Miradas

5.5K 144 10
                                    

Esto debe ser una broma de muy mal gusto, en serio esto solamente le era capaz de presenciar lo la chica en las novelas que se pasaba leyendo, que hacían que se desvelara hasta altas horas de la noche.

Por primera vez, en sus 23 cortos años de vida Beth tuvo dos cosas muy en claro:

1- Por muy grande que pareciese el mundo, en estas circunstancias, era muy pequeño.

2- Tal vez, solo tal vez, las casualidades si podían existir por mucho que no creyera en ello.

Cosas como esas, y muchas otras ideas locas cruzaron por la mente de la castaña, haciendo que no tomara en cuenta que su última clase ya estaba por terminada, su concentración fue interrumpida por las palabras de su profesora

- Bueno chicos eso es todo por hoy,las parejas del ensayo serán elegidas por vosotros mismos, espero sus ensayos para la próxima semana - y sin más la profesora se retiró del salón. Dejando a la chica totalmente perdida ya que no había prestado nada de atención a la clase

- ¿Oye, con quién te pondrás para el ensayo?

- La verdad no lo sé, esta materia es la que peor se me da. - se escuchaban las quejas de las demás chicas y chicos, mientras que Beth solo se limitaba a recoger sus cosas del asiento para retirarse de allí lo mas pronto posible

- Que envia es ser Elizabeth. Como todo siempre le sale bien, no tiene de que preocuparse, la señorita perfecta.
- parandose la chica justo al frente de la castaña para impedirle el paso, haciendo que esta en respuesta soltara un suspiro de cansancio.

No era la primera vez y tampoco la última de que esa chica le dijera unas que otras palabras ofensivas a Elizabeth, y la menor no tenía nada de culpa de lo que había causado aquel resentimiento por parte de la rubia.

La castaña sólo se limitó ha bajar la mirada y apretar sus puños encajando sus uñas en sus palmas, aguantando se las ganas de darles unas cuantas cachetadas a aquella mujer de cabellera rubia que era tan inmadura, ya que claro no terminaría de muy buena manera, por que todo el salón estaba de parte de la mayor.

- Oh, cierto, no tan perfecta - corrijio la rubia levantando su dedo índice, mostrando sus perlados dientes en una amplia sonrisa - ya que en realidad es una descarada, que le encanta jugar con los novios de otras - soltando una risa.

Todos comenzaron a murmurar quien sabe cosas irracionales nuevamente de Beth, aunque la castaña presentía de que tanto hablaban a sus espaldas.

- De seguro también te le andas ofreciendo a los profesores o soborbandolos para que te pasen las materias, te haces la inocente,callada y tímida, pero en realidad eres todo lo contrario, que bajo cariño - en respuesta, la castaña solo apretó mas sus puños. Porque ¡vamos! La menor no provenía de una familia adinerada, como iba a ser capaz de tal cosa.

Estaba dispuesta a salir lo más rápido posible de ese jodido salón, pero unas palabras llamaron la atención de todos allí presentes.

- Tsk, ¿podrías callar por un momento tu parloteo de mierda? - Se escucho desde unos de los asientos de atrás una voz masculina algo algo ronca, que siempre hacía irritar a la rubia.

Pero que para la castaña fueron como palabras de salivación.

- Acaso no te casas de siempre hacer sentir a los demás inferiores para solo sentirte importante. Todos sabemos que Samuel no era nada tuyo, así que no vengas a hacer el papel de novia celosa, porque no te queda - solto sin anestesia el chico, acercándose a ambas
- además, ¿no será otra que anda de ofrecida con lo profesores para poder pasar?.

En ese momento se eschucho un fuerte "uuuh" por parte de todos los presentes en ese salón, a lo que Beth soltó una pequeña risa, mientras que la rubia se sonrojo por la indignación y la vergüenza e inmediatamente saliera de hay soltando mil pestes, hacia ambos chicos.

Sumisión Consensuada Where stories live. Discover now