Capítulo 5

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La brisa fresca de Okinawa, el sonido del mar y las palmeras entraban por la ventana de tela provocando que Daniel abriera sus ojos lentamente. Al tenerlos completamente abiertos su vista cayó en Abby, quien dormía plácidamente apoyando su mano en su cuello.

Daniel la observó unos minutos, grabando en su mente cada una de las facciones de la chica, su rostro estaba tranquilo, sus labios levemente abiertos y sus pestañas casi tocaban sus pómulos. Daniel acarició su mejilla delicadamente, Abby se removió al sentir el tacto del chico.

—¿Abby?

Danipuki.—habló Abby adormilada con una sonrisa. Se giró y miró a Daniel.—buenos días, LaRusso.

El chico sonrió al escuchar como la chica lo había llamado, su madre lo llamaba así cuando era pequeño.

—Buenos días, Miller.—alzó una ceja.—¿qué te ocurrió anoche?—preguntó suavemente.—estuve preocupado.

La chica hizo una mueca.

—Solamente me sentía extraña, aún no me acostumbro a estar en otro lugar que no sea en California. Y de cierta forma extrañaba Reseda, así que me dije...¿qué mejor que extrañar Reseda y tener al mismísimo campeón de All Valley para abrazarme?

Daniel alzó una ceja.

Abby sonrió.—Estoy bien, Daniel. Vamos, quiero ver el lugar.—habló jugando con los mechones que caían en la frente del chico y se levantó.

Daniel la imitó y ambos salieron de la habitación bajando las escaleras descalzos, se miraron extrañados al no encontrar a nadie dentro de la casa, Abby abrió la puerta corrediza y se colocaron las sandalias admirando la hermosura del lugar.

Daniel cerró la puerta y caminaron por un pasillo, encontrándose con la mujer de anoche, lavando ropa al aire libre.

—Buenos días.—dijeron al unísono con una sonrisa.

La mujer se detuvo y les sonrió.

—Oh, ohayougozaimasu.—hizo una reverencia alegremente.

Ambos la imitaron.

—¿Usted es Yukie?—preguntó Abby.

La carismática mujer asintió y los señaló.—tú, Daniel-san y tú, Abby-san.

—Sí, el señor Miyagi nos ha hablado mucho sobre usted.—sonrió Daniel.

Yukie rió.

—Y él a mí.—se señaló.—me ha hablado de ustedes.

Abby y Daniel se miraron.

—Bueno, no hay mucho que decir.—habló Abby por su parte.—pero supongo que sobre Daniel sí.—sonrió hacia su novio.

Yukie negó.

—Oh, no. Él muy...—titubeó un poco tratando de recordar la palabra.—orgulloso de ustedes, ambos.

—Oh.—sonrió Abby.—¿y cómo está su padre?

El rostro de Yukie cambió levemente.

—Ah, muy cansado.—asintió.

Un grito se escuchó a lo lejos, llamando la atención de los presentes, Daniel y Abby miraron detrás de ellos.

—Ah, Miyagi está en el dojo.—comentó Yukie.

Ambos chicos la miraron, ella sonrió indicándoles que fueran, ambos se inclinaron imitando su sonrisa.

—Gracias, hasta luego.

—Fue un placer conocerla.—sonrió Abby abrazándose del brazo de Daniel y ambos comenzaron a caminar de dónde provenía el grito.

Ambos observaron el lugar, las aves cantaban y todo era muy sereno.

𝐊𝐀𝐑𝐀𝐓𝐄 𝐊𝐈𝐃 II ─ daniel larusso ⒉✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora