Capítulo 5

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Tres días después

Natasha Petrov

Voy para los campos de combates, el general me pidió ayer que tenía que estar a primera hora presenten en unas pruebas, porque nuevos soldados serán incorporados a los escuadrones, me dijo que escogieron a los diez mejores de la academia para ser incorporados de lleno en la milicia, de los que escogieron, solo cinco se quedaran, y yo como coronel de uno de los escuadrones importantes soy encargada de ver sus habilidades y votar por cuál de ellos podrán ingresar. 

Suspiro ante mis pensamientos, sé que será un día largo.

Voy llegando, veo que ahí ya se encuentra el general y su hijo, junior Schneider. Suspiro cuando veo al coronel, lo primero que viene a mi mente es lo que paso hace tres noches en el pasillo de los cuartos del cuartel.

Solo el toque de ese hombre logro hacerme sentir como que me quemaba la piel, envuelta en sus grandes brazos me sentí como en las nubes.

Levanto la cara cuando llego a donde están ellos, veo como su mirada me escanea de pies a cabeza quedándose más tiempo del necesario en mis pechos, levanto una ceja hacia él, lo nota y sonríe coquetamente. Trato de ignorar esa mirada ya que no quiero ensuciar mis bragas tan de mañana.

─ Buenos días Sasha.  Me saluda el general. 

—Buenos días. — Le contesto de vuelta.

─ No he tenido el placer de presentarlos, Dereck ella es Natasha Petrov, coronel del escuadrón dos, y Sasha como ya sabes él es el coronel Schneider mi hijo. Asiento hacia ellos y estiro mi mano hacia el mentado.

—Mucho gusto Natasha. —Me presento, nuestros ojos se conectan, el gris de sus ojos me vuelve a escanear hasta que su mirada queda en mi mano y por un instante pienso que me va a dejar con la mano estirada.

Pero no, él se acerca mucho más de lo necesario y coge mi mano dándome un leve apretón, mi mano queda envuelta en la suya, me da un escalofrió al volver a sentir el contando de nuestra piel junta, cómo la noche que nos topamos en el pasillo. Solo de recordar cómo me sostuvo en sus brazos. Concéntrate mujer me ordeno internamente.

Safo el agarre, él me regala una de sus mejores sonrisas.  Me alejo un poco de él. Concentro mi mirada en la entrada del campo, veo llegar al teniente Williams, viene entrando con un pequeño pelotón.

Escaneo a Williams hace mucho que no lo veía, me relamo los labios al recordar lo que paso la última vez que coincidimos en una misión.

Al parecer el siente mi mirada y levanta la cara, sonríe cuando da conmigo. Uuuf ese hombre es candela pura. Llega hasta nosotros y nos da un saludo militar a los tres.

—Descanse soldado. —Ordena el general.

 Si mi general, buenos días coroneles. —Nos saludó al coronel y a mí. Con Dereck se dan un apretón de manos y yo solo le sonrió.

─ ¿Estos son los diez soldados escogidos Williams? —, Le pregunta el general y el teniente asiente.

 Espero hayas hecho un buen trabajo Williams, no quiero incompetentes en mi escuadrón. —Dice Derek con una vos ronca que me da escalofríos.

─ Claro coronel —. Responde el teniente, pero veo una cierta burla en su voz, que ha Dereck no le pasa desapercibida.

 Buenos días, disculpen la tardanza.  Escucho que alguien habla, volteo y es el subteniente Parker.

─ Se te pegaron las sabanas inútil. —Le dice Dereck entre burla y enojo, él nos ve a todos avergonzados, más que todo al general.

Jack, que gusto verte.  Habla Adam cuando se da cuenta de la presencia del teniente, camina hacia él y lo envuelve en un abrazo, Williams sonríe, y le devuelve el gran abrazo que le dio Parker al parecer se conocen muy bien. Dereck solo los ve con fastidio como si ellos fueran niños.

Corazón de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora