pies varias vueltas y regresar a los brazos del otro, enredándose en él. Sus pechos chocaron y las respiraciones de ambos eran algo agitadas, y ni siquiera estaban cansados.

— Bailas muy bien para ser alguien como un tronco — se burló, pero, en vez de recibir una queja o golpe, el alfa solo lo miró perplejo, pero no respondió — Deberíamos hacerlo más seguido.

Y, Taehyung y el alfa se perdieron uno con otro, cada día intentando bailar algún paso que el omega quisiera enseñarle, pero el alfa temía ser brusco o pisarle mientras lo hacían, pero el omega siempre lo alentaba y le daba la confianza que necesitaba.

Todos los amigos de Taehyung empezaron a notar ese cambio en él, no se mostraba tan feliz desde antes de perder a sus padres. Pero, ¿Por qué siempre estaba feliz de ir al bosque? ¿Qué tenía ese lugar de especial, como para que Taehyung saliera corriendo a los brazos de la naturaleza cada vez que tenía la oportunidad?

O más bien, a los brazos de alguien.

— Alfa — gritaba mientras corría — Ya vine, alfa.

El mayor dejó su hacha en el suelo y bajó la colina inclinada. Viendo como su pequeño omega corría hacia él, sin dejar de sostener su sombrero de paja por miedo a que se le vuela y lo pierda.

— Cuidado con el río — dijo el otro.

El omega tomó más fuerza y se impulsó para saltarlo. Haciendo al alfa preocuparse y correr hacia él, cuando sus pies tocaron el otro lado del río una vez cayó a las orillas, perdiendo el equilibrio, casi haciéndolo caer hacia atrás; pero, la mano grande del alfa lo atrapó por su cintura y cayeron encima de la espalda del mayor.

La canasta con cosas que traía el omega, cayó encima del césped y las risas inundaron el lugar.

A su alfa no le gustaba la ciudad, ni sus personas, pero había algo que sí, era si pequeño y bonito Kim Taehyung.

El omega sonrió y acarició el rostro de su alfa, pálido y bonitos ojos oscuros.

— ¿Me dejarás ver a tu lobo esta noche?

— No.

— Ah — se quejó — ¿Por qué no?

— Porque hoy te tengo una sorpresa — le sonrió, mientras acariciaba su cara y frente, para acomodarle mejor su sombrero — Es un lugar que encontré hace poco, seguro te encantará.

— ¿Es en el bosque?

— Si.

— ¿Es más hermoso que esto?

— Más hermoso.

— ¿Más que la cabaña que me estás construyendo?

— Si, omega — sus ojitos brillaron.

Taehyung se sonrojó y lo abrazó con fuerza, sintiendo como el alfa rodeaba su cintura con sus brazos y sus cuerpos giraban, hasta que esta vez Taehyung quedaba debajo de él.

El alfa le quitó su sombrero y lo trató con cuidado al saber lo que significaba para su omega y lo dejó a un lado.

— Me darás un hogar fuera del reino — dijo el omega poniendo su mano en una mejilla del otro.

El alfa la tomó y la besó tiernamente.

— ¿Eso no te agrada?

— No — negó — Me gusta porque mi hogar está contigo, alfa.

Sus ojos brillaron ligeramente rojos y hundió sus labios con el menor, en un suave beso, accediendo a su boca, con sus lenguas jugando entre ellas.

— Veremos las estrellas esta noche — dijo el alfa.

Taehyung le sonrió y colocó su dedo debajo de los labios del alfa.

— Estoy tocando una estrella — sonrió — Todos tus lunares parecen estrellas para mí.

El alfa sonrió y besó su frente.

— Jungkook — le llamó el menor — ¿Nuestro hogar estará lleno de flores?

— Todas las que quieras, cachorro.

— Y, ¿Podremos bajar al pueblo de vez en cuando y bailar?

— Claro.

— Y, y... — la idea de vivir con su alfa le ponía muy feliz, aunque no estuviera marcado.

Aunque, todos estos meses solo tenían encuentros inocentes, como bailar, comer, platicar, darse besos o caricias, pero no habían llegado a algo más, ni siquiera habían pasado un celo juntos.

— Kookie — habló el omega — Quiero que me marques, mientras estamos bailando.

Sus ojos color miel se achicaron, y luego sus parpados se cerraron.

— ¿Qué? — preguntó el alfa.

— Amo bailar. Amo ver que bailas conmigo porque tus ojos siempre están en mí, solo en mí.

— También amo esos ojitos bonitos — el omega se sonrojó, y ahora no se atrevía a abrir sus ojos por vergüenza — Quiero que mis cachorros tengan tus ojos, omega.

Posó su mano en su vientre.

Los ojos de Taehyung se abrieron en automático, sintiéndose feliz y nervioso ante esa declaración. Se enderezó de inmediato, haciendo que el alfa se hiciera a un lado y él se pusiera de pie, empezando a correr hacia la cabaña que Jungkook había empezado a construir para ellos.


Me agarré con la misma fuerza con la que me sostuviste.


Jungkook pasó muchas noches solos, sin nadie a quien contar esos momentos sombríos, la sombra que lo sigue. Pero, este omega parece haberse adentrado muy fondo en su cuerpo, en su alma, tanto que, quiere darle todo, a pesar del poco tiempo que llevan conociéndose.

Su piel roja, tan roja al rozarla; con sus cuerpos atormentándose, tomándose. Los besos de rosas que tocan cada centímetro de él, pero ahora, las espinas toman su lugar, tocándolo, lastimándolo, haciéndolo sangrar.

Su piel marcada que sangra.


"Te encontré, mi omega."











Estamos de fiesta porque mi niño lindo cumple un año hoy uwu.


Creí terminar esta historia, para antes de que cumpliera el año, pero no fue así. A pesar de que es una de las más "bebé" en cuestión de capítulos o gente que la lee, es mi primera historia que escribí al entrar en el fandom y mundo de BTS. No me arrepiento de nada y este, a pesar de sus contratiempos ha sido un viaje muy bonito.

La tercera parte, es la última y ahora sí, LTA culminará como es debido. 

Muchísimas gracias a todas las personas que le han dado una oportunidad a mí y a esta historia:) si lees, votas, comentas, créeme que a mí me sirve de mucho y me motiva a seguir. Me leo todos sus comentarios y sus teorías; en serio, tienen una imaginación pero bárbara, me encanta.



Gracias por leer.

All the love, A.

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