MAZKLAN
Con la llegada de un nuevo bebé las cosas se iban a complicar un poco más en lo que era la cuestión del trabajo, pues Milán tenía varios de los proyectos a los que ahora ya se iba a dedicar, pero sabemos que a veces las cosas no resultan como esperábamos.
No sabía cómo iba a dar la nueva noticia, pero teníamos que hacerlo rápido, si era posible lo más rápido a mi padre, para que no se le asignaran más proyectos a futuro.
Era una cosa preocupante, así que aprovechando que Milán se había ido con mi hermano Aris a un viaje de negocios, tome a Mazlan y me fui a la empresa y me dirigí a la oficina de mi padre, tal vez sonara estúpido, pero mi Mazlan iba a ser un escudo.
—¿Qué trae a este hermoso bebé a la oficina del abuelo Marshall? — dijo mientras se levantaba de su silla y corría a arrebatarme a mi bebé de mis manos.
—Vine a saludar al abuelo— fingí una infantil voz e hice ademanes con las manitas de Mazlan.
Por unos minutos, mi padre le dedico especial atención a Mazlan, hasta que me miro, se sentó en su silla de nuevo con Mazlan en las piernas.
—¿Extrañas tanto a Milán que traes a Mazlan a la oficina? —dijo mientras jugaba con las manitas de mi bebé.
—Sí, lo extraño— sonreí mientras me sentaba frente a él.
—Papá, tengo algo que hablar contigo— me miro, pero eso no quitaba la atención que le dedicaba a Mazlan con sus manos, ¿me pregunto cómo habrá sido conmigo cuando era bebé?
—Ahora que te veo con Mazlan, ¿Papá y tú nunca pensaron en adoptar nuevamente? —a pesar de que sonrió, la sonrisa no llegaba a sus ojos, el tema de papá siempre era su debilidad.
—Bueno, tu padre ya tenía tres hijos antes y conmigo tuvo dos, cinco es un número grande, aunque solo a ti te tuve desde recién nacido, cuidar de un bebé es un trabajo muy delicado y cansado, pero sin duda es la recompensa más grande que uno pueda tener— cuando me miro sus ojos le brillaron y su sonrisa se ensancho.
Me acerque y lo abrace muy fuerte, tan fuerte como solo una vez lo he abrazo de tal manera, cuando mi padre murió, y no es que diga que algo malo vaya a suceder, sino que nunca lo he abrazado de esta manera.
—Además, tenemos grandes herencias, pero no tantas para otro más— sonrió quitando la melancolía del momento.
—Bueno, esas herencias al final de cuentas terminaran repartidas en un futuro, entre mis hermanos y yo tenemos que repartirlas, ellos entre sus hijos y yo con los míos—
—Bueno, a pesar de que eres el que se llevara la tajada mas grande cariño, los gemelos no quieren acciones en la empresa y Julieth menos, ya sabes, dijeron que te las iban a cambiar por casas y terrenos, además Aris ya negó que quiere la presidencia, él con solo estar aquí y estar a tu lado será feliz, así que tienes una responsabilidad muy grande y luego esa responsabilidad se pasara a Mazlan— lo besó en sus mejillas como si no hubiera mañana. —Yo diría que si quieren tener otro bebé esperen un tiempo, para que haya una gran diferencia de edad y no se peleen por cosas de la empresa y eso— besó la coronilla de mi bebé y le acomodo su gorrito que se había caído.
—Sí... lo mismo pensaba Milán, pero... nos falló— enseguida levanto su mirada y me miró fijamente para saber si no era una broma.
—Vaya... bueno hijo, ¿si sabes que todo será más complicado ahora no? — solté un suspiro.
—Lo sé, ya lo hablamos con Milán muy bien, a pesar de que todo va a ser difícil, esperaremos al nuevo bebé con ansias— sonrió y asintió.
—Tenemos que disminuir su carga un poco de trabajo, oh dios, tan joven y volveré a ser abuelo, o por dios, ahora que me doy cuenta, Alec será bisabuelo por segunda vez— sus carcajadas hicieron que mi hijo comenzara a reír también.
—Ahí tiene la consecuencia del sexo a su temprana edad— dije mientras comenzaba a reírme también.
...
Cuando salí de la oficina de mi padre, Mazlan ya estaba durmiendo, así que me fui a mi oficina y lo recosté en el sofá con los cojines a su alrededor esperando que lo protegieran de no caerse, además estaba más tranquilo pues Mason estaba sentado a su lado y Alexandro andaba rondando por la oficina.
Minutos más tarde un celular comenzó a sonar, Alexandro rápidamente los sacó de su bolsa y detuvo la llamada, cuando ya iban tres veces que lo llamaban, apago su celular, desde mi escritorio dejé de mirar mi computadora y lo miré enarcando una ceja.
—Solo es Mía— su sonrisa fue incomoda y solo carraspeo para seguir vagando por la oficina.
—¿No será una emergencia? — pregunté mientras me quitaba los lentes y observaba la hora, ya casi era la hora de almorzar.
—No— dijo tajante. Solté un suspiro y levanté el teléfono para pedirle a mi secretario el almuerzo.
—¿Cuál sería el precio de tus servicios para tramitar un divorcio? — dijo después de unos minutos en silencio.
Mason sin ser discreto, dejó caer su libro, yo enarque ambas cejas en su dirección.
—¿Te vas a divorciar? — dejé de teclear y le presté atención.
—Eso quisiera, pero ella me complica las cosas y el abogado que contrate no hace nada a mi favor— antes de que comenzara a hablar, me interrumpió —Ese estúpido abogado está de acuerdo en que le de más del cincuenta porciento de mis quincenas por el niño, pero ni con la prueba de ADN que le hice apelando que descubrí que no es mi hijo, parece que no es ni mi abogado, ya le dije que yo me iba a quedar con el niño si así lo desea, o dar una aportación pero...— soltó un suspiro y se dejó caer en una de las sillas.
—Yo te puedo ayudar, no te preocupes, dame el número de tu anterior abogado y más tarde te diré que podremos hacer— asintió ya más relajado.
...
Abrí mis ojos cuando Mazlan comenzó a pegarme con sus manitas, me había quedado dormido, miré mi reloj y eran las seis con veinticinco de la mañana.
—Mi amor, faltaban cinco minutos para la alarma— dije mientras lo acurrucaba en mi pecho, solté un suspiro y me levanté, estaba cambiándole el pañal cuando una llamada de Milán me saco una sonrisa.
—Te extraño tanto— fue lo primero que dije al contestar.
—Yo también te extraño amor, pero buenas noticias, Aris es un genio en los negocios, así que, con su orientación, logramos cerrar el trato y estoy acomodando maletas para salir ya—
Hablamos por unos minutos más hasta que terminamos con la llamada, más tarde estaba en mi oficina cuando un Milán entro corriendo pasando directo al baño a vomitar.
—Ese nuevo bebé va a ser un total caos— susurró Alexandro cuando me levante para correr al baño.
.....
—Entonces eso explica las dos películas anteriores, y yo matándome con teorías— dijo mi padre.
—Te lo dije papá, estaban jugando con el tiempo— Aris comía tranquilamente una papa frita mientras veíamos el final de la serie tumbados en el sofá de la sala de Aris, como hace mucho no lo hacíamos, mi padre, Aris y yo.
—¿Quieren algo de la cocina? —dije mientras le levantaba una vez que los créditos comenzaron a pasar.
—Una soda de cereza por favor — mi padre miró extraño a Aris y él solo se encogió de hombros, luego me miró a mí.
—Ni me mires, nunca le enseñe esa marca de soda— Aris rodo los ojos y rio.
—Una vez que le tomas el gusto no sabe tan mal— dijo simplemente.
—Tienes unos gustos muy extraños hijo— mi padre lo miró con una mueca, en la familia a nadie le gustaba la soda de cereza, bueno, ahora veo que solo a Aris.
Me encaminé a la cocina y cuando regresé a la sala, mi padre y Aris estaban viendo mi celular, ambos con las cejas enarcadas.
—Hijo, por favor nunca le digas a Milán que vimos este mensaje, sino estará que no nos podrá ver a la cara— mi padre me entrego mi celular y cuando leí el mensaje que me mando entonces lo comprendí, no era la primera vez, pero...
"Acabe de llegar de ver los nuevos avances de la tienda, voy a cansar a Mazlan jugando con él para que no se despierte en toda la noche, porque lo único que quiero y ansió hoy es que me hagas jadear y gemir hasta que te ruegue por parar, te estaré esperando con ansias, hoy no habrá camisones de por medio, sería una perdida de tiempo"
—Joder, un mensaje muy caliente— dije mientras carraspeaba y me tomaba la botella de agua que traía en las manos.
—Creo que... iré a jugar un rato con mi hijo— dije mientras me ponía mis zapatos y tomaba mis llaves.
—Claro— dijeron Aris y papá al mismo tiempo.
—No me extraña que Milán este de nuevo embarazado— las carcajadas solo se escucharon en la sala, pero no me importo, lo único que tenía en mente era ese mensaje.
—Hermanito— la voz de Aris me detuvo antes de abrir la puerta de su departamento —Mándame a Mazlan con sus guardaespaldas, yo te lo cuido y mañana en la oficina te lo llevo— sonreí y me regresé a besarlo.
—Eres el mejor tío que Mazlan tendrá— él solo rodó los ojos —Más tarde vendrá Alexandro con Mazlan, Mason le toco descanso— su sonrisa se paralizo un momento.
—Ah, ok, aquí los espero— antes de preguntar por su cambio de sonrisa mi padre salió tras él.
—Mi amor, aguanta un poco más tu calentura y pásame a dejar en mi casa— se volteo con Aris y le beso en las mejillas —Me voy amor, ¿Cuídate sí? —Aris asintió y se despidió de mi con un abrazo y un beso.
Después de dejar a mi padre en su casa, mande a mi hijo con su tío, mientras que yo iba a hacer pagar a Milán por ese caliente mensaje, que vamos, no era el primero y esperaba que tampoco el ultimo.
Pero siempre me ponía así con esos mensajes... y eso él lo sabía
...
—Te amo tanto— susurré cuando besaba su frente, tenía sus ojos cerrados y soltaba pequeños suspiros.
—Te amo Mazklan— susurró entre sueños, o tal vez aún estaba un poco despierto.
Sonreí y cubrí mejor su cuerpo desnudo con las sabanas dejando un beso más en su hombro y acurrucándome con él.
Almost the end...
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PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN: 11/06/2021
Nos vemos la próxima semana con el epilogo.