Capítulo 21.- Estar contigo

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—Oye Donovan, ¿sabes qué es mejor que besarte en la playa?

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—Oye Donovan, ¿sabes qué es mejor que besarte en la playa?

—No, ¿qué?

—Besarte dentro de ese bello automóvil. Ven conmigo.

Rodrigo pausó aquellos besos, se puso de pie, tomó la mano del otro y tiró de él para llevarlo corriendo hasta el asiento trasero del coche.

—¿Lo dices en serio? —rió— ¡Estás loco!

—Solo un poco.

Y así, en menos de un minuto, ambos estaban dentro del automóvil. El pelinegro quedó recostado sobre Donovan mientras seguían besándose como si no hubiera un mañana. La respiración se tornó caliente, y todo pensamiento coherente se desaparecía rápidamente.

Sin perder el tiempo, Rodrigo empezó a esparcir besos en el cuello de Eloy, hundiéndose en el hueco entre el cuello y el hombro.

—Rodri... —La voz de Donovan era una súplica cargada de deseo.

El pelinegro estaba demasiado ocupado como para poder decir palabra alguna, no recordaba haberse sentido así jamás.

Hasta ese momento todo parecía estar marchando bien, pero fue entonces que unas luces captaron un poco su atención. Aquel destello de tono azul y rojo, solamente podría significar algo: Policía.

—Viene un aguafiestas en camino —comentó el pelinegro regresando a devorar una vez más, la boca del otro.

—Debemos parar entonces...

—Pero no quiero...

Rodrigo estaba tan emocionado que besó nuevamente a Eloy sin importarle que un oficial de policía ya estaba muy cerca de ellos.

En un abrir y cerrar de ojos, la autoridad estaba tocando la ventanilla. De mala gana, Rodrigo se movió y ambos se sentaron en el asiento, procurando calmar su respiración para poder hablar con el hombre que los había interrumpido.

—Buenas noches. Bajen del vehículo, por favor.

El pelinegro balbuceó un par de palabras altisonantes, sin embargo ambos obedecieron y al bajar, se reclinaron uno junto al otro en la puerta del coche.

—¿Qué hacen, jóvenes?

—Nada malo, señor oficial —respondió Eloy avergonzado, con la mirada baja.

—Buenas noches, señor oficial —interrumpió Rodrigo— solo estamos platicando, mi novio se sentía mal.

<<¿Soy tu novio?>> murmuró Donovan con voz muy baja.

<<Obviamente, ¿acaso crees que me ando besuqueando con cualquiera?>> replicó el pelinegro.

<<No recuerdo que me pidieras ser tu novio>>

Ladrón de MichisWhere stories live. Discover now