El Chico Holandés [BxB]

By Alexxxxandro

129K 10.5K 1.4K

Un incendiario con una chaqueta de cuero y un sexy acento holandés. Y un chico timido de escuela que trabaja... More

N O T A
U N O
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O
S E I S
S I E T E
O C H O
N U E V E
D I E Z
O N C E
D O C E
T R E C E
C A T O R C E
Q U I N C E
D I E C I S É I S
D I E C I S I E T E
D I E C I O C H O
V E I N T E
V E I N T I U N O
V E I N T I D Ó S
V E I N T I T R É S
V E I N T I C U A T R O
V E I N T I C I N C O
V E I N T I S É I S
V E I N T I S I E T E
V E I N T I O C H O
V E I N T I N U E V E
T R E I N T A
T R E I N T A Y U N O
T R E I N T A Y D O S
T R E I N T A Y T R E S
T R E I N T A Y C U A T R O
T R E I N T A Y C I N C O - F I N A L
Notita

D I E C I N U E V E

3.1K 263 61
By Alexxxxandro

La pizzería era pequeña y hogareña. Sólo unas pocas mesas tambaleantes y disparejas, cargadas de velas que goteaban cera sobre la madera astillada. Las sillas eran metálicas y baratas, y la decoración ligeramente hortera. Pero el fuerte aroma que salía de la cocina era delicioso, lo que me hizo relamerme los labios involuntariamente.

Theo se acercó a una pequeña mesa que preveía refugio y protección del resto del restaurante. Se sentía más personal, como una burbuja a prueba de balas. Una camarera se acercó poco después, entregándonos un par de menús. "Oh, hola, Teddy." Ella sonrió, alborotando su cabello. Era bastante alta, con el pelo castaño, los ojos de color pardo y la piel de color chocolate oscuro, su sonrisa emitía un cálido brillo de felicidad.

"H-Hola, Mercy." Él sonrió tímidamente, haciendo un gesto hacia mí, "Este es Luca".

"Lo sé." Ella sonrió con suficiencia, "Estás en el equipo de fútbol de Wolfpine. Nos destrozastes totalmente el año pasado." Se rió, "De acuerdo, avísame cuando estén listos para pedir."

"Esa es la n-novia de Milo." Theo me dijo una vez que ella se había ido para atender a una pareja de ancianos. "Ella va a su escuela."

"Tú tartamudeo se ha desvanecido". Comenté, observándolo intensamente, sin prestar atención a la camarera ni a cómo la conocía Theo. Eso no era importante ahora mismo.

"S-Sí, un poco." Sonrió, hojeando el menú como excusa para esquivar mi mirada interrogante. "¿T-tal vez me ya me siento...cómodo, cerca de ti?" Preguntó.

Me hundí de nuevo en la mesa, relajándome mientras me obligaba a relajar los músculos de mis hombros. No había razón para estar nervioso. Era Theo. Él era guapo, inteligente y divertido, y nos llevábamos increíblemente bien. No había razón para preocuparse tanto como para que me sudaran las palmas de las manos.

Pedimos. Hablamos. Nos reímos. Comimos. Pedimos una segunda ronda de bebidas. Hablamos. Nos reímos. Fue perfecto. Todo pareció funcionar muy bien entre nosotros, la conversación iba de un lado a otro sin esfuerzo. No había sonreído tanto en una noche, me empezaban a doler las mejillas para cuando nos dieron la cuenta. Intenté pagar pero Theo insistió, claramente aún se sentía culpable de que yo pagara en el boliche. Le sugerí un trato y aceptó a regañadientes, así que ambos pagamos la mitad.

El camino de vuelta a casa consistió en más risas, bromas y burlas entre dientes. Miré hacia el chico más bajo que estaba a mi lado, la luz de la luna brillaba inquietantemente en su pelo plateado y las estrellas centelleaban en sus ojos de jade. Me quité la chaqueta de cuero y traté de ignorar el frío de la noche mientras la colocaba sobre los hombros de Theo. Sus ojos se dirigieron a los míos con curiosidad, "E-está bien, Luca—"

"Estás temblando como un chihuahua." Resoplé, apretándola alrededor de su pequeña y temblorosa espalda.

Por suerte para él, su rubor no era visible en la oscuridad. Y aún así, de algún modo, yo sabía que su cara estaba roja, "¿P-Pero qué hay de ti—?"

"Estoy bien." Puse los ojos en blanco, mis dedos recorriendo las hojas secas de un arbusto mientras pasábamos, acercándonos a su calle.

"Gracias." Se inclinó hacia mí para mostrar su gratitud, nuestras manos frías se rozaban de vez en cuando.

Unos minutos de exposición al frio después, y estábamos parados frente a su puerta, el aire frío presionando contra nosotros, sofocando nuestros pulmones. "¿Q-quieres entrar?" Ofreció tímidamente, jugueteando con sus llaves.

Levanté las cejas burlonamente, "¿Para qué?" presioné, tratando de darle cuerda.

Sus movimientos fueron rápidos e inesperados. Él estrelló sus labios contra los míos bruscamente, equilibrándose en las puntas de sus pies para mejor acceso a mi cara. Estaba tan sorprendida que no tuve ni tiempo de reaccionar antes de que se apartara de mí, retrocediendo hasta chocar con la puerta, con la cara roja. "Eh...¿E-eso?" Susurró con inseguridad.

Mi cara se hizo en una sonrisa de satisfacción mientras asentía, esperando a que abriera la puerta antes de seguirle. Nos arrastramos escaleras arriba, pasando por puertas cerradas mientras Theo me indicaba qué tablas crujían. Después de estar a salvo detrás de la puerta de su habitación, soltamos suspiros sincronizados de alivio. Vacilé antes de atraerlo contra mí, inclinándome para capturar sus labios con los míos. Él dejó escapar un pequeño chillido de sorpresa, que poco a poco se convirtió en un gemido cuando lo aprisioné contra su puerta, con mis manos aferradas a su cintura.

La pasión crecía rápidamente, mi lengua se deslizaba en su boca mientras él se inclinaba para intentar alcanzar mi cara. Pero él era bajo y yo alto, por lo que tuve que agacharme. Sus brazos rodeaban mi nuca con fuerza, mis manos en sus caderas, subiendo y bajando por sus costados, tratando de sentir y memorizar cada centímetro de su cuerpo.

Esto era peligroso. Me estaba excitando demasiado y demasiado rápido. Este era el periodo de tiempo mas largo que había pasado sin sexo y mentiría si dijera que no me estaba agravando. El cuerpo de Theo presionado contra el mío de esta manera, junto con la forma en que se sentían sus labios suaves como la mantequilla, el calor estaba empezando a llegar a mí, arañando mi garganta. Pero no podía parar. Su boca era cálida y atrayente, sus gemidos suaves y alentadores, sus pequeñas manos enviando punzadas de energía a lo largo de mi piel.

Me acercaba cada vez más, como si estuviera desesperado por que nuestros cuerpos se fundieran en una única bola de felicidad. Podía sentir su excitación, y un destello de esperanza se encendió en mi pecho cuando me di cuenta de que él estaba tan ansioso como yo. Separé mis labios de los suyos, jadeando fuertemente, con nuestros alientos bailando juntos. "Necesito saber a dónde está llendo esto" Respiré entrecortadamente, aún tratando de recuperar el aliento.

Él tragó saliva, "Y-yo nunca he..."

"Está bien." Susurré, nuestras frentes todavía conectadas, nuestros rostros tan cerca, nuestras pestañas casi se rozaban. Pasé las yemas de mis dedos por su cara ligeramente, dejando un rastro de estremecimiento en sus mejillas. "Haremos esto como tú quieras. Tú eliges el ritmo. Tú decides la velocidad a la que quieres llevar las cosas, sólo necesito que me lo digas."

Sus ojos brillantes me miraban como mármoles. Entonces una pequeña sonrisa adornó sus facciones, "Eres una persona increíble, Luca." Él susurró, jalandome para que le diera otro beso, con sus finos dedos enrollandose en las ondas de mi pelo negro.

Decidí probar un poco sus límites, deslizando un dedo por su sueter, trazando el hueso de su cadera. Él no se opuso, así que mis manos subieron más y más, recorriendo su delgado pecho y sus definidas costillas. Nunca me había dado cuenta de lo delgado que era Theo, sobre todo detrás de todas esas camisetas holgadas en las que se esconde. Pero podía sentir claramente cada hueso, cada músculo moviéndose, cada que se estremecía. Gimió al contacto, jalandome hacia su cama, lo que hizo que los dos nos viviéramos abajo, riendo infantilmente mientras me subía encima de él para reanudar el beso desesperado.

Le arranqué la chaqueta de cuero de sus hombros y la arrojé a ciegas a algún lugar de la habitación antes de empezar a quitarle el sueter. Se congeló y me agarró las muñecas alarmado, "L-Luca, y-yo..."

"¿Qué pasa? ¿Estás bien? Podemos parar si—"

"N-No." Intervino en voz baja. "Es sólo que..." Miró entre nuestros cuerpos con timidez.

Fruncí el ceño, acomodandole un mechón suelto detrás de la oreja. Sabía exactamente de qué tenía miedo. "Theo, eres hermoso, ¿lo sabes?" Le aseguré con firmeza, quitándole las gafas de la nariz y colocándolas en la mesita de noche. "No me importa, ¿vale?"

Se sonrojó, sin poder evitar que la sonrisa se abriera paso en nuestros labios, "Es solo que...eres como un s-supermodelo o algo así..."

"¿Y tú no lo eres?" Me reí incrédulo, "Theo, eres el único chico que me ha atraído en toda mi vida. Seguramente eso es un pequeño impulsador de confianza." Me burlé. "Vamos, has conseguido seducir a un chico heterosexual, no seas tan duro contigo mismo."

Se rió de mi débil esfuerzo por tranquilizarlo y me dio un nervioso asentimiento de permiso. Le sonreí alegremente, tratando de que se sintiera lo más cómodo posible mientras le arrancaba el holgado sueter, tirándolo al suelo sin cuidado. Me mordí el labio mientras examinaba su delgado cuerpo. Definitivamente le faltaba carne en los huesos, no me extraña que tuviera tanto frío. Y, sin embargo, seguía siendo magnífico. Frágil y delicado. Me sumergí, atacando su cuello con besos mientras bajaba mis labios por su pecho, besando cada centímetro de su piel caliente, siendo alentado por sus agudos jadeos y gemidos de placer.

A medida que mis labios bajaban más y más, me agarró por la parte trasera de mi cuello y me jaló mi cabeza hacia arriba para que me encontrara con la suya, tirando de mí para darme un beso profundo y significativo. Simplemente decía, "Gracias, por no importarte." Sonreí mientras sus dedos empezaban a juguetear con la parte inferior de mi camisa. Le ayudé, arrancándome la camiseta y tirándola al suelo alfombrado con el resto de nuestra ropa olvidada.

Él se echó hacia atrás, estudiando mi tonificado pecho, mis abdominales marcados, mis abultados bíceps y mis desagradables tatuajes. Tragó con fuerza, su cara ardiendo mientras se mordía el labio inferior. "¿Ves algo que te guste?" ronroneé seductoramente, sonriendo hacia él. Su sonrojo únicamente aumentó, haciendome reír, "Deberías ver mi vista."

Continue Reading

You'll Also Like

146K 16.7K 38
Calvin Stewart -o simplemente Cal- es un humilde y carismático taxista que reside en Nueva York. Luego de ser engañado por su novio, decide resignars...
21.4K 1K 9
Alex, la única chica del Área quiere correr en el Laberinto, aún estando en contra de las órdenes de sus sobreprotectores líderes ¿Con qué misterios...
206K 29.3K 43
Wang Yibo y Liu Haikuan son dos hermanos alfas exitosos. Xiao Zhan y sus hermanos omegas, parecen no correr con la misma suerte por diversos motivos...
37.2K 6.7K 46
son posibles libros