—Salta. —dijo Harry mientras hacía un gesto hacia el lago.
Resultó que lo que Harry quería era ir a nadar, en el lago, con las sirenas y el calamar gigante y las muchas otras criaturas con las que Draco no quería cruzarse.
—No entraré ahí —dijo Draco con un resoplido—. Arruinaría mi cabello.
Harry se acercó y despeinó el cabello de Draco, formando puntas en todos los sentidos.
—Oh, mira, ya está arruinado —respondió Harry con falsa simpatía—, ahora entra.
Draco le lanzó una mirada furiosa a Harry y se quitó la camisa. Luego los pantalones y se quedó mirando el lago. Parecía frío.
Harry trató de apartar la mirada para respetar la privacidad de Draco, pero no pudo. A falta de mejores palabras, Draco era realmente hermoso. E incluso esa palabra no expresaba lo que Harry veía. Draco no era perfecto y, sin embargo, eso era lo que lo hacía perfecto. Las cicatrices estropeaban su pecho, pero le daban un aspecto feroz.
— ¿Vas a mirarme por toda la eternidad, Potter? ¿O te vas a desnudar? —Draco le miró expectante.
—Um, sí. —respondió Harry mientras luchaba sin gracia por quitarse la ropa a toda prisa. No pudo evitar sentirse avergonzado por cómo debía verse.
Draco se sorprendió del buen aspecto de Harry. Ninguno de los dos había jugado Quidditch en serio en mucho tiempo, y ambos habían pasado mucho tiempo holgazaneando. Sin embargo, Harry se mantuvo extremadamente en forma y extrañamente atractivo.
Harry hizo un gesto hacia el lago.
—Entra tú.
—Te detesto absolutamente. —dijo Draco sin malicia mientras se sumergía en el agua fría.
Harry se rio y vio el agua salpicar mientras Draco salía a la superficie.
— ¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres bonito? —Harry dijo sin pensar. No sabía por qué había dicho eso. Definitivamente Draco no necesitaba saber cómo se sentía Harry.
—Por extraño que parezca, sí. —dijo Draco con tono engreído. Pero nunca alguien que me importara, pensó para sí mismo.
Harry saltó al agua, salpicando a Draco, quien se erizó como un gato.
— ¿Había alguna razón por la que querías que nademos, o simplemente te gusta torturarme? —preguntó Draco mientras se quitaba el agua de la cara.
—Tortura —Harry se encogió de hombros—. Y es una buena excusa para quitarse la ropa.
Draco miró boquiabierto a Harry.
— ¿Qué me acabas de decir?
—Nada. —respondió Harry con una sonrisa.
—Mhm.
Harry empujó agua hacia Draco y le salpicó la cara. Draco chilló en estado de shock y accidentalmente soltó la Snitch que había estado sujetando con fuerza en su mano.
— ¡No! —gritó, sumergiéndose en el agua para atrapar la Snitch. Era la única que había ganado contra Harry. Y era también evidencia de que la habían pasado bien. Casi como un recuerdo de su primera cita.
Harry se rio mientras Draco manoteaba frenéticamente en el agua en busca de la Snitch. Después de verlo luchar por otro rato más, levantó su varita.
—Accio Snitch. —ordenó.
La Snitch voló a través del agua y luchó contra la magia, intentando volar lejos. Harry la atrapó en el aire y la vio revolotear débilmente en su mano.
— ¿Es esto lo que estabas buscando? —le preguntó a un Draco con pucheros.
—Sí. —murmuró.
Harry se rio mientras le pasaba la Snitch. Draco parecía un gatito mojado y enojado, y había algo bastante entrañable en él.
—Harry Potter, Salvador del Mundo Mágico, Héroe y un idiota en general. —dijo Draco, sacudiendo su cabello mojado y arrojando agua a la cara de Harry.
—Eres un idiota.
—Lo sé. —Draco sonrió ampliamente.
Harry agitó su varita para que la Snitch dejara de intentar huir. Se la quitó de las manos a Draco y la dejó en la orilla con todas sus otras cosas.
—Te traje al lago porque quería mostrarte algo. —dijo Harry.
—Te juro Potter, si me trajiste aquí para ver el Calamar Gigante, te mataré. Soy un Slytherin, puedo ver el lago desde mi sala común.
Harry soltó una carcajada.
—No te preocupes, te voy a mostrar algo que no le he mostrado a nadie. Y no es algo que puedas ver desde tu sala común.
— ¿Entonces qué es eso? —Draco gimió. Odiaba las sorpresas.
— ¿Puedes hacer el encantamiento casco-burbuja? ¿Lo recuerdas del Torneo de los Tres Magos? —preguntó Harry. No había pensado bien en esta parte y no tenía branqui-algas con él.
—Por supuesto que puedo. —Draco hizo una pausa y murmuró el encantamiento.
Harry sintió que se le hinchaba la cabeza. Se sumergió en el agua, respiró hondo y se sintió aliviado al descubrir que aún podía respirar. Draco se sumergió en el agua después y observó a Harry respirar profundamente. Puso los ojos en blanco por lo sorprendido que se veía el otro de que el encantamiento funcionara.
Al ver su expresión, Harry sólo sonrió. Hizo un gesto para que Draco lo siguiera antes de nadar más profundo en el lago.
En el verano durante la reconstrucción de Hogwarts, Harry había pasado muchas tardes junto al lago. Finalmente, había decidido aventurarse y había vuelto a encontrar a la gente del agua. Al principio habían sido hostiles, pero después de un tiempo, Harry se había ganado su confianza.
Nadaron más profundo en el lago y Draco estaba comenzando a entrar en pánico. ¿A dónde lo llevaba Harry?
Harry hizo un Lumos sin varita, aunque no lo necesitaba. Podría llegar sin luz, pero teniendo en cuenta que no estaba solo, era mejor tomar precauciones.
Finalmente, Harry llegó a la entrada de la cueva. Esta le había sido mostrada por la gente del agua y tenía algún tipo de hechizo para mantener el agua fuera y tener oxígeno.
Harry cruzó la barrera y jadeó cuando la burbuja alrededor de su cabeza estalló. A pesar de estar bajo tierra, el aire siempre tenía un sabor fresco.
Draco vaciló en la entrada antes de nadar y colapsar en el suelo cuando el agua desapareció de repente. Cuando se incorporó, miró a su alrededor con asombro. De alguna manera, Harry había encontrado una cueva mágica. A pesar de que estaban muy por debajo de la superficie, las paredes de la cueva parecían tener un brillo a su alrededor. Y había conchas por todas partes.
— ¿Cómo en nombre de Salazar encontraste este lugar?
—Bueno —Harry se frotó la nuca avergonzado—. En cierto modo fastidié a la gente del agua hasta que me aceptaron. Reconocí a algunos de ellos y finalmente me mostraron este lugar. Cada vez que vuelvo, siempre encuentro cosas nuevas.
Draco estaba asombrado. Por una vez se quedó sin palabras. Harry le había mostrado algo brillante, algo que nadie más conocía.
—De hecho, le puse nombre a este lugar. Estoy seguro de que la gente del agua tiene un nombre para esto, pero me gusta llamarlo la Cueva de los Falcons.
Draco se echó a reír.
—¿Falcons de halcón? ¿Como el equipo de Quidditch?
—Sí. —Harry se sonrojó.
—Harry Potter, un fan de Falmouth Falcons —Draco no pudo controlar su risa—. Creí que Weasley apoyaba a los Cannons.
—Lo hace, pero sólo porque a él le guste los Cannons no significa que también a mí me gusten. —sonrió Harry. Podía recordar cuando le había dicho a Ron que prefería a los Falcons. Ron estuvo extremadamente ofendido.
Draco se adentró más en la cueva y encontró una silla y una mesa con una pila de libros encima.
— ¿Qué haces normalmente aquí abajo?
—Normalmente vengo aquí cuando necesito aclarar mi mente. Cuando estaba ayudando a arreglar Hogwarts, estaba luchando con cómo me sentía. Necesitaba estar solo y no pude encontrar ningún lugar donde lo estuviera, hasta que encontré este lugar. Es mi lugar de paz.
Draco entendió lo que quería decir. Su hogar nunca había sido un lugar pacífico. Nunca estuvo en paz hasta que regresó a Hogwarts y todo terminó. E incluso ahora, no estuvo realmente en paz hasta que se enlazó con Harry.
Harry se acercó a Draco, quien estaba parado en medio de la cueva con una mirada extraña en su rostro. Una muy diferente a la máscara Malfoy que normalmente usaba.
A medida que Harry se acercaba, Draco podía sentir que su corazón latía cada vez más rápido. Draco le lanzó una sonrisa nerviosa y Harry dejó escapar una carcajada.
—Nunca pensé que eras del tipo nervioso.
—Eso desearías, Potter. Nada me pone nervioso.
— ¿Ni siquiera esto? —Harry se inclinó hacia adelante y posó sus labios contra los de Draco. Lo acercó más a él hasta que pudo sentir a Draco en todas partes. Sabía a chocolate.
Draco profundizó el beso. Nunca antes había sentido algo tan maravilloso. Esto era incluso mejor que cualquier sueño que hubiera tenido.
Harry se apresuró a sujetarse a algo. Busco con sus manos el cabello de Draco y trató de acercarlo aún más. Todavía no estaba lo suficientemente cerca, y todo se sentía como si estuviera en llamas. Podía sentir su sangre rugiendo a través de él.
Draco se apartó.
—Merlín Harry... Realmente estás poniendo a prueba mi control. —dijo sin aliento.
— ¿Por qué reprimirse? —dijo Harry con valentía. No era un Gryffindor por nada.
—Porque me niego a hacer algo precipitadamente. Especialmente en una cueva —Draco sonrió—. Dame un poco de crédito. Soy mucho más romántico que una cueva.
—Bien. —dijo Harry con un suspiro abatido.
—Sé cómo hacerte sentir mejor. —con una floritura dramática, Draco invocó dos copas y una botella de whisky de fuego.
— ¿Cómo hiciste eso? —preguntó Harry con sorpresa. Draco siempre lo sorprendía con lo poderoso que era en la magia. A veces se olvidaba de que sólo era el mejor estudiante después de Hermione en la escuela.
—Magia. —dijo Draco con un guiño y le entregó una de las copas luego de llenarla con whisly de fuego.
Harry negó con la cabeza antes de levantar su copa.
—Por nuevos comienzos.
—Por mejores comienzos.
En poco tiempo se habían bebido la botella entera. Harry arrastraba las palabras y Draco se reía incontrolablemente.
—Realmente me gustas, Draco. Eres tan hermoso.
—Harry Potter, el asombroso Salvador, ¡es un debilucho a la hora de beber! —exclamó Draco, a pesar de que estaba igualmente borracho.
— ¿Debilucho? —Harry gritó a la defensiva— ¡Mírate a ti mismo! Eres un desastre.
—No soy un desastre. Soy un Malfoy.
Harry se rio y cayó al suelo. Todo lo que Draco estaba diciendo era tan divertido. ¿Cómo nunca había notado que Draco era divertido?
—Te das cuenta de que un Malfoy puede ser un desastre, ¿verdad?
—Soy un Malfoy y no soy un desastre. —dijo Draco con una voz elegante, imitando la forma en que hablaba su padre.
—Eres un completo desastre.
—Bueno, estás unido a mí de por vida. —Draco le sacó la lengua a Harry.
—Pon eso de nuevo en tu boca. —Harry le guiñó un ojo a Draco desde el suelo, luciendo ridículo.
—Oblígame.
Harry se levantó lentamente del suelo, tratando de agarrarse a la pared y cayéndose de nuevo con una risa. Cuando por fin se puso de pie, tiró de Draco hacia él, haciéndolos caer al suelo.
Harry lo besó ferozmente, el whisky de fuego quemándoles la boca. Movió sus manos por el abdomen de Draco, haciéndole gemir en su boca.
Draco se pegó a Harry aún más, queriendo sentir cada centímetro de su piel contra la suya. Quería compartir todo con él.
—Pensé que sólo querías algo romántico. —Harry murmuró mientras se alejaban en busca de aire.
—Oh sí, pero eso puede esperar. —dijo Draco apresuradamente mientras pasaba sus manos por el pecho de Harry, su boca siguiéndole rápidamente.
Harry gimió cuando Draco raspó ligeramente los dientes contra su pezón derecho y luego el izquierdo. Todo se sentía tan intenso, tan nuevo. Draco agarró el borde del bóxer azul marino de Harry y miró hacia arriba en busca de permiso para continuar.
—Sí. —dijo Harry arrastrando las palabras. Mismas que hicieron que Draco se detuviera. A pesar de tener el cerebro confuso, reconocía que era una mala idea.
—Estás borracho. No permitiré que hagamos algo así cuando estés borracho.
—No, no lo estoy. —argumentó Harry como un niño. ¿Por qué Draco se detenía? Se sentía absolutamente bien... mejor que bien, en realidad. Se sentía malditamente brillante.
—Sí, lo estás —Draco trató de pararse y tropezó antes de apoyarse contra la pared—. Y yo también.
—Bien, que así sea. —Harry hizo un puchero mientras se sentaba y se recostaba en la pared, el mundo girando a su alrededor vertiginosamente.
—Levántate. —Draco agarró a Harry del brazo y trató de tirar de él. Tuvo medio éxito cuando consiguió que Harry se aferrara a él.
—Eres el imbécil más sexy que he visto en mi vida. —dijo Harry mientras se aferraba a Draco como si su vida dependiera de ello.
—Estás tan borracho. —dijo Draco con una risa.
—Oh vamos, ¿qué me dices de ti? Haz el encantamiento, Malfoy.
Draco agitó su varita. No pasó nada.
—Mira, tú también estás borracho. — se rio Harry.
Draco lo intentó de nuevo y funcionó.
—No, no lo estoy —Draco arrastró a Harry hasta la entrada de la cueva y miró hacia el agua. Estaba tan oscuro—. Puedes nadar, ¿verdad?
—Obviamente. —dijo Harry, soltándose del agarre de Draco y marchando fuera de la cueva hacia el agua. Nadó en el agua por un segundo antes de comenzar a hundirse. Gritó y empezó a patear vigorosamente.
Draco miró desde la entrada de la cueva y se rio mientras Harry luchaba. Al menos sabía que no se ahogaría. Draco saltó al agua fría, agarró a Harry y comenzó a impulsarse hacia la superficie.
—Yo mismo puedo nadar. —murmuró Harry, pero dejó que Draco lo levantara.
Nadaron durante un minuto y finalmente Draco los sacó del agua. Sacudió la cabeza y roció agua por todas partes.
—Eres como un perro. —dijo Harry, desde su posición en el suelo.
—Mejor un perro que un Salvador borracho.
—No estoy borracho —dijo Harry furioso—. Mira esto. —hizo un gesto con la mano hacia la pila de ropa de Draco. No pasó nada.
—Bueno, eso fue realmente impresionante. —dijo Draco. El aire fresco comenzaba a aclarar su mente y se sentía menos borracho.
Harry frunció el ceño ante su mano. ¿Por qué no estaba funcionando? Volvió a agitar la mano y, de repente, la sofisticada túnica negra de Draco se volvió de un plateado brillante con Snitches rojas volando por todos lados.
— ¿Qué demonios le hiciste? —gritó Draco mientras tomaba su ropa y se la ponía, regresando a la normalidad el estado de su túnica.
—Nada, no es mi culpa. Estoy borracho. —dijo Harry con aire de suficiencia.
—Oh, ahora admites que estás borracho. —exclamó Draco exasperado.
—No —Harry hizo una pausa—. Bien, quizás. En realidad, sí.
Draco agarró la Snitch y señaló la ropa de Harry.
—Ponte la ropa y vámonos. Hemos pasado el toque de queda y McGonagall nos va a matar si nos encuentra.
Harry se rio.
—Ella no da tanto miedo. Y no quiero usar ropa. —Harry envió una mirada gélida hacia su pila de ropa.
— ¡Bien! Ve desnudo si quieres, vamos —dijo Draco con exasperación. Harry se inclinó para quitarse el bóxer—. ¡No! ¡No lo estaba diciendo en serio! ¡Merlín, eres un desastre! —gritó.
—Eres hermoso —dijo Harry arrastrando las palabras—. Deberías estar desnudo.
Draco suspiró y agarró la varita de Harry y tiró de su brazo izquierdo para leveantarlo del suelo y dirigirse hacia el castillo.
—Shhh... —dijo Harry en voz alta— Es como si fuéramos espías.
—Cállate Harry, vas a hacer que nos atrapen.
Entraron en el castillo; los pasillos estaban vacíos, afortunadamente. Ahora todo lo que tenían que hacer era evitar a Filch, la Señora Norris, Peeves y los Prefectos.
—Ven aquí. —dijo Harry mientras arrastraba a Draco a un beso descuidado. Draco casi se rindió antes de empujarlo.
— ¡No! ¡Tenemos que ponernos en movimiento!
Subieron un par de tramos de escaleras cuando Draco se dio cuenta de que había olvidado dónde estaba su habitación. Comenzó a reír y miró a Harry y se rio más fuerte.
—Me rindo —dijo—. Podemos dormir aquí.
Harry asintió como si Draco hubiera dicho algo perfectamente normal.
—Bueno.
Luego se derrumbaron en el suelo junto a una de las estatuas.
—Qué vergüenza. —murmuró uno de los retratos antes de alejarse.
— ¿Escuchaste eso, Harry? Soy una vergüenza. —dijo Draco con orgullo.
Harry sólo asintió y apoyó la cabeza en el pecho de Draco, escuchando los erráticos latidos de su corazón.
Buenas noches, Harry.
—Buenas noches, Draco —dijo Harry adormilado—. Draco es un nombre gracioso.
—Cállate idiota. —murmuró Draco antes de cerrar los ojos.
Y se quedaron allí toda lanoche, Harry acostado encima de Draco, en medio de uno de los pasillosprincipales.
Hola, les saluda la parcerita que medio promete actualizar un fanfic y no cumple.
Lo siento, de verdad. Mi proceso creativo (si es que se le puede llamar así) en estos días ha estado súper decayente, y cuando quiero escribir algo, termino borrándolo y cuestionando mi existencia.
Recuérdenme para la próxima no meterme en camisa de once varas y empezar un fanfic sin tener siquiera la mitad ya escrita jajaj