Capitulo I

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DONDE SE CUENTA LO OCURRIDO DESPUÉS DE DESPERTAR

—¿Dónde estoy? —preguntó cuando sus ojos se acostumbraron a la luz de las lámparas. El techo blanco, paredes blancas y luces blancas eso era todo lo que podía divisar desde su posición.

—En el hospital —respondió un señor que estaba a su lado revisando unos papeles—, en cuidados intensivos desde hace unas... —revisó su reloj la aguja pequeña apuntaba al número 9 y la grande al 12— Veinticuatro horas ¿Cómo te sientes Sora? —su voz era gruesa y hablaba de manera calmada, casi de forma mecánica, como si estuviera acostumbrado a decir aquello todos los días.

          El chico estaba confuso mirando al que suponía era un doctor y observando a cada detalle la habitación en donde estaba, intentando recordar que le había ocurrido para terminar en el hospital, pero su mente estaba en blanco. Intentó levantarse, pero su cuerpo le dolía como si lo hubiesen estampado contra una pared. Un par de segundos después hizo una pregunta.

—Disculpe señor, pero... ¿Qué hago aquí?  ¿Y quién es Sora, soy yo? —cuando pronunció aquellas palabras el doctor se volteó rápidamente dejando sus papeles de lado, posando toda su atención en el chico castaño acostado en aquella cama que le miraba con una notable confusión.

—Esto es malo —dijo en un susurro, sacó un teléfono del bolsillo de su bata y tecleó mientras observaba la radiografía del chico.

          Sora, que cada vez estaba más confundido, no supo que decir ante la acción del doctor, intentaba recordar algo de antes de despertar, pero fue en vano, su mente seguía en blanco, sin respuesta. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué estaba ahí? ¿Cuál era su nombre? un sin fin de preguntas lo asaltaron, al final lo único que consiguió fue que le diera un dolor de cabeza

—Si soy el doctor Drew, necesito que llamen a Vexen, tengo un caso para el aquí —el doctor colgó la llamada y se dirigió a su paciente—. En un momento vendrá otro doctor a revisarte, lo único que puedo decirte por ahora es que tuviste un accidente y tu nombre es: Sora Cross ¿vale?, mantente tranquilo y no trates de moverte mucho, los medicamentos que te dimos deberían de dejar de hacer efecto en unos minutos. —y sin decir más se retiró de la habitación dejando al pobre chico más confundido todavía, si es que eso era posible.

***************

—Amnesia retrógrada —fue lo que dijo Vexen después de hacerle algunas pruebas a Sora—: se trata de un trastorno de la memoria, que ocurre cuando una persona, luego de sufrir un accidente o una enfermedad que afecta ciertas zonas del cerebro, no puede recordar eventos ocurridos antes de haber sufrido dicho daño —El Doctor Vexen, graduado en neurología y psicología, había quedado impresionado con el caso frente a él. Tuvo a lo largo de su carrera muchos pacientes con amnesia, más nunca uno tan grave como Sora. No recordaba nada de su pasado únicamente su fecha de cumpleaños. No reconoció a su madre cuando llego a la habitación, se le hacía conocida, pero no sabía quién era y antes de que ella pudiera hablar, en un susurro dijo «Shiroi» ese era el nombre de su mamá—. Al menos es un avance— recalcó Vexen— si pudo recordar eso, tal vez pueda recordar más.

» Sería bueno que lo llevaras a su casa para ver si logra recordar algo más. Tenga mi número por si tienes preguntas, sólo sufrirá de dolores de cabeza debido al golpe y tal vez algunas molestias por las demás heridas, pero estará bien. Vengan mañana temprano para evaluar su estado, ahora si me disculpa tengo que retirarme.

          La señora Cross miró a su hijo. Tenía los ojos rojizos e hinchados de llorar. Había estado en el hospital desde que ingresaron a su niño y solo había salido para buscar comida. Durmió junto a él unas horas después de que le vendaran la cabeza, esperando a que despertara. Fue hasta él, le dio una sonrisa y le abrazo cariñosamente soltando unas lágrimas, que resbalaron y cayeron en el cabello de Sora, el correspondió el abrazo con mucho afecto, se disculpó por no poder recordarla y le prometió que haría todo lo posible por hacerlo. La madre del chico solo pudo sonreír más. Esa actitud, esa determinación con la que pronunció esa promesa, ese era su hijo.

          Luego de cambiarse de vestimenta y comer un poco de la horrible comida de hospital, madre e hijo se dispusieron a salir del centro médico para ir a su casa. Habían alojado a Sora en el cuarto v-252 en el segundo piso. Usaron el ascensor para bajar y la Señora Cross fue a la recepción para firmar su salida. Sin embargo, ocurrió algo inesperado justo cuando cruzaron la puerta para salir.

          Fuera del edificio estaba el estacionamiento y de allí se salía por un portón eléctrico al cuidado de dos guardias. Al otro lado de las puertas de cristal que cruzaron Sora y su mamá se encontraban dos chicas caminando en dirección a la entrada, ambas cabizbajas, con una mirada vacía en sus ojos. Eran casi del mismo tamaño. La chica de la derecha tenía un cabello de color carmesí y la que estaba a la izquierda unos cabellos del color del Sol. «Sora» dijeron ambas al unísono cuando levantaron la vista y vieron al chico caminando al lado de su madre. Sus rostros se iluminaron, y la luz de vida regresó a sus ojos. Pasaron dos segundos antes de que las dos niñas salieran corriendo, casi en una competencia, para abrazarle. Sora apenas tuvo tiempo para reaccionar, y para cuando se dio cuenta ya tenía a las dos abrazándolo efusivamente, casi llorando y dando gracias a los Cielos de que estaba bien. Sora enrojeció hasta el cuello por la repentina muestra de afecto por parte de las dos (para él) desconocidas. Miró a su mamá buscando que le ayudara, pues ninguna parecía querer zafarse de él.

—Kairi, Naminé —dijo la Señora Cross. Las dos mencionadas abrieron los ojos de par en par y se soltaron del muchacho rápidamente. Sora por fin pudo respirar luego de recibir ese abrazo.

—Lo siento Señora Cross —dijeron ambas mirando a la adulta frente a ellas y luego miraron al chico, que aún estaba sonrojado y apartaba la mirada, apenado y con una sonrisa nerviosa. Ambas conocían esa expresión, de la primera vez que lo conocieron.

—Hola señoritas, ¿Quiénes son ustedes? —preguntó Sora observándolas con una sonrisa inocente. Tanto a la pelirroja como a la rubia, se les derritió el corazón al escucharle hablar, estaban aliviadas de que estuviera bien, podía moverse, caminar, hablar y no tenía ningún daño seve... un momento ¿Qué fue lo que dijo?

—So-Sora, no bromees —la pelirroja fue la primera en hablar, sonriendo ligeramente, pensando que el chico intentaba jugarles una mala broma luego de lo ocurrido, pero al verle a la cara se dio cuenta que no era ninguna broma: él no sabía quién era—, soy yo, Kairi ¿no me reconoces? —Sora negó suavemente con la cabeza.

—¡¿Y a mí?! —habló la rubia alarmada—, soy Naminé, me reconoces ¿verdad? —Sora hizo el mismo gesto que con Kairi y en ese momento a ambas se les derramó una lagrima— No es cierto, no es verdad —Naminé tomó al chico de los hombros y le clavó la mirada— Sora mírame— él se sonrojo nuevamente y se puso nervioso sin saber que hacer o que decirle.

—Lo-lo lamento de verdad, pero n-no te reconozco —Sora tartamudeaba, sin embargo, era sincero en cada palabra. Se sentía mal por no saber quiénes eran, lo sentía en su corazón ellas eran personas importantes.

          Naminé soltó al chico y aparto la mirada intentando soportar sus ansias de llorar. Kairi miraba a Sora afligida, con iguales o mayores ansias de llorar ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué no la reconocía? Se le formó un nudo en la garganta mientras soltaba las primeras lágrimas. La señora Cross, que entendía la situación por la que estaban pasando las chicas, las tomo a cada una de un hombro.

—Oh no... Yo, lo siento mucho no quise lastimarlas —explicó Sora rápidamente al verlas en ese estado—, no lloren ¿sí? Prometo hacer hasta lo imposible por recordarlas —dijo con vehemencia, las tomó de las manos y las miro con gran determinación. A las chicas se le subía la sangre a la cabeza de sólo ver aquellos ojos brillantes y ahora ambas estaban enrojecidas.

—Chicas tenemos que hablar —dijo suavemente la madre de Sora con su voz maternal—, vengan a mi casa en la tarde, ahí les explicare todo. 


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Hola a todos, bueno este a sido el primer capitulo de mi primer fanfic, espero haya sido de su agrado, si es así no se olviden de votar. No duden en comentar o hacer preguntas. Sin más que decir muchas gracias por leerme.   





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