VIVIENDO CON EL ENEMIGO (En e...

By RUDE_SWEET19

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"PARA VENCER A EL ENEMIGO, PRIMERO GANATE SU CONFIANZA" Cat Smith tenía una vida generalmente aburrida, ha... More

Antes de leer.
Prólogo.
1. La llegada.
2. Los Foster
3. Panda
4. Fiesta de bienvenida.
5. ¿Dónde está Seth?
6. A limpiar.
7. Las 20 preguntas.
8. El hermano guapo
9. La niña de papá.
10. Odio los lunes
11. Simplemente no te quiere.
12. Sorpresa.
13. ¿Cómo que novio? ¿Cómo que sin compromiso?
14. Stripers y un lo siento.
15. Pijamada con chicos. Parte 1
16. Pijamada con chicos. Parte 2
18. Visitas inesperadas y Leo.
19. ¿Qué pasó ayer?
20. La mejor venganza es el perdón.
21. ¿Apostamos?
22. Te necesito aquí.
23. Let's go to the beach, bitch. 1/2
24. Let's go to the beach, bitch 2/2
25. Bebe o muere.

17. Karaokes, decepciones y vodka

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By RUDE_SWEET19

Cat

-Es increíble, es como tener mi propio pedazo de cielo.

-¿Tuyo?

-Si-rodé los ojos divertida y me cubrí con la manta. Ryan no dijo nada más.-Tendríamos que entrar ya.

No podíamos ver el el sol, pero el cielo ya estaba claro y el frío azotaba con fuerza por muy abrigada que estuviera.

-Me levantaré cuando tú lo hagas-respondió junto a mi.

-Bien-a regañadientes me incorporé sobre las colchas agarrando con fuerza las mantas a mi alrededor-No te haces una idea de cuanto extraño el sol-comenté observando con pereza el cielo mañanero aún nublado.

-Para ser una amante del calor, no te conocí muy bronceada-bromeó sin incorporarse. Volteé a verlo, aún adormilado y cubriéndose con apenas una manta.

-Oh lo siento, no todos podemos tener tu bronceado moreno perfecto-le quité la manta de un tirón para que se levantara por fin.

-No es moreno-se incorporó y le echó un vistazo al color de sus brazos mientras una sonrisa de esas suyas se deslizaba por su rostro-Soy canela pasión-aclaró.

Me reí.

-Si tú lo dices.

-Y tu eres más como color saliva.

-¡Ryan!

-Una saliva bonita-argumentó, pero ya me había molestado, como de costumbre.

-Si si. Tú recoges eso, canelo pasión-tomé únicamente las mantas que me cubrían y entré de nuevo en el cuarto por el ventanal.

-¡No te enfades! Combinamos muy bien-lo último que oí fue su risa antes de dirigirme a despertar a los tórtolos que ocupaban mi cama.

...

Algunos días después, Will me entregó el jarrón y pude devolverlo a su lugar. No era una copia exacta, pero era una muy buena. Al parecer Will si era una persona artística. Afortunadamente y como había dicho Ryan, papá no notó su ausencia, más que nada porque él no solía entrar a la cocina nunca.

Pasaron tres semanas hasta que finalmente Mia comenzó a actuar normal. Volvió a visitarme y a bromear con cuánto chico la veía. Incluso se anotó en la lista de espera para entrar en el equipo de voleibol la próxima temporada. No me culpaba por sus problemas con Seth y fue algo que le agradecí con el alma. Ahora quien me preocupaba era Amy. En la escuela seguía siendo novia de Cambell, en el último partido se lo habían dicho a todos e iban juntos a cualquier lado, pero cada que podía se escabullía en mi casa con Jeff, quien solo se conformaba con eso y retiraba la mirada cada que se la cruzaba por los pasillos del instituto. Sin embargo, por más que lo intentaran, no habían podido detener los rumores de que la agradable animadora rubia parecía estar jugando en doble cancha. Amy se volvió más callada, más ansiosa y dependiente de Cambell a tal punto que lograba asustarme un poco.

-¿Hasta que hora te quedaste despierta anoche?-le pregunté en el almuerzo. Levantó sus cansados ojos hacia mi y me miro extrañada.

-A las diez, como siempre-le dio un mordisco a su pizza-¿Por qué?

-Por nada-me encogí de hombros y fingí beber de la lata de mi refresco ya vacía.

-Lo dice porque tienes unas ojeras de aquí a Shanghai-respondió Mia por mi. Se quitó sus lentes de sol y se los extendió a Amy-Toma, los necesitas más que yo-le dijo. Aunque no se si tenía razón. Mientras a la primera se le notaba a leguas el cansancio, a la segunda la consumía la resaca... En pleno miércoles.

-Siempre las he tenido-Amy recibió los lentes pero los dejó en la mesa junto a su bandeja-Es solo que solía cubrirlas con corrector.

-También solías usar mascara y brillo labial...-añadí cautelosa.

-Cambell dijo que le gustaba más natural-comentó sin mirarnos.

-Cretino-refunfuñó Mia por lo bajo. Ya no criticábamos a Cambell si Amy podía escucharnos, porque la ponía muy mal. Yo lo entendí a la primera, a Mia le costó un poco más.

Las tres guardamos silencio. Aquel día, todo el equipo de fútbol había decidió almorzar juntos y habíamos tenido que buscarnos nuestra propia mesa. Jeff incluso había tratado de acercarse pero Amy lo despachó con una mirada.

-¿Qué cuentan mis féminas favoritas?-una bandeja aterrizó junto a la mía. Esteban se sentó a mi lado y me dio un sonoro beso en la mejilla.

-¿Te conozco?-me limpié la mejilla, ofendida.

-Que perra te has vuelto-me sonrío negando con la cabeza.

-Quiero el crédito por eso-dijo Mia con la boca llena de pizza y levantando su mano.

-Hola, Esteban-le sonrió Amy.

-¿Estás bien, linda?-mi mejor amigo le dio una repasada a Amy y noté como ella luchó contra el impulso de dejar de ser cortés y simplemente rodar los ojos. Solo sonrió y asintió.

-¿Ya tienes tiempo en tu agenda para mi?-le pregunté para que dejara de analizar a Amy. Esteban se volteó hacia mi sonriente y me dio un pellizquito en la nariz.

-Que posesiva eres Catycat, no es un delito ser irremediablemente encantador-se jactó mientras destapaba su bebida en lata-Solo van tres semanas y me han propuesto ser presidente estudiantil, unirme al equipo de natación, al club de teatro, oh ¡Y cuantas fiestas!-enumeró con los dedos.

-Me alegró que te adaptes tan bien-le sonreí con sinceridad. Me sentía aún más desplazada que en Texas, pero era verdad que conocer a Esteban era estar viendo un cartel neón gigantesco que no podía pasar desapercibido.-Pero por favor, ya saca un poco de tiempo para mi. Tienes mucho que contarme-le recordé. Aún no me revelaba con quien se había enrollado en la fiesta en casa de Cambell.

-Lo haré, te lo prometo.

-¡Mierda!-Mia captó nuestra atención de nuevo. Estaba mirando su teléfono y comenzaba a incorporarse de su sentado "flor de loto" sobre la silla.-Tenía cita con el psicólogo-se tragó el último bocado de pizza y abrió su pudín para comerlo antes de irse.

-No te preocupes, siempre llegas tarde de cualquier forma-la animó Amy.

-¿Tú también vas?-comentó Esteban. Volteé a verlo sorprendida-La orientadora me aconsejó que empezara a ir. Al parecer, ser muy alegre es causa de preocupación.-explicó rápidamente.-¿Cómo es?-le preguntó a Mia, quien engullía con rapidez su pudín favorito.

-No es nada del otro mundo. El anciano es agradable.

Sin aviso, los cuchicheos comenzaron a sonar por toda la cafetería e iban aumentando el volumen.

-¿Qué pasa?-pregunté cuando vi que no era la única que lo notaba. Amy ya tenía su vista fija en la mesa del equipo de fútbol.

-Allá-susurró-Es Alison.

Mia, Esteban y yo volteamos en su dirección sin una gota de disimulo.

Alison estaba discutiendo con uno de los chicos al final de la mesa, me estiré un poco de mi silla para ver mejor, como buena chismosa. Frente a ella estaban Ryan y mi hermano, y al parecer la retahíla iba dirigida a este último. Seth se veía sereno, pero yo sabía, cuando comenzó a ver hacia los lados, que estaba ligeramente nervioso y avergonzado. Respondió dos o tres palabras y de la nada, Alison lo abofeteó. En toda la cafetería se escuchó un sonoro "Uhhh". En cuanto Alison dio media vuelta y salió de la cafetería, los cuchicheos volvieron a aparecer.

-¿Qué fue eso?-preguntó Esteban. Mia se volteó de nuevo hacia nosotros haciendo una mueca.

-Mierda-revisó la hora en su teléfono-No puedo salir después de eso-susurró con frustración.

-A ti no te importa lo que la gente piense-le recordó Amy, restándole importancia.

-Pero si me importa sentirme ridícula-refunfuñó-Dame eso-tomó sus lentes de sol, se los puso y se colocó la capucha de la sudadera, halando tan fuerte los cordones que apenas y se le veía la cara.

-Muy sutil-bromeó Esteban. Mia le enseñó el dedo de en medio.

-Adiós, tontos-se echó su mochila al hombro y salió enfundada de la cafetería.

-Yo voy a averiguar ese chisme-Esteban tomó su mochila y la media pizza que le faltaba-¿Hoy en tu casa?-me lanzó un beso y sin esperar respuesta se fue.

-¿Crees Seth está saliendo con Alison?-me preguntó Amy, minutos antes de que sonara el timbre.

¡No! ¡De ninguna manera!

-No lo sé.

...

Dylan me dejó en casa luego de la escuela. Habíamos ido al centro comercial porque el quería comprarse unos nuevos zapatos y aprovechamos para comer algo estando allí. En ningún momento mencionó nada respecto a la escena de la cafetería, y aunque me moría por preguntarle qué era lo que había pasado, me aguanté las ganas por miedo a parecer entrometida.

De cualquier forma, luego obtendría información de primera categoría con alguien que era igual de chismoso que yo: Ryan.

Si el plan B no funcionaba, siempre tenia a Esteban, y tal vez su información no fuera muy verídica luego de haberla oído de boca de todos, pero algo era algo.

-¿Irás a la fiesta del viernes?

-No lo creo, tengo que estudiar para literatura-le respondí, desabrochadome el cinturón.

-Pero si eres naturalmente una genio para todo-me sonrió y me acarició la mejilla.

Gracias al cielo que no había visto mis notas en matemática y deportes.

-De cualquier forma no iré. ¿Y tú?

-No lo creo-dejó caer su mano-Las fiestas ya no son divertidas si no estas tu.

-¿En serio?

-Claro.

-¿Es solo eso?-entrecerré mis ojos hacia el. Me resistió la mirada pero al final comenzó a reír y a negar con la cabeza.

-Bien, también es porque saldré de la ciudad con mamá-confesó.

-Mm sabía que mi encanto no era suficiente para alejarte de las fiestas-bromeé.

-Si lo es. Pero esto es un viaje de negocios y quiere que esté allí para aprender-me explicó.

-¿Y cuándo te irás?

-Jueves en la noche.-se acercó un poco más a mi y puso uno de mis mechones sueltos detrás de mi oreja-¿Quieres hacerme un favor durante el viaje?

-¿Cuál?-respondí con su boca ya casi sobre la mía.

-No envíes stripers a mi casa mientras no estoy.

-Dylan-me cubrí la cara con las manos y el se alejó riendo más-Ya te dije que fue un error.

-Lo sé-dijo y me apartó las manos de la cara-Pero si puedo elegir, a la próxima prefiero que aparezcas tu vestida de policía.

-Ay Dios.

-Y puedes atarme a la silla si quieres.

-Suficiente-me acerqué a él y lo besé como despedida-Te veo mañana-tomé mi mochila y salí de su auto.

Quería tomar una ducha caliente e irme a dormir temprano, sin embargo, solo bastó con abrir la puerta de mi cuarto para encontrarme con Esteban, bien acomodado sobre mi cama y lleno de energía, esperándome.

-¿Dónde carajo estabas?-se quejó cuando me vio entrar.-¿Sabes cuanto llevo aquí?

-Fui al centro comercial con Dylan-me excusé dejando la mochila en el suelo y tirándome a su lado.

-¿Tú bombón rubio?

-Mi único bombón.

-Que cursi-hizo una mueca de asco y le quitó importancia con un gesto-No importa, te habría esperado lo que fuese necesario. No vas a creer lo que hizo Seth.

-¿Ya averiguaste lo de hoy?-me acomodé mejor en mi cojín, lista para mi dosis de chisme.

-Me ofende la pregunta-se volteó hacia mi sobre la almohada-¿Conoces a esa chica, Alison?

-¿Y quién no?

-Ahora es la enemiga número uno de Seth-me contó.

-Ay no-enterré la cara sobre su gran hombro-Déjame adivinar. Durmió con ella, la despachó y ahora quiere venganza.

-No-respondió y volví a mirarlo, sorprendida-El problema no es ese. Seth expandió el rumor de que se habían revolcado en la fiesta del chico Cambell, pero eso jamás pasó.

-¿Cómo?

-Lo que oyes. Ella estaba realmente furiosa y cuando alguien le confirmó que él había sido quien inició el rumor, pues fue a enfrentarlo delante de toda la escuela-contó.

-Seth jamás...-me detuve antes de meter mis manos en el fuego por mi hermano. Yo misma era testigo de lo inmaduro que era con el tema de las relaciones y no podía asegurar que no hubiese hecho esa bajeza.

-Exacto-concordó Esteban, adivinando mis pensamientos.-Además, sé de primera mano que lo que él dice no pasó.

-¿A que te refieres?

-Estuve con ella toda la noche, incluso me llevó a casa al otro día.

Se me salió la risa boba.

-¿Cómo que toda la noche?

-Pues toda la noche-levantó ambas cejas-Fue con quien yo...

-No-lo paré riendo-Basta, no juegues conmigo.

-No lo hago.

-Si no quieres decírmelo está bien.

-¡Te lo estoy diciendo ahora!-exclamó riéndose-¿Si escuchas bien?

Se me borró la sonrisa de golpe.

-¿Te acostaste con... una chica?

-Si...-me miró como si necesitara una camisa de fuerza.

-Pero... Es que... Yo pensé...que eras gay.

-¿Qué? ¿Por qué?-me preguntó sonriendo.

-Pues porque nunca te has liado con una chica-expliqué.

-Eso no me hace gay-dijo con obviedad.

-¿Ah no?

-No, Cat-me dio un golpecito en la frente-Me gustan más los chicos, eso si, pero tienes que admitir que esa chica está en otra categoría.

-¿Ah si?-mi voz salió lamentable, en contra de mi voluntad.

-¿Viste su cabello? Y sus piernas, santísimo cielo. Es como algún tipo de princesa Amazonas.

-Supongo-suspiré-Es bellísima-admití.

Tan bella que logró que el chico que conocía desde la infancia y que nunca se había metido con chicas, fijara sus ojos en ella.

-¿Con cuántos duerme por semana?

-Ah no, querida-frunció el ceño-No juzgamos a la gente por su vida sexual.

Me di una palmada en la frente.

-Lo siento, soy una tonta.

Los celos que estaba cosechando por la maravillosa apariencia de Alison, me estaban convirtiendo en alguien que definitivamente no quería ser, y no me permitiría avanzar por ese camino.

Enterré mi cara sobre el cojín. Se sentía ridículo verme afectada por la apariencia física de alguien más, pero también me resultaba difícil no hacerlo cuando ella era prácticamente alguna reencarnación de afrodita. Y tampoco sabía bien por qué me pasaba eso, nunca me gustó ni me iba a gustar Esteban, pero el mero hecho de saber que la única chica que había llamado su atención en diecisiete años era la misma que semanas antes había estado de fiesta en casa de Dylan, me hacía sentir tan... asustada. Sentía como un montón de ideas comenzaba a formarse en mi cabeza.

-Háblame de otra cosa-le pedí levantando la vista hacia él.

-¿De que otra cosa?-preguntó confundido por mi reacción.

-No lo sé-me quejé-Ryan hace eso cuando yo...-me tapé la boca con una mano cuando me di cuenta de lo que se me había escapado, pero era demasiado tarde, Esteban ya tenía los ojos tan abiertos que parecían a punto de salirse.

-¡Oh Ryan!-exclamó con una gran sonrisa.

-Cállate-miré hacia el pasillo, asustada de que estuviera pasando por allí en esos momentos, luego recordé que era día de entrenamiento.

-¡Ryan morenazo Foster!-exclamó para molestarme.

-En realidad, es canela pasión-me reí con él, volviendo a acomodarme sobre mi cojín.

-Claro que lo es-hizo un mohín divertido-Ryan canelo pasión Foster-corrigió.-¿Te gusta, no es así?

-¿Olvidas a mi bombón rubio?

-No respondiste mi pregunta.

-Claro que respondí-lo corté-Mejor dime que usarás para la fiesta del viernes.

-Lo sabrás cuando me veas-respondió coqueto y se levantó de la cama-Mejor, veamos que te pondrás tú-comenzó a caminar hacia el vestidor e hizo una mueca cuando se paró en la entrada de este y soltó un gran suspiro. En verdad lo desesperaba mi desorden.

-Yo no iré.

-No digas tonterías- y se adentró en el vestuario casi como si se tratara de Chernóbil.

Cuando llegó el viernes lo intenté todo: Fingir cólicos, fingir que dormía, decir que tenía tarea pendiente y hasta le inventé a Esteban que me había comido tantos burritos de frijoles, que en verdad me sentía indispuesta.

-Pues te pones un pañal-dijo y de igual forma me arrastró hasta la casa de una perfecta desconocida para disfrutar de su fiesta de cumpleaños el viernes.-Su nombre es Charlote, es una animadora-me había dicho en el taxi.

-Ni siquiera llevamos regalo-me quejé abrazándome a mi misma tratando de guardar el calor debajo de mi chaqueta.

-Claro que si-Esteban señaló el pack de cerveza que descansaba en su regazo.-Además, le dije que iría con mi mejor amiga. A Chuchi le encantará conocerte.

-¿Chuchi?

-Así le dicen a Charlote-respondió Mia a mi lado-Incluso Amy-fingió una arcada.

Amy debía conocer bien a la cumpleañera, pues estaban en el mismo equipo, aunque últimamente estaba tan alejada de su propia esencia que no me sorprendería si decidía dejar a las animadoras. Parecía tan desmotivada cuando Alison había conseguido el puesto de capitana, pero incluso en ese momento sonrió y siguió asistiendo a cada entrenamiento llena de energía... Muy distinto a la Amy que era ahora. Por otro lado, según lo que Dylan me había contado, el tema del capitán del equipo de fútbol seguía siendo un lío, pues el entrenador todavía no lograba decidirse entre Ryan y él y los hacía jugar partidos compartiendo el liderazgo.

-Vamos, será una gran noche-me animó Esteban cuando el taxi paró frente a una ostentosa casa de tres pisos.

-Claro que lo será-acordó Mia sacando de su bolso su infaltable botella de vodka y moviendo las cejas de arriba a abajo.

Bajamos del taxi y entramos atravesando el gran jardín con figuras esculpidas en césped. Maravillo-pensé- había alguien más excéntrico que papá en la ciudad. Mia enganchó su brazo al mío y se pasó los dedos entre la larga melena negra. No me había atrevido a contarle sobre Seth y Alison y como todo podía ser solo una miserable mentira de mi hermano, más que nada porque no quería arruinarle la noche. A veces sentía que Mia solo era feliz en las fiestas, rodeada de ruido, alcohol y oscuridad.

-Mira nada más-comentó Esteban junto a nosotras observando el lugar. Después de pasar por el vestíbulo y dejar nuestros abrigos, se abrió frente a nosotros un gigantesco salón lleno de cuadros y objetos que parecían sacados de un museo. No había ni rastro de escaleras, pero si había una tarima armada en el medio del lugar, y sobre ella, un Dj bañado en sudor, toqueteaba una máquina llena de botones sobre la mesa.-Y pensé que yo sería el mejor vestido-me dijo Esteban. Le eché un vistazo a la ropa del Dj: Un camisón hawaiano abierto hasta las caderas donde se cerraba como un vestido, o por lo menos, eso fue lo que percibí desde mi posición.

-Nah, tu camiseta me gusta más-hundí mi dedo sobre uno de los cuadros de su abdomen que sobresalían bajo la camiseta negra transparente y se ajustaba a la cintura sobre sus pantalones negros de látex.

-¡¿QUIEN VA A ARRIESGARSE HOY EN EL KARAOKE?!-Preguntó el Dj desde la tarima por el micrófono. El lugar era tan grande, que aún con todos dentro de la casa, faltaba espacio por llenar.

-Es mi momento-Esteban me entregó el pack de cervezas.-Si no terminó esta noche con ese camisón hawaiano al rededor del cuello, mi noche habrá sido en vano-me sonrió antes de irse directo a la tarima para cantarle una canción sugerente al Dj delante de toda la fiesta.

-Adoro a ese tipo-me dijo Mia antes de arrastrarme con su brazos enganchado por todo el salón hasta dar con la mesa de bebidas que en realidad era un minibar aún más ostentoso. Un elegante señor con traje de camarero nos miró desde atrás de la barra con el ceño fruncido, podría apostar que su trabajo habitual no consistía en proporcionarle alcohol a un montón de adolescentes revoltosos. El señor levantó una ceja cuando Mia me quitó el pack de cervezas y los soltó con demasiada fuerza sobre la barra.

-Para la Chuchis, dígale que feliz cumpleaños-No esperó respuesta y tomó algunos vasos de plástico de una vitrina para comenzar a servir su vodka.

-Así está bien-alejé mi vaso cuando comenzó a llenarlo demasiado. La última vez que me había pasado con la bebida, había terminado restregándome contra Ryan en la pista de baile, y no planeaba repetirlo. Si quería seguir cultivando algo serio con Dylan, debía comenzar por respetarlo... Aunque ni siquiera había sido capaz de avisarle que vendría a la fiesta porque me sentía una hipócrita y porque de cualquier forma no planeaba quedarme por mucho tiempo.

-Más para mi-Mia se encogió de hombros y se sirvió su vaso hasta casi llegar al tope, luego de dio un gran trago.

-¿Estás bien?-la observé pasar el líquido por su garganta sin ningún gesto.

-Ya lo estaré-sonrió limpiándose la gota que le quedó en el labio inferior.

Fuimos hasta el borde de la tarima para apoyar a Esteban durante las otras dos canciones que cantó a todo pulmón mientras le tiraba miraditas al Dj, y cuando por fin se bajó, volvió la música normal. Mia, Esteban y yo bailamos al rededor de cuatro canciones mientras Mia pasaba entre los tres la botella y ambos bebían en cada ronda mientras yo solo fingía tomarla. Estaba más pendiente del teléfono, pues llevaba mensajeándome con Amy desde que íbamos en el taxi. Ella había dicho que llegaría con Cambell, pero cada que le preguntaba si ya había llegado, solo me respondía que seguía esperando a que él decidiera arrancar el auto.

Muy disimuladamente, un chico se fue colando en nuestro grupito de baile y poco a poco se le fue pegando más a Mia, quien le siguió el rollo. Esteban y yo entendimos el mensaje y nos hicimos a un lado.

-¡Necesito un descanso!-le grité por encima de la música.

-¡Por eso es importante el deporte!-se burló de mi. Le puse los ojos en blanco y lo dejé allí bailando, con lo popular que era, seguro no tardaba en conseguir compañía. Me alejé por las esquinas buscando un lugar donde descansar. Le eché un vistazo a la barra del mini bar, pero el señor parecía estar más frustrado que al principio, así que descarté rápidamente la idea. Atravesé el salón y me metí por otro gran pasillo que me llevó hasta el jardín trasero, adornado con luces y una fuente que me recordó a la intro de friends.

Había mucha gente allí afuera también. Algunos incluso bailaban dentro de la fuente.

-¡Cat!

Me volteé  hacia el llamado. Seth me hacía señas desde una esquina, sentado en un sofá rojo brillante. Sobre sus piernas se sentó una chica castaña de cabello corto y  a su lado estaba Ryan, sentado en otro sofá y hasta algunos chicos del equipo sentados en el sofá más grande. Suspiré con alivio, algunas caras conocidas y un lugar donde sentarme. Sin embargo, la incomodidad comenzó a invadirme cuando la chica sobre las piernas de Seth se quedó viéndome con confusión.

-¿Acabas de llegar?-me preguntó mi hermano. Parecía realmente animado y los ojos le brillaban por la ebriedad.

-No, Mia, Esteban y yo llegamos hace un rato-saludé con un movimiento de cabeza a los chicos del sofá que hablaban entre ellos y no nos prestaban mucha atención. Le sonreí a la castaña y me senté en el brazo del sofá de Ryan.

-Hazme espacio-le dije al moreno.

-Hola a ti también-comentó burlón. Puso una mano sobre mi espalda desnuda y me ayudo a subirme. El cosquilleo de su piel tibia contra la mía fría siempre me hacía erizar un poco, por mucho que me molestara admitirlo.

Maldito Esteban y sus concejos sobre blusas destapadas.

-¿Mia está aquí?-preguntó Seth, claramente desorientado.

-¿Qué pregunta es esa?-se burló Ryan a mi lado.

-Claro que si, la dejé bailando con un chico allá dentro-sonreí con malicia mientras a mi hermano se le borraba la alegría de la cara.

-¿Qué chico?-preguntó Seth, mirando la bebida dentro de su vaso, haciéndose el desinteresado.

-No lo sé-admití-Tal vez Esteban sepa...

Seth ya estaba tomando a la chica castaña por la cintura y la levantó para ponerse de pie.

-Iré por más tequila-se excusó mientras salía a tropezones de allí.

-¿Qué hiciste?-Ryan me miró negando con la cabeza.

-¿Qué? Se merece los celos-le di un trago a mi vaso, olvidando que era vodka puro. Hice una mueca de asco y me agaché para dejar el vaso sobre la mesita de centro sobre el césped, cuando lo hice, noté que la chica castaña había ocupado el lugar de Seth, y detallándola mejor, me di cuenta de que llevaba una tiara que decía: Birthay Bitch.

-¿Chuchi?-le pregunté con curiosidad. La chica me sonrió con repentina emoción y se llevó una mano al pecho.

-¡Si! ¿Tu eres?...

-Soy Cat, la mejor amiga de Esteban.

-¿Ah?-hizo una mueca de confusión.

Me abstuve de rodar los ojos. Esteban jamás me presentaba de una forma normal.

-CatyCat-le dije.

-¡Oh si!-me dio otra sonrisa brillante. A mi lado, Ryan ahogó la risa pero lo ignoré.-Ven, siéntate aquí-se hizo a un lado en el sofá y me ofreció el pequeño espacio.

-Hey-protestó Ryan cuando le hice caso a Charlote y acepté el asiento.

-Gracias, estoy muerta-me sostuve las piernas enfundadas en las sandalias altas con cintas que se amarraban alrededor de mis pantorrillas. Esteban las había sugerido cuando las vio por Internet y al final me las compró. Capté la vista de Ryan deslizándose por mis piernas, en los lugares donde mis manos masajeaban. Los ojos también le brillaban por el alcohol, pero no parecía estar tan mal como Seth. Aparté la vista antes de comenzar a sonrojarme y volví a centrarme en Charlote-Oh y ¡Feliz cumpleaños!-exclamé tratando de que no fuera incómodo el hecho de que apenas lo mencionara.

-¡Gracias!-me dio un fuerte abrazo que correspondí algo extrañada. No solía ser así de amistosa con personas que apenas conocía, pero para ella parecía ser normal.

-¿Qué es esto?-preguntó Ryan cuando Charlote me soltó. Tomó mi vaso y lo olfateó.-¿Vodka, Cat?-me sonrió de lado.

-Casi no he tomado-me defendí-Estoy a punto de irme, no quiero tomar un taxi estando ebria.-expliqué frente a la mirada confundida de Charlote.

-¡No!-se quejó la chica haciendo un mohín-¡Quédate, apenas empieza lo bueno!

-Es que...

-¡Chuchi!-la llamó alguien desde el pasillo que conducía a la casa-¡Te estamos buscando, ven!.

Era Cheetos, la animadora pelirroja con la que me había embriagado en la fiesta de bienvenida.

-¿Ya están todas?-le preguntó Charlote alzando la voz para que la escuchara desde el sofá-Las chicas quieren tomarse fotos para el anuario-me contó con una sonrisa.

-¡Solo faltan Alison y tu!-le respondió la chica. Charlote suspiró pero al final se levantó disculpándose y diciéndonos que disfrutáramos la fiesta hasta el final.

-Ya la oíste-Ryan levantó el vaso que aún sostenía y se bebió todo el contenido de un trago.

-¿¡QUIEREN OTRA RONDA DE KARAOKE!?-la voz del Dj llegó animada desde el salón.

-¿Quieres ir a ver quien hace el ridículo?-preguntó moviendo las cejas. Asentí, pero lo hice esperar hasta que me quité las sandalias asesinas. Volvimos al interior, justo cuando unos chicos ayudaban a subir a una pequeña chica a la tarima. Se tambaleó una vez antes de sostenerse y quitarse el cabello del rostro. Era Mia. Borracha y lista para cantar Dios sabe qué.

-¡MUY BIEN, HOY TENEMOS UNA VALIENTE!-anunció el Dj, luego Mia se le acercó y le susurró algo. Nos acercamos más a la tarima, Ryan me había tomando del antebrazo para guiarme en la multitud mientras agarraba un vaso de licor que le ofrecieron en el camino. -¡HOY TENEMOS UNA MUÑECA CON EL CORAZÓN ROTO!, ¡ESTO ES "I REALLY DON'T CARE" DE DEMI LOVATO!-exclamó el Dj. Todos aplaudieron y vitorearon mientras Mia tomaba el micrófono y el titulo de la canción aparecía sobre la pantalla gigante.

-Ay no-susurré. Ryan y yo paramos frente a la tarima.

-You wanna play, you wanna stay,

you wanna have it all

-Bueno, tampoco canta tan mal-me dijo Ryan al ver mi cara.

-No puedo ni entender lo que dice-le respondí-O la bajamos de ahí o se va a caer.

-You stared messing with my head until i hit a well,

maybe i should know, maybe i should know, that you would walk,

you would walk our the door , hey!-Cantaba con la lengua casi pegada al paladar, aunque el público cantaba con ella, así que no se notaba del todo. De repente, la música se paró y una tierna melodía empezó a sonar.

-¡Hey!-chilló Mia, como niña pequeña volteándose hacia el Dj.

-¡Yo no fui!-se defendió él.

Al otro lado de la tarima, el equipo de fútbol ayudaba a subir a alguien que estaba en igual o peor estado que Mia. Quise darme una palmada en la frente cuando vi que se trataba de Seth, quién se acercó hasta Mia y le quitó micrófono.

-Ay no-repetí.

-Same bed, but it feels just a little bit bigger now,

our song on the radio but it don't sound the same-le cantó Seth a Mia. Por increíble que fuera, a él se le entendía mucho mejor.

-¿Qué carajo está pasando?-Ryan estaba tan estupefacto como yo, mirando aquel espectáculo-¿Tu también lo esta viendo o...?-trazó círculos con su índice al lado de su cabeza, pensando que ya estaba tan borracho que lo estaba imaginando.

-Lo estoy viendo-confirmé muy a mi pesar. ¿Mi hermano le estaba dedicando una canción a una chica frente a toda la escuela? ¿Qué le habían puesto al trago en este fiesta?

Volví a escribirle a Amy para preguntarle en dónde estaba y le envíe una foto de la escena que se estaba perdiendo pero solo me dejó en visto.

-... i should have bought you flowers, and held your hand,

should have gave you all my hours when i had the chance,

take you to every party cause all you hanted to do was dance-Cantó a unos pocos centímetros de Mia...  Y no se a quien conmovió más la ultima parte, si a ella o al público, porque él último verso fue muy... Específico.

-Now my baby is dancing but she's is dancing with another man-finalizó aunque la música seguía sonando. Durante toda la canción, Mia se había quedado allí mirándolo igual de sorprendida que nosotros

-Eres un idiota-le dijo. Como Seth aún sostenía el micrófono, pudimos escucharlo claramente. El público la abucheó.

Seth apagó el micrófono y el y Mia comenzaron a discutir. El Dj apagó la pantalla y volvió a poner música fuerte para que la gente volviera a sus propios asuntos. Mia logró bajarse con la ayuda de algunos chicos en la esquina de la tarima y Seth la siguió a través del salón.

-Vamos-Ryan me llevó de nuevo a través de la multitud. En el camino, me aguanté varios pisotones y sostuve las sandalias con fuerza para evitar perderlas. Fue mucho más difícil salir que entrar.

Al salir al jardín de enfrente, ya había un pequeño grupo de personas reunidas al rededor de algo. Ryan y yo nos acercamos al tumulto dónde reconocí a Jeff, con un vaso en la mano tratando de retenr a Mia y mirando preocupado la escena; y a Esteban, parado en el medio del circulo, separando a Seth y a un tipo que estaban a punto de molerse a golpes.

-Té está diciendo que la dejes en paz-rezongó Seth contra el chico.

-Quédate aquí-me dijo Ryan y me pasó su vaso de licor. Se metío en el circulo y se paró junto a Seth, tratando de tranquilizarlo.

Ignorando su petición, atravesé el circulo hasta llegar a Jeff y Mia, a la que ya se le estaban cerrando los ojos.

-¿Qué pasó?-le pregunté a Jeff, mientras me ponía como podía las sandalias atándolas de cualquier forma.

-Yo baile... con... ¿él?-Mia divagaba abrazada a si misma.

-No lo sé, yo acabo de llegar-me dijo Jeff. Junto a él, Mia comenzó a tiritar en su pequeño vestido azul-¿Me lo sostienes, por favor?

Recibí el vaso de Jeff también y él se quitó su sudadera para ponérsela a Mia.

-¿Sabes algo de Amy?-le pregunté mientras el trataba de meter los dormidos brazos de la pelinegra dentro de las mangas.

-No, pensé que la vería aquí-respondió.

-¡Está borracha!-exclamó mi hermano tan fuerte que volvió a llamar nuestra atención-¿¡Crees que se va a ir contigo estando así, imbécil!?

-¡Ella lo quiere!-se burló el chico y se volteó para lanzarle un beso a Mia casi inconsciente.-Aún respira, estará bien-comentó.

Aquello fue la gota que colmó el vaso. Seth se tiró contra el chico, esquivando a Esteban y logrando zafarse del agarre de Ryan. Seth y el cretino cayeron al suelo. Los primeros golpes los atinó Seth, pero debido al estado en el que se encontraba, no tardó mucho en perder la ventaja, y así el cretino consiguió subirse sobre él y devolverle los golpes. La gente al rededor comenzó a animarlos, como si se tratara de un espectáculo o si ellos fuesen un par de mandriles peleándose por un plátano. Ryan se metió para quitarle al tipo de encima a Seth, pero otro chico se fue contra él para que no acabara la pelea. La situación era de locos.

-Mierda, Cat, hay que hacer algo-me dijo Jeff sujetando a Mia y alejándola de los golpes. Me miré las manos, aún sostenía los vasos con licor. Rodeé a los chicos pelando hasta que pude dar mas o menos con la cara del cretino y le arrojé el contenido de ambos vasos en la cara.

-¡Mierda!-el tipo apartó a Seth de un tirón y se levantó estregándose los ojos-¿Qué mierda te pasa a ti!?-el tipo logró abrir un poco los ojos y comenzó a buscarme.

-Ay no-susurré por tercera vez esa noche. Intenté volver con Jeff y Mia, pero la gente alrededor crecía en cantidad y el círculo se hacia cada vez más pequeño. Ryan se levantó del suelo, quitándose al otro tipo de encima y llegó hasta mi. Aún con el labio sangrando, logró sonreirle al tipo de una forma realmente aterradora y le chasqueó la lengua.

-Quieto-le advirtió. No lo golpeó o empujó. Se limitó a quedarse frente a mi para que no pudiese alcanzarme.

Seth logró tomar de las piernas al cretino y tirarlo al suelo. Lleno de ira, intentó ir de nuevo contra él, ahora que contaba con la ventaja. Afortunadamente, Charlote se hizo paso en el circulo, hecha una furia y con el micrófono en la mano exclamó:

-¡Lárguense todos de aquí, estoy a punto de llamar a la policía!

Solo bastó eso para que la gente comenzara a disolverse rápidamente. Ryan agarró a Seth del suelo, ambos estaban golpeados, pero Seth se veía peor. Esteban se apresuró a sostener a Seth y se volteó hacia Jeff.

-Busca un taxi. Hay que largarnos de aquí.

Jeff se paró justo fuera de la casa, en la avenida, aún sosteniendo a Mia y milagrosamente logró detener un taxi entre todo el caos de la gente corriendo alrededor buscando escapar. Esteban, Seth, Mia y Jeff entraron en el taxi.

-Estaremos bien-le aseguré a Esteban cuando me miró con apuro-Vayan a casa, ya nos veremos.

-Te llamaré un taxi, quédate pendiente de mis mensajes-me dijo antes de que el auto arrancara.

Carajo. ¿Y ahora que íbamos a hacer? ¿Qué iba a decirle a papá si me metían en la cárcel? ¡Yo ni siquiera quería venir!

-No llamará a la policía-me dijo Ryan y se limpió la sangre del labio inferior roto. Se tambaleó un poco, aunque no supe si por el alcohol o por los golpes. De cualquier forma, le pasé un brazo por la espalda para que no terminara con la cara estampada en el suelo.-Su casa está llena de alcohol y menores de edad, llamarlos sería auto sabotaje -dijo.

-Igual hay que irnos-revisé la pantalla de mi teléfono, en donde apareció la confirmación de Esteban.-Ya viene el taxi.-le informé y lo ayudé a sentarse en el andén para que se sostuviera. Comencé a dar vueltas junto a él, intentando tranquilizar a mi cabeza y de alguna forma, entre tanta confusión, escuché una voz. Me volteé para buscarlo con la mirada, hasta que lo encontré recostándose sobre una de las esculturas de césped a unos metros de nosotros. Dylan hablaba por teléfono y ni siquiera había notado lo que pasaba a su alrededor.

-¿Dylan?-pregunté logrando captar su atención. Susurró algo en el teléfono y colgó.

-¿Cat?-preguntó ofensivamente sorprendido, acercándose.

-¿No estabas con tu mamá?-pregunté.

-Si-admitió. Lucía en verdad incómodo.

-¿Qué haces aquí?-pregunté confundida. Su camisa blanca estaba mal abotonada, e igual que el resto, se notaba que se había pasado con la bebida.

-Mi madre terminó pronto el trabajo y me dejó volver-trató de arreglarse las mangas de la camisa mientras hablaba-Yo sabía que no vendrías y preferí no molestarte y venir solo-dijo-Pero ahora que estas aquí te puedes quedar conmigo ¿no crees?.

-No. Debo llevar a Ryan a casa, esta muy ebrio y debo acompañarlo.

Era todo verdad, pero tampoco me apetecía quedarme con él y menos al enterarme que me había mentido y que sus excusas se escuchaban terriblemente falsas.

-Está grande, Cat. Puede volver solo-me hizo una señal con la cabeza para que me acercara más.

-Debo ir con él-dije.

-¿Prefieres ir con él que conmigo?-preguntó frunciendo el ceño. Me mordí el labio y volteé a ver a Ryan. Tenía los brazos apoyado en las rodillas y el rostro escondido entre ellos, inconsciente de lo que pasaba.

-Justo ahora, si-le respondí, volviendo a mirarlo. A lo mejor me estaba enfadando por ideas mías y no estaba siendo justa con Dylan al no dejarlo explicarse bien. Pero tampoco me sentía cómoda haciéndolo justo ahora. Quería dejar las cosas bien con él y volver a casa a descansar de todo ese circo. Ya podríamos hablar al día siguiente y aclararlo todo.-Es mi amigo-me justifiqué.

-Y yo tu novio-saltó ofendido-No quiero que suene así pero... Elige bien.

Estaba a punto de decirle que no eramos novios, estaba a punto de ceder, estaba a un paso de ir con el y dejar a Ryan en algún taxi...

Afortunadamente me fijé de nuevo en su camisa. Era algo que hacía mucho ruido en mi cabeza, al verla mal abotonada no podía dejar de mirarla porque lograba ponerme ansiosa y esta vez logré ver algo más, el cuello de la camisa estaba manchado de labial rosa, y más abajo, en la parte que se podía ver de su pecho, se asomaba un chupetón, acompañado de más labial.

No notó que lo había descubierto en su mentira. Estaba demasiado ocupado esperando saber a quién iba a escoger. Estaba confundida, sola y dolida pero me las arreglé para hablar.

-Bien. Lo elijo a él-le dije.

Una risita cínica se le escapó mientras yo ayudaba a Ryan a levantarse de nuevo.

-¿Cómo?-preguntó. Me miró como si esperara que le dijera que estaba jugando con él. Estiré el cuello para ver mejor el taxi que se acercaba y lo detuve sin comprobar si era o no el que Esteban había enviado.

-¿Sabes? Deberías limpiarte el labial del cuello.-fue lo último que le dije antes de subir al auto.

N/A

Holaa, ¿Cómo andan? ¿Recordaban algo de este capítulo?

Nos leemos la otra semana.

Gracias por leer <3

IG: _rude_19

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