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Estaba casi comiéndose las uñas, algo que ni en los exámenes más difíciles había hecho. Por culpa de un libro que debía leer y que se le olvido hacerlo, no pudo ir a la primera competición de boxeo en la que participaba Zaphiri, le prometió que seria su apoyo en cada una de ellas y por culpa de "Cien años de soledad" no estaba cumpliendo.

Trataba de concentrarse en el libro, en la historia que se desarrollaba en Macondo, pero ni sus mariposas amarillas podían quitarle la preocupaciones de encima, para aumentar su desgracia ninguno canal de televisión transmitía el torneo, estaba a un pelo de tirar el libro por la ventana y correr a donde seria la competencia de no ser que el telefono del lugar sonó, corrió para contestarlo rogándole a los dioses que no fuera nada malo.

- ¿Diga?

- "¡Krest!"

Esa voz la reconocio, era uno de sus compañeros de carrera, de los pocos con los que mantenía una amistad más estrecha. Lo único que no le gusto fue el ruido de fondo y que la voz de Avenir se perdiera un poco en el bullicio.

- Avenir, ¡Dime que no ha pasado nada malo, por favor!

No logro entender bien lo que le respondió, solo alcanzo a escuchar Zaphiri y paliza en la misma oracion, ¡Se asusto más de lo que ya estaba! El albino seguía relatandole la pelea pero por los gritos de la gente no alcanzaba a escuchar completamente lo que le decía. Quería salir corriendo del departamento, no podía esperar ni un segundo más y su mente no le ayudaba en nada con el nerviosismo, ¿Si le daban un mal golpe? Podrían volarle un dientes ¡Hasta perder un ojo! Seguía sin entender porque le gustaba un deporte tan peligroso.

- "¡El protector bucal salio volando!"

- ¿¡El de quien!?- Sentía que iba a morir ahí mismo- ¡Avenir, eres un pésimo locutor!...¡Dime de una vez, ¿Como esta el idiota que amo!?

Primera vez que se lo gritaba a alguien y no se arrepentía, Zaphiri podía ser un inmaduro, desordebado como él solo, gustarle el peligro y los retos, pero es el hombre que amaba con todo y sus imprudencias.

Del otro lado del telefono la pelea seguía, golpes de un lado y el otro protegiéndose. Los gritos de los espectadores, todos esperando ver quien seria el vencedor. Gritado los apodos de ambos contrincantes. Esos gritos eran los que desesperaban más a Krest, no podía creer que nadie se daba cuenta de que estaban casi matándose, o tal vez él exageraba  donde estaba su pareja en medio.

- "¡Zaphiri...!"

La llamada se corto. Se había acabado el tiempo de llamada en el peor momento posible, no podia llamar de vuelta al ser un telefono publico, ahora quedaría con la angustia hasta que volviera su griego hiperactivo.

Casi una hora estuvo dando vueltas de un lado a otro en la sala del lugar, se olvido por completo que tenia que leer un libro en ese momento sus notas eran lo que menos le importaba. Cualquier persona que lo viera no lo reconocería, no era para nada una faceta suya que mostrará tan fácilmente. Cuando escucho la puerta abrirse y vio a entrar a Zaphiri sintió que le volvió el alma al cuerpo.  

- ¡Zaphiri, ¿Estas bien!?

El nombrado quedo quieto unos segundos. Nunca lo había visto asi de asustado, se sintió hasta culpable de ser el causante de eso, tiro en el suelo sus cosas y solo pudo abrazarlo contra su pecho para que ese pequeño hombre se calmara de una vez.

- Estoy completo, algo molido pero completo.

- Dejame ver.

Lo arrastro hasta el sillón donde lo hizo sentarse a la fuerza. Sentia que volvió a ser niño y su mamá lo revisaba si tenia alguna herida después de caerse. Solo tenia la mejilla algo hinchada por un descuido.

- Dime que no fue a ti a quien le sacaron el protector bucal.

- No, yo se lo saque al otro.

Lo vio suspirar más tranquilo. Ni loco le decía que fue a él al que le dieron casi una paliza pero lo importante es que al final si gano, ahora lo pregunta era ¿Como se entero de eso?

- Avenir me lo dijo.

- Ese borrego...

Apenas lo viera le diría que por nada del
mundo se le ocurriera decirle la verdad a Krest o lo tendría como mamá gallina pegado a él todo el día, aunque no le molestaba pero prefería ahorrarle preocupaciones. Después de bañarse y comer estaban los dos en la cama, pero su enanito bello aun tenia ese horriblemente largo libro entre las manos, ya lo faltaban menos de 100 paginas para terminar pero era tarde y el seguía despierto.

- Aun tienes un día más para terminarlo, descansa.- se aferro a su cintura tratando de que se acomodara a su lado.

- No me tardare, lo prometo.

Rodó los ojos, eso le decía siempre y como a las tres de la mañana debía quitarle el libro de las manos y acomodarlo él en la cama porque se había quedado dormido leyendo, no era novedad y sabia que pasaría de nuevo por lo que fingió creerle para acomodar su cabeza en las piernas de ese francesito que tanto ama, sintió su mano sobre sus cabellos no tardo en caer dormido.

Despertó casi por costumbre casi a las tres de la mañana, aun se abrazaba a una de las piernas de su pareja y su cabeza en las mismas, la lampara continuaba encendia y el libro estaba abandonado frente suyo, se enderezo con todo el cuidado del mundo.

- Te lo dije y nunca me haces caso.

Corrió con su mano los cabellos que tapaban un poco su ojo derecho, apago la luz para acomodarlo de una forma que no le fuera a doler el cuello al día siguiente. Sintió los brazos de su pareja aferrarse a su cuerpo y acomodarse sobre su pecho. Sabia que seguía dormido, solo beso su frente y se dispuso a dormir hasta el día siguiente, aunque por los golpes que recibió estaría mas adolorido que nunca antes.

Nueva misión: Que su enanito cascarrabias no se diera cuenta.

🍎

Zaphiri malo, asustando al niño, eso no se hace. 😒

ScorpioNoMilo 💕

Casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora