Capítulo 13

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–¡Maldita sea!

La voz de Jungkook rompió el silencio de la estancia, bañada por la suave luz de la tarde. Llevaba tres horas con el mismo cuadro, intentando pintar un retrato de Taehyung; pero, por primera vez en su vida de pintor, no lograba lo que quería.

Se maldijo de nuevo, dejó el pincel a un lado y se apoyó en la mesa. Estaba muy tenso. Casi no había dormido en toda la noche. Se estaba limpiando las manos cuando se dijo que ya no se podía engañar más a sí mismo. Le había confesado que estaba enamorado de él, y él no había dicho nada. Había cerrado los ojos y se había fingido dormido porque no se sentía capaz de hablar con él. Le había hecho daño. Y, por la mañana, Taehyung le pareció tan frágil que ni siquiera se atrevió a tocarlo.

Intentó convencerse de que había hecho bien. Quizás ahora Taehyung se daría por aludido y entendería que su relación no tenía futuro. Sin embargo, no dejaba de pensar en lo sucedido durante la noche. Quería arreglar las cosas, aunque no sabía cómo. Y lo echaba terriblemente de menos.

¿Se habría enamorado también? No lo sabía. Solo sabía que necesitaba verlo, que necesitaba hablar con él y que no podía esperar hasta la noche. Iría a buscarlo, hablaría con él y, tal vez, harían el amor. No le podía decir que lo amaba. No creía que lo suyo pudiera ser una relación seria, pero podían disfrutar un poco más.

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Mingyu dejó la paleta en el suelo y se sentó en el césped. Le dolía todo el cuerpo. Ni siquiera sabía por qué se había puesto a arrancar las malas hierbas del jardín. Desde luego, no era lo más adecuado para una persona embarazada de ocho meses. Y ahora, tampoco sabía cómo se las iba a arreglar para levantarse.

Justo entonces, apareció Jungkook.

–Gracias a Dios... –dijo Mingyu.

Jungkook se asustó al verlo en el suelo y corrió hacia él.

–¿Qué estás haciendo?

–¿Tú qué crees? –replicó con humor–. Estaba cavando un agujero para llegar a China.

Él sacudió la cabeza y lo ayudó a levantarse.

–¿Cómo es posible que Wonwoo haya permitido que salgas a trabajar en el jardín?

–Deja de preguntar tonterías, Jungkook.

–Ah, comprendo... Wonwoo no sabe nada de tu intento de llegar a China –bromeó.

Mingyu lo miró con cara de pocos amigos, pero no dijo nada.

–¿Puedes caminar?

–Por supuesto que puedo. No soy un inválido. De hecho, ya me puedes soltar.

Jungkook no le hizo caso. Le pasó un brazo alrededor de la espalda, lo llevó al interior de la casa y preguntó:

–¿Dónde está tu dormitorio?

–No pensarás llevarme al piso de arriba... Soy perfectamente capaz de... ¡Ay!

Mingyu se detuvo y se aferró a él. Había cerrado los ojos y apretaba los dientes.

–¡Es una contracción! –dijo él, asustado.

–Sí, eso parece...

Esperaron un poco y, cuando Mingyu se sintió mejor, Jungkook lo ayudó a subir las escaleras y lo llevó a la cama del primer dormitorio que encontró, una de las habitaciones de invitados.

–No te vayas –le rogó.

–Descuida. No me voy a ninguna parte. Pero será mejor que llame por teléfono a Wonwoo y, por supuesto, a tu médico.

Mingyu asintió.

–Hay un teléfono en el dormitorio contiguo.

Jungkook salió a toda prisa, localizó el teléfono y llamó a su hermano. Tras hablar con el médico y conseguir que enviara una ambulancia a la casa, regresó al dormitorio donde estaba su cuñado.

–¿Cómo va la cosa?

El contrario sacudió la cabeza, con lágrimas en los ojos.

–Estoy muy asustado. Nunca me había dolido tanto.

Él lo acarició.

–Lo estás haciendo muy bien. La ambulancia llegará en cualquier momento –le aseguro–. Aguanta, Mingyu. Y grita todo lo que quieras.

El nombrado asintió.

–Oh, vaya... Otra contracción...

Mingyu gritó de nuevo, y su grito se mezcló con el sonido de la puerta de la casa, que alguien acababa de cerrar de golpe. Tres segundos después, Wonwoo entró en el dormitorio.

–¿Estás bien, cariño? Min... dime algo...

Taehyung entró un momento después y se emocionó al contemplar la escena. Mingyu estaba tumbado en la cama, abrazado a Jungkook, que le acariciaba la espalda con suavidad.

–No te preocupes. Wonwoo ya está aquí. Se va a hacer cargo de todo...

Mingyu asintió y Jungkook se levantó para dejarlo en manos de su esposo.

–Acabamos de adelantar a la ambulancia en la carretera –declaró Wonwoo–. Llegarán en cuestión de segundos.

Jungkook se acercó a Taehyung.

–Bueno, te veré más tarde –dijo–. Cuida de él, pelirrojo.

Jungkook salió al pasillo y mantuvo la puerta abierta para que los enfermeros pudieran entrar con facilidad. Después, se dirigió a la escalera y desapareció.

Enamorado del chico malo ~ kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora