[Un mes después]
Era la tarde anterior a la ansiada muestra que tanto prepararon los alumnos de aquella Universidad.
Cumpliendo con la petición extraña del perfeccionista Yoongi, ni él ni Jimin volvieron a ensayar. Ni tampoco volvieron a verse durante esas semanas, un poco por esos complicadísimos exámenes finales y otro poco - siendo sinceros - porque habían perdido la excusa principal que les daba acceso al otro: los ensayos de la performance.
Un riesgo que Min - quien no dejó de pensar en Park - estaba dispuesto a tomar con el único fin de comprobar cierta teoría.
Quizás el mayor haya empezado a admitir a raíz de esta situación que extrañaba a aquél bailarín de pies ligeros y cachetes abultados. No se lo diría, claro. Ni tampoco dejaría que Jungkook o su abuela lo averiguasen.
Podrían molestarlo hasta que se muera.
- ¿Lo llamo? - se pregunta a si mismo. - Es mi deber como compañero el preguntarle si está listo para mañana... - toma su teléfono y busca entre sus contactos el de Jimin y presiona el botón de llamada.
[Llamando a "Mocoso..."]
Cualquier excusa era válida para escuchar su voz, ¿no?
- ¡Hyung! - Park atiende la llamada con notable entusiasmo. - ¿Cómo está? No pude preguntarle como le fue en los exámenes...
Yoongi ríe, simplemente le parecía adorable.
Abrirse a nuevas experiencias y reconocer emociones tan cotidianas como aquellas empezaron a provocar cierta libertad en Min. Se sentía bien con esos pequeños cambios que Jimin había traído sin saberlo a su vida.
- Hola, mocoso... - sonríe dejando ver sus dientes, lástima que Jimin no pudo apreciarlo. - Me fue excelente, aunque Choi haya sido un maldito e incluyera dos unidades más en el temario a último momento. - dice, con un poco de indignación pero sin perder el buen humor que cargaba. - ¿A ti?
- Aprobé todos los exámenes menos el de la señora Lee... - cuenta. - A veces pienso que esa mujer tiene algo en mi contra. - suspira.
- ¿La señora Lee? - pregunta. - No lo creo... Hoseok dice que esa mujer es un amor...
- Es un demonio, hyung. Se lo aseguro...
Mantuvieron por varios minutos una larga conversación sobre la agotadora temporada de exámenes. Yoongi, en un momento dado, decide retomar el propósito principal de aquella llamada.
Distraído, se levanta y camina por toda su casa. Baja sus escaleras y encuentra sobre la mesa un par de memorias de igual color.
- Cuéntame, Jiminnie... - toma la memoria color blanca ubicada a la derecha y la observa mientras habla. ¿De quién serían? - ¿Estás nervioso? Mañana es la muestra...
- Al principio si, Yoongi hyung. - se sincera. - No le voy a negar que aún me tiene preocupado el hecho de que haya decidido no ensayar más, pero confío en sus razones. - Yoongi vuelve a sonreír, dejando la memoria que había encontrado en el lado derecho en el lado contrario, mezclándolas por completo. - Pero, ¿me dirá alguna vez la razón?
- Luego de la muestra, pequeño... - Min decide volver a su cuarto para terminar de hablar con su dongsaeng sobre los últimos detalles de su performance del día siguiente
En ese instante - cuando Min ya había desaparecido en las escaleras que lo llevaban al segundo piso - Jungkook sale de la cocina para tomar su chaqueta de cuero negro y colocársela. Acto seguido, se acerca a la mesa y toma la memoria la memoria que estaba en el lado derecho ignorando por completo que inocentemente su hermano mayor las había intercambiado.
Pronto sale de su casa rumbo a su Universidad, llevando las fotos equivocadas a los encargados de la organización de la muestra.
Una de esas memorias, la que permanecía en la casa Min, contenía las fotos que habían sacado semanas atrás con Taehyung.
La otra, por otro lado, llevaba en su interior algo que Jungkook no hubiese querido dar a conocer.
Por lo menos no ahora.