Capítulo 2

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Mientras caminaban hacia el garaje, atravesando el exuberante jardín, Jungkook miró a su hermano y dijo:

-Es un lugar precioso.

Era cierto. Jungkook calculó que la propiedad debía de tener alrededor de una hectárea, y pensó que le había costado muchísimo dinero. A su hermano le había ido bien. Jeon Corporation, su empresa de software, tenía mucho éxito. Lo sabía porque había leído varios artículos al respecto a lo largo de los años. Pero, al contemplar el producto de su riqueza, se sintió como un pez fuera del agua. Su hermano y él eran de mundos completamente distintos.

-No está mal -dijo Wonwoo.

Jungkook lo siguió escaleras arriba.

-Tu esposo es ingles, ¿verdad? -preguntó, por darle conversación.

-¿Mingyu? Sí, es inglés -respondió Wonwoo-. Vivimos en Londres casi todo el año, pero pasamos las vacaciones de verano en Long Island. Nos iremos en septiembre.

-Ah...

Wonwoo abrió la puerta del apartamento y encendió la luz, que reveló una sala amplia y aireada que no parecía usarse con frecuencia. Tenía una cocina americana a un lado y un saloncito de muebles modernos al otro.

-Solo hay dos habitaciones y un cuarto de baño -le advirtió Wonwoo.

Jungkook pensó que, en cualquier caso, era el lugar más lujoso en el que se había alojado en mucho tiempo.

-Es una suerte que lo arregláramos hace poco -volvió a decir mientras abría el balcón, que daba a una terraza pequeña-. De lo contrario, no tendríamos sitio que ofrecerte.

Jungkook frunció el ceño. Su hermano se había llevado una impresión equivocada.

-Te agradezco mucho el ofrecimiento, pero no sé si podré quedarme más de una noche. Tengo cosas que hacer en Nueva York y, además, estoy sin plata.

La afirmación no era precisamente correcta. Jungkook había trabajado mucho durante los meses anteriores y se podía permitir el lujo de estar varios meses sin hacer nada salvo pintar. De hecho, llevaba un montón de bocetos en la moto que pretendía pasar a lienzos en cuanto llegara a Brooklyn.

La pintura era la pasión secreta de Jeon Jungkook desde que asistió a un cursillo durante su segundo año en prisión. Por entonces, no era más que una forma de huir de la angustia, la fealdad y el aburrimiento de la cárcel; pero después se convirtió en lo más importante de su vida, lo único que lo mantenía centrado y con la cabeza sobre los hombros. Él no necesitaba ni familia ni posesiones. Solo necesitaba sus cuadros.

-Razón de más para que te quedes aquí una temporada -dijo Wonwoo con humor-. La estancia no te costará nada.

Jungkook se puso tenso, siempre había sido un hombre orgulloso. Había aprendido a respetarse a sí mismo, a respetar a los demás y a depender exclusivamente de su propio esfuerzo.

-No soy un gorrón, Wonwoo.

Su hermano suspiró.

-Lo sé, pero eres de la familia.

-No soy de la familia -declaró, frunciendo el ceño-. No mantuvimos una relación estrecha ni cuando éramos niños y, aunque la hubiéramos mantenido, han pasado muchos años desde entonces. Ni tú me debes nada a mí ni yo te debo nada a ti.

Wonwoo alzó una mano.

-Está bien, no sigas... Comprendo lo que estás diciendo, Kook. Sé que a estas alturas somos poco más que dos desconocidos.

-Si lo sabes, ¿por qué demonios me invitas?

-¿Por qué has venido tú?

-No lo sé... Por curiosidad, supongo.

Enamorado del chico malo ~ kookvUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum