45.

2.6K 195 23
                                    

Nuevo Capítulo.

Discúlpeme la hora, disfruto de escribir de noche y siento que le va mejor a las estadísticas si publico de noche o a esta hora.

Si les gusta, por favor voten. Eso es como gasolina para nosotras la escritoras para continuar con nuestros capítulos.

Entre otras cosas, también publiqué nuevo capítulo en mi otra historia "Sobre el Ring" para qué se pasen, la conozcan y se sumen a este nuevo viaje conmigo.

YA CASI ES NAVIDADDDD.

¿Les gustaría que publicase hoy mismo el segundo capítulo? Déjenme ver en los comentarios y sólo entonces, lo decidiremos.

Besos a todas, espero estén sanas y seguras.

—————————————————————

From Noah's POV

Entro al baño, desajusto un poco mi corbata y con las manos titubeantes abro el grifo del lavamanos. Cuando este empieza a correr, alzo mi mirada y veo a mi pobre reflejo en el espejo; Lucía algo pálido y atolondrado a decir verdad. Así que decidido, arremango las mangas de mi chaleco, hundo mis manos en el chorro y llevándome un pequeño charco de agua entre mis manos, lavo mi cara con mesura.

Intentando despertarme del sueño tan loco que acababa de vivir.

—Carajo— Maldigo liberando algo de la tensión que traía acumulada en mis hombros mientras apoyo mis manos a los costados del lavamanos, sin embargo eso no me hace sentir mejor. Tomo entonces la toalla más cercana a mí y con ella, me seco el rostro sacándome sin intención algo del maquillaje que me habían puesto en preparación.

Vuelvo mi mirada al espejo al notar que la toalla ha quedado manchada y entonces veo que me he quitado color de sobre los moretones porque ahora estos sí se notaban. Cualquiera que pusiese su mirada sobre mí, se daría de cuenta de que había sido víctima de una vil golpiza de la que no había logrado defenderme justamente.

—Mierda— Ahí va mi segunda maldición en menos de cinco segundos.

«¿Ahora cómo solucionaba yo esto?»

—Hey, bro— Sin avisarlo, Michael cruza el umbral de la puerta y echa seguro una vez está dentro. Ve a mi rostro y con el ceño fruncido, menciona lo obvio —, Te has corrido el maquillaje, te puedo ver el—

Hace señas extrañas con su dedo sobre su ojo, haciendo ilusión al morado tan deplorable que reposaba sobre mi pómulo y parte de mi párpado. Con obviedad y viéndole serio, le respondo:—¿Crees que no me he dado cuenta? Tengo un espejo en frente.

Se desconcierta por la agresividad de mis palabras y se acerca.

—¿Te sientes bien? Te veo como, decaído. Como hecho mierda—, Intenta mofarse pero no lo consigue. Con burla, golpea mi brazo izquierdo y sin tener idea de lo que se cruzaba por mi cabeza vuelve a preguntar —, Te vi charlando con Emilia algo acalorados, y luego huiste para acá. ¿Que ha pasado? ¿Te han terminado por doceava vez?

«Ojalá fuese esa sencillez»

—Si te lo cuento no me lo crees, de verdad.

—¿Qué?, Venga sólo habla. Pruébame.

—Es que no puedo. Sí lo digo sé me quema la garganta.

—¿Cómo? ¿Así de grave fue la cosa? ¿Está embarazada acaso?

—Por Jesús, calla esa boca pecadora claro que no está embarazada— Le frunzo mi ceño alterado y nervioso, me empiezo a tambalear de lado a lado mientras mi mente sigue poniendo en replay la descabellada propuesta de Emilia, atormentándose —, Ella—

Matrimonio a la rentaOnde histórias criam vida. Descubra agora