Espíritu.

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Abrió los ojos y miró a su alrededor, todavía era de madrugada.

Fue a por su celular para poder ver la hora. Eran las 3, vaya hora que se le ocurría despegar el ojo, intentó moverse sobre las sábanas para buscar el lado cómodo sin lograrlo.

Estaba tan despierto que en ese momento el chico solo quería tocar la guitarra, pero olvidaba que estaba en otro lugar con su familia.

Por un momento se preguntaba como estaría el barco, tenía un lugar donde no podía perturbar a su madre y a su hermana mientras dormían.

"Será mejor que le pregunte a Marinette apenas la encuentre..."

Marinette.

Otra vez en sus pensamientos.

Era muy de madrugada para pensar en ella, pero era inevitable hacerlo por el hecho de que lo tenía hechizado desde hace mucho, ¿era posible adorar a alguien que te correspondía de forma parcial? En cómo había memorizado sus caricias, su mirada en él...

Sus besos. Sus labios rojos y suaves contra los suyos, disfrutando aquél momento...

Tal vez el estar lejos de casa lo estaba volviendo loco que deseaba una infinidad de momentos que quisiera vivir con la azabache que había robado su corazón.

Comenzó a sentirse algo acalorado, tal vez un poco de agua iba a despejar aquellas cavilaciones que lo atacaban como proyectiles. Se levantó de su cama, tomó su teléfono, buscó la aplicación de la linterna y se dirigió a buscar el baño.

—Esto me pasa por quedarme callado.

—¿Buscas algo, Couffaine?

Se sobresaltó al escuchar aquella voz, sonriendo para sus adentros.

—Marinette, ¿qué haces despierta? S-son las tres de la mañana. —preguntó ¿tartamudeando? el guitarrista.

—Tenía calor.

—¡Yo también! D-digo, sí, es algo calurosa esta madrugada.

—¿T-te parece si nos refrescamos juntos? —propuso la chica de coletas.

—¿Re-refrescarnos?

—S-sí. C-con agua.

Sonrió y asintió. Sabía que no era el único que estaba concursando en quién tenía el tartamudeo más tierno.

Ella lo tomó de la mano y lo llevó a uno de los servicios higiénicos cerca de la sala.

—Cuando gustes, Luka. —dijo sonriéndole.

—Gracias, Marinette.

Luka tomó el agua y se remojó el rostro ante la mirada atenta de su chica, quien veía como si de un espectáculo privado se tratase y manteniendo los nervios para ella misma y no morir de un ataque por ver las gotas de agua en su cabellera.

Las gotas de agua estaban por todo su rostro.

—Ya terminé, necesitaba esto. ¿No usarás el grifo de agua, Marinette?

—A-ah, s-sí.

—Todo tuyo, hermosa.

Sus mejillas adoptaron un color rojizo ante sus palabras. Se fue a remojarse lo más rápido posible para evitar el nerviosismo, eso no duraría mucho porque vio al joven con una toalla disfrutando secarse el rostro, como si hubiera sido un alivio recibir un poco de agua en el rostro.

Todo relajado se acercó a ella.

—Gracias, Marinette.

—D-de nada.

The Blue Sensations 💙 [A Luka Appreciation Story]Where stories live. Discover now