Yo Soy Raijin Hatake (El Hijo de Kakashi Hatake)

Capítulo Once: ¿De Vuelta a Konoha?

- Debería estar orgullosa de mí ya que por lo menos he vuelto con vida. - Dijo el castaño, arrojando una pequeña roca desde el borde de una montaña donde se encontraba, de ahí podía apreciar toda la aldea.
- Oh, pero no, a ella sólo le importan sus estúpidos planes para apoderarse de las demás aldeas.
"Algo que está muy mal de hecho."

- Se supone que debería estar preocupada por mí porque después de todo sigo siendo su hijo, ¿o me equivoco?
Se recargó en la barandilla que evitaba la caída al vacío mientras recordaba la aldea de la hoja, las tiendas, la abuela Katsumi, a la anciana de la Hokage, a Sasuke, Sakura, al estúpido cabeza de piña, a Eshima, a Tenten y a su padre Kakashi.

- Talvez debí quedarme allá. - Murmuró mirando la aldea.

- ¡RAIJIN!

- ¿Uhm?
Volteó hacia atrás donde vio a su amigo con cabello rojo, ojos cafés, quien venía corriendo subiendo las escaleras hacia su dirección.
- Naoko, ahora no estoy de humor. - Le dijo para volver la mirada al frente.

- Tengo algo muy importante que decirte.

- Si lo que quieres es que te ayude con los caballos, ahora estoy ocupado.
Volvió a arrojar otra roca al vacío.

- No es eso, es algo mucho más importante, es... - No tengo muchas ganas de ir a pescar al lago, - Volvió a interrumpirlo - talvez lue... - !Cállate y deja de interrumpirme!

Raijin lo miró sorprendido a los ojos, ya que el pelirojo le tomaba por los hombros y lo había volteado para quedar frente a frente.

- Naoko, ¿qué...

- Escúchame bien.
Parecía que hablaba en serio.
- Debes irte de la aldea ya.

- ¿Pero qué rayos dices, Naoko?
Se soltó de su agarre pero siguió mirándolo con cierta confusión.

- ¡Tu madre, Lady Akane planeó asesinarte!

El castaño se sorprendió al escuchar a su amigo.
- ¿Cómo dices?

- Lo que escuchaste. Lady Akane mandó a varios Shinobi a matarte.

- Pero, ¿porqué?

- Dijo algo de que no le sirves de nada si no puedes controlar a Byakko.

"Debí imaginarlo."

- Eso no puede ser verdad. - Murmuró, mirando las rocas que habían resbalado de su agarre y yacían en el suelo.

- Raijin debes huir en este instante, vete lo más lejos de esta aldea.

"Y ¿adónde iría? ¿A la aldea de la hoja? No lo creo."

- ¿Eh?
Los dos voltearon hacia atrás, hacia el camino, se escuchaban algunas voces y pasos.

- ¡Debes irte ya!
Naoko le empujaba hacia la dirección de la salida de la aldea.

- Pero, Naoko...

- ¡Vamos! Eres como mi hermano menor y no quiero perderte, no ahora.

- Naoko... - Murmuró, observándolo con algo de trsitesa.

Las voces se escuchaban más cercas.

- ¡Anda, vete ahora! Yo los distraeré lo suficiente como para que te alejes un poco de aquí.
Su amigo se preocupaba realmente por él y haría lo que pudiera para ayudarlo a escapar.

- De acuerdo. - Asentió - Nos veremos luego Naoko.

- Seguro que si, Raijin. - Le dijo con una sonrisa en el rostro antes de que el castaño desapareciera.