Mackenzie.
Observé como Ed bajaba del pequeño e improvisado escenario, con su guitarra colgada sobre el hombro izquierdo y se dirigía hacia mi con una sonrisa.
-Mackenzie.-Dijo tímidamente.-¿Te ha gustado?
-Sí, claro.-Aseguré.-Pero me ha sorprendido que fueses, ya sabes, un cantante famoso.
Me miró perplejo, sin entender mi respuesta.
-¿Tú no sabías?.-Negué en silencio antes de que terminase su frase.-Oh, no tenía ni idea, Samuel no me dijo nada.
Su rostro mostraba algo de decepción, así que intenté arreglarlo antes de quedar peor ya lo que ya estaba quedando.
-No te extrañes Ed, no es algo raro.-Solté una pequeña carcajada.-No suelo escuchar mucho el género pop, menos conocer cantantes.
-Tranquila Mackenzie, no tienes que darme explicaciones.
"Oh , enhorabuena Mackenzie, la has cagado"
Aunque él sonreía, sabía que en realidad no estaba feliz con mi respuesta.
Coloqué mis manos sobre sus hombros en el momento que bajó la mirada.
-Ed.-Subió la cabeza, quedando a escasos centímetros de mi cara.
Por un momento me perdí en esos ojos azules, los cuales me obserbaban fijamente.
¿Aire? ¿Qué era eso?
Bajé la mirada hasta sus labios, que estaban en ese momento entreabiertos, incitándome a presionarlos contra los míos.
-No te ilusiones, él tiene novia.-Me recordó mi maldita consciencia.
Desperté de mis pensamientos; ¿Cómo podía hacer pensado algo así? Nunca podría conseguir a un chico como él, ni siquiera tendría que tenerlo en mi mente; Él es perfecto, pero también es alguien prohibido.
Me alejé un poco de su rostro mientras esbozaba una media sonrisa.
-Eres increíble, tu voz es preciosa y a mí me has alegrado la noche, tanto como músico, como persona.
En ese momento sus brazos envolvieron mi cintura y su rostro se escondió en mi cuello.
Mierda, su respiración me estaba volviendo loca.
-Gracias.-Susurró en mi oído.-Tú también has hecho mi noche especial, hacía mucho que no me divertía.
Mis piernas flaqueaban en cada palabra, en cada sentimiento sincero que salía de los labios de Ed.
-Y todo ha sido gracias a ti.-Finalizó.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
Inconscientemente rodeé su cuello con mis brazos, y aproveché para enredar mis dedos en su cabello.
"La carne es débil."
-De nada, supongo.-Susurré un tanto nerviosa.
Noté cómo reía despreocupadamente.
¿Se estaba riendo de mi? Oh no, ¿Le habría molestado algo?
-Claro que se está riendo de ti estúpida, ya te dije que no te ilusionaras.-Gritaba mi consciencia, reprimiéndome por mi error.
-Perdona mi sentimentalidad, parezco una mujer en sus días.-Soltó mi cintura con delicadeza.-¿Quieres otro trago?
Maldita consciencia.
-Algo sin alcohol por favor, ya he tenido suficiente por hoy.-Respondí suspirando.
Ed me observó con confusión.
-De acuerdo.-Respondió algo inseguro y se fue a pedir a la barra.
No estaba enfadada con él, simplemente no estaba para chistes; La noche había tenido demasiadas subidas y bajadas.
De pronto un grupo de gente bastante ebria me empujó; Estuve a punto de caer hacia atrás de no ser que alguien me sostuvo antes.
-Te tengo.-Dijo una voz masculina, bastante conocida para mi.
-Tienes que estar bromeando, no puede ser que...-Pensé.
Me giré lentamente hasta ver, que realmente no estaba bromeando.
-¿No puede ser qué?-Preguntó con una sonrisa burlona.
En ese momento no sabía que era más impactante, que hubiese pensado en voz alta o que Oliver Sykes fuese quien me había salvado de la caída.
-Tú...-No tenía palabras para expresar como me sentía en ese momento.
Sí, definitivamente la noche más increible y rara de cojones de mi vida.
-¿Yo...? ¿Vas a terminar alguna de las frases?-Se notaba que estaba disfrutando con mi escena.
¿Y quién no lo haría al ver a una chica incapaz de terminar una jodida frase?
-¿Tú que haces aquí?-Fue lo primero que salió de mis labios.
Sus ojos marrones, los ojos con los que había estado fantaseando durante más de cinco años me observaron fijamente.
-Creo que voy a desmayarme en este mismo momento.-Pensé, y esta vez en mi mente.
-Vaya, que manera más agradable de agradecer a alguien que te acaba de salvar de una buena caida, ¿Puedo copiarte la idea?-Rodó los ojos.
Bajé la mirada tímidamente, no quería fangirlear delante de él, pero la situación era bastante crítica y...joder, Oliver era mi platónico, esto era demasiado difícil.
-Gracias Oliver, y siento haberte pisado al empujarme.-Me disculpé.
Me volvió a mirar con un toque burlesco y se acercó a mi cuello peligrosamente, rodeando mi cintura con un brazo, acercándome a su tatuado cuerpo.
Podía sentir como su perfume llenaba mis fosas nasales y su brazo me sostenía fuertemente.
-No me importa que me pisen, mientras que sean tan guapas como tú.-Susurró antes de suspirar.
Oh Dios mío.
Desde luego Sykes sabía como volver loca a cualquier chica.
Salí de mis pensamientos al ver sobre el hombro de Oliver como Emma se acercaba a Ed, quien había cogido en ese mismo momento las bebidas, y le arrebataba una de las bebidas para bebérsela; la bebida que Ed había pedido para mi.
¿Por qué demonios me molestaba tanto que estuviese con ella? ¿Quizás estaba enamorada de Ed? No, no lo estaba; O quizás sí, realmente no lo sabía, o no me importaba, o quizás las dos cosas.
La cabeza me daba vueltas en ese momento. ¿En qué momento la noche se volvió un puro desmadre?
Oh, ya lo recuerdo, desde que mi mejor amigo me besó.
-Respondiendo a tu anterior pregunta, acababa de salir del estudio y no quería ir a casa un jodido sábado sin salir antes un rato, necesitaba ir a despejarme y éste es el primer lugar que he visto.-Oliver seguía sin soltarme, lo cual me ponía muy nerviosa.-Por cierto, mi nombre suena muy bien al salir de tus labios.
No respondí, por lo que soltó una carcajada mientras soltaba un poco su agarre, sin dejar de apartar su mano de mi cintura.
-Tomaré eso como que sabes quien soy; Vamos, te invito a algo.
-Lo siento Oliver, pero ella viene conmigo.
En ese momento, la mano de Ed se aferró a la mía, despegándome de la de Oliver.
-Así que marcas territorio ¿No es así Sheeran?-Soltó una carcajada mientras sacaba un cigarrillo y lo prendía.-No quiero peleas hoy, nos veremos en otro momento, preciosa admiradora desconocida.
-Mackenzie.-Susurré.
Acercó su rostro al mío delante del pelirrojo y dejó un beso en mi mejilla, o más bien, en la comisura de mis labios.
-Nos veremos en otro momento, Mackenzie.-Sonrió y volvió a darle una calada al cigarrillo.
¡Espero que os haya gustado! No me he podido resistir de meter en la historia a Oliver, ya sabéis, para dar salseo a la cosa, If you know what i mean (¬ ‿¬)
OMG a mackenzie se le juntan los chicos.
¿Con quien estaríais?
a.Con tu guapísimo mejor amigo, quien está enamorado de ti.
b.Con un chico que conociste hace poco, pero te has enamorado de él en poco tiempo y que resulta ser famoso.
c.Con tu platónico, un cantante famoso que hasta ahora no sabía nada de ti.
Es bastante difícil de elegir.
Y no, en la historia Oliver no está casado, ni prometido ni nada de nada.
Nada más que añadir por mi parte, gracias por leer mis pequeñas paranollas y nos vemos en el próximo capítulo :D
PD:YA SOMOS CASI 600 ^^
M.G <3