Narras tú
Me sorprendí un poco ante aquella pregunta, dejé de mirarla por un instante y luego volví mi vista a ella.
–Me encantaría tenerlos– sonrió –Aunque aún no me siento preparada, si tuviéramos un hijo ahora tendrías que cuidarnos a ambos– rió asintiendo –¿Tú quieres?– asintió.
–Pero no me gustaría pasar por el proceso del embarazo, tengo 34 años, ya hay muchos riesgos y enfermedades, no me gustaría que un proceso que debe ser hermoso se transforme en una tragedia– suspiré.
–Pero no podemos perder tu genética, con tus cualidades físicas será una hermosura– sonrió –Podemos optar por otra opción– ladeó un poco su cabeza.
–¿A parte de adoptar?– asentí.
–El otro día vi una noticia y hablaba de un método para que dos mujeres tengan un hijo– me miró atenta –Se puede inseminar uno de tus óvulos y luego lo implantan en mi útero– levantó sus cejas –Podemos escoger al donante, yo lo tendré y lo mejor de todo es que tendrá tus genes– mordió su labio.
–Es una buena opción, ¿Pero quién sería el donante?– sonreí.
–Le puedo pedir un favor a Harry Styles– rió –O a alguno de mis amigos, son muy hermosos y dignos de tus genes para que no los arruinen– me miró.
–¿Quiénes son tus opciones?– sonreí.
–Chris Hemsworth...o Evans– se rió –También puede ser Tom Hiddleston– soltó una carcajada.
–No me sorprende que sean de Marvel– reí con ella.
–O también podría ser alguien no famoso, en las clínicas se puede elegir– suspiré –Aunque tampoco me quejo si alguno de mis crushes me insemina...artificialmente...obvio– nos reímos y me abracé a ella.
–Me encantaría cuidarte mientras estás embarazada– sonreí –¿Cuándo te gustaría?– me recosté sobre su pecho, pero mirándola.
–Tengo 26...antes de los 30, pero no ahora– llevó una mano a mi cabeza para acariciarme.
–Es bueno que tengamos más tiempo siendo solo las dos, así estamos mayormente preparadas para agrandar la familia– asentí.
–¿Cuántos hijos quieres tener? Porque no sé si soportaré más de uno, probablemente me traume luego del parto– rió.
–Con uno está bien mi amor– sonreí –Y si queremos más podemos adoptar, podemos darle mucho amor a un pequeño que lo necesite– llevó sus caricias a mi mejilla.
–¿Crees que seremos buenas madres? A mí se me escapa Draco, imagino que un niño da más problemas que un hurón– sonrió.
–Seremos buenas madres, aprenderemos juntas– relamí mis labios.
–Quiero aprender junto a ti– escondí mi rostro en su cuello –Quiero hacer todo junto a ti– besé su lunar –Te amo, prometida– me abrazó.
–Te amo, futura McGrath– sonreí y me acomodé para dormir.
———
-Una semana después-
Corrí hacia la tienda ya que Katie estaba comprando con su madre y saqué mi celular para buscar el código QR que debía mostrar. Lo hice y en unos minutos me dieron el paquete. Le agradecí al hombre que me atendió y salí buscando un baño.
Entré y rompí la caja como pude para sacar los objetos que había esperado todos estos días. Sonreí al verlos y los guardé en mi bolso para después tirar la caja y el envoltorio.
Salí del baño y justo estaba Katie entrando, me miró frunciendo el ceño y le sonreí.
–¿Por qué desapareciste sin avisarme?– me acerqué a ella.
–No quería interrumpirte, pero me hacía pipí– fui a lavar mis manos –Perdón mi amor– me sonrió y nos besamos.
–¿Me acompañas a la librería?– asentí y tomé su mano para seguirla.
–Te ves hermosa– sonrió.
Luego de unos veinte minutos salimos y Katie tenía diez libros nuevos. Sonreí al ver su felicidad y comenzamos a caminar al auto para encontrarnos con su madre.
Me adelanté un poco y saqué mi celular para tomarle una foto.
–Dios, qué hermosa eres– se rió –¿Te ayudo con una bolsa?– asintió y tomé una. Llegamos al auto y su madre miró las bolsas.
–Había olvidado tus compras de libros– le dijo y rió.
–Necesitará más la próxima semana– dije y asintió.
Nos subimos al auto y saqué una bolsa de Jelly Babies, su golosina favorita y me sonrió, se la extendí pero cuando la iba a tomar moví mi mano.
–Te la daré solo si me das un besito– su madre rió y Katie me tomó del cuello para darme un apasionado beso que me dejó casi jadeando –¿Voy a comprar más?– se rieron y le di las golosinas a mi novia.
———
Me desperté antes que Katie y miré su desnudo cuerpo, besé su cuello y luego subí a su rostro, se comenzó a mover y me abrazó por la cintura.
–Buenos días– mordí la punta de su nariz.
–Buenos días– dijo con su voz ronca y mordí mi labio.
–Tengo curiosidad por saber cómo gimes al despertar– rió.
–Tienes permiso para comprobarlo– sonreí –¿Vamos a darnos una ducha?– asentí mirando sus pechos –¿Te gustan?– subí mi vista.
–Son el segundo lugar favorito de mi lengua– sonrió –El primero es tu entrepierna– rió –Y el tercero tu boca– me atrajo hacia ella.
–Tu lengua podría visitar alguno de sus lugares favoritos durante la ducha– me levanté enseguida para que me siguiera al baño.
Hicimos el amor en la ducha y luego recordamos que debíamos bañarnos, así que lo hicimos en pocos minutos y nos vestimos para bajar a desayunar.
Comimos junto a sus padres y la noche anterior le había pedido a Mary que distrajera un poco a Katie, así que le pidió que le ayudara en el jardín, mientras yo ayudaba a su padre a comprar algunos adornos.
Me despedí de ella con un beso y subí al auto con mi suegro. Tomé un respiro por los nervios que sentía y fuimos en silencio todo el camino.
———
Ya había hecho todos los preparativos y mis manos sudaban debido a los nervios. Katie llegaría en unos pocos minutos y suspiré para calmarme.
Sentí el olor a mi novia y sonreí, entró solo unos segundos más tarde y me miró sonriente.
–Te extrañé– sonreí –¿Qué hacemos aquí?– reí.
–Tu padre me dijo que te gustaba visitar este lugar– asintió mirando el hermoso jardín, estábamos rodeadas de flores y cerca estaba el río Varty.
Le extendí mi mano y la tomó, caminamos hasta el lugar donde tenía una manta y nos sentamos mientras escuchábamos el ruido del agua y los pájaros.
Comimos un poco y luego me levanté, ella lo hizo también y sonrió.
–Mi amor, estás un poco rara– tomó mis manos –¿Estás bien?– asentí.
–Hoy recibí algo en el correo– tomé mi bolso y busqué hasta poder sacar el libro –Esto– lo tomó.
–¿Bad Blood?– asentí y sonrió –Gracias mi amor, ya lo leí, pero lo leeré de nuevo– reí.
–Sé que lo leíste– levantó sus cejas –Necesito un minuto o me desmayaré de los nervios– rió e intenté calmarme –Bien...– suspiré –Este– lo tomé –Es el libro más importante para mí– lo abrí –Quizás no lo recuerdes, pero es el libro que me regalaste el día que nos conocimos– sonrió ampliamente y leí la frase subrayada –"Hacia el final, se jactó: 'No le tengo miedo a nada', y agregó después de una breve pausa, 'excepto a las agujas.'"– rió –Te dije que esa fue mi frase favorita, porque a veces tememos a cosas que son insignificantes, pero para cosas que sí deberían dar miedo...lo hacemos como si nada– sonrió.
–Lo recuerdo– guardé el libro.
–Te dije luego que el amor era mi "aguja", que nada me asustaba más que amar a alguien de nuevo– asintió –Me hiciste superar mi mayor miedo, volver a enamorarme y entregarme por completo a alguien– tomé sus manos.
–Estoy orgullosa de ti, tú me dejaste hacer todo eso– la besé.
–Eres mi lugar favorito, siempre que estoy cerca de ti me siento bien– me abrazó –Y si estoy entre tus piernas, mucho mejor– se rió.
–No me quedan dudas de eso– reí con ella.
–Quiero que vivas la experiencia– dije y luego suspiré.
–¿Qué exp...– sonrió cuando saqué la caja de terciopelo y me arrodillé frente a ella.
–Yo ya acepté casarme contigo y ser tu compañera de vida, quiero absolutamente todo contigo, porque si es contigo entonces estaré bien– sus ojos se cristalizaron –Este año ha sido el mejor de mi vida...y mi amor...hay tantas cosas que me hacen feliz– limpió la lágrima que bajaba por su mejilla –Comer helado, ver una película, ganar en un juego, salir con mis amigas, ganar un premio, tener un buen trabajo...Existen tantas maneras en las que puedo ser feliz, pero ninguna es tan hermosa como la forma que me enseñaste al estar conmigo cada día ayudándome a superar todo lo que alguna vez me atormentó...Eres mi felicidad Katherine Elizabeth McGrath– sonrió –Y ya no sé cómo vivir sin ti...por favor no me hagas tener que descubrirlo– abrí la pequeña caja en mis manos –¿Quieres ser mi eterno lugar de paz? Prometo ser el tuyo– asintió agachándose para besarme y limpió las lágrimas que descendían por mi rostro.
Tomé su mano para poner el anillo y luego la besé.
–Estoy tan enamorada de ti– dijo sonriéndome –Siento que siempre te he amado, solo me faltaba encontrarte– sonreí.
–Te amo– la besé –Haces que cada cosa que sufrí valga la pena– nos sentamos en la manta nuevamente y la abracé por los hombros.
–Ya sé dónde nos casaremos– sonreí –Conseguí la Powerscourt House– sacó su celular –Este lugar– lo tomé y sonreí viendo las fotos.
–¡Me encanta!– sonrió –Supongo que gastaste mucho dinero, ¿Cuánto fue? Para pasarte...– me calló con un beso.
–Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, todo el dinero que pagué es de ambas– suspiré.
–Está bien, pero con el dinero que tengo yo en mi cuenta pagamos la luna de miel– asintió –¿A dónde iremos?– mordió su labio.
–Hay muchos lugares que podemos visitar, hagamos una lista y escojamos los que más nos gusten– asentí y la miré por unos segundos.
–Mi amor...– miré mi mano –No vamos a ocultarlo...¿Cierto?– negó.
–Claro que no vamos a ocultarlo, todos deben saber que eres mía– sonreí –¿Ya sabes a quiénes invitarás?– asentí.
–Son como diez personas– rió.
–Invitaré a toda la familia, así que tendrás la oportunidad de conocer a todos– sonreí.
–Tengo que contarte algo–.
-FLASHBACK-
–¿Podemos hablar? Katie está dormida– dije cuando salí de la casa y estaban sus padres conversando en el patio trasero.
Me miraron sin decir nada y asintieron, así que suspiré acercándome, tomé una silla para sentarme frente a ellos y los miré.
–Nos conocemos hace muy poco...Sé que Katie les habló de mí y ella me habló mucho de ustedes, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de estar en el mismo lugar– comencé a jugar con mis manos.
–Me encanta la relación que tienes con mi hija, desde fuera podemos ver todo el amor que se tienen– sonreí ante el comentario de su madre.
–Amo a su hija de la forma más pura posible, nunca había amado así...y es muy lindo– asintieron tomando sus manos –Sé que son sus padres y a pesar de la edad que ella tenga siempre van a intentar protegerla, ustedes son demasiado importantes para ella, son su soporte...ver aquello me gusta, yo perdí el apoyo de mis padres hace años y el que ella los tenga a ustedes me reconforta– dije mirando mis manos.
–¿Qué pasó con tus padres?– suspiré.
–Murieron cuando yo era pequeña, pero mis tíos me adoptaron...cuando les hablé sobre mi sexualidad ellos nunca la aceptaron, llevo años sin hablar con ellos por todo el daño que me hicieron, los extraño...pero no creo que me quieran cerca– los miré.
–Nosotros estaremos ahí para ti desde ahora– su madre tomó mi mano y sonreí mientras mis ojos se cristalizaban.
–Quiero preguntarles algo– asintieron mirándome –Sé que Katie les tiene que haber hablado sobre que se quería casar conmigo...pero quiero saber si ustedes me dan la aprobación para ser su esposa– sonrieron.
–Claro que sí, hija– dijo su padre tomando mi mano –Haces a mi pequeña feliz, es lo necesario para tener toda mi aprobación– sonreí.
–Mi hija te ama, no podríamos negar a la persona que la hizo creer en el amor de nuevo– nos levantamos y me abrazaron.
-FIN DEL FLASHBACK-
–¿Le pediste mi mano a mis padres?– asentí –Eres tan tierna– me besó –Yo hice lo mismo con Chyler y Melissa– sonreí.
–¿Le pediste mi mano a mis mejores amigas?– asintió –¿Qué te dijeron?– se rió.
–Chyler dijo que no confiaría en nadie más, que soy perfecta para ti– sonreí –Y Melissa dijo lo mismo, añadiendo que no me da toda tu mano, solo los dedos porque es la parte que más disfruto– reí asintiendo.
–Eso no lo puedes negar– me sonrió.
–Disfruto cada parte de ti– la abracé y reímos.
–¿Podemos ir a un motel?–.
———
–Amor, por favor– reí.
–No quiero, me da vergüenza– suspiró.
–Yo no entraré ahí sola, así que si quieres tu noche de pasión más te vale que vayas conmigo allí– me quejé.
–Nos van a reconocer– sonrió.
–¿Y qué tiene?– mordí mi labio.
–Está bien– tomé su mano y entramos a la tienda.
Pude sentir el sonrojo en mis mejillas y Katie me guió hasta la sección que nos interesaba.
–¿Qué tan grande lo quieres, cariño?– me reí.
–¡Hola! ¿Las puedo ayu...– abrió su boca sorprendida y luego sonrió –Estoy frente a Katie y _____, no lo puedo creer– mordí mi labio y mi prometida la abrazó, luego yo lo hice y suspiré.
–Por favor no le digas a nadie que nos viste aquí– asintió de inmediato y nos tomamos algunas fotos, donde no se vieran los productos de la tienda.
–Entonces, como te decía ¿Qué tan grande lo quieres esta vez?– la chica se rió ante la mirada de burla que Katie tenía y desvié mi vista.
–Un gusto conocerte– iba a salir y Katie tomó mi mano.
–Solo dime ¿más grande o más pequeño que el anterior?– rasqué mi nuca.
–No pensé que _____ fuera la pasiva de la relación– me sonrojé más y reí.
–Más grande, te veo afuera– dije saliendo de allí y a los pocos minutos vi a Katie con un par de bolsas.
–Espero que te guste la sorpresa que te tengo– sonreí tomando su mano y caminamos hacia el cuarto que ya habíamos pedido.
Entramos besándonos y tiró la bolsa a la cama, me quitó la camiseta y luego me tomó del cuello.
–Hace mucho que no te hago suplicarme que pare– sonreí y apretó un poco más –Espero que recuerdes cómo aguantar, porque te daré demasiado duro– mordí mi labio y me soltó.
–Estoy tan mojada– dije haciendo que sonriera y me empujó a la cama, así que la miré sorprendida.
–¿Demasiado?– reí.
–Hazme lo que quieras, soy tuya– se subió posicionándose entre mis piernas y tomó su celular, se conectó al parlante en la habitación y puso una playlist que habíamos preparado para estas ocasiones.
Comenzó a sonar "Love Is a Bitch" de Two Feet. Lanzó su celular a un cojín en el piso y presionó con sus caderas en mi entrepierna. Se inclinó para alcanzar mi cuello con sus húmedos besos y mordió mi piel reiteradas veces.
Gemí cuando presionó mi centro con una de sus rodillas, ella sonrió alejándose y se levantó de la cama para mirarme.
–Desvístete, iré al baño un momento– se llevó las dos bolsas y sonreí.
Me levanté y escuché mi celular sonar, abrí el mensaje de Melissa y le envié una foto del lugar en que me encontraba.
"¿Te pido una silla de ruedas?" -Mel💕
Reí y le respondí un "Por favor". Seguí hablando con mi amiga hasta que Katie me quitó el celular y abrí mi boca al verla.
–Señorita, encuentro una falta de respeto el que me haya desobedecido– relamí mis labios y sonrió mandándole un mensaje a mi amiga para después dejarlo en el mueble.
–Wow...– dije admirando su cuerpo.
–Merece un castigo por su desobediencia– dijo apuntándome con el bastón policial.
–Lo merezco, oficial– sonrió guardando el bastón en su cinturón.
–Quítate toda la ropa– le obedecí de inmediato, quedando completamente desnuda delante de ella –De rodillas– me arrodillé y se paró frente a mí, desabrochó su pantalón y luego metió su mano en la ropa interior, noté que tenía bóxers puestos y sonreí.
Sacó el juguete y subí mi vista a sus ojos.
–¿Quiere que mañana tenga problemas para caminar, oficial?– asintió.
–Los tendrá– lo tomó –Sabe qué hacer– abrí mi boca para meter la punta y empujé hasta que chocó en la parte trasera de mi boca. Repetí estos movimientos con mayor rapidez hasta que mis ojos ya estaban algo llorosos por el esfuerzo.
Me tomó el mentón indicándome que no me moviera, ahora ella tenía el control de el juguete entrando en mi boca, empujaba lentamente y con cuidado, hasta que hizo un rápido movimiento y sentí que pasó un poco más allá, bajando por mi garganta, así que me moví sacándolo y tosí un poco, me miró frunciendo el ceño así que volví a mi posición anterior y dejé que lo hiciera nuevamente.
Poco a poco me iba acostumbrando a sus movimientos, así que comencé a moverme yo misma y escuché un gemido escapar de sus labios.
–Se ve asombrosa siendo mi sumisa– sonreí sacando el juguete de mi boca –A la cama– me levanté para sentarme en la cama, sin dejar de mirarla.
–¿Va a castigarme, oficial McGrath?– asintió sacando una de las esposas de su cinturón.
–Recuéstese– lo hice y sentí el frío metal en uno de mis tobillos, luego la puso en el otro y la miré sonriendo –Necesitaremos esto– se acercó a la bolsa y tomó un lubricante, dejó la bolsa en la cama y tomó mis piernas para que las pusiera sobre su hombro.
–¿No le parece que debería prepararme para recibir mi castigo?– negó abriendo el bote de lubricante.
–Escoge la palabra segura– la miré confundida –Esto es algo que nunca hemos hecho y no quiero incomodarte o causarte un dolor no satisfactorio, así que escoge la palabra que me hará detenerme– mordí mi labio mientras pensaba.
–¿Supergirl?– rió asintiendo.
–Está bien, Supergirl será– me miró por unos segundos y luego borró su sonrisa –Espero que pueda soportar el castigo, señorita– asentí y echó un poco del contenido en su mano para luego meter sus dedos en mí.
–En esta posición se siente mucho más– dije cerrando mis ojos mientras sonreía. Quitó su mano y sentí la punta del juguete empujando contra mi intimidad –¡Ah!– entró hasta que su pelvis chocó contra mi trasero –¡Aaah! ¡Katie!– me dio una nalgada.
–Oficial McGrath– asentí y comenzó a moverse.
–Oficial McGrath, se mueve muy bien– sonrió afirmándose de mis muslos para aumentar el ritmo de sus penetraciones.
–Solo puede gemir, señorita– asentí mordiendo mi labio.
–A sus órdenes, oficial– chocó fuerte contra mi cuerpo –¡Ah!– me dio una nalgada y dejó caer mis piernas, me ayudó a girarme y me dejó en cuatro.
–Las manos en la espalda– obedecí y puso otras esposas en ellas. Se introdujo en una estocada y gemí fuertemente.
–¡Aaah!– giré mi rostro para poder respirar mejor y comenzó a penetrarme con lentitud, pero profundamente. Sentía cada centímetro entrando y saliendo de mí mientras sus manos me daban fuertes nalgadas y apretaba mi trasero.
Escuché vibraciones y luego puso el vibrador sobre mis pliegues, haciendo que un gemido escapara de mi boca. Sonreí por lo placentera que era la situación.
De pronto los movimientos suaves se detuvieron y comenzaron unos más salvajes. Mi cuerpo rebotaba con cada embestida y mi orgasmo se acercaba rápidamente.
Siguió con su ritmo por algunos minutos y me dio varios orgasmos. Quedé con la respiración agitada y con muchos espasmos. Retiró el vibrador de mi clítoris y mi cuerpo se tensó cuando lo sentí en mi otra entrada.
Echó un poco de lubricante en la zona pero no intentó introducirlo, solo masajeó mi entrada y fue una sensación de placer.
Me fui relajando de a poco por sus caricias y las vibraciones. El dildo seguía dentro de mí y me quejé al sentir el vacío cuando lo retiró.
–Es hora de proseguir con el castigo– suspiré ante sus palabras y sentí algo de inseguridad, pensé en decir la palabra segura pero quise darle una oportunidad.
–Aceptaré el castigo, pero no estoy lista para tal...calibre– rió apretando mi trasero.
–Tengo un calibre más pequeño para esta parte del castigo, ahora cállese y...disfrute– susurró en mi oído y abrió las esposas de mis manos y pies para que pudiera tomar una posición más cómoda.
Apoyé mis manos en la cama y enseguida sentí una leve presión, pero se detuvo y puso mucho lubricante en la zona para luego seguir con la presión. Introdujo el vibrador solo un poco y me quejé ante el dolor. Escuché que tomó la bolsa y luego introdujo otro juguete por mi vagina, lo encendió para darme placer y supuse que era para hacer menos dolorosa la situación.
Decidí apoyar mis codos en la cama para relajar más mi cuerpo, ella presionó un poco más y algunas lágrimas se hicieron presentes, mordí mi labio y apoyé mi frente en la cama, abriendo un poco más las piernas.
Su mano libre no dejaba de acariciarme y con cuidado seguía haciendo movimientos para ir introduciéndose más.
Seguimos así por algunos minutos, hasta que sentí que soltó el vibrador y lo dejó dentro de mí.
–Buena chica, ya está dentro– sonreí –Ya no te mereces un castigo, ahora mereces un premio...te acabas de ganar una buena follada– reí.
–¿Alguna vez me ha follado mal, oficial McGrath– escuché su risa y se bajó de la cama, dejándome con los dos juguetes en mi interior.
Desabrochó una parte del arnés para quitar el dildo, lo dejó en la bolsa y tomó otro que era un poco más pequeño que el que tenía, pero seguía siendo grande.
Me miró sonriendo y volvió a la cama. Tomó el vibrador para comenzar a penetrarme con este y gemí cerrando mis ojos. El dolor fue reemplazado por placer, mordí mi labio disfrutando y los espasmos de el orgasmo que se avecinaba comenzaron. Tuve un orgasmo muy intenso y Katie besó mi espalda.
–Bien hecho– reí.
–Se siente muy rico, oficial– me dio una nalgada.
–Esto va a doler un poco, pero luego se sentirá bien de nuevo– asentí y echó más lubricante, miré al frente para vernos en el espejo y vi que abrió un condón, lo puso en el juguete y esparció algo de lubricante.
Se posicionó tras de mí y nos miramos por el espejo. Sonreí ante lo sexy que se veía y entró un poco en mí.
–¿Te pongo el vibrador?– negué así que continuó con sus movimientos delicados.
Llegó el momento en el que se podía mover fácilmente y aumentó su ritmo, comencé a moverme también para que supiera que me gustaba y tomó mis caderas para ya comenzar a penetrarme más fuerte.
–¡Aah!– me dio una nalgada –¡Se siente muy bien!– gemí y vi su sonrisa.
Su vista estaba en el juguete entrando y saliendo de mí, por su respiración se notaba su excitación y dejé de reprimir mis gemidos para motivarla más.
Su cuerpo ya chocaba contra el mío y se desabrochó la camisa dejándome ver su sudado abdomen. Mordió su labio y me dio una fuerte nalgada.
Salió de mí y se recostó a mi lado. Miré su vientre y ella quitó el condón, para luego poner más lubricante en el juguete.
–Es hora de seguir con el castigo– me subí en ella y me incliné para darle un beso, después tomé el juguete guiándolo a mi entrada trasera y descendí hasta que estuvo dentro de mí –No me sorprende– reímos y comencé a montarla –Espera– me detuve –Abre la bolsa– me estiré para alcanzarla y vi que dentro había un gorro de vaquero, me lo puse y comencé a moverme.
–Te ves...tan sexy con ese traje de policía– mordí mi labio y ella tomó un pequeño control, el dildo comenzó a vibrar y ella gimió.
–Te ves tan sexy montándome– sonreí y comenzó a moverse para hacer penetraciones más profundas.
–¡Ah!– tomó el bastón policial y lo llevó hasta mi entrepierna, puso la punta en mi entrada y gemí al sentirlo dentro de mí cuando bajé –¡Aaah! ¡Oh Dios!– me detuve y ella también.
–¿Demasiado?– negué.
–Puedo...solo deja que me acostumbre– toqué el bastón y sonreí –¿Es un dildo?– asintió –Oficial, es muy traviesa– sonrió.
–Y usted es muy golosa– reí comenzando a moverme, sintiendo los juguetes entrando y saliendo de mis dos agujeros.
–No lo puedo negar, oficial–.
———
–¡Aaah! ¡Katie!– estaba sobre el sofá tántrico mientras ella embestía mi cuerpo. El orgasmo terminó y ella no se detuvo, mi rostro estaba apoyado sobre el sofá ya que mis brazos estaban débiles -Supergirl, supergirl– rió parando y se recostó sobre mí –Mañana no podré caminar, hablo en serio– besó mi cuello y salió de mí.
–Esta vez creo que es cierto– reímos y fue hacia la cama quitándose el juguete, preparó la cama y luego me ayudó a ir, ya que mis piernas fallaban. Me recosté y la sentí junto a mí –¿Cómo te sientes?– reí.
–Me gustaría que tuvieras un pene real, así te cansarías más rápido– rió abrazándome –Mentira, me encanta lo que tienes– escondí mi rostro en su cuello –Aunque me dejes adolorida, me encanta– acarició mi desnuda espalda.
–Amas que te deje adolorida– asentí besando su piel.
–Lo amo– acaricié las marcas que había dejado en su cuello –¿Iremos a casa de tus padres al despertar? Porque tienes el cuello lleno de chupones– rió.
–Ya saben que tengo una prometida algo salvaje– sonreí.
–Yo no soy la salvaje aquí– se rió.
–Ambas lo somos– asentí.
–Estoy de acuerdo– llevó su mano a mi cabeza para acariciarme.
–Ahora a durmamos, estoy agotada– sonreí.
–A sus órdenes, oficial–.
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Ahora Rayis sí necesitará una silla de ruedas, se los aseguro jajsjajaj
¿Rayis debería "vengarse"?😏
Otra pregunta ¿Quieren algo de drama? ¿O prefieren amor, amor y más amor?