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Annnnndddd We are back.

Lo prometido es deuda.

Voten porfi :(

Love you
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OCTUBRE

Un sábado aparentemente normal, 11:45 a.m.

—¿Margaritas o Violetas?— Aparentemente normal, porque nada podía ser más extraño que tener a Harry apuntándome de manera mortal directamente al rostro con dos pares de flores que me causaban picor en la nariz. 

A pesar de que para muchos era un sábado cualquiera, para la familia Von Housen no era realmente tal cosa. Era nada más que el día del cumpleaños de Amelia, la que había sido novia de Harry durante los últimos tres años y quien al parecer iba a convertirse en un futuro no muy lejano, su prometida.

Además de ser un día especial para celebrar la vida de Amelia, era una ocasión realmente importante pues en un sólo lugar, en este caso el jardín anterior del hotel de la familia Dehaquiz, se iban a reunir algunas de las familias más importantes y poderosas de la ciudad excluyendo a los Von Housen y empezando por la familia de Amelia, los Buckland. Sí, Buckland como la secretaria de interior del país.

—Violetas, a mí me gustan más las violetas— Llevo mi pulgar y mi dedo índice a la punta de mi nariz y contengo las ganas de estornudar en su impecable traje gris, que lucía muy costoso a kilómetros a distancia.

—¿Y si juntamos las dos?— En un intento desesperado y nervioso, Harry empieza a destruir las flores al intentar juntar ambos ramos en un sólo pequeño recipiente de vidrio. Cuando ve que su intento ha fracasado, lanza las flores al suelo y exhala molesto —, Que alguien recoja eso.

Ordena autoritario al aire y se marcha seguramente en busca de otra cosa que hacer, o en busca del organizador de la fiesta para gritarle hasta sacarle el alma. Cabe aclarar que por alguien, seguramente se refería a mí.

—Sí claro, yo te ayudo— Murmuro en mi soledad viendo a su sólida espalda que lucía demasiado tensa. Cuando inclino mi cuerpo para recoger el desastre, una voz dulce femenina llama a mi nombre a mis espaldas y me detiene.

—Cariño, deja eso ahí por Dios— La madre de los hermanos VH se acerca hasta mí taconeando a lo largo de la plataforma de madera que habían instalado y levanta su delicada mano, en un pestañeo alguien con uniforme de camarero se pone a la tarea de organizar el desastre de Harry y mientras eso sucede, Elizabeth toma mi brazo y me aleja del lugar —, Para ese tipo de tareas están destinadas los empleados Emilia, que no te vean por ahí recogiendo un desastre del suelo.

—Sólo quería ayudar Eli, Harry parece estar a punto de perder el control con todo este tema de la fiesta de Amelia. Está tan desesperado que esta mañana llamó a mi teléfono pidiendo ayuda para la organización, ¿puedes creer? Harry pidiendo ayuda. A mí. — La razón de haberme aquí.

—Harry perdió la cabalidad hace 26 años querida, no es algo extraño verle haciendo un berrinche si algo no sale como él quiere pero hoy lo justifico. Es un día importante para ambas familias.

—¿Algo en especial?— Intento curiosear de manera sutil en la capacidad comunicativa (chismosa) de mi suegra pero Elizabeth era demasiado recatada como para caer en ese juego cíclico de las delatadas.

Matrimonio a la rentaWhere stories live. Discover now