—Los mellizos Heather harán una fiesta mañana en la noche por ser el último día de vacaciones antes de comenzar las clases, e invitaron a toda la escuela. Incluso a los alumnos nuevos.

—Espera.—Levanté mi dedo índice en señal de alto.—Con alumnos nuevos te refieres... ¿a los que ingresan a partir del lunes?—Pregunté confundida.

Zane asintió sonriente.

—¿Cómo es que los Heather invitaron a personas que ni siquiera conocen aún?

—Las redes lo pueden todo, Missy.—Me guiñó un ojo.—Simplemente anunciaron en todas partes que harían una fiesta para todo aquel que sea y vaya a ser alumno de nuestra preparatoria. Entonces boom.—Juntó sus manos y las separó lentamente, como si hubiese una explosión entre ellas.—Nueva gente va a estar presente.

Zane parecía haber terminado su explicación y me miró ansioso, como si esperara una respuesta de mí. Dejamos pasar unos segundos de silencio hasta que él volvió a hablar.

—¿Y bien?, ¿Qué dices?

Arquee una ceja confundida.—¿Diviértete?

Miriam soltó una carcajada que no logré comprender y miró a Zane de forma burlona mientras este se golpeó la frente con la palma de su mano.

—¿Es en serio?—Me miró frustrado.

—¿Qué?

—Quiere que vayas con él, boba.—Anunció Miriam.

—Oh.—Comenté, como si hubiese entendido todo. Luego vi a Zane y le di una de mis mejores sonrisas.—Miriam.—Llamé a mi hermana, insitándola a hablar.

—Ella no va a fiestas.—Respondió por mí con seguridad.—Así que te dirá que no.

Le di una mirada de agradecimiento y ella me sonrió como respuesta. Ambas nos volteamos a ver a Zane, quien nos vio con una exagerada expresión de asustado.

—Telepatía de hermanas.—Me encogí de hombros.

Zane meneó la cabeza.—Como sea, ¿por qué no?

—¿Miriam?—Le pedí a mi hermana.

—No le gusta estar entre tanta gente, el olor a alcohol la marea y odia la música fuerte.—Dijo ella con tanta seguridad que me hizo sonreír.—Oh, y prefiere pasar el día viendo películas de-

—Romance, ajá.—Zane la interrumpió.

Mi sonrisa se amplió luego de oír a Zane decir algo que supiera de mí. Luego de muchos años de amistad, tantos años como los que tenemos, debería saber eso. Se me hizo raro ya de por sí que no tuviera en cuenta que odio las fiestas. A lo mejor se hizo el tonto y sí lo sabía, o tal vez lo había olvidado. No lo culparía tampoco, después de todo yo siempre asistí a sus fiestas de cumpleaños, pero nunca a las de otras personas, y él tampoco me había propuesto llevarme a alguna fiesta que no fuera suya, al menos no desde hacía años.

—Pero quiero que vayas.—Continuó él con voz inocente y dulce.

—Eso no es cierto así que vamos al punto, ¿qué es lo que quieres exactamente?—Lo cuestioné directamente.

Zane arrugó el entrecejo a la vez que llevó una de sus manos al pecho, mirándome molesto y fingiendo una expresión de dolor.

—¿Acaso no puedo invitar a mi mejor amiga a ir a una fiesta de despedida a las vacaciones antes de comenzar el fastidioso último año?—Habló ofendido.

Compartí una mirada con Miriam antes volvernos hacia Zane con una ceja levantada y mirarlo acusatoriamente.

—Bien.—Él levantó sus manos al aire, delatándose.—Necesitaré un conductor designado.

10 reglas para enamorarse [Pausada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora