Emocional

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“Espero que el zumo de naranja sí te guste.
¿Te parece si cenamos juntos? Es que todavía no te he dicho que tú también me gustas, ¿o sí?
Avísame si quieres que este magnífico chef, que te tiene loca, te cocine.
Que tengas una buena jornada, florecilla”.

A Leo se le está haciendo costumbre dejar notas en su mesa, y aunque no le desagrada para nada la idea, cree firmemente que tanto detalle hace que se distraiga un poco de sus obligaciones en ese edificio.

Francamente, ha sido un detalle el cambio del café por el zumo y todo un acierto esa frase en la que le dice que la tiene loca. Porque es real. Muy real.

Abril sabe perfectamente que el chico hoy no trabaja en la oficina y que pasará la mañana fuera analizando casos en persona así que ha debido pasar por allí a dejar los papeles que le comentó el día anterior que debía entregar a primera hora a Jesús.

Sus llamadas son casi diarias, aunque se ven todos los días en la oficina y alguna que otra tarde en sus citas. Se pasan horas haciendo preguntas y divagando sobre temas a los que la mayoría de la gente no les presta atención.

ABRIL_08:36

Tendremos que discutir eso de que me tienes loca.

LEO_08:38

¿Para qué? Si sabes que es verdad.

ABRIL_08:39

Esta noche te cocino yo. En mi casa a las nueve.

LEO_08:40

Acepto. Hasta después.

No sabe qué menú le va a ofrecer y es algo que tendrá que discutir con google y tutoriales de youtube. Lo único que sabe es que tendrá que recoger ese desastre de sala que recuerda haber dejado antes de salir.

No es buena chef, y según Mar tampoco es buena anfitriona, pero va a intentar ser la mejor compañía que le pueda ofrecer al chico.

Eva, Marta y María pasan por su despacho y ella aprovecha para tomar un respiro. No es precisamente el día en el que más ha trabajado pero unos pocos pacientes consiguen que más de un suspiro salga de su boca cuando sus compañeras de trabajo le preguntan cómo le está yendo la mañana.

Le extraña la visita de la última de ellas pues, hasta donde tenía entendido, estaba de baja por maternidad. Sin embargo, parece que ha ido a hacer una visita a sus compañeros de trabajo y Abril ha sido una de las privilegiadas que ha podido verla.

María es, al igual que ella, psicóloga. De hecho, su puesto de trabajo consiste en cubrir la baja de ésta por embarazo y maternidad.

No fue una sorpresa encontrarla allí cuando llegó a su primera entrevista puesto que ya habían coincidido antes en algún otro trabajo que había hecho que estrecharan lazos y la misma María fue quien propuso a Abril para cubrir su responsabilidad en sus meses de ausencia.

—Cuéntame cómo te va. —María ha aprovechado que Eva y Marta, supuestamente y según ellas, tienen que volver a sus respectivos despachos para quedarse con Abril hasta que se aproxime su próxima cita.

—Pues de momento me apaño bien. ¿Tú qué tal con esa niña? —Abril no puede evitar sonreír y pegarle el gesto a la recién estrenada madre.

—Bueno, ella crece y yo me adapto —no hay una mejor manera que se le ocurra a María para describir lo que está viviendo.

—Pues ya verás cuando crezca hacia la adolescencia y te tengas que adaptar a eso —Abril lo dice de broma. Quedan al menos y como mínimo quince años para que eso suceda. Sin embargo, a María consigue abrumarla por un segundo.

—Cambiando de tema y dejando atrás mis miedos de última hora respecto a mi hija...a parte de Eva y Marta, ¿a quién más conoces? —sin saberlo, acaba de hacer la pregunta idónea.

—A Carlos, Sebastián, Leo, Sandra…—lo dice con seguridad e intentando camuflar el nombre del chico al que conoce más en profundidad y no sigue nombrando a gente porque tocan en la puerta de su consulta y eso solo puede significar que su paciente acaba de llegar.

—Te acaba de salvar la campana, pero ya hablaremos de quien quiera que sea que estés colada —María le pone la cara exacta que te pone alguien que te acaba de pillar por completo.

—¿Qué dices, Mari? —quizá no sepa mentir pero nadie dudaría de que está haciendo su mejor esfuerzo.

—Pues que de los cuatro nombres que me has dicho, dos de ellos no figuran en la plantilla de esta empresa. Así que ya me contarás si es Sebas o Leo el afortunado.

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Buenos y bonitos días.

Hoy les presento a Mari, que es como si me presentara a mi misma. (Todo muy raro)
El caso es que le robo a María (y a algunos personajes más) a Miri en algunos capítulos. Ya los irán conociendo mejor.
Y si les apetece pueden ir a visitar a Abril a su novela, que también está por allí. Supongo que la mayoría ya lo ha hecho pero yo les aviso de todas maneras. No quiero ser cómplice de que se estén perdiendo el privilegio de leer "Resurgir".

Hoy es un capítulo de transición para presentar personajes y para que entiendan la trama (aunque intenté meterles un poquito de azúcar con Abril y Leo porque me encanta mimarlas). Como compensación por eso y porque hay unas cuantas palabras menos de lo normal, les dejo uno de mis videoclips favoritos que me pone los pelitos de punta cada vez que lo veo.

Les prometo que el domingo que viene se vienen cosas muuuuy interesantes. El capitulo está escrito hace mucho y creo que es uno de los más importantes.

Yo me voy a coger fuerzas para seguir estudiando mañana. Mucho ánimo a quien esté haciendo exámenes.

Por cierto, hoy el capitulo se lo dedico a mi Albita, que me dijo que le había encantado la canción y su hermana me quiere matar porque ahora la escucha en bucle.
Alba, "emocional" es para ti.
Ann, perdóname por el dolor de cabeza que tienes que tener con la cancioncita.
Las quiero.

Nos vemos el domingo que viene.
Un abrazo apretaito. ❤️

LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora