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Door ChicadeOtroRollo

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Kara y Lena se conocen desde el instituto y han logrado ser amigas inseparables después de arreglar sus difer... Meer

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Epílogo

Capítulo 12

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Door ChicadeOtroRollo

—Alex... —susurró Lena entrando en su habitación nada más la pelirroja abrió la puerta y, sin dudar, se abalanzó a sus brazos al ver sus lágrimas en los ojos—. ¿Qué demonios está pasando?

—Sam... Sam se ha ido. Me ha dejado y se ha mudado, Lena —se separó para limpiarse las lágrimas.

—Pero ¿por qué? Si estaba loca por ti y a mi no me ha comentado nada de nada —musitó sin poder creérselo todavía y la pelirroja se dio la vuelta para buscar el sobre.

—Mira... —le extendió la carta de San Valentín que le había hecho Sam. Lena tensó la mandíbula nada más cogerla porque nada tenía sentido; había acompañado a su mejor amiga a comprar esa misma tarjeta y la veía con entusiasmo de que celebraría una fecha especial con alguien.

—¿Qué demonios...? —se preguntó en voz baja nada más empezó a leer.

Su mejor amiga realmente se había ido pidiendo perdón a todos y sobre todo a Alex por hacerlo de esta manera tan inesperada, pero tenía que hacerlo. Su padre había fallecido y tuvo que tomar su puesto. Explicó con sinceridad de que ella no creía en relaciones a distancia y tampoco podía pedirle a Alex que se mudara con ella por diversas razones: no quería ser egoísta y quitarle la vida que había hecho en National City.

Lena miró a Alex atónita y se sintió verdaderamente mal. Ella tampoco es que lo estuviera pasando bien después de dejar su apartamento nada más vio a Kara y Andrea salir juntas. Pero el enfado era mayor de que Sam hiciera esto sin despedirse, aunque también estaba muy confundida porque ella nunca fue así.

Era su mejor amiga, su confidente. Quizá eso es lo que más le dolió porque no le había mencionado nada. Quiso encontrar una razón, pero había tantas piezas sueltas que terminó creyéndose de que Sam se hubiese ido sin más. Le dolió tanto de que no lo hiciera porque ella habría hecho cualquier cosa por ayudarla, por buscar una solución y decidió marcharse sin mirar atrás.

Lo peor no fue solo eso, sino que pidió específicamente que no la buscasen, que se olvidaran de ella como si no hubiera existido. Eso sí que era raro, pero nuevamente, por mucho que le diese vueltas, no encontraba respuestas y se dijo que a lo mejor no la conocían del todo, que escondía su lado oscuro y que de verdad se marchó sin más.

Dejó la carta y volvió a abrazar a Alex que se hundió con ella. Susurró que todo estaría bien, que ella estaría ahí mientras acariciaba su espalda hasta que calmó su sollozo. Ella iba a buscar una explicación, aunque eso lo omitió cuando la pelirroja le pidió que no hablase más del tema, pero ella iba hacerlo porque lo que sí sabía claro es que Sam hubiese dado la vida por Alex.

—¿Desde cuándo...?

—No dije nada porque no quería estropear ninguna velada. Todos se están divirtiendo y Kara tenía su cita especial —explicó encogiéndose de hombros mientras se sentaba y Lena se tensó al escuchar eso. No por la palabra cita, sino porque sí que se lo había contado a su hermana y a ella se le olvidó comentárselo. Sin embargo, eso era lo que menos iba a pensar porque ahora quería ayudar a Alex.

—Podrías haberme llamado a mí. Podrías haber venido a buscarme ya que sabes que yo no tenía planes —habló sentándose a su lado y vio su ceja alzada—. Venga, Alex... Ya ha pasado tiempo, es agua pasada —soltó una sonrisa genuina haciendo que la pelirroja abriese la boca sorprendida—. Sé que ahora me incluyes después de pedirme perdón y me tratas bien, pero siempre me has tratado como la mejor amiga de tu hermana. Lo que quiero decir es que dejes de sentirte culpable por lo que pasó; por el tema de mi familia y por el instituto. Me refiero a que yo también soy tu amiga —le aseguró de manera reconfortante y Alex asintió con la cabeza, dándole la razón—. Entonces, ¿quieres que hablemos de ello?

—Sinceramente no... Sé que no llevamos mucho tiempo, pero yo... me estaba enamorando de ella y no puedo hablar ahora. Mañana lo haré cuando les cuente la noticia a todos, pero lo único que quiero hacer es emborracharme.

—Vale —se levantó de la cama y alzó la mano para que la pelirroja la cogiera—. Tengo alcohol de sobra en mi apartamento y muchísimo helado por culpa de tu hermana. No se molestará cuando sepa que eres tú la que has cogido un poco. Así que venga, vamos a olvidar un poco y a sentirnos mejor.

Alex sonrió gentilmente cuando Lena ofreció una tontería. Una tontería que le sacó también una sonrisa, aunque estuviera triste. Aunque se quedó pensando en la última frase que dijo "vamos a olvidar un poco y a sentirnos mejor". No porque lo hubiese dicho en plural, refiriéndose a ellas dos, sino por cómo lo dijo. Su voz también tembló y resbaló como si también le hubieran partido el corazón, pero supuso que era por su mejor amiga Sam.

—De lo que me he perdido tratando de ser tu amiga y no de serlo de verdad —se echó a reír cogiendo su mano y Lena asintió un poco más contenta.

.

—No tiene sentido... ¿Y ya está? ¿Así? ¿Sin más? —preguntó Winn incrédulo volviendo a mirar la carta.

—Que no se despida de nosotros lo podría incluso medio entender, pero debería haberlo hecho contigo. Debería haber dejado las cosas claras porque así duele más —se quejó Nia arrebatándole la carta y la pelirroja suspiró.

—Voy a buscarla —Kara se levantó de la mesa sin poder aguantarlo más, pero Alex corrió hacia ella para cogerle del brazo.

—Kara, por favor, te agradezco que te preocupes por mí... —se acercó y susurró a su oído—, y sé que usarías tus poderes para hacerlo, pero no debes y tampoco quiero que sea así. Si ella decidió que así estaba bien, tenemos que respetarlo y ya está —exhaló Alex deseando de que olvidaran ya del tema porque no tenía sentido darle más vueltas. Por muchas preguntas que tuvieran, nunca serían contestadas—. Solo quería contároslo porque ya no va a estar aquí. Además, entiendo un poco por qué se ha ido. Lo ha hecho por su familia.

—¿Y tú no eres su familia, Alex? Rao, sé que no estáis casadas, pero desde que habéis comenzado a salir erais un pack —gruñó la rubia molesta e hizo que su hermana se sorprendiera gratamente que no pudo evitar sonreír con ternura—. ¿Qué?

—Nada... Solo que, aunque no seamos de sangre, es cómo si lo fueras y te quiero mucho.

No lo comprendió, pero tampoco quiso preguntar cuando la vio más animada que se abalanzó sobre ella y la estrechó entre sus brazos. Todos estaban mirándose y viendo el abrazo fraternal de aquellas dos. Aunque no sabían muy bien de que estaban hablando, supusieron que era para darle ánimos y que era cuestión de tiempo.

Y la verdad es que Kara le había animado. Aunque no tuviera nada que ver, estaba contenta por la evolución que había dado su hermana. Había compartido con ella muchísimas cosas sobre las relaciones, sobre mujeres o sobre cualquier cosa derivado al amor.

Y anoche es que ni siquiera le preguntó qué debería hacer o decir, cómo debería comportarse, a pesar de haber tenido una cita con James. Pero Kara le había dicho que con esta mujer era muy diferente y esperó y esperó aquellas preguntas de nuevo y, sin embargo, solo le había pedido consejo sobre algunos conjuntos o como debería llevar el cabello.

Le encantaba verla tan tierna e ilusionada en realidad. Y puede que al principio no se llevasen bien y eso hizo que se arrepintiese totalmente porque ahora más que nunca adoraba a Kara como si de verdad fuera su hermana de sangre, como si Eliza la hubiese traído al mundo.

—Deberías haberme avisado, también te lo tenía que decir... —susurró Kara al separarse y Alex sacudió la cabeza.

—No quería estropear tu cita. ¿Qué tal te fue, por cierto? Venga, distráenos un poquito —la cogió del brazo y se acercaron nuevamente a Winn y a Nia que los miraban con curiosidad—. Nos va a contar su San Valentín.

—Fue genial —tarareó Kara felizmente nada más sentarse y la pelirroja alzó la ceja, insistiendo—. Andrea me sorprendió... No sabía que fuera tan dulce y tan tierna porque la veía un poco seria y directa... Me invitó a cenar, me agarraba la mano mientras conducía, me acariciaba todo el rato. Vaya, detalles tontos...

—Uhhhhhh —canturreó Nia contenta de verla tan feliz—. ¿Y qué pasó?

—Después de cenar, nos fuimos hasta las afueras de National City para tener tranquilidad porque la cita nos supo a poco. Conversamos, compartimos cosas y nos hinchamos de reír... Y eso hizo que no pudiera evitar besarla —se mordió el labio y Winn abrió la boca sorprendido.

—¿La besaste? —preguntó Nia alucinada por su atrevimiento.

—Rao, nos besamos toda la noche.

—Wow, pero mírala que atrevida —se adelantó Alex dándole un golpecito en el brazo, aunque un poco fuerte por la mención de Rao. Sabía que cuando estaba emocionada, no podía evitarlo y Kara sonrió dándole las gracias por salvarla como siempre—. Enhorabuena, pillina. Y...

—Volveremos a quedar —se adelantó mordiéndose la lengua para no sonreír tanto y Alex se echó a reír al igual que los otros dos—. ¿Y vosotros?

—Con Brainy como siempre; tan intenso y detallista, pero me encanta —sonrió Nia como una tonta enamorada.

—Yo intento lanzarle el anzuelo a Lyra, pero sigue evitándolo —Winn se encogió de hombros—. No lo entiendo realmente. Estamos juntos, pero sin estar juntos porque ni ella ni yo vemos a nadie más.

—Bueno, algo es algo —añadió Nia con una risa y Winn asintió.

—Por cierto, ¿y Lena? No la he visto en todo el día y no me quiero imaginar cómo se tomará esto —preguntó Kara extrañada, echando de menos a su mejor amiga.

—Oh, hum... Ella ya lo sabe —carraspeó Alex y exhaló al ver los rostros confundidos—. Bueno, digamos que ella fue mi cita de anoche.

—¿Qué? —preguntaron los tres al unísono, aunque Kara chilló más.

—Pero no como vosotros pensáis, idiotas —se echó a reír al ver sus caras ante su broma, aunque la rubia la miró seriamente, instando a que continuase. Eso le sorprendió porque Kara tampoco era tan insistente con ella—. Anoche me llamó para buscar a Sam y no pude no decírselo cuando me pilló llorando y más cuando me dijo que estaba intentando contactar con ella. Vino a buscarme, me llevó a su piso y se quedó conmigo hasta las una o así hablando de todo, bebiendo unas cuantas copas. Por eso no estoy ahora tan tristona como ayer porque estoy mejor gracias a ella. No sé, en realidad esta pequeña casualidad me alegró porque nunca habíamos tenido tanta conexión.

—¿Tanta conexión? —preguntó Kara con el ceño fruncido y Alex alzó la ceja. Una cosa era curiosidad, pero sus preguntas no sonaban como tal. Parecía como... celosa.

—Sí, bueno, quiero decir... Ya sabéis cómo era nuestra relación. No es la misma que tengo con vosotros. Es verdad que siempre la incluía en todo incluso con mi familia, pero ciertamente lo hacía más por ti, Kara, que por mí. Hasta ella me lo dijo y me he dado cuenta de que Lena también es mi amiga. Una amiga de verdad —aclaró encogiéndose de hombros y finalmente Kara se levantó después de asentir, comprendiendo y feliz de que fuera así.

—Bueno, voy a buscarla entonces para...

—Ahí está —Nia se apresuró en decir al ver a la pelinegra aparecer en la puerta de la cafetería. Todas inmediatamente fruncieron el ceño al verla tan cabizbaja y con gafas de sol.

—¿Qué tienes? ¿Resaca? —preguntó Alex riéndose nada más se acercó y Lena suspiró.

—Sí, mucha resaca —se sentó a su lado y se quitó las gafas para masajear las sienes.

—Eso es que necesitas un café —Kara se giró y se marchó antes de que Lena pudiera agradecérselo.

—Pero te ves hecha mierda. Cuando me fui te vi... normal —añadió Alex en tono de broma y la pelinegra apretó los labios.

—Acabé la botella y... —se mordió los labios y sacudió la cabeza—. Hasta me he saltado las primeras horas porque sentía que no podía con mi vida.

—Lena, estamos en la universidad. No seas tan friki. Hasta Winn se salta las clases —se echó Nia a reír haciendo suspirar a la pelinegra.

—Eso es porque negocios no es lo mismo que periodismo —se burló mirando a los dos.

—¡Oye! —contestaron Nia, Winn y, por supuesto, Kara cuando apareció con falsa indignación y Alex y Lena soltaron una pequeña risa.

—¿Sabes, Kara? —habló Winn mirándola con curiosidad—. A veces me sorprende tu capacidad auditiva. Siempre te enteras de todo.

—Para eso estudia periodismo —le salvó nuevamente su hermana y Kara asintió en de acuerdo otorgándole el café a Lena.

—Vaya, cuando Andrea y tú hagáis cositas no me quiero imaginar la gloria que sentirás al escuchar sus orgasmos.

En ese momento surgieron muchas cosas; la risa de Winn apareció y desapareció en un chasquido de dedos ante su broma. Las bocas de Kara, Alex y Nia se desencajaron al escuchar a su gran amigo donde la rubia iba a protestar avergonzada, pero no le dio tiempo cuando observaron como Lena escupió el café sobre ella misma, manchando su apreciada sudadera de la universidad.

—¿Estás bien? —preguntó Kara preocupada y acercándose a ella, pero Lena le alzó la mano mientras tosía.

—Sí... Se me ha ido por el otro lado... —habló como pudo, intentando que su voz no le temblara porque esto confirmaba lo que no quería escuchar nunca. Sin embargo, la rubia no le hizo caso y se sentó a su lado para acariciar su espalda.

Había dormido fatal después todo lo que había pasado con Sam, pero sobre todo por Kara. Con Alex se sintió un poco aliviada y reconfortante, conversando sobre otras cosas mundanas para olvidar todo lo ocurrido incluso rememorando viejos tiempos. Se despejó un poco, aunque su mente vagaba entre la cita que estaban teniendo Andrea y su mejor amiga sin poder evitarlo.

Cuando dejó a Alex en su habitación, observó que Kara todavía no había vuelto y la ansiedad nuevamente golpeó su pecho. Todavía no sabía que hacer, qué debería decir después de la discusión que tuvo con la latina. Tenía tantos desenlaces, tantas consecuencias y... ninguno era bueno. Eso hizo que cometiese locuras; una en realidad. Finalmente, cuando terminó en su apartamento, lloró hasta quedarse dormida.

Esta mañana se levantó que le revolvía todo, pero no por el alcohol, sino porque tenía que hacerse el cuerpo para hoy. No estaba así por resaca, sino porque quería saber lo que pasó en la cita y a la vez no quería saber nada del tema. Tenía la esperanza de que la cita hubiese ido mal o que a Kara no le hubiera gustado, de que estaba tardando en llegar a su cama porque quería aclararle a Andrea de que esto no era lo que quería, pero no tuvo esa suerte y esas palabras que soltó Winn... Era una gran confirmación de que todo había salido redondo.

—¿Segura que estás bien? —preguntó Kara preocupada al ver su mala cara y asintió con la cabeza—. Toma, quítate eso —se despojó de su chaqueta deportiva de la universidad.

—Kara... Estoy bien. Solo es café —intentó más tranquila, pero ya tenía la chaqueta delante de sus ojos.

—Venga —insistió. Dios, Lena tenía una contradicción porque le encantaba y odiaba que fuese tan caballerosa, tan gentil, tan noble. Cada detalle la enamoraba más sin poder evitarlo—. Tu apartamento queda un poco lejos y yo tengo la residencia aquí al lado. Además, que luego se enfría y te molestará durante las clases ya que periodismo no es para tanto —bromeó sacando una pequeña risa a la mesa y Lena finalmente asintió derrotada porque en cabezonería no le ganaba.

—Gracias... —agradeció nada más ponerse su chaqueta y Kara puso su sudadera manchada sobre su hombro.

—Que adorable y buena eres, Kara —elogió Nia con cariño haciendo que todos asintieran en de acuerdo.

—Oh, eso me recuerda... —Winn comenzó a hablar sobre Lyra.

Lena suspiró dejando que ellos conversaran y se acercó a su taza de café medio vacía para removerlo. La verdad es que no le apetecía en absoluto. Kara se acercó más a ella con cautela porque veía a su mejor amiga muy ida y la pelinegra respiró hondo al notarla a centímetros de ella.

—No te sientas mal, ya sé por qué estás así... —habló sacando a Lena de sus pensamientos y se detuvo en seco. Su corazón sufrió un vuelco sin saber a qué venía esa frase y la miró. Lo único que pensó es que Andrea había abierto la boca o había dicho algo sobre ella o cualquier cosa, pero todas sus dudas se disiparon cuando Kara continuó—. Sabes que no puedo sentir el frío, aunque ahora creo que se está notando el calorcito —susurró con una sonrisa y Lena apartó nuevamente la mirada, mordiéndose el labio y asintió con la cabeza porque sentía que sus cuerdas vocales no funcionaban. Su mejor amiga echó un vistazo, viendo a todos conversando entre ellos y ella se dirigió a Lena—. Antes quería buscarte porque estuvimos hablando de Sam y también de lo que hicimos anoche. Rao, te tengo que contar un montón de cosas.

—Me imagino... —contestó rápidamente metiéndose en el papel de amiga. Sabía que este momento iba a llegar, pero... se dio cuenta de que no estaba preparada para escucharlo y pensó en alguna excusa para hacerla callar de algún modo, de irse de ahí sin verse desesperada.

—Andrea y yo fuimos a cenar y... —comenzó Kara alegremente.

—Hola —una voz femenina interrumpió toda la conversación y todos se callaron, pero la pelinegra abrió los ojos de par en par—. Perdón por interrumpir, pero Lena... creo que anoche me dejé el sujetador en tu apartamento.

Todos se quedaron boquiabiertos y la pelinegra sacudió la cabeza enfurecida porque sí, esa fue la locura que cometió anoche borracha nada más dejó a Alex (no lo logró de ninguna manera). Debería sentirse agradecida, pero esto era lo que no quería que pasara.

Se levantó y cogió a la mujer cuyo nombre ni se acordaba ni le importaba en absoluto y la llevó al otro extremo de la habitación para estar más apartadas solo para decirle que no fuese tan cizañera delante de sus amigos, recordándole por si acaso de que no fue nada y que se lo devolvería después o mañana.

Wow, Lena, ya entiendo la resaca —se echó a reír Alex sin poder contenerse al igual que Nia cuando la pelinegra se unió de nuevo.

—Al final fuiste la que más te divertiste —añadió Nia haciendo que la pelirroja explotase en una carcajada.

—¿Qué tiene tanta gracia? —preguntó Kara sin poder apartar la vista de la muchacha hasta que salió de la cafetería y miró nuevamente a sus amigos sin comprender.

—Mujer, que esta se ha tirado a esa chica y por lo que veo no quería contarnos nada. Te ha salido mal la jugada, ¿eh? —contestó Winn de manera burlona dirigiéndose hacia Lena que puso los ojos en blanco y Kara frunció el ceño.

—¿Es cierto? —miró esta vez a la pelinegra que solo suspiró, encogiéndose de hombros—. ¿Y no pensabas decir una palabra? ¿Ni a mí que soy tu mejor amiga? —preguntó indignada, pero solo hizo que la pelinegra agitase la mano. Antes le encantaba, pero ahora odiaba que a cada rato le recordase que era solo su mejor amiga.

—No tiene importancia. Solo fue un polvo y ya está —se quejó al escuchar las burlas de sus amigos.

—¿Desde cuándo eres así? —preguntó Kara incrédula, no reconociendo su actitud. Aunque anteriormente no supiera nada del amor, sabía que la pelinegra era una chica muy comprometida, dedicada, seria en las relaciones y criticaba cada dos por tres los polvos de una noche. Entonces no entendió nada en absoluto, pero Lena tampoco le importó tanto y volteó los ojos.

—Que más da, Kara. No va a estar en mi vida, no es algo que tenga que contar porque es insignificante.

—Me preocupo porque no eso lo harías tú ni borracha y acabas de hacerlo —se sinceró un poco cabreada por su actitud.

—Hey, chicas... —intentó Alex al ver la tensión rara de aquellas dos, pero ninguna les hizo caso.

—Ya te dije después de lo de Lucy que pasaba de las relaciones, ¿qué hay de malo en cambiar eso?

—Pues que te podrían hacer daño y aprovecharse...

—Pues que lo hagan —sentenció levantándose, cansada de esto—. Yo tampoco te digo como dirigir tu vida, Kara —se volteó dándose la vuelta y la rubia gruñó atónita, pero antes de que pudiera levantarse para seguirla, Alex la cogió del brazo.

—Kara... Creo que Lena tiene razón. Ella no te dice lo que debes o no hacer y tú tampoco deberías.

—Pero...

—Escucha —la tranquilizó con calma y Kara refunfuñó, haciéndole caso cuando indicó que se sentase de nuevo—. Anoche estuvo hablándome de lo mal que lo pasó con los amores —confesó con una mueca y la rubia la miró incrédula—. No me contó mucho, pero se desahogó un poco y no quería saber nada de ello.

—¿En serio? ¿¡Y por qué no me cuenta nada!? Se supone... —elevó la voz enfadada sin importarle que estuviera Winn y Nia y Alex cogió su mano para darle un toque de atención, deteniendo sus palabras.

—Porque la tratas como si fuera de porcelana, cariño. Lena ya es un poco adulta y sabe lo que hace. Tiene derecho a sentir esa libertad, a vivir su vida como quiere y sin que nadie le juzgue o le diga nada. Es joven, tiene una vida por delante. Se desahogó conmigo porque creo que yo le animaría hacer lo que le diese la gana mientras tú la acaparas y la metes en una caja de cristal hasta que veas que su príncipe o princesa azul llegue para sacarla. Tienes que entender que ella ahora no necesita eso —explicó convincente porque realmente Lena no le contó casi nada en absoluto, pero sí lo necesario y era lo más lógico que se le ocurría. Y consiguió tranquilizar a Kara que finalmente asintió dándole la razón.

—La verdad es que no me he dado cuenta...

—Sé que la quieres mucho, pero deja que se desvíe de los caminos, deja que se choque y que vea los aciertos y los errores por ella misma. Sabes que así aprenderá de ello —añadió Winn con una sonrisa genuina.

—A veces perderse sirve para encontrarse uno mismo, ¿verdad? Nosotros estaremos ahí para todo lo bueno y malo, ¿cierto? —preguntó Nia también para que la rubia no se sintiera tan mal porque sabían que ahora mismo se sentía ridícula.

—Luego hablaré con ella...

.

Después de clases, Kara se dirigió junto con su hermana en busca de Lena. No la había visto ni por las escaleras ni por los pasillos ni en su lugar de refugio que era la biblioteca. Sin embargo y sinceramente, no pensó mucho en ello. Le dejó su espacio y se entretuvo con Andrea cuando la vino a buscar para coquetear un poco entre clases.

Por el campus, Alex se dio la vuelta para andar de espaldas y comenzó a decir que se encontraba mejor. Le dolía lo de Sam porque todo era tan repentino, pero se convenció de que ella misma, a lo mejor, hubiese hecho lo mismo por las circunstancias que habría pasado que todavía no entendía, pero que tampoco iba a comerse la cabeza después de dejarla así, y también por su familia.

—Alex, cuidad... —intentó decir, pero era demasiado tarde cuando la pelirroja chocó con una mujer en su camino con la mala suerte de tirarle sus libros al suelo.

—Perdón, no miraba por dónde iba —se disculpó la otra chica agachándose para recoger sus libros.

—Pues deberías —gruñó la pelirroja de mala gana y Kara le golpeó el hombro, llamando su atención y fue ella misma quien se acercó.

—Perdónala a ella que ha nacido con un humor de perros —se burló la rubia agachándose para ayudarla—. Y yo que creía que era más caballerosa que yo.

—No, en serio... Ha sido culpa mía —insistió levantándose y cogió los libros que Kara le entregaba—. Estaba distraída mirando mis cosas porque me fijé que me había olvidado un trabajo y no pude evitar esquivarla —explicó brevemente y miró a la pelirroja—. Así que lo siento de nuevo.

—Que va, mi hermana también tiene la culpa —machacó Kara cogiendo a su hermana por el cuello—. No sabe andar como las personas normales. Te invitará a un café y me demostrará a mi tanto como a ti que no ha escogido bien sus palabras y que realmente quería disculparse —miró a la pelirroja que la fulminó con la mirada.

—En serio, está bien —volvió a insistir—. Lo siento otra vez.

—Lo siento yo también —suspiró sabiendo que Kara tenía razón. No era culpa de ella que tuviera este humor con las personas desconocidas—. Y realmente quiero compensarte con un café y no aceptaré un no por respuesta —habló más tranquila y la chica finalmente sonrió, aunque un poco dubitativa—. Insisto, en serio. De verdad que soy buena persona.

—Vale, de acuerdo —se echó a reír ante su broma—. Por cierto, soy Kelly.

—Espera, ¿Kelly Olsen? —preguntó Kara al mirar detenidamente su rostro—. Eres hermana de James, ¿verdad?

—Sí. Nos parecemos salvo en el pelo —bromeó con gracia y Kara sonrió, pero Alex se echó a reír sin poder evitarlo.

—Ahora sí que lo siento muchísimo y te invitaré no a uno, sino a dos cafés. Me caes hasta bien y no te conozco en absoluto —se divirtió sacando una pequeña risa a Kelly—. Y, por cierto, soy Alex y ella es Kara.

—Sí, lo sé. James me habló de ustedes... Bueno, es normal, ¿no? —estrechó las manos y ambas asintieron, dándole la razón. Después de eso, Kara se despidió dejando a ambas para buscar a su mejor amiga.

.

—Kara... —susurró Lena abriendo la puerta de su apartamento y ella alzó una bolsa de papel con el logo de Belly Burger.

—Apuesto a que no has comido —habló mordiéndose el labio y Lena agachó la cabeza sabiendo que tenía razón—. Lo siento.

—No... Yo... Tenías razón y... —comenzó a balbucear y Kara sacudió la cabeza.

—No, no tienes que darme explicaciones —se apresuró en decir y Lena se apoyó en la puerta—. Creo que no necesitas a una madre que te diga lo que está bien o lo que no cuando tú eres consciente de lo que haces. Es normal que no me cuentes nada si sabes que te voy a regañar y menos cuando dices que eso era algo indiferente y pasajero, así que lo siento —tragó saliva bajando la bolsa de papel y exhaló cabizbaja cuando Lena apartó la mirada.

—Hum... ¿Y quieres engordarme? —preguntó rompiendo en silencio, cambiando totalmente de tema y Kara volvió a mirarla para observar su sonrisa genuina.

—Lo haría si te ofreciera lo que como yo —bromeó pasando a su apartamento cuando la pelinegra se apartó y Lena se echó a reír, asintiendo.

Pasaron al salón para disfrutar del manjar. Al final hablaron las cosas donde cada uno expuso sus razones y lo que pensaban y la pelinegra se rindió. Ella era su mejor amiga y, aunque Kara insistiese de que no hacía falta que le contase todo, que siempre estaría ahí, tenía razón en lo que dijo antes: siempre se contaban todo fuera lo que fuese, por muy insignificante que sea, aunque fuese una estupidez.

Admitió que le daba vergüenza porque era una tontería de borrachera, pero obviamente no iba a decirle el verdadero motivo; que lo hizo para sentirse querida y deseada, de que no quería pensar en nada más, pero claramente no podía decir eso porque llevaría a unas cuantas explicaciones, derivaría a sus sentimientos y al final explotaría todo, cosa que no quería.

Había pasado toda la mañana pensando desde que discutió con Kara y si seguía así, sacaría a relucir lo que realmente pensaba y sentía y no era una opción tener ese comportamiento indiferente. Así que decidió olvidarse de alguna manera de ella porque por mucho que lo desease, Kara no sentiría nada a cambio y menos ahora. No quería perder lo que más quería y realmente quería comportarse como su mejor amiga, consiguiéndolo hasta el final. Así que ahora deseó conocer a otra persona que pudiese llenar ese hueco, aunque ahora estaría de desmadre.

Por supuesto, haría lo que fuese para que se diese cuenta de que Andrea no era de fiar, pero tampoco sabía cómo hacerlo porque estaba entre la espada y la pared después de discutir con la latina; tenía las de perder. No quería precipitarse con cualquier locura, pero iba a pensarlo seriamente porque claro que no lo haría porque estuviera celosa, sino que no quería que la rubia se enganchase y que Andrea la hiciera daño.

Aunque ahora no podía hacer nada y, aunque no estuviera lista y claramente le iba a romper el corazón otra vez, tenía que hacerlo, tenía que llegar a acostumbrarse a esto porque si no era con Andrea, sería con otra persona. Así que se hizo el cuerpo, se puso encima de ella sobre el sofá escondiendo su cabeza en su pecho y escuchó atentamente el entusiasmo y la alegría de Kara sobre su cita de Andrea, donde también se esperó que la latina seguiría detrás de ella después de eso.

Pensó en que en las siguientes citas podría sacarle punta a algo, podría hacerle ver que Andrea no era esa chica perfecta, tenía la esperanza de que realmente sucediera. O tenía el deseo de que Kara se diese cuenta de que no era lo que no era lo que quería. Pero no pasó ninguna de las dos maneras. 













Bueno, quiero deciros (advertiros) que a partir de aquí se vendrán capítulos explícitos (uno detrás de otro). Que tengáis buena mañana, tarde y noche <3.

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