Capítulo X

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EL SORA DE ANTES

—¿Quién soy? —preguntaba él.

—Eres Sora —contestaban ellos y él reformulaba la pregunta.

—¿Y quién es Sora?

Y ellos respondían:

Sora es tan amable.

Sora en tan servicial.

Sora es tan inteligente.

Sora es tan atlético.

Sora es tan caballeroso.

Sora es tan honesto.

Sora es tan disciplinado.

Sora es tan atento.

Sora es tan...

Y luego lo miraban a él. Decenas, cientos de ojos amarillo: mirándolo, señalándolo, juzgándolo, y él cerraba los suyos tratando de no sentir sus miradas, repitiéndose una y otra vez: Soy Sora, soy Sora, soy Sora, soy Sora, soy Sora soy Sora soy Sora soySorasoySorasoySora... Pero ellos siempre le recordaban lo que, en el fondo, él ya sabía.

¡¡¡TU NO ERES SORA!!!

Y de repente despertaba. Abría los ojos y se encontraba con el techo de la habitación, que estaba lleno de pequeñas pegatinas de estrellas que brillaban en la oscuridad. Despertaba agitado, pálido, sudando, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, mirando a todos lados para asegurarse de que no había nadie más en aquella oscuridad. Trataba de calmarse respirando hondo, convenciéndose de que sólo era un mal sueño.

A veces se quedaba despierto, paseando por la habitación, buscando algo que le ayudase a entender quien era el chico que durmió allí. Él recordaba algunas cosas, pero sólo eventos ¿Acaso podía recordar cómo hablaba?, ¿Cómo estudiaba, ¿Cómo se comportaba?, ¿Cómo sentía? Y se frustraba pensando en todas las cosas que no recordaba de sí mismo... o de él, porque a veces dudaba de si seguía siendo Sora Cross, si seguía siendo el Sora Cross que todos amaban, el Sora que aparentemente era perfecto.

(...)

*Días antes del accidente*

Ya estaba cansado. Había dormido apenas tres horas, las clases eran siempre difíciles, su cabeza no dejaba de doler, insistiendo en que dejara de hacer lo que hacía y fuera a descansar, pero Sora no se detendría, si quería entrar a la universidad de sus sueños no podía detenerse, por lo menos no por ahora.

La química no era su fuerte, se podría decir que la detestaba en cierta medida, pues tener que recordar elementos, con su peso atómico, electronegatividad, los resultados de las reacciones con otros elementos, los enlaces que formaban, la energía que requería cada reacción...

—¡Esto es horrible! —no había nadie que lo escuchase gritar sus quejas a la química y lo complicada que era para él, o al menos eso pensaba

—¿Otra vez maldiciendo a los químicos? —Kairi había aparecido en el aula sin avisar. Sabía que lo encontraría ahí, en el salón del Club de Astronomía— aunque, supongo que rezarles tampoco te ayudará a pasar el examen.

—Les haría un altar si creyera que eso me ayudaría en el examen —a muy duras penas había logrado mantener su promedio—... pero en el cielo sólo hay nubes... Y después de las nubes: planetas, lunas, asteroides y estrellas... —y de nuevo divagaba con temas astronómicos, Kairi decía que tenía esa mala costumbre.

Ya no quedaban muchos estudiantes. La luz que cruzaba las ventanas indicaba que pronto llegaría el atardecer. Los clubes ya estaban terminando, sin embargo, Sora siempre se quedaba más tiempo, siempre tenía algo que hacer.

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⏰ Last updated: Nov 08, 2021 ⏰

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