Isn't it love? | Jotakak

02

Stand misterioso

Después de lo ocurrido en las escaleras, Kakyoin había llagado al instituto, antes de dirigirse a su salón de clases, tenía que entregar unas copias para tener su papelería completa. Fue hacia la sala de profesores para entregárselo a su maestro titular.

En su camino no esperaba ver al chico de cabello plateado, este se encontraba en medio del pasillo, parecía algo perdido. Kakyoin no pudo evitar el ponerse nerviosa; no estaba segura si era una buena idea hablarle, ya que aún no podía recordar su nombre y no estaba segura si se trataba de la misma persona que conoció en su niñez, prefirió seguir con su camino.

Para sorpresa de Kakyoin, el chico empezó a acercarse a ella.

—¡Hola! —dijo el joven alegremente —. Disculpa estoy un poco perdido, estoy buscando la sala de profesores.

El rostro de Kakyoin comenzaba a ruborizarse, trato de calmarse un poco antes de poder hablar.

—¡H-hola! —respondió algo nerviosa —. Justo ahora iba hacia la sala de profesores, podemos ir juntos.

—¡Claro! Vamos entonces —respondió el joven con una gran sonrisa en sus labios.

Ambos se dirigieron a la sala de profesores; el joven caminaba al lado de Kakyoin, mientras que observaba por la ventana el pequeño jardín que se encontraba afuera y lo que parecía ser un pequeño perro durmiendo tranquilamente cerca de las flores. Luego de unos pocos minutos ya habían llegado a la sala.

—Aquí está la sala de profesores —dijo Kakyoin, señalando a la habitación que estaba a su lado.

—¡Muchas gracias por tu ayuda! —le respondió, antes de Kakyoin se diera cuenta el joven había tomado su mano, para después darle un beso—. Mademoiselle.

Kakyoin no podía estar más sonrojada en ese momento.

El joven se dirigió hacia la sala de profesores, estaba a punto de entrar, pero se detuvo y volteo a ver a Kakyoin.

—Casi lo olvido, mi nombre es Jean Pierre Polnareff, ¿Cómo te llamas?

—K-kakyoin Nori... —respondió aun sonrojada.

—¡Mucho gusto! Nos vemos luego —respondió Polnareff, para después entrar a la sala de profesores.

Polnareff

Ahora todo estaba claro, el niño que conoció en su infancia y joven del instituto eran el mismo, después de varios años, al fin pudo volver a verlo.

En ese momento el corazón de Kakyoin estaba latiendo tan rápido que sentía que iba a salirse de su pecho. No estaba segura si Polnareff aún se acordaba de ella, por ahora actuaria normal, ya que lo que menos quería era que el pensara que es una loca acosadora.

De pronto alguien paso a su lado, empujándola un poco.

—Disculpe —dijo Kakyoin, esperando una respuesta de la persona que la había empujado, pero no había nadie. Miro hacia atrás para ver de quien se trataba; se molestó al ver que se trataba del mismo tipo de los escalones, la había ignorado y seguido con su camino, en lugar de disculparse.

—Mal agradecido y ciego —susurro un poco enfadada, para después voltearse y entrar a la sala de profesores.

Pero de lo que Kakyoin no pudo darse cuenta, era del stand que apareció detrás del chico alto, y que la observaba fijamente para después desaparecer.

Una vez dentro de la sala, Kakyoin fue hacia donde estaba su profesor titular para poder entregarle las copias. Justo en momento sonó el timbre que indicaba el inicio de clases.

—Buenos días, disculpe la tardanza profesor Jonathan.

—Buenos días, señorita.

Debido a las cosas que le sucedieron en la mañana a Kakyoin se la había hecho tarde, saco las copias de su bolsa y se las entrego a su profesor, quien procedió a sacar un portafolio, para después comenzar a revisar las copias.

—Con su permiso profesor debo retirarme, tengo que entrar a clases —dijo algo apenada.

—No se preocupe señorita, puede quedarse un momento en lo que reviso que todo esté bien con su papelería —respondió su profesor con amabilidad—. Una vez que termine la acompañare a su salón para que no tenga problemas por llegar tarde.

—Es muy amable, pero no me gustaría molestarlo.

—Insisto, no es una molestia para mí —le mostro una amable sonrisa, mientras proseguía a revisar los papeles.

—Está bien, gracias...

A Kakyoin solo le quedaba aceptar lo que su profesor le propuso, con un poco de pena. Después de unos pocos minutos, el profesor Jonathan le comento que todo se encontraba bien con su papelería, se levantó de su silla para poder acompañar a Kakyoin a su salón de clases.

Cuando llegaron al salón, Jonathan toco la puerta, esta fue abierta por el profesor Kars, una vez explicada la razón de la demora de Kakyoin para entrar a su clase, el profesor la dejo pasar. Kakyoin le dio las gracias por su ayuda al profesor Jonathan antes de entrar a su salón.

Dentro del salón, el profesor Kars procedió a presentar a Kakyoin a sus compañeros de clase.

—Permítanme presentarles a su nueva compañera.

—Encantada de conocerlos, mi nombre es Kakyoin Nori, espero que nos llevemos bien —dijo Kakyoin tranquilamente.

Sus compañeros de clase la saludaron amablemente, algunos chicos hacían pequeños comentarios sobre lo linda que era y algunas chicas hablaban sobre el color de su cabello. El profesor Kars les pidió que guardaran silencio, para después indicarle a Kakyoin donde estaba su asiento.

—Su lugar esta al fondo junto a la ventana —dijo señalado hacia una esquina.

Kakyoin camino hacia su lugar, el penúltimo escritorio junto a la ventana. Estaba a punto de sentarse en su escritorio, cuando se dio cuenta que la persona que se sentaba detrás de ella, era el mismo chico grosero de esa mañana. Este se encontraba recostado en su silla y con sus brazos cruzados, al parecer estaba dormido.

Esto tiene que ser una broma... pensaba Kakyoin. Algo molesta tomo su asiento, saco su estuche y su libro para la clase; de pronto sintió como alguien la observaba desde la ventana.

Kakyoin volteo hacia la ventana para ver de quien se trataba, se sorprendió al ver la silueta de un hombre musculoso a su lado, rápidamente se froto los ojos y volteo nuevamente a ver, pero no había nadie.

Tal vez solo era su imaginación. 

Aquí todavía es 27, así que feliz Día Jotakak uwu 

Al rato subiré otro capitulo

Al inicio habrá algo de kakpol por que me gusta jsjsjs 

Gracias por leer.