Capítulo Veintiuno: Mentiras

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- ¡Todos vayan a un lugar seguro, rápido! - Gritó el peliplata, listo para el ataque que su hijo preparaba.

Lee tomó a Tenten y salió de ahí junto con los demás.

El Jounin logró esquivar el ataque subiendo a las ramas de un árbol.

- ¡Raijin, reacciona ya! - Pero éste ignoró sus palabras - ¡Si me matas, ¿qué harás después?, ¿eh?!

- Después de matarte voy a por la aldea de la hoja... - Dijo esa voz y se lanzó a por él, pero el Jounin volvió a esquivar el golpe, así que el castaño únicamente destrozó el árbol con un puñetazo.

- Sé que estás ahí Raijin, sé que puedes escucharme y también sé que no quieres destruir la aldea de la hoja.

- ¡¿Quieres dejar de hablar?!

Kakashi comenzó a correr con Raijin siguiéndole detrás, alejándolo de la aldea, y se detuvo cerca de un pequeño río que cruzaba por ahí.

- Dime algo, ¿haces esto por lo que te contó Akane? - Le preguntó, serio.

- Me parece haberte dicho antes que peleo por mi cuenta, pero si, tienes razón.

- Entonces, ¿le crees a ella?

- Más que a ti.

"¿Qué hago para que reaccione?" se preguntó por octava vez.

- Le pondré fin.
Extendió el brazo derecho y de éste comenzaban a brotar cargas de electricidad.

"Creo que tengo una idea."

Se puso de pie y corrió hacia su padre.
- ¡MUERE!

No alcanzó su objetivo, pues el peliplata había usado su Sharingan para esquivar el ataque, pero al menos lo había tocado, dejando marcas de garras en su chaleco y quedó a un lado suyo.

- Supongo que fue tu madre quien te metió la idea de que yo te abandoné y por eso quieres vengarte. Déjame decirte que es mentira, todo lo que te contó es mentira.

- ¡¿Cómo demonios quieres que te crea?!
Le soltó otro golpe, el cual Kakashi detuvo con su mano y lo tomó del brazo para que el menor lo mirara.

- Tu madre planeaba atentados en contra de las aldeas vecinas. Cuando me enteré no quise estar junto ella y sus planes. Por eso la dejé y jamás volví con ella.

Hizo una leve mueca de dolor puesto que la cubierta de Byakko comenzaba a quemarle la mano.

- Ella jamás me dijo que estaba embarazada, lo ocultó. - Continuó - Creeme, si yo hubiera sabido que tú venías en camino me habría quedado, habría estado a su lado sólo para estar contigo y poder cuidarte.

Los ojos del castaño amenazaban con volver a ser negros y comenzaba a entrar en razón.

- Y me habría encantado conocerte de bebé, cargarte en mis brazos, enseñarte a hablar, entrenarte para que crecieras siendo un gran Shinobi como tu padre, aunque ya eres un gran ninja. Estoy seguro que incluso eres más fuerte que yo. - Dio una leve carcajada y continuó - Así que, Raijin, saca esa tonta idea de tu cabeza porque yo jamás te abandoné.

Sus ojos volvieron a su color natural. Negros. Bajó la mirada al suelo.

- Toda la aldea me odiaba... - Continuó el menor, cabizbajo - Todo el tiempo estuve solo. Esperé años con la esperanza de que algún día tú volvieras... Pero nunca lo hiciste... Yo... yo... - La voz se le quebraba al hablar - Yo te necesitaba...

- Raijin... - Susurró Kakashi, soltando el brazo de su hijo al notar que la cubierta empezaba a desaparecer.
- Mírame. - Le ordenó y éste levantó la mirada - Dame la oportunidad de ser el padre que siempre quisiste y necesitaste. Prometo que jamás voy a volver a dejarte solo, ni en los peores momentos. - Dijo, colocando una mano sobre un hombro suyo.

Yo Soy Raijin Hatake (El Hijo de Kakashi Hatake)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora