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—¡Buenos días! ¡Buenos días! ¡Tenemos un día agitado hoy!
Mire al cuervo que entró a mi casa, estaba desayunando y él vino. Habían pasado ya unos días desde la última reunión de Pilares, y nada había cambiado mucho en mi rutina, solo los cazadores me trataban con un poco mas de respeto que antes.
—¿Qué tenemos hoy?
—¡Ayudar a la Finca Mariposa!, ¡Ayudar al Pilar de Agua!, ¡O simplemente hacer patrulla buscando a las demás Lunas Demoníacas!
Apoye mi rostro en mis manos mientras comenzaba a jugar con el plato vacío. —¿Eso es todo? ¿No hay misiones?
—¡No!
—Mm, pasar tiempo en la Finca Mariposa suena aburrido, el Pilar de Agua no parece muy interesante, estaríamos en silencios incómodos todo el tiempo...— comencé a divagar. —¿Tienes ganas de patrullar un poco?
—¡Esta bien para mi! ¡No me importa realmente!
Sonreí un poco y empecé a recoger los platos para lavarlos. —Lo sé.
—¿Estás bien? No sonríes a menudo.
—Sonrío con gente que me cae bien...— mire al pájaro y él había ladeado la cabeza confundido. —...o animales.
—No tienes muchos amigos, eh.
—Vamos, a quién le importa.— murmullé mientras refregaba.
—¿Qué harás en un futuro? ¿Cuando ya no seas joven y no cazes demonios con quien pasaras el tiempo? Yo dudo estar vivo y soy un cuervo ¿Sabes?
—Para ser un cuervo hablas demasiado.
Al acabar de lavar me quede pensando, ¿Qué se supone que haga después? ¿Cazaré demonios hasta que muera? No tengo amigos en realidad... todos mueren o simplemente no les caigo bien por no saber expresarme bien.
Reaccioné en el momento en el que mi cuervo comenzó a picotear mi cabeza.
—¡Hora de irse! ¡Hora de irse!
Agarre mi haori, me lo coloqué y acomodé mi katana.
—Será... un día algo aburrido.
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