In the eyes of the beholder

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En los ojos del observador.

Y ahora, algo cursi...
Les traigo algo que honestamente se me acaba de ocurrir, así que pues... espero sea de su agrado.

¡Nos leemos al final!

Sentado en el alféizar de la ventana, observaba en silencio como el sol bañaba de una luz naranja y cálida el follaje de las hojas de aquel enorme árbol frente a mi casa

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Sentado en el alféizar de la ventana, observaba en silencio como el sol bañaba de una luz naranja y cálida el follaje de las hojas de aquel enorme árbol frente a mi casa.

El viento movía con ligereza las ramas y hojas de forma acompasada, el sol recién comenzaría a llegar al lugar donde me encontraba sentado, por lo que estiré lentamente mi mano hacia el exterior.

La punta de mis dedos se iluminó con aquella tonalidad naranja y enseguida una sensación de calor comenzó a recorrer mi extremidad.

Sonreí levemente mientras observé aquello.

A veces todo parecía tan simple como eso, el poder alargar mi mano para poder tener una sensación cálida como aquella, y en otras ocasiones,  aunque aquella luz cálida estuviera cerca mío e intentara llegar a ella no me era posible.

Lo mismo sucedía con cosas cotidianas, la solución era tan sencilla y de la nada se volvía algo imposible de sobrellevar.

Suspiré, una nube cubrió por completo aquel rayo de sol sobre mis dedos como haciendo una clara referencia a lo que estaba pensando.

Negué mientras retraía mi mano de nuevo, dejándola a mi costado.

Era muy difícil hacer las pases con lo que sentía y lo que demostraba, por alguna razón siempre eran complicadas para mi ambas cosas.

Le di la espalda a la ventana y observé con cuidado los posters dentro de mi habitación.

Réplicas de diferentes cuadros famosos sobre papel descansaban sobre las paredes.

El caminante sobre el mar de nubes, mostrando el horizonte sin fin delante suyo, con esos tonos grisáceos y oscuros, las nubes casi transparentes, el viento que era una parte importante de la obra y la sensación del mismo era tan tangible como el sol que previamente había recorrido la punta de mis dedos, aunque ahora a través de los cabellos del protagonista de la obra, y su traje oscuro eran el contraste perfecto dentro de aquel cuadro.

Transmitía una sensación de tristeza, y de desamparo pero también de libertad y confianza, era extraño el intentar explicar específicamente todo lo que aquella imagen transmitía.

Los sentimientos cambiaban por completo cuando mirabas la siguiente obra, Mujer con sombrilla, en este la iluminación y el viento podías prácticamente sentirlo sobre la piel, la tela del vestido y velo de la mujer, así como el sonido de la hierba alta a su costado.

Me giré para poder quedar frente a la ventana de nuevo, al costado más brillante se encontraba Cama de Flores en Holanda, lo cierto es que vaya que parecían camas de flores, era una sensación muy diferente el observar todas las obras con detenimiento.

-Levihan- OneShots en EdiciónWhere stories live. Discover now