Sumisión Consensuada

Contrato

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(Narrador omnisciente)

Dos personas mirándose fijamente sin intercambiar palabras, sólo miradas cómplices, aunque podría decirse que uno de ellos mirada con burla al otro.

- Muy bien, ya estamos aquí señor Dorlam, qué es lo que espera para mostrarme el contrato.

- Dentro de un momento lo verás. Solo déjame ir a buscarlo a mí habitación. - dijo esto último para así marcharse a dicho lugar.

La castaña aprovechó que el azabache se había ido para observar con detenimiento el departamento. Éste en comparación con el suyo se podría decir que hasta la cocina era más grande que su departamento completo.

- En fin, los ricos y sus cosas. - pensó en voz alta.

- ¿Qué dijiste? - preguntó Vicror bajando las escaleras, haciendo que la menor se sobresaltara.

- Nada - se apresuró a decir.

- ¿Está bien? Bueno aquí está el contrato, aunque este es solo la copia. Leelo y dime con qué no estás de acuerdo o qué quieres que se cambié o agregue.

La castaña lo tomó y comenzó a leer con detenimiento siguiente:

Introducción:

Por el presente documento, al que reconozco valor contractual, me entrego
plenamente a mi Amo, Dueño, Señor y Maestro, acepto servirle como esclava
y sierva por todo el tiempo en el que ambos estemos de acuerdo. Por este mismo acto, renuncio a mi verdadera indentidad, y paso a llamarme "esclava", "sirvienta", "mascota", "sumisa" o como mi Amo desee llamarme.

Firmo al pie del presente documento, cuyo contenido acepto en su integridad de forma plenamente consciente, sabiendo y
aceptando que en cada uno de sus artículos se establecen normas propias de una relación BDSM, en el que ambas partes experimentaremos los placeres de dicha relación.

A su vez, tengo en cuenta que esta relación Amo y Sumisa, se basa principalmente en Confianza. Esta contrato se mantendrá hasta que una de las partes ya no quiera seguir o que ya no se sienta capacitada para continuar con lo ocordado. Las palabras clave, para detener una sesión cuando una de las partes ya no pueda o sienta que está llegando a su límite, será para el Amo "Bitter" y para la Sumisa "Sweet".

Condiciones:

Artículo 1º. Para que pueda ser reconocida como esclava en cualquier
momento y en cualquier situación mi Amo y Señor me impondrá una serie de atributos que luciré con orgullo y cuya simple ostentación será para mi fuente
de intima satisfacción. Entre los citados atributos se incluyen tanto los de
carácter reversible como los permanentes: collares, anillos, aretes, piercing, tatuajes, etc. Se incluye asimismo la indumentaria que mi Amo y Señor elija para cada momento y situación.

La castaña hizo una pausa y miro a Víctor - No estoy de acuerdo con los atributos permanentes, nada de eso. - negó rotundamente.

- Está bien, eliminaré los atributos permanentes. - respondió el azabache con tranquilidad.

Artículo 2º. Al aceptar mi plena sumisión me obligo a respetar y a acatar permanentemente las decisiones de mi Amo y Señor. Reconozco el desagrado que representarán para mi Amo y Señor todos los errores que pueda cometer y asumo todas las culpas, así como las penitencias que necesariamente se derivarán de ellas. Por lo tanto, acepto plenamente y de buen agrado todos los castigos y correctivos que mi Amo y Señor me imponga con el ánimo de alcanzar la perfecta sumisión.