50 años y más...

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Un día que para ellos comenzaba como cualquiera termino muy distinto.

Ambos se despertaron por la odiosa alarma, la que termino tirada contra la pared, ninguno de los dos sabia como esa cosa salio tan resistente.

Cuando estaban por acomodarse de nuevo para dormir la puerta se abrió sin que ninguno de los dos se diera cuenta, unos cabellos azules se asomaron seguidos de unos aguamarina.

- Ni nos sintieron llegar.

- Que bueno que papá tiene llave, sino hay si nos sienten tirar la puerta.- Milo le sonrió a Camus cómplice.

Su padre les dijo que sus abuelos ese día cumplían 50 años de matrimonio, y que viajaron de sorpresa por lo mismo. Solo esperaban que no le diera un infarto a su abuelo Zaphiri por aparecerse de repente. Cerraron la puerta lo más despacio que pudieron. Todo hubiera sido perfecto si Camus no se hubiera tropezado y saludado al suelo, Milo no aguanto la risa la que termino despertando a sus abuelos.

- ¿¡Quien anda ahí!?

La voz de Zaphiri  los hizo correr, ¡Ya se lo imaginaban persiguiendolos con la pantufla o con lo primero que se encontrará! Y para empeorar su suerte ese hombre tiene una puntería casi perfecta cuando esta enojado. Casi volvieron a caerse por las escaleras.

- ¡Al desgraciado que se le ocurrió meterse a robar a mi casa le voy a sacar los dientes!- lo vieron bajar las escaleras escondidos detrás de uno de los sillones- ¡Estaré viejo pero tengo una fuerza que no te imaginas!

¡Ya veían venir su fin!

Kardia los veía desde la cocina, entre enojado y aguantandose la risa de como su suegro aún podía asustar a sus nietos sin querer. Milo en un acto de profunda valentía, empujo a Camus sacándolo de su escondite para usarlo de sacrificio. Su pobre hermano solo pudo aterrizar en el suelo ante la atenta, sorprendida y enojada mirada de su abuelo.

- Vaya traición.- se quejo.

- Lo siento, Camie.

- ¡Mocosos hijos de su Blanca Nieves y salvaje madre!

~•~

Después de ese raro despertar comenzó la verdadera sorpresa. Ellos no lo sabían pero su querido hijo tenia todo planeado, los dejaron desayunar como si no ocurriera nada en especial. Dégel los conocía lo suficiente para saber que aunque fuera una fecha demasiado importante tal vez se les olvidaría, planeo todo en secreto con la ayuda de Shion y Sisifo.

- Mamá, ¿Me puedes decir que fecha es?- comenzó sutil, tratando de que se acordaran ellos solos el día que era.

Krest lo quedo mirando raro unos segundos antes de contestar.

- 10 de Agosto.

- ¿No pasaba algo interesante este día, abuelo?- Milo le siguió el hilo a su papá, confundiendo tanto a Krest como a Zaphiri- ¿Hace 50 años atrás?

El golpe en la mesa los hizo saltar a todos. Zaphiri estaba con los ojos bien abiertos mirando a su habitante de Liliput sin saber que decirle.

- Hace 50 años... con apenas 23 años me case contigo.

Ni siquiera le dieron tiempo de contestar cuando ya tenían a sus a nietos empujandolos a habitaciones distintas.

- Milo, ¿Que haces?

- ¡Los novios no pueden verse antes de la boda! Solo te escondo y ya.

~•~

Ahora iba a un lugar que desconocía, las manos le temblaban de los nervios. Sabia a lo que iba pero no podía procesarlo por completo.

Cincuenta años de matrimonio.

Toda una vida al lado de ese hombre de cabellos negros que se robo su corazón sin que se diera cuenta siquiera. Sonrió como bobo al recordar que en medio de una salida que hicieron con sus familias, Zaphiri lo llevo a un lugar un poco apartado de la gente y cuando menos se lo espero, lo tomo fuerte de una mano sin llegar a lastimarlo, lo vio arrodillado, luciendo más nerviso que nunca, con el rostro algo rojo y tartamudeando le propuso matrimonio. Eran unos niños apenas, 22 y 23 años, toda una vida por delante; la que no dudo en compartir con su mejor amigo. Acepto sin pensarlo y sin importarle nada más que el amor que sentía y siente por ese bicho.

Suspiro tratando de controlar los nervios. Tantos años pasaron desde su matrimonio pero parecía tan poco que costaba creerlo.

Llegaron a una iglesia, la misma en la que unieron sus vidas por primera vez. Quiso llorar cuando vio familiares y amigos reunidos ahí, todos juntos para celebrar ese aniversario tan importante.

- ¿No quieres retarme por planear todo esto en secreto?

Dégel apareció por su espalda. Antes de pensar en regañarlo solo pudo agradecerle por la sorpresa que les tenían. Su hijo extendió su brazo el que no dudo en sostener, esta vez no estaba su padre para llevarlo al altar, lo que le dolió un poco.

Sin embargo toda tristeza se desvaneció cuando lo vio a él esperándolo al final de esa alfombra roja, cuando lo vio sonreirle con la misma felicidad de hace cincuenta años.

Zaphiri no podía estar más encantado con volverlo a ver caminar hacia a él, podía sentir el mismo malestar en el estomago producto de los nervios, pero su felicidad superaba eso, admirar la belleza del pequeño hombre con el que se volvería a casar, con quien se casaría mil veces y de ser necesario más.

Apenas estuvo a su lado dejo un beso en su mejilla, el mismo gesto de esa primera vez.

- Creo que viaje en el tiempo, porque tu cariño mío sigues tan hermoso como aquella vez.

- Zaphiri, tu eres el que ha envejecido menos.

- Es un empate entonces.

La ceremonia siguió su curso como debía, con ellos al frente renovando sus votos matrimoniales, prometiendo nuevas cosas aparte de las antiguas.

Prometiendo amarse otros cincuenta años y más. Sin importar el tiempo o las dificultades, aunque uno ya no estuviera en un plano físico, pero ese sentimiento seguiría uniendolos por siempre.

Un beso y una caricia fue el final.

🔥❄

¿Es normal que casi me haya puesto a llorar escribiendo esto?

¡Es que los amo mucho a estos dos!
😭

Aquí esta bellezas, las bodas de oros de estos niños. Lamento decirles que el bicho se nos fue meses después de eso 😭 ¡Pero alcanzo a celebrar con su cubito enano!

¡Gracias por leer esta cosita traída de un universo muy lejano!

¡Yo los amo mucho a ustedes!
💕

ScorpioNoMilo.💕

Casualidad.Where stories live. Discover now