Capítulo V

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PENSAMIENTOS DE PERSONAS CONOCIDAS

          Todos entendían el problema, todos querían intentar solucionarlo, pero cada uno tenía una idea diferente de cómo hacerlo. El inconveniente radica en que dos personas pusieron sus deseos y sentimientos por encima de todo, y esas dos quieren solucionar el problema solas, para que nadie se interponga. Que dilema tenemos aquí ¿Qué estarían pensando esas dos? Eso sólo generará más problemas, pero, claro está, si no fuera así esta historia no tendría sentido ¿verdad?

          Esaii Lawrence Kairi (dado que odia su segundo nombre mejor no lo mencionaré) de cabellos rojizos cual llama que anida en su corazón, con ojos tan azules como el mar, muy parecidos a los de Sora y es su amiga de la infancia (Imagino que entenderéis a dónde va el asunto cuando uso el término de "amiga de la infancia"), cuya belleza antes mencionada sólo es superada por su intelecto, aunque contrasta bastante con su actitud ligeramente infantil en ocasiones. Amante de los mares y océanos del mundo, con esperanzas de convertirse en una excelente bióloga marina algún día. La persona a quien Sora le tenía mayor confianza —antes de perder la memoria por supuesto— y, para celos de Naminé, la persona más cercana a él junto con Riku.

          La pelirroja se encontraba en su habitación, sentada en su cama con sabanas rosas, leyendo un libro de psicología, no era ni de lejos su materia favorita por su puesto, pero necesitaba información para enfrentar este problema, por suerte con una madre bibliotecaria tiene un suministro casi ilimitado de libros a su disposición. Tenía puesta una melodía de Tchaikovsky porque, según ella, le ayudaba a relajarse.

—¡Rayos! No encuentro lo que necesito —dijo mirando el libro, sumamente "relajada", como esperando que éste le respondiera para decirle lo que quería saber—. Necesito saber qué hacer para que Sora me recuerde —le recriminó al pobre libro mientras tomaba otro que tenía cerca y lo abría en la sección dedicada al estudio de la memoria. Ya era el cuarto que leía, a los otros tres les toco ser lanzados o pateados fuera de su vista. Por ahora lo mismo de siempre: bla bla bla...conexiones neuronales...bla bla bla...sistemas de largo y corto plazo...bla bla bla...tipos de memoria...— ¡Aquí está! —exclamó con aire victorioso y leyó con atención el título— Métodos de recuperación de recuerdos y mejora de la memoria.

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          Luego de llorar toda la noche, Naminé despertó un poco más tarde de lo común y con aire resuelto se dispuso a buscar una solución al problema que la afligía: su Cariño no la recordaba. Para ello dio uso al lugar con más conocimiento de todos: Internet, porque claro no iba a ir a una biblioteca un domingo, así que, se paró de su cama, caminó con pasos firmes a su computador y escribió lo más específico que se le ocurrió: "cómo hacer para recuperar los recuerdos de alguien con annesia" y ni siquiera se molestó en mirar su ortografía. Presionó la tecla y los resultados aparecieron en pantalla. Leyó varios títulos poco prometedores y, entre ellos, encontró uno interesante; era un artículo de nombre largo y complicado, escrito por un tal Vexen, que, en resumen, hablaba todo lo relacionado con la amnesia y su tratamiento, y como extra, había sido publicado por la Royal Society de Londres. Por supuesto Naminé no entendía muy bien lo que significaba eso, pero igual entró al sitio web

—Ok esperemos que esto me ayude —dijo leyendo algunas cosas sueltas y saltándose varias páginas seguidas (entre ellas el índice del artículo) hasta llegar a una página titulada: "Métodos de recuperación de recuerdos". En la que explicaba algunas formas de hacer que alguien con amnesia pudiera reparar su memoria—. Esto si es útil —mencionó al leer, escuchando distraída alguna canción de pop comercial que pasaban en la radio.

          Ahora bien, junto con una extraña explicación de la memoria vista como una cadena estaba una advertencia: no se debía, bajo ningún concepto, cambiar los recuerdos del paciente con otros falsos o alterados, esto podría tener consecuencias inesperadas en la conducta y personalidad del paciente, así como la posibilidad de que sus recuerdos reales nunca regresaran al ser borrados de manera permanente.

          Naminé Lyra Néel, de cabellos dorados cual reluciente oro y una piel blanca que dejaba suspirando a los hombres y, dicho sea de paso, algunas mujeres. La hermana mayor de los gemelos Néel, conformados por: Ventus, el mayor, y Roxas el menor, aunque solo se llevaran minutos de diferencia. La verdad es que usar la palabra "gemelos" se queda corto, dado que en aspecto eran asombrosamente idénticos, así que de pequeños les gustaba sacar de quicio a su hermana vistiendo exactamente igual y cambiando de nombres, asustándola, engañándola, gastándole bromas, sólo para recibir reiteradas palizas cuando Naminé perdía la paciencia, lo que sucedía con bastante rapidez. De cualquier modo, Naminé era la consentida de la familia y creció con muchos mimos por parte de sus padres y hermanos, lo que terminó dándole una actitud caprichosa, que la llevaba a hacer todo lo posible por obtener lo que quería e incluso jugar con las personas para cumplir sus deseos, gracias a esto (y un par de cosas que no mencionaré todavía), y en total secreto de ella, le dieron el apodo de «La Bruja». También, y por si el lector no lo ha descifrado todavía, es o era, la actual pareja de Sora Cross, a quien ella llama abiertamente su «Cariño».

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          Kairi quería que Sora la recordara y que se diera cuenta de lo malvada que era esa bruja rubia, Naminé quería que su Cariño la recordara y que dejara de una vez por todas a esa presumida pelirroja, ambas "querían a Sora para ellas solas" como dijo Riku en una ocasión y para lograrlo tenían que deshacerse de la otra.

          La pelirroja tuvo una idea, si lograba que Sora recordara todos sus momentos juntos; su amistad, su cariño hacia ella, su vida junto a ella, si lograba recordar todo de ella, y si hacía que se diera cuenta de cuanto lo amaba, de cuanto amor y cariño le tenía, si lograba que el sintiera lo mismo por ella, si le hacía sentir que sus corazones estaban conectados, lograría que él se quedara por siempre a su lado. Y para asegurarse de eso tenía que decirle todo lo malo que había hecho Naminé, si se le hacía ver cómo era en verdad, podría conseguir que terminara con esa relación que tanto odiaba, pero claro eso significaba que Sora probablemente acabaría odiando a la rubia por lo que hizo.

          Había algo que la retenía de hacer lo que pensaba: Sora se veía realmente feliz con Naminé, eso la obligaba a mantenerse callada, eso la obligó a guardarse tantas cosas, porque la felicidad del castaño era todo lo que le importaba «¡No!, ¡es mentira! ¡ella lo tiene ilusionado, lo enamoró con mentiras! Solo que él no lo sabe» la frustración invadió su mente mientras más pensaba «yo le haré ver la verdad y lo protegeré de toda la oscuridad, él será feliz conmigo, yo lo sé» y se decidió a realizar su plan sin mirar atrás.

          La rubia tuvo una idea, sin embargo, mientras pensaba en las consecuencias, su rostro se tornó preocupado y temeroso, le pareció terriblemente malvada, sería sumamente peligroso hacer tal cosa, pero... Con tal de tener a su Sora con ella para siempre, con tal de tener su atención, su amor y su cariño por siempre... Con tal de que el castaño fuera todo de ella por siempre, y que ella fuera su Reina por siempre, borraría a Kairi de sus recuerdos le haría pensar que jamás la había conocido y que ella no era nadie especial. «Sé que yo puedo hacerlo feliz, mucho más que esa tonta pelirroja sabelotodo, todo lo quiero es que seamos felices, todo lo que quiero es ver a mi Sora sonreír. Lo que dicen de mí no es verdad, él lo sabe» algunas lágrimas brotaron de sus ojos mientras pensaba «ella quiere alejarlo de mí, quiere quitarme lo que más amo en todo el universo, no se lo permitiré, Sora es mío» y con esa idea rondando por su mente nada la detendría.

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          Vexen estaba tomando su merecido descanso, tenía algún tiempo libre antes de seguir con su trabajo. El caso de Sora de verdad le interesaba, había algunas cosas extrañas, pero nada que no hubiera visto antes; decirle directamente cosas sobre lo que hizo en el pasado no le ayudaba a recordar, así que tratar con métodos indirectos parecía ser la mejor solución. Le preocupaban las circunstancias específicas del accidente, pero no lograba encontrar mucho al respecto, tendría que hablar con la Sra. Cross sobre eso.

—Ah, se me olvidó decirles sobre no tratar de "ayudarlo" alterando sus recuerdos para hacerlos mejores. Aunque, la verdad, no creo que nadie quisiera cambiarlo de alguna forma... De todas maneras... Mejor llamo a la Sra. Cross para decirle sobre eso.

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Espero le guste y que hayan entendido la idea de lo que sucederá mas adelante. No olviden votar y comentar. Sin más que decir muchas gracias por leerme. 

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