Kakyoin nunca ha sido muy buena para relacionarse con otras personas, nunca ha sentido la necesidad de hacerlo, prefería llevar una vida tranquila y sencilla.
Ella no quería relacionarse con nadie que no fuera capaz de ver a su stand, pero ella nunc...
El fin de semana su padre había regresado de su gira, su madre Holly estaba más que feliz de que su esposo regresara, pero a Jotaro no le importaba. Su padre muy pocas veces suele estar junto con su familia debido a su trabajo como musico.
Durante el fin de semana Holly insistía en que pasaran el tiempo juntos o que salieran a comer a algún restaurante, pero Jotaro termino por negarse a pasar el tiempo con ellos. No le agradaba pasar el tiempo con su padre Sadao, un hombre que ponía su trabajo antes que su familia.
En una ocasión Holly se había enfermado de gravedad y tuvo que ser hospitalizada, pero su padre nunca se dignó a llamar para saber cómo se encontraba su esposa y mucho menos visitarla. Desde entonces Jotaro ha tenido una relación muy distante con su padre.
Jotaro prefirió pasar el fin de semana fuera de su casa, para no pasar el tiempo cerca de sus padres y se quedó en la casa de su amigo Polnareff, que recién se había mudado a Japón. El azabache se despertó muy temprano el día lunes, salió de la casa de su amigo para dirigirse a su hogar y prepararse para ir al instituto.
Cuando llego a su hogar, encontró a su madre preparando el desayuno. Al parecer Sadao había salido de la casa para reunirse con unos compañeros de una discografía, por lo cual Jotaro acepto quedarse a desayunar junto a Holly. Una vez termino de desayunar, Jotaro salió de su hogar y comenzó su camino hacia el instituto; en su camino un grupo de chicas comenzó a acercarse a él, trataban de iniciar una conversación y hasta coquetear con el azabache, pero siempre las ignoraba.
Mientras se acercaba a los escalones que estaban frente a él, pudo ver a una joven pelirroja que se encontraba caminando más adelante.
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Era la misma chica que le había dado su pañuelo tiempo atrás, en ese momento recordó que aún no se lo había regresado y estaba dispuesto a devolvérselo, justo en ese momento sintió como alguien lo tomaba del hombro deteniéndolo.
—Buenos días, Jojo —saludo Polnareff sonriendo.
—Buenos días —respondió serio, Jotaro volteo hacia las escaleras para ver si la joven pelirroja aún estaba cerca, pero ya no estaba ahí.
—¿Pasa algo? —pregunto Polnareff al ver que Jotaro estaba viendo hacia otra dirección.
—No es nada —dijo para luego seguir con su camino.
Jotaro y Polnareff llegaron al instituto y cada uno se fue a su salón de clase, luego de unos pocos minutos las clases comenzaron. El día transcurría muy tranquilo. La hora de receso había llegado y la mayoría de los alumnos se dirigían al comedor para comprar algo.
Jotaro vio a la chica que se sentaba delante de él, recordó que debía devolverle su pañuelo, estaba a punto de hablarle, pero la pelirroja estaba saliendo de su salón. Por un momento pensó en esperar a que ella regresara.
