-Levihan- OneShots en Edición

Mini ~ shots #1

Como comenté en mi muro recientemente, he decidido comenzar a publicar pequeñas historias aleatorias de situación igual de aleatorias entre este amado par... espero que lo disfruten.

Nos observamos.

Él obviamente no quería ceder, pero yo tampoco se lo pondría fácil.

Así que nos miramos algunos minutos más, sin pestañear, notando las ganas que teníamos de dar por terminado esto y largarnos de una buena vez de aquí.

-Solo acepta que perderás, entrégalo y nadie saldrá herido.- dije sonriéndole.

-Yo saldré herido, gane o pierda... así que cierra la boca.- respondió aún concentrado en no parpadear.

La gente a nuestro alrededor nos miraba sin darnos verdadera importancia, no nos reconocían o eso me gustaba pensar ya que nos encontrábamos vestidos de civiles, nuestros uniformes se habían quedado en la legión como de costumbre.

La mayoría nos miraba un segundo, perdían el interés y continuaba con lo suyo. 

Las lágrimas comenzaban a asomarse lentamente por el borde de nuestros ojos, ardía muchísimo pero me negaba a dejar pasar esta oportunidad de aprovecharme de él.

Después de todo había sido él quien había propuesto esto.

-¿Listo para perder?.- pregunté riéndome.

-No sé, ¿lo estás?.- preguntó de regreso levantando una ceja.

Estaba intentando engañarme, lo sabía.

Resistimos varios minutos más, algunas ráfagas de viento con algo de tierra amenazaron con hacernos perder a ambos pero nada cambió.

Continuamos igual de estoicos.

Y luego Levi parpadeó.

Enseguida abrió los ojos tanto como pudo, sorprendido de lo que había hecho, obviamente yo estaba tan sorprendida como él.

Y luego caí en cuenta que...¡Había ganado!

-¡Aaaaaaaaaaaaaaa!.- comencé a gritar y dar vueltas por aquella transitada calle levantando mis brazos al cielo.

Mientras tanto Levi le indicaba a la gente que estaba loca y que me ignoraran, mientras se tallaba los párpados cerrados con el dorso de su mano.
Realice aquel despliegue de felicidad por varios minutos más, no todos los días podías ganarle a Levi, aunque fuera algo insignificante no dejaba de hacerme menos feliz.

Una vez más tranquila, me senté a un lado el malhumorado hombre quien únicamente estaba esperando a que terminara mi danza de la victoria.

-¿Y que piensas hacer con el?.- preguntó con rostro aburrido, posando su mentón sobre la palma de su mano.

Me quede en blanco.

-No se, no creí que llegaría tan lejos, así que por el momento no lo sé.- respondí emocionada tomándolo por los hombros mientras lo sacudía de un lugar a otro.

-¿Vamos a seguir aquí?.- preguntó agobiado, no sólo por mi acción, también por el hecho de ser el centro de atención de los transeúntes.

No estaba dispuesta a hacerlo sufrir de esa forma.

-No, después regresaremos y ya veré en qué usaré el dinero que acabo de ganar.- respondí poniéndome de pie.

-¿Regresaremos?, ¿los dos?.- preguntó con desconfianza.

La mire incrédula, ¿acaso pensaba que se zafaría de algo como esto solo porque había perdido?, no... estaba muy equivocado.

-Claro, debes venir conmigo.- y su cara de horror fue fantástica.

-¿Y se puede saber por qué quieres hacerme sufrir de esa manera?.- dijo alejándose un par de pasos de mi mientras su miseria desbordaba sus facciones.

Camine hasta llegar hacia él.

-Levi, ¿acaso prefieres venir con Nanaba?.- pregunté inocentemente y luego retomé mi andar.

Él se detuvo detrás de mi, mientras yo continué  dando un par de pasos más,  pero en cuanto note que no continuaba caminando a mi lado me giré para verlo ahí parado mirándome con odio, verdadero odio.

-¡Nunca, jamás, volveré a salir con Nanaba, jamás!.- gritó.

La gente lo miro como a un loco y después siguieron con lo suyo, yo me acerqué a él, con paso lento.

Al estar frente suyo pose mis manos sobre sus hombros, me incliné hasta quedar sobre su oído derecho y le dije en voz baja pero firme.

-Entonces no te quejes, o te obligaré a venir con ella.-

Se tensó, claro que lo había hecho.

Ya que eso no había sido una sugerencia, era una orden.

Lo vi tragarse sus palabras y comenzar a caminar de nuevo, con los puños fuertemente cerrados.

-Así me gusta.- dije llegando hasta él.

-Te odio.- dijo en respuesta.

-Repítelo hasta que te lo creas.- mencione con humor pasando mi brazo izquierdo sobre sus hombros.

Estaba muy enojado pero ni siquiera se molesto en intentar retirar aquel brazo que había puesto sobre él.

No había duda, me encantaba salir con él y hacerlo enojar.

Era lo que más me divertía.

¿Qué les pareció?

Es corto, lo se... pero ahí radica la esencia de esa mini historia en que son cosas que nunca hemos leído o pensado... son solo situaciones inesperadas o excesivamente casuales.

Quejas/ sugerencias: aquí.

Estaré intercalando las publicaciones, un one shot regular y uno mini para mantener esto fluido.

Bien, eso es todo.

¡Nos leemos pronto!