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Salió del cuarto de baño con las manos aun mojadas, secándoselas en sus pantalones vaqueros mientras la mirada de Raquel se posaba en ellos nada mas lo vio aparecer por el pequeño pasillo. La habitación estaba completamente llena de ropa, la maleta abierta en la cama de matrimonio, y los miles de obsequios que habían comprado para sus familiares en el mueble del televisor, como si de una mudanza se tratara no sabían aun por donde meterle mano a aquello.

- Amor menos mal que te he dicho que empezáramos a hacer las maletas antes de ir a desayunar, por que si bajábamos, desayunábamos y luego terminábamos esto, no llegábamos al vuelo, pero ni con ayuda divina.

- No se yo de quien es la culpa de que la habitación este llena de cosas.-Al pasar justamente por detrás de ella aprovecho para besar su hombro que quedaba al descubierto, la tener la tira de su camiseta en mitad del brazo media caída.

- Si yo llegaba a Madrid si un souvenir de aquí.- Puso los ojos en blanco mientras sostenía en sus manos uno de los bikinis para doblarlo y meterlo en la maleta.- Para empezar mi madre, no diría nada, pero me dejaría caer las cosas como; mira que blanca esta el hozkailua, si me hubieras traído un imán de México... o mira hoy hace un buen día ahora mismo podía estar de paseo en la hondartza de San Sebastián, pero claro no tengo un buen pañuelo de esos coloridos que tanto se ven en las Mexicanas.

- Y por eso le has llevado a tu madre medio México metido en la maleta, ¿verdad?.- Jon se sentó en el borde de la cama cogiéndola de las manos atrayéndola hacia él, haciendo que sus piernas quedaran entre las suyas para así atraerla a sus labios y poder besar sus labios de manera lenta y tierna.

- Podemos decir que si, mas o menos .-Peino su alborotados cabellos hacia detrás, volviendo a besar sus labios antes de separarse de él para seguir metiendo cosas en la maleta.- Todas aquellas telas coloridas son para mi ama, y el sombrero que tanto me gusto, el que vinos en aquella callejuela tan pequeña, ese le va a encantar, bueno y los imanes que le ha comprado su yerno les va a encantar.- Guiño su ojo logrando la risa de él.

- Me quiero ganar a mi suegra desde primer momento, y el mezcal que va a hacer que nos detengan en el aeropuerto no será también para mi suegra, ¿verdad?

- No.- Se echo a reír, buscando la botella que no sabia donde la había metido.- Es para Alicia, mi compañera de trabajo, ya te la presentaré, le vas a caer muy bien, solo que es muy celosa, te la vas a tener que ganar.

- Pues para celosa ella, celoso yo, dile que no la quiero ver mucho tiempo cerca de mi chica.- Se levanto de la cama para acercarse a ella por detrás y rodear su cintura dejándole un beso húmedo en el hueco de su cuello haciéndola reír, mientras sus bellos se erizaban por completo.

- Amor por favor.- Dijo cerrando sus ojos disfrutando del momento del beso.

- Que no llegamos, ya lo se, pero si te pones así no me puedo resistir.- El sonido de la palmada en su nalga y la mirada de ella le hizo morder su labio inferior, liberándola para que lograra terminar su maleta.

Entre algún que otro beso fugaz terminaron de meter la ropa en la maleta, mas todos los souvenirs que habían llevado consigo, teniendo que ejercer un poco de fuerza en la maleta para que lograra cerrar, iban con un poco de equipaje de mas pero no podían hacer nada, si debían pagar mas lo harían pero debían de llevar todo aquello de vuelta a España.

Dejaron todas sus pertenencias encima de la cama, pero esta vez ya mas ordenadas, para nada mas terminaran de desayunar subieran a por ellas y tal como entraran después de usar el baño las cogieran y partieran para el avión a una hora decente para poder facturar las maletas que sabían de sobra que iban a dar fallo y les iban a pedir mas dinero, necesitaban ese tiempo para poder embarcar antes de la hora, y sobre todo no perder ese vuelo, aunque por ellos, se hubieran quedado una semana mas disfrutando de aquel paraíso, y sobre todo de aquel amor.

𝓔𝓵 𝓗𝓲𝓵𝓸 𝓡𝓸𝓳𝓸Where stories live. Discover now