Capítulo 28

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Natasha Petrov

Termino de meter unos mechones rebeldes que se han escapado del sencillo recogido que me realice. Inspeccionó una vez más mi atuendo, las manos no dejan de sudarme, es increíble que este tan malditamente nerviosa. ¡Mierda¡ ¡Es una simple cena Natasha! Controlate, ¡Puta madre! 

Me levanto de mi mesa de maquillaje, volteo en mi eje hasta quedar de frente con el espejo grande que está en una de las esquinas de la habitación. Mi vestido es sencillo, color blanco con un pequeño corsé en la parte de atrás, llevo unas sandalias cafes y una bolsa a juego. 

El sonido del timbre, me saca demis pensamientos. Agarro la bolsa de mi buró para luego mover mis pies hacia afuera de la habitación para ir directamente a abrir la puerta. 

Con paso lento llegó hasta la puerta principal de mi casa, paso las manos por mi vestido alisandolo. Tomo el pomo de la puerta y lo jalo con seguridad. Él se encuentra de traje al otro lado de la misma, esperándome con una sonrisa, esta arrecostado en la pared de la puerta con una sonrisa galante, que provoca que quiere meterlo a mi casa y dejar que me coja en uno de los sillones de la sala. 

— Hola.—  Saludo un poco cohibida. ¡Estoy estúpida! !¿Qué mierda está haciendo este hombre conmigo?! 

— Hola mi coronel. —Sonrio, tiene una manía desde que me conoció de llamarme de esa manera y debo de decir que empieza a gustarme. 

— Entonces, ¿a donde iremos? — Me atrevo a preguntar. La verdad, es que en todo el día no he dejado de pensar a dónde me llevaría a cenar.

— Ahorita mismo pienso que tal vez sea mejor llevarte a tu habitación. —Sus manos van a mi cara, haciendo que pierda el hilo de mis pensamientos. 

— Eso estaría gen… — Su sonrisa se agranda y veo su intención de ingresar, lo cual me saca de mi ensañamiento. — !No! Bueno, digo, que debemos de irnos. — Lo empujó evitando que la cena se convierte en un maratón sexual en mi sala de estar. Jalo la puerta, coloco el seguro, luego doy la vuelta para ir a su lado. 

El me guía hasta su auto sin medir palabra, me abre la puerta del copiloto, le sonrió e ingreso. Lo veo rodear el coche,hasta llegar al situarse en asiento del piloto.  

Lo recorro con disimulo, su traje es negro, su cabello se encuentra perfectamente recogido en una perfecta cola. La mayoría del tiempo lo utiliza de esa manera, pero de una forma despeinada. Suspiro, ¡Dios creó que estoy babeando! 

Me auto ordenó dejar de verlo y aunque es difícil terminó volteando hacia la ventana. 

El viaje es rápido, con el sonido de fondo de la radio y su mano en mi pierna, en algun momento del recorrido él la puso ahí. 

Me sorprendo cuando llegamos hasta un muelle, no puedo evitar preguntar. 

—¿Un muelle? — Lo volteo a ver alzando una ceja. No hay respuesta, solo se baja de¡ auto hasta llegar a la puerta del copiloto y la abre para mí. 

—¿Qué hacemos acá? —. Vuelvo a soltar una pregunta a la espera de quw esta vez si haya una respuesta. 

—Vamos a cenar. — Responde con simpleza, para luego entrelazar una de mis manos con la suya, llegamos hasta donde se encuentra un gran barco, ahí mismo señor de edad nos espera al parecer, porque apenas nos ve llegar nos sonríe con amabilidad. 

— Señor Scheneider, todo se encuentra listo.Habla. Volteo a ver a Dereck en busca de respuesta, pero él solo sonríe y agradece al señor.

— Esta bien Ivan. Gracias te puedes retirar. -— Le dice. 
Coloca sus manos en mi espalda baja y me empuja levemente hacia la entrada del barco. Al estar dentro Dereck se encarga de soltar las cuerdas del muelle, le dejo de poner atención y doy un recorrido con la mirada, percatándome así que estamos completamente solos. 

Corazón de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora