GRECE
—No provoques más daño Christa, solo quiero que firmes— dije mientras volvía a entregarle los papeles de divorcio, ayer me los había roto en la cara —Quiero hacer las cosas por las buenas, ya no puedes retenerme porque ya no tienes a tu perro para que muerda— sus ojos se llenaron de agua y su maquillaje se comenzó a correr.
—¿Qué esperas al divorciarte? Mazklan ya se casó— dijo mientras comenzaba a llorar.
—No es por él, es por mi Christa, porque no soy feliz— se cruzó de piernas y tomo de su café mientras se limpiaba las lágrimas.
—Nunca fuiste feliz, solo cuando éramos niños, pero ni en secundaria, ni cuando lo hiciste conmigo por primera vez, ni en preparatoria ni cuando nos casamos, lo sabía y aun así trate de atraparte para siempre, un bebé, el heredero que tus padres tanto querían, ese era la oportunidad... pero ni eso pude hacer bien— dejo su taza de café mientras soltaba un resoplido —Una... no, dos niñas— se cubrió su rostro con sus manos y negó. —Ya estoy cansada de tratar de llamar tu atención, ya estoy cansada de mendigar por amor, solo quiero que me contestes una cosa, mirándome a los ojos ¿Estás seguro de que eres gay? — sus ojos estaban rojos e hinchados, no me permitió mentirle.
—Si—
—Ya no te mientas más Grece, si esa noche que discutieron con Mazklan, hubieras ido detrás de él y no conmigo a ponerte tu primera borrachera— negó mientras volvía a limpiarse los ojos —distinto hubieran sido las cosas— no dije nada, porque era como una tremenda bofetada para mí.
—Por favor, diles a todos que no soportaba la carga de tener una niña sordomuda y una recién nacida y busca un buen papá para las dos niñas y ya no te mientas más, ni a los de tu alrededor— dijo mientras me arrebataba la pluma y firmaba. —No te regreso el dinero que me estas ofreciendo porque servirá para ocultarme de mi estúpido hermano y mi desgraciada madre— me entrego la carpeta y se levantó de la silla.
—Dime cuando quieras salir, te conseguiré un vuelo o lo que necesites— negó mientras me miraba.
—Solo necesito que me lleves en la madrugada al aeropuerto, de ahí yo sabré— se giró y dio dos pasos, antes de detenerse y mirarme —¿Puedes darme un último abrazo? Por los buenos tiempos, antes de cegarme por mi venenosa familia— asentí y me acerqué a ella.
Sus brazos se enredaron en mi cintura y su rostro estaba en mi pecho mientras me apretaba lo más fuerte que podía.
—Es momento de que tu felicidad llegué— dije mientras acariciaba sus cabellos.
—Cuida mucho de las niñas, si te portas mal vendré por ellas y me desapareceré— dijo mientras se separaba de mí y limpiaba sus lágrimas.
Horas más tarde solté un suspiro cuando la vi ingresar al aeropuerto, ya todo estaba terminado.
A raíz de ese suceso, las revistas estuvieron por algo de dos semanas con la portada de mi divorcio, no salí a declarar nada, no era algo que les incumbiera a todos, solo a mi familia.
Salir del closet con tu familia, era algo aterrador, pero mis padres lo aceptaron bien, al igual que todos.
Tuve que tomar algunas pláticas para saber cómo podía decírselo a mi hija, Kendall me ayudó mucho en eso.
Todas las tardes antes de ir a casa, pasaba por el departamento, hablábamos un rato y me iba.
Mientras el tiempo transcurría las palabras de que los polos opuesto son los que más se atraen, se impregnaban en mi cabeza.
Comenzando así a ver a Kendall más detenidamente en ocasiones, cuando comía, cuando reía, mientras estudiaba.
De pronto y sin pensarlo, un año ya había transcurrido, eran las vacaciones de navidad, mis padres se habían ido a un crucero un mes atrás, crucero el cuál se alargó y ahora les preocupaba que la pasara "solo"
—Estaré bien, no tienen por qué terminar sus vacaciones iré con un amigo a comer— dije mientras estacionaba enfrente de la enorme casa.
—Bueno, entonces cuídate por favor— dijo mi madre despidiéndose.
Cuando terminé con la llamada, antes de guardar mi celular, un mensaje me llego.
"¿A poco no me quedo precioso? Milán te agradece por el trajecito" adjunto con una foto del bebé de Mazklan y Milán de pie, sosteniéndose del enorme árbol navideño vestido con el trajecito de reno que le había enviado como regalo.
"—Se ve que Milán puso más empeño, tiene el mismo cabello alborotado, espero también saqué su inteligencia" reí cuando me respondió con un audio de una risa sarcástica.
Bajé del auto y me encontré a mi Olney tratando de envolver un regalo.
Me acerque y toque su hombro suavemente.
—"¿Qué haces?" —
—"Envuelvo un regalo para Kendall, dijiste que vendría a pasar navidad con nosotros"— su sonrisa hizo que todo el estrés por el trabajo se fuera al caño.
—"Claro, pero tendrás que esperar a entregarlo hasta mañana en la mañana"— Olney asintió feliz y cuando termino de envolverlo, lo puso debajo del árbol.
—"¿A papá le gusta Kendall?" — su pregunta me sorprendió, lo pensé por un momento.
—"Creo que si"— su sonrisa se ensancho y sacó su pequeña libreta, anoto algo y volvió a guardarla en la bolsa que siempre cargaba.
—"A Olney le gusta Kendall para papá, seguro que cuando Heliana este grande también le gustara, debes atacar ahora papá"— sonreí y la tome de las mejillas para plantarle un enorme beso en la frente.
"Estoy llegando a tu casa, ayúdame a bajar las compras"
Horas más tarde ya nos encontrábamos cenando en la sala mientras veíamos una película, aunque las carcajadas de la bebé de ya un año, se escuchaban, ya que Kendall estaba jugando con ella.
Una hora más tarde, Olney y Heliana habían caído dormidas profundamente, dejándome a mí y a Kendall solos en la sala.
—Olney cree que es momento de que te atrape — Kendall enarco su ceja mientras dejaba de tomar su vaso de jugo.
—¿Atrapar? —
—Me gustas Kendall— una mirada de asombro cruzo antes que su sonrojo.
—¿Enserio? — dijo mientras su miraba rodaba por toda la habitación.
—Sí, y con atrapar me refiero a empezar a intentar ser algo más que amigos— me acerqué lentamente a él —Si tu respuesta es no, puedes empujarme ahora— susurré cerca de sus labios, pero en lugar de alejarme, se acercó cortando la distancia.
El beso era lento, sin segundas intenciones.
Nos detuvimos cuando escuchamos un celular sonar.
—Que oportunos— Kendall se separó con el rostro más que rojo y atendió la llamada.
Al parecer era del hospital, porque él hablaba de dosis y medicamentos.
—Lo siento, mi compañera residente es muy tonta, ni siquiera sé cómo paso el examen para su residencia— su rostro seguía rojo.
—¿Crees que es momento de ir a dormir? — no lo dije dos veces, solo se levantó y sin que me lo esperara me dio un beso casto.
—Buenas noches Grece— y con eso corrió a la habitación de huéspedes, no era la primera vez que se quedaba y esta no iba a ser la primera vez que durmiera conmigo.
Sonreí y con esa sonrisa me fui a dormir.
Esperaba que ahora todo fuera bien, esperaba que ya todo fuera en calma y tranquilo, no solo conmigo, si no con todo.
Y la felicidad duró aún más tiempo, los días que íbamos al parque, los días que solo hablábamos mientras él tenía un libro en la mano y una taza de café, los días que tenía sus descansos, presentándolo a mis padres, a mi familia, conviviendo aún más con mis hijas, hasta cuando su madre me regaño y amenazo me sentí bien.
Esa felicidad la irradiaba a diario, me sentía pleno, me sentía bien.
Estaba bien ahora, sin ocultar mis sentimientos, sin ocultarme y mentirme a mí mismo, sin importarme los artículos de las revistas, sin importarme el qué dirán.
Estaba tranquilo, con mi vida de ahora.
Tal vez no era el destino estar con Mazklan, tal vez no era el momento en ese entonces de salir de un closet que yo mismo estaba cerrando con fuerzas, tal vez, lo único que se necesitaba eran consecuencias de una pérdida para darme cuenta que necesitaba libertad, que necesitaba expresarme y no reprimirme.
Necesitaba una bofetada en la cara y las palabras "a lo mejor siempre estuviste equivocado con tu tipo" para darme cuenta de ver a la persona que ahora estaba a mi lado.
Necesitaba pasar por todo lo que he pasado, para poder llegar a conocer a la persona que ahora está a mi lado.
Con esta felicidad que sentía, era como si al fin comenzaba a escribir yo mismo las páginas de mi historia.
Una bonita y hermosa historia.
Kendall y yo como protagonistas... protagonistas de nuestro propio amor.
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Próxima actualización: 14/05/2021
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Últimos capítulos.
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