Capítulo 9

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—Señor Miyagi, ¿ambos romperemos el hielo?—preguntó Abby exaltada.

El anciano se mantenía en la misma
posición con los ojos cerrados. Abby entendió que el hombre no le iba a responder, la respuesta estaba literalmente frente a sus ojos. Miró a Daniel que se acercaba titubeante hacia el señor Miyagi.

—Anda cobarde.—lo empujó Chozen.

—Hey.—lo señaló Abby mirándolo fijamente. Suspiró y se giró, colocándose a un lado del señor Miyagi, quedando este en medio de ambos.

Los alumnos observaron el hielo, luego a su maestro y lo imitaron, juntando las palmas de sus manos, se miraron, asintieron y cerraron los ojos colocándose en posición.

Ambos inhalaron y, sincronizadamente ambos levantaron los brazos manteniendo la posición exhalando, repitieron el procedimiento extendiendo los brazos frente a ellos. Escucharon las burlas de Chozen a sus espaldas pero hicieron caso omiso y continuaron con el ejercicio. El señor Miyagi se unió a ellos y movían sus brazos a la par.

Daniel y Abby inhalaron profundamente y como si supieran que haría el otro, ambos abrieron sus ojos y gritaron mientras sus manos impactaban con cada extremo del hielo, provocando que este se partiera totalmente.

Miraron el hielo sorprendidos y luego a ellos mismos, comenzando a reír de la emoción. El señor Miyagi los observaba orgulloso.

Abby no se había dado cuenta cuando habían llegado Kumiko y Yukie, pero ambas celebraban junto a ellos. La pelinegra miró tras ella encontrándose con una infame mirada de parte de Chozen, quién molesto se alejó. Su sonrisa no se borró en ningún momento, siendo tomada por la mano de Daniel, comenzaron a caminar aún riendo. Lo habían logrado.

Caminaron hasta el señor Miyagi, que estaba a un lado de Sato y Chozen, tenía su mano sobre el dinero en la mesa.

—No te rebajes apostando con un cobarde.—escupió.

Abby y Daniel, ambos acariciando el área afectada en sus manos, miraban la escena junto a Yukie y Kumiko.

—No avergüences más a tu tío.—habló Sato.

Daniel reprimió una sonrisa y miró a Abby, quien observaba la escena con la boca levemente abierta, casi formando una sonrisa, mientras veía como Chozen se apoyaba en la mesa, claramente avergonzado.

El señor Miyagi tomó el dinero de la mesa y sonrió.

—Gracias Sato, es un placer negociar contigo.—comenzó a caminar hacia la salida.

Daniel y Abby se miraron sonrientes caminando junto al anciano, Kumiko apretó amistosamente los hombros de Abby, provocando que ambas se miraran sonriendo y luego a Yukie.

—¿Usted ya lo sabía, no es cierto?—preguntó Daniel aún con la adrenalina corriendo por sus venas. El señor Miyagi asintió sonriendo contando el dinero.

—No dudó por un momento.—sonrió Abby y su sonrisa se incrementó al ver al hombre asentir.—¿qué vamos hacer?

—Sí, ¿en qué vamos a gastarlo?

El señor Miyagi les extendió los billetes.

—Ustedes tienen colegiatura y nosotros comida china, vamos.—caminó seguido de Yukie.

Daniel, quien había recibido los billetes, miró a Abby con una encantadora sonrisa.

—Nos dividiremos el dinero, ¿de acuerdo?

—Luego hablaremos de eso.—sonrió Abby.

Kumiko los observaba con una sonrisa, pero esta se borró al ver a Chozen acercándose a ellos. Miró a los chicos y estos voltearon sus sonrientes rostros.

𝐊𝐀𝐑𝐀𝐓𝐄 𝐊𝐈𝐃 II ─ daniel larusso ⒉✓Where stories live. Discover now