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Una vez escucho una frase que decía:

"Ya solo nos reunimos para un matrimonio o un funeral"

Podía decir que era verdad. Para el funeral de Zaphiri, volvió a ver a mucha gente que creía nunca más tendría contacto, personas que no tenia ni la mínima esperanza de que aparecieran, lo hicieron. No sabia si sentirse bien o mal por eso. Pero Zaphiri estaría encantado de estar rodeado de tanta gente, de volver a reunirlos aunque sea una ultima vez.

No se había separado del ataud de su esposo ni un solo momento en esas tres noches, más que para ir al baño o comer un poco. Dégel lo acompaña y en más de una oportunidad le rogo que fuera a dormir, ¿Como podría dormir si al momento de despertar no tendría esas gemas violetas miradolo con cariño? Sin embargo debía hacerse con la idea de que ya no tendría a su amado bicho a su lado en la cama, ya no sentiría sus brazos rodearlo en las noches frias, ya no más.

De solo acordarse le daban ganas de volver a llorar, no lo haría por más que quisiera, ya había llorado lo suficiente el primer día y se repetía que debía ser fuerte más que nada por sus nietos. Dégel tenia a Kardia que le daba fuerzas cada vez que la tristeza lo atacaba, a él muchas veces Camus y Milo lo abrazaban con fuerza y en esos momentos se quebraba, derramaba una que otra lágrima silenciosa, la que sus niños trataban de detener de alguna forma.

En unas horas enterrerian el cuerpo del único hombre que  amo en su vida. Debía atesorar las últimas horas que podría verlo. Avenir lo acompañaba ahora, como el mismo lo hizo cuando su amigo perdio a Hakurei.

- Krest, ¿Has dormido algo?

- No.- dijo apenas.

Se le notaba cansado clara señal que no había descansado lo necesario en esas tres noches.

- Tienes que descansar, no puedes descuidarte así.- en su voz se notaba su preocupación, pero no podría obligarlo a dormir si él no quería.

- Lo sé.- contuvo las lagrimas de nuevo- solo no me quiero separar de él aún.

- Te entiendo.

El silencio los rodeo pero no fue incomodo, fue uno que Krest necesitaba para perderse en sus recuerdos unos minutos, y decirse una y otra vez, convencerse que era lo mejor que podía pasar para que su pareja dejara de sufrir por esa cardíopatia.

~•~

Esa mañana ocurrió algo que no espero que pasara. Solo para que se enteraran aviso a la familia paterna de Zaphiri que este fallecio, dio la dirección donde seria el velorio y el entierro por si queria ir alguien a verlo una ultima vez, como lo imagino nadie de esa familia vino, hasta hoy.

En la puerta principal y ante la mirada de todas las personas que se encontraban ahí entraba una mujer, se veía bastante segura de lo que iba a hacer.

Krest se levanto de su asiento cuando la vio buscar con la mirada a alguien, ella se acerco pero esta vez con más cautela.

- Buenos Dias, ¿Busco a Krest Fontaine?

La miro bien antes de contestar, era una mujer tan alta como su bicho, de cabellos rojos hasta los hombros, piel algo morena y los mismo ojos violetas que tenia su pareja, seria unos pocos años mayor que Dégel.

- Soy yo. ¿Quien me busca?- dudo un poco, él no la conocía para nada, pero sospechaba quien podría ser.

- Oh, lo siento. Soy Milo Labelle, media hermana de Zaphiri.

Sorprendido era corto para como se encontraba; sabia que Zaphiri tenia una media hermana a la que no quiso conocer al ser hija del segundo matrimonio del sujeto que engaño a su madre, no conocían ni su nombre por lo que lo dejo impresionado que se llamara igual que su nieto.

- Sé que él nunca quiso conocerme por lo que mi padre le hizo a su madre, y lo entiendo. Pero yo si queria conocerlo a él. Si no soy bienvenida, no tendré problema en marcharme.

- No es necesario, sé que esta es la última oportunidad que tienes de conocer a tu hermano. Lamento que tenga que ser de esta forma.

Milo le sonrió con algo de cariño. Podia jurar que estaba viendo la versión femenina de su esposo, solo que en con el cabello rojo.

Quiso reír cuando su nieto conocía a su tía, su cara de impresion al saber que se llamaban igual era algo divertido de ver.

~•~

Ahora ahí estaba rodeado de la gente que quería a su bicho, su querido Escorpión Negro. No supo como, porque el no dio aviso a los medios, llegaron incluso personas que fueron sus fans en su época de boxeador. No creyó que tanta gente aún lo admirara, se sintió más que orgulloso de eso.

Ver bajar su ataud fue lo más doloroso que experimento en su vida, en ese momento se convenció que no volvería a estar a su lado de forma física, que pasaría varios años extrañandolo. Y aunque tuviera a su familia a su lado no seria lo mismo, porque cada día que le restaba de vida le haría falta esa chispa que solo Zaphiri podía darle.

Cuando todo acabo vio partir de nuevo a familiares y amigos, quedaría solo de nuevo y no sabia cuando habría otro matrimonio o funeral que los volviera a juntar. Prometió seguir en contacto con su cuñada.

~•~

Una semana desde que falleció el amor de su vida, una semana en la no había cambiado las sábanas de la cama y no lo haría en mucho tiempo. Conservaría lo más que pudiera su aroma en esa cama, lo que lo ayudaba a no sentirse tan solo.

Ese día Dégel y su familia debían volver a Grecia.

- Seguro  que estarás bien solo, ¡Ven con nosotros! Aunque sea solo unos días.

- Mi niño, voy a estar bien no te preocupes.

Trato de sonreirle, pero Dégel supo que era una sonrisa forzada, algo solo para tranquilizarlo cosa que no logro, solo pudo preocuparlo más. Se despidió de su mamá con un nudo en la garganta, no quería dejarlo solo pero debía volver a trabajar, a sus hijos les costo despedirse de su abuelo. Cuando iban en el taxi de camino al aeropuerto no presto atecion a nada de lo que le decían. Cuando llegaron a su destino Kardia le prohibió bajarse del auto.

- Escuchame cubito, ya pedí tus vacaciones tienes un mes libre, aprovéchalo con tu madre, nosotros volveremos en dos semanas cuando Milo y Camus salgan de clases. Nos vemos.

Kardia le dio un beso en la mejilla antes de decirle al taxista que lo llevara devuelta a casa. ¿¡En que momento su fiera pidió sus vacaciones que ni cuenta se dio!?

Al llegar a la casa de su madre ni siquiera toca la puerta, solo uso las llaves que guardaba, encontró a Krest en el sillón mirando con nostalgia la foto de su matrimonio. Corrió a abrazarlo.

- Estamos solos, ya no te contengas más.

Solo es necesito para que las verdaderas lagrimas corrieran por el rostro de su madre.

🍎

*Aun en el rincón emo*

Desde el próximo capitulo conectamos al fin con "¿Quien es el padre?"

ScorpioNoMilo 💕

Casualidad.Where stories live. Discover now