11.

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Su primer viaje en avion y Dégel no podia estar más contento por eso, desde la pequeña ventana sus ojitos veían pasar las nubes debajo del avion, miraba fascinado como la ciudad parecía una pequeña mancha en la tierra. Para sus ojitos eso era una ciudad de hormigas.

Pero la cosa cambio cuando tocaron suelo griego, ¡El calor era insoportable! Acostumbrado a un clima más frio quiso devolverse al avion casi de inmediato.

- Mamá, hace calor.

- Lo sé, por eso quédate en la sombra en lo que llegan a buscarnos ¿De acuerdo?

Infló sus cachetitos, él quería salir a explorar y el condenado calor no seria un impedimento, podía soportarlo. Dio un pequeño paso al frente antes de que su papa lo tomara en brazos.

- Oye, te vas a quemar, y ya no seras un alga verde, pasaras a ser un cochayuyo*.

- ¿Cocha- que, que es eso?

Como amaban la curiosidad de esa pequeña personita, ante la más mínima cosa que no conociera preguntaba de inmediato que era, o a que sabia.

- ¿Es comida?

- Si, lo es. Es un tipo de alga que se seca al sol, se pone cafe y un poco más dura. Creo que es algo salada, hace mucho que la probé ya no me acuerdo bien

- ¡Yo quiero!- salto en los brazos de su padre, el que apenas puedo sostenerlo para que no se le cayera al suelo.

- Pues vas a tener que viajar a otro país para eso.

El camino a la casa del abuelo de Zaphiri fue silencioso, Krest le acariciaba una mano mientras con la otra sostenía el cuerpecito de su pequeño terremoto, que había caído dormido apenas subieron al taxi. Aeras se había ofreció a ir a buscarlos pero su primo se negó, recordaba como llegar.

- Tranquilo, estaremos contigo.

Beso la mano de su enanito bello, era su forma de decirle gracias cuando no quería hablar. Cuando llegaron a la enorme casona los dos sintieron que viajaron en el tiempo, la construcción seguía igual, con sus ventanales antiguos, el color blanco y las mismas flores.

- El viejo Itia no cambia.- Zaphiri miraba el lugar con nostalgia, puede que fuera la ultima vez que viera ese lugar tan bien cuidado.

- Oye no le digas asi a tu abuelo. Entremos.

La primera persona que los recibió fue Francisca, el que venia con su pequeño Sisifo en brazos. Solo les susurro que los estaban esperando a ellos y que se prepararan, eso no les gusto.

- Dégel, vamos.

- Pero mamá yo quería ayudar a caminar a Sisi. 

Tomo la mano de su mamá, Krest le sonreía con cariño. Como le hubiera gustado poder darle un hermano o hermana, pero ya no podía el golpe que se llevo ese día también lo privó de poder tener más hijos.

- Después lo haces Déggie, ve con tus papás. Sisifo y yo te esperamos aquí.

~•~

Itia Metaxas, así se llama su abuelo, un hombre que nunca flaqueo, que fue trabajador hasta el final, que a pesar de sus 80 años seguía moviéndose como un joven más aparentando solo 50 años de edad o menos. Los cabellos negros de antaño se veían opacados por el blanco y la escasez. La sonrisa que su "viejo" nunca perdía fue lo primero que vieron al entrar a esa habitación, lo vio sentado en la cama apoyado en un montón de almohadas y con una manguera de oxigeno en la nariz, de manera inconsciente miro la pequeño niño que se aferraba a las piernas de su esposo.

- Miren que trajo el viento.- la sonrisa de Itia creció más- No van a abrazar a su abue...

Ni siquiera termino de decir la palabra cuando ya tenia a Zaphiri entre sus brazos, rodeandolo con fuerza pero sin lastimarlo, no tardo mucho para que Krest se les uniera.

- No sabes como te extrañe viejo.

- Oye zafiro negro, no estoy viejo que no vez que parezco de 40.

Los tres rieron apenas, solo por la tos que ataco a Itia después. Luego fue el turno de Dégel conocer a su bisabuelo, el niño no creia que ese hombre tuvieran tantos años, si solo se veía un poco mayor que sus papás. Termino con un libro lleno de cuentos como regalo, el que quiso leerle a Sisifo de inmediato y mientras los adultos hablaban él y el bebe estaban acostados en el suelo viendo cada dibujo de ese libro.

- Ya que los tengo aquí, diré para que los llame.- miro a cada a persona en esa habitación, sus hijos y sus nietos con sus respectivas parejas, sumándole los pequeños niños que se divertían ajenos a lo demás.- saben que me queda poco tiempo, ya lo hable con mis hijos y hemos llegado a un acuerdo.

Silencio, nadie sabia lo que se venia podía ser cualquier cosa tanto buena como mala.

- Como saben tengo tres casas a mi nombre, esta que es la principal, y dos en el campo. Estas ultimas son suyas, Zaphiri, Aeras esas casa ya están bajo su nombre, pueden empezar a usarlas una vez que yo ya no este.

- Pero abuelo...

Aeras le gano la palabra, ninguno de los dos se esperaba eso, creyeron que esas casa serian vendidas o dejadas a sus padres.

- Sé que tiene su vida echa en Francia, su familia. Pero este es mi regalo de despedida, pueden hacer lo que quieran con ellas.

Zaphiri estaba pensativo siempre quiso volver a su tierra natal, estar más cerca de su familia griega, especialmente porque con la francesa tenia poca comunicación. Pero siempre estuvo la posibilidad de que Krest no quisiera irse,  él si tenia buena relación con sus parientes, aunque conociéndole le diría que si. Estuvo apunto de responderle algo a su abuelo o preguntarle que pensaba a su amado enanito, hasta que la voz de su hijo llego a sus oídos.

- Papá si nos quedamos ¿Que pasara con mi hermano, se va a quedar solo allá?

Esas simples palabras cargadas de un cariño incondicional, dejaron a los dos sin saber que hacer.

🍎

¡No eran tan malo como parecía!
Aunque si puede terminar un poco mal 😅

Aquí les dejo unos cochayuyos ya seco y amarrado.

Aquí les dejo unos cochayuyos ya seco y amarrado

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ScorpioNoMilo.💕

Casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora