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𝓑𝓲𝓵𝓫𝓪𝓸, 𝓥𝓲𝔃𝓬𝓪𝔂𝓪 𝓙𝓾𝓵𝓲𝓸 1993

En el parque indautxu, en una pequeña plaza junto a unos bloques que solían destacar de los bloques continuos, al ser más reciente, se encontraba una joven de cabellos castaños, el sol que hoy resplandecía en la capital vizcaína, le resaltaban unos ligeros toques rubios a su cabellera. Aquella niña no tendría más de once años, se encontraba concentrada en sus libros de estudio, mientras disfrutaba del sol, ya que en aquella localidad no disfrutaban de tal dicho placer tan a menudo.
Pero su tranquilidad pronto se vio interrumpida por los gritos provenientes del edificio cercano al parque, eran unos gritos inaudibles, solo podía diferenciar una voz masculina y otra voz femenina, debía de ser algún matrimonio discutiendo por alguna tontería. No quiso prestar mucha atención a los gritos que cada vez se hacían más notorios, siendo pronto finalizados al escucharse un estruendo portazo.
La chica levanto la cabeza de su libro observando a su alrededor como las personas que paseando pasaban por el lugar se quedaban con la mirada fija hacia el bloque donde provenían dichas voces.
La plaza se llenó de murmullos, de personas mayores, y de no tan mayores horrorizada, aquel barrio solía ser muy tranquilo y peleas como esa no solía ocurrir a menudo.
Iba a recoger sus libros para volver a casa viendo como aquel día iba a dejar de ser tan tranquilo, sabiendo que después de que toda esa gente se alertará de los gritos algunos acabarían llamando a la ertzaintza​​.
Al guardar los libros en la mochila que traía consigo, se percató de que ya no estaba sola en aquella parte de la plaza. Se giró un poco al darse cuenta de que un niño de no más de 9 años se encontraba sentado justo detrás de ella, dándole la espalda.
Este presentaba rasgos de tristeza, sentado en el respaldo del banco, con los codos pegados a las piernas mientras sujetaba su cabeza, no dejaba de mirar hacia el horizonte, no tenía pintas de que tuviera ganas de entablar una conversación, pero ella no pudo quedarse callada, aquel flequillo alocado le había llamado mucho la atención.
Se incorporó del banco en el que estaba sentada, acercándose al chico, despacio, lo observaba estudiando cada rasgo de su cara que él le dejaba ver en la postura que se encontraba. Sus ojos verdes se perdían en el fondo de la plaza, miraban a un punto fijo, él no se había inmutado aún que ella se había acercado a él.
Observaba también como su cabello estaba revuelto, a él le debería de gustar llevarlo así, por que lo llevaba de una manera peculiar, no había visto a ningún otro niño llevarlo de aquella manera y eso es lo que más le había llamado a ella la atención.
Ella solía fijarse mucho en las apariencias de las personas, desde que tenía uso de razón solía hacerlo, estudiaba los rostros de las personas y intuía con un par de miradas si esa persona se encontraba bien, o no. Tenía un don para ello.

- ¿Te encuentras bien?.- Su voz se entonó en una pregunta cálida, con su voz tranquila sin arrastrar ninguna letra, intentando transmitir su tranquilidad.

Aquel joven de ojos claros dejó de mirar hacia aquel punto fijo del horizonte nada más escuchar la voz de ella, se giró despacio para mirarla, tomándose el mismo tiempo que se había tomado ella para observarlo, pero el lo había echo a sabiendas que ella lo estaba mirando y estaba esperando una respuesta. Sus ojos se habían clavado en el rostro de ella, aquella piel poco morena le había llamado la atención, ya que sus mejillas rosadas prevalecían dándole aquel toque de color a su rostro, pero lo que más le había llamado la atención de ella eran esos ojos que no habían dejado de mirarle, esos ojos que a primeras parecían de color marrón, pero a la medida que la claridad se reflejaba en su mirada, el color iba cambiando a un color verdoso, y eso a él le había sorprendido en demasía.

- Si, si estoy bien.-Contesto al cabo de un rato un poco tartamudo, a la vez que apartaba la mirada de la suya.

Eso hizo que a ella le preocupara más la actitud de él, y no pararía hasta sacarle la información que ella quería saber.

𝓔𝓵 𝓗𝓲𝓵𝓸 𝓡𝓸𝓳𝓸Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum