Yo Soy Raijin Hatake (El Hijo de Kakashi Hatake)

Capítulo Quince: Pude Haber Sido el Malo

Pasó un tiempo en el que el castaño convivió más con los chicos, en el que pasó más tiempo con Tenten y Eshima. Además, el peliplata y él pasaban más tiempo juntos que antes, el odio hacia su padre había disminuido mucho. También, el peliplata se habia ofrecido a ayudar al menor a entrenar, a pesar que éste lo hacía solo, por ejemplo, algo que le enseñó fue cómo disminuir el uso de chakra mientras usasba el Sharingan.

Y bueno, Kakashi por su lado intentaba ser el mejor padre para él, hacía lo que pensaba que era correcto, incluso aprendió a cocinar más de lo que sabía antes de la llegada de su hijo.
Raijin había resivido misiones en las que participaba con diferentes equipos, pero la mayoría era con su padre y su equipo.

- ¿De verdad es necesario ir? - Preguntó, fastidiado.

- Claros que si. El día de hoy será de padre e hijo.

El peliplata había usado su día libre para planear algo y decidió que irían a pescar juntos. Pero el menor sólo quería quedarse en casa y leer su libro.
Al parecer había heredado la flojera que su padre cargaba siempre.

- ¿Llevas todo lo que necesitas? - Volvió a preguntar.

- Si.

- Entonces, andando. Este día será el mejor.
Estaba realmente emocionado, pues jamás pensó que haría algo así, y el castaño sólo lo miraba con un aura depresiva rodeándolo.

"Será un día muy largo," pensó Raijin mientras salía de casa detrás de él.

............

- Este parece un buen sitio. - Indicó Kakashi, llegando a un lago un poco alejado de la aldea, donde desempacaron todo.

- ¿Quieres que te ayude con eso? - Preguntó al ver que el castaño intentaba colocar la carnada en el ansuelo.

- No, yo puedo solo.
Esta era la parte que le costaba más, pero no quería ayuda porque se sentiría inútil al no poderlo hacerlo por su cuenta. Después de unos intentos, porfin lo logró.

- ¿Sabes cómo pescar o quieres que... - ¡Claro que lo sé. Yo crecí haciendo esto! - Lo interrumpió, lanzando la cuerda lejos y sentándose a la orilla del lago.

"Por eso digo que sí sabe," se dijo el peliplata para después tomar asiento a su lado y lanzar su ansuelo.

- ¿Cómo es que aprendiste a pescar? - Consultó el Jounin, comenzando una conversación.

- Un amigo me enseñó. - Respondió, cortantemente.

- Ya veo... - Pronunció, sacándose la máscara, a lo que el castaño lo vio interrogativo.
- No hay nadie cerca, así que no la necesitamos, además, el aire es realmente fresco.
El menor lo pensó un poco pero hizo lo mismo.

Estuvieron en un silencio cómodo, pero el Jounin lo rompió - ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste realmente feliz?

- ¿A qué viene esa pregunta?
Observó a su padre, impresionado, pues de todas las preguntas que podía hacer escogió esa.

- Veo que no sonríes mucho, a excepción que cuando estás con Eshima y Tenten. - Continuó - Así que dime, ¿cuándo fue la última vez?

Entonces vio que no le quedaba de otra más que responder a la pregunta del mayor.

- Bueno, que yo lo recuerde, fue cuando tenía algunos cinco o seis años.

Suspiró y miró al frente.

- No tenía ni un sólo amigo y era odiado por la mayoría de la aldea ya que creían que yo sería el siguiente Raikage y me sentía superior a ellos. Pero yo no pensaba eso, me sentía como cualquiera de ellos. - Prosiguió - Un día me acerqué a un grupo de niños con intenciones de hacer amigos o al menos jugar un rato con ellos.