Capítulo 7

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"¿Quieres un vacileo?"

-Voy a realizar mi 10-10 -informó el subinspector Dan con el ceño fruncido.

Volkov volteó la cabeza en dirección contraria a Horacio, esquivando su mirada, ocultando de esa manera sus mejillas sonrojadas. Mentiría si dijera que aquellas palabras y esa forma de hablar no le recordaban a Horacio. Para él, Horacio había sido aquel rayo de luz y de esperanza que necesitó durante tantos años, fue el sol que iluminó su vida de la oscuridad y el sol que derritió su helado corazón. Todo aquello que sentía y que pensaba sobre él, eran cosas que nunca se atrevería a decir en voz alta, y menos siendo consciente de la maldición que parecía perseguirlo a lo largo de su existencia.

Volkov estaba casado con su trabajo y con su nueva familia, los agentes del CNP.

Ladeó la cabeza hacia las escaleras. Cerró los ojos y negó, ¿cómo sabía el subinspector Dan todo eso sobre él si sólo se conocían de poco más de una semana? Incluso había notado cosas que ni Volkov tenía conocimiento sobre él mismo. Tenía que haber algo más, no pararía hasta descubrirlo. Fue por eso que decidió seguir los pasos de Dan y lo siguió hasta el garaje de comisaría.

-Subinspector -lo llamó. Dan estaba al lado de su patrulla, acción que no entendió Volkov si supuestamente se iba, por lo que se lo preguntó- ¿No iba a realizar su 10-10?

-10-4 -suspiró-, cambié de idea, vine a practicar los Código 1.

Volkov asintió, no sabía cómo abordar el tema sobre lo que escuchó minutos antes en las celdas.

-¿Cómo supo todo eso de mí? -soltó buscando la mirada de Dan, incluso se quitó las gafas de sol y las sostuvo en el cuello de su camisa.

-¿Cómo, cómo? -el enmascarado parpadeó varias veces.

-Oí su conversación con Paola -Horacio abrió los ojos, estos conectaron con los del comisario.

Volkov notó cómo se tensó Dan tras decir aquello, fue consciente de los nervios del contrario, pero quería saberlo. Le observó detenidamente, su camiseta de manga larga para cubrirse del frío debajo del chaleco de policía, los pantalones vaqueros... subió los ojos de nuevo, centrándose esta vez en la cara. Esta estaba oculta tras la máscara negra, por lo que solo tenía sus ojos al descubierto. Los examinó detenidamente.

Por otra parte, Horacio se dio cuenta de cómo lo observaba. Vio que Volkov lo miraba de arriba a abajo y por un momento se sintió totalmente desnudo, sintió que el ruso era capaz de ver a través de su ropa y de su pasamontañas, destapando completamente su identidad. Vio que lo miraba a los ojos, detalladamente, él vio los suyos color grisáceo, perdiéndose en sus reflejos azules como si de olas se tratasen.

-Conway me habló de usted y, soy muy observador, ¿sabe? -contestó. Volkov se detuvo en el orbe izquierdo del subinspector. Vio los pequeños trazos castaños de este, contrario al derecho que era de un color completamente verde.

-Yo también -su choque de miradas fue interrumpido por un aviso, habían recibido un chivatazo de robo de vehículo.

Dan subió al patrulla el asiento del conductor y Volkov lo imitó subiendo al asiento del copiloto. El subinspector informó por radio a la vez que salía del garaje y pasaba por el puente.

Otro Z los seguía a modo de apoyo. Dan pasó de largo la intersección en vez de girar a la izquierda y perseguir el vehículo robado.

-¿Qué hace? -preguntó Volkov confundido.

-¿Confía en mí?

El comisario no contestó, dejó que el menor hiciera lo que tuviera planeado. Tras dar un par de vueltas, se detuvieron en la entrada de un callejón. Horacio cerró los ojos y contó hasta tres.

Starting Over / VolkacioWhere stories live. Discover now