Capítulo X

47.8K 4.7K 5.6K
                                    

Uno podría creer que más magia significaría más poder, pero en lo que respecta a Draco eso era una absoluta mierda. Incluso con toda la magia ganada, Draco no podría haberse sentido más impotente. Apenas podía hacer un Wingardium Leviosa sin enviar algo tan alto al cielo que se disparara por el techo. Después de eso, Harry y él aprendieron que necesitaban practicar su magia afuera.

—Vamos Harry, vámonos —dijo Draco, haciendo un gesto hacia el exterior. Todavía estaban en la enfermería siendo monitoreados, pero Madame Pomfrey los había dejado salir a practicar su magia.

—No quiero. —Harry gimió patéticamente desde la cama.

—Bueno, pues yo quiero recuperar el control de mis poderes. Ya sabes, algunas personas disfrutan de poder usar su magia libremente. —respondió Draco con sarcasmo.

—Yo también —suspiró Harry—, sólo que me gusta quedarme adentro, donde nadie pueda ver. Odio sentirme como un animal de zoológico siendo observado.

Draco se encogió.

— ¿Qué es un animal de zoológico?

—Generalmente son animales exóticos que los muggles ponen en jaulas para poder observarlos.

—Eso suena absolutamente horrible. ¿Por qué diablos haría alguien eso? —el rostro de Draco mostraba exactamente lo que pensaba sobre el tema.

—Para que puedan ver algo que nunca verían de otra manera en la vida real. —explicó Harry.

— ¿Dejarían que algo sufriera sólo para poder verlo? Eso parece bastante egoísta.

—No todo lo que hacen los muggles es para bien o para mal. Al igual que los magos, pueden ser egoístas y desinteresados. Cometen errores igual que nosotros. —Harry no estaba seguro de por qué era tan importante, pero necesitaba que Draco entendiera que no había una gran diferencia entre muggles y magos.

—Tal vez —Draco se encogió de hombros—. Pero ahora sólo quiero ir a practicar mi magia.

—Eso tendrá que esperar, señor Malfoy —anunció McGonagall mientras entraba a la habitación—. Ahora mismo los voy a llevar a ambos a su nueva habitación.

Harry se volvió hacia Draco con una sonrisa tonta en su rostro. Él y Draco habían pasado los últimos días discutiendo cómo sería su nueva habitación. Draco había exigido colores de Slytherin y una elegante chimenea, mientras que Harry sólo quería que la habitación fuera acogedora, y tal vez con algunos colores de Gryffindor. Narcissa Malfoy había pedido que tuvieran algo grande y con dos camas. Hermione les había pedido que tuvieran algo privado y Ron les había preguntado si realmente tenían que estar juntos.

—Gracias. —dijo Draco respetuosamente. Harry sólo resopló.

—Lameculos. —le susurró Harry a Draco.

—No es mi culpa que tenga modales, a diferencia de ti.

—Vamos, chicos. —dijo McGonagall, saliendo de la habitación.

Harry agarró su capa y tomó la mano de Draco. A pesar de que podían estar bien un poco separados, era mucho más reconfortante si se tocaban.

Draco sonrió cuando Harry tomó su mano. Por mucho que intentara actuar con indiferencia, Harry estaba empezando a gustarle mucho.

Salieron corriendo de la habitación, o Harry corrió y Draco caminó rápido y con gracia. Alcanzaron a McGonagall que estaba esperándolos en el pasillo. Ella enarcó una ceja antes de continuar por el pasillo.

Los condujo a través de varios pasillos hasta que se encontraron con un lugar en el que Harry nunca había estado. Lo había visto en el mapa, pero nunca se había aventurado tan lejos porque, según Fred y George, no contenía absolutamente nada, lo que hasta ahora parecía ser cierto.

Stuck in Love [ Drarry ]Where stories live. Discover now